sábado, 9 de abril de 2016

Flaite maduro del micro

Mi nombre es Fabian, tengo 22 años y soy de una ciudad costera de la V región. En lo que a mí respecta soy grueso, mido 1.79, pelo negro liso y ojos verdes.
A diario tomo el micro alrededor de las 18:00, hora que en todas las regiones del país tienen su sistema colectivo colapsado, pero siempre al subirme encontraba asientos desocupados. Estratégicamente siempre me siento en el lado del pasillo, para esperar cuando se llene quizás me punteen o me rocen con sus penes. Por lo general, los hombres al sentir que están rozando a otro hombre se corre, a otros no les importa y simplemente siguen ahí pero sin ninguna mala intención, pero lo que viví aquel día fue por lo bajo excitante.
Me senté en el lado del pasillo en la parte media del micro. Cuando se estaba colapsando de gente se sube un flaite, de unos 45 años, pinta de flaite de la construcción, pelo semi largo mal cuidado, con algunas manchan de” grasa” en las manos. Vestía unos jeans pitillo y una camisa con sudadera abajo. Con tanta gente el pobre se tuvo que ir de pie, y el destino hizo que gente se bajara poco después y quedó un asiento antes del mio. Ni tonto ni perezoso al verlo cerca lo miré un poco y en un momento sentí que se dio cuenta. No le di mayor importancia hasta que me di cuenta que insistentemente quería adelantarse, pensé que quizás se tenía que bajar y por eso estaba tan inquieto pero por el contrario solo se detuvo cuando estuvo parado en mi asiento.
De primera, actué natural, me quede quieto, y puse mis manos arriba de mi mochila. El webeo comenzó cuando sentí que el flaite maduro intentaba acercarse a mi mano que le quedaba más cerca (con la mochila arriba de mis piernas mi mano quedaba a unos centímetros de distancia que su jeans). Lentamente comencé acercar mi mano a su pantalón, en el peor de los casos se iba a correr, pero lejos de eso empezó a moverse lentamente rosando el cierre del jeans con mi mano. En ese momento no lo podía creer, nunca me había puesto en el caso que me resultara ese tipo de webeo, por lo que solo dejé que me rozara porque si bien me excitaba cada vez más, estaba en una micro que podía ir gente que me conociera (iba destino a mi casa). Ya preso de mi calentura me entregué a la situación y muy disimuladamente comencé a mover mi dedo meñique tratando de hacerle entender que quería seguir y que no quería que se moviera de ahí. Pasaron alrededor de 15 minutos en este roce, hasta que el micro se empezó a desocupar y el flaite maduro se tuvo que correr porque si no era demasiado evidente que estaba ahí porque estaba enfermo de caliente.
Al minuto llegó la hora de bajarme, por lo que me paré a tocar el timbre, pero para mi sorpresa al llegar a la puerta estaba él sentado en la parte de atrás de la micro, por lo que no me bajé y me senté al lado de él. Temeroso al comienzo no hice nada, hasta que vi que se estaba tocando y me animé y toque su paquete. Llegamos a la parte del recorrido donde comienza a andar por una carretera, por lo que mi pudor desapareció. Sin hablarnos le toqué el botón del jeans insinuando que se lo abriera, a lo que accedió rápidamente. Cerré la cortina del micro y nervioso miré su pene, tenía una cabeza enorme que sentía que iba a explotar, un pene de unos 17 cm y grueso igual que su cabeza. Lo comencé a masturbar lentamente, disfruté cada segundo que tuve entre mis manos ese miembro grueso. Él con sus tenues gemidos me confirmaba que su pene desde que me rozada me estaba pidiendo que se lo agarrara.
No bastaron ni 2 minutos de paja intensa para que su semen tiñera toda la cortina de la ventana del micro. Yo lo seguí tocando y dejé todas mis manos con aquel líquido caliente.
Dentro de toda mi calentura recordé que no tenía más plata para el pasaje y tenía que devolverme porque me había pasado muuuuucho de mi casa. Patudamente le digo
- Tienes Plata? me tengo que devolver y no me alcanza.
** Dónde vives? Yo me bajo en 2 paraderos, si quieres nos bajamos juntos
En ese momento no dimensioné todo lo que pasaría después.

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