El Chelito

Espalda ancha, manos grandes y duras, cuerpo marcadito y moreno, se sacaba las cejas y se cortaba a lo moicano. Eran las palabras que mejor describían a Marcelo (chelito) un compañero de curso en un colegio de hombres. El weón es flaite, garabatero, caliente y con esa personalidad culiá que tienen ellos de "poder tirarse a cualquier mina", pero lo que lejos más me gustaba era esa seguridad que tenía sobre su cuerpo. Se notaba por la facilidad que tenía para sacarse la ropa sin importar dónde.

El weón era bastante cercano a mí, siempre le tiraba bromas relacionadas con sexo. "Uh que hace frío weón, calientame chelito po" le decía; a lo que el weón respondía: "venga pacá mijita" y me frotaba el pico por las piernas y el poto imitando un perreo suave de los que estaba acostumbrado a bailar. "Hagamos como que la tengo pará, es mi celular sí, pero creamos que es mi paquete" decía el weón, mientras yo con el pico realmente parao me reía con sus juegos subidos de tono. O esa vez que me tiró webiando obviamente sobre la mesa del profe y me empezó a culiar a estilo misionero con pantalones de colegio puestos y sentía sobre mi pene, el suyo flácido pero grande a la vez rosándome, mientras él gritaba: "Me vengo me vengo aaah" y todos mis compañeros cagados de la risa.

Verlo en clases de ed física era lo mejor, no usaba los buzos que tanto nos gustan por temas del colegio pero eso no impedía que se le marcara el pene en short blanco que teníamos que usar, que dejaban al descubierto esos pelitos en las piernas nadando en un mar de músculos tanto jugar a la pelota. Luego de las clases venía lo más esperado... las duchas de los camarines. Llegaba yo justo atrás de él para ver dónde se cambiaba y espiarlo desde otro lado pa que supuestamente no me viera. Mientras lo miraba el Chelito se sacaba la ropa riéndose con los weones que estaban al lado de él, primero la polera: esos pezones morenos sobre unos pectorales hermosos y cercanos a unos brazos musculosos y unas axilas ligeramente peludas. Luego el short: quedaba en boxers ajustados mientras buscaba su toalla y shampoo. Se sacaba los boxers al encontrar todo y dejaba al descubierto unos cachetes lampiños, redonditos y morenos como el resto de su cuerpo. Su pene colgaba a la misma altura que sus cocos (éstos estaban más peludos que el resto) con mucho pellejito para chupar y de un tono oscuro que me mataba. Se colgaba la toalla al hombro (No en la cintura como el resto de mis pudorosos compañeros) y caminaba directo a las duchas dejando su pico al vaivén de sus pasos, de un lado para el otro. Yo lo seguía de cerca para no perderme tal espectáculo, y me instalaba cerca de su ducha pa echarle el ojos de vez en cuando, le pedí shampoo para ver cómo se agachaba a recogerlo y eso me calentó tanto que la erección me obligó a salirme de la ducha mucho antes de lo que quería. Aún así pude ver como jugaba (con sus amigos al regresar de la ducha) a pegarse con las toallas mojadas, todos en pelota pero solo me importaba el Chelito, mi momento culmine de excitación fue cuando entre broma y broma el chelo hace el barco pirata con su toalla y sus cocos, el pico y mis ojos iban siguiendo el camino que la toalla les daba. Ese día me masturbé como nunca.

Cerca de dos meses después en la misma clase de ed fisica el profe nos mandos a ordenar las colchonetas y pelotas de basketball a unas bodegas en los pisos de abajo del colegio, a mí y a 3 compañeros, entre ellos el chelito. Los otros dos weones se fueron y se pasaron por el pico al profe, el Marcelo igual iba a hacerlo pero cachó que me iba a quedar solo ordenando las weás y me dijo: "q weá? Te vai a quedar solo aki?" Le dije que sí por la weá de la condicionalidad y me dijo: "puta ya te ayudo pero hagámosla corta sí", le asentí y nos fuimos apurando. Verlo agarrando las colchonetas de a 5 forzando sus músculos y agacharse para recoger pelotas me tenía a mil, caliente total. En una se agacha y me ve mirándole el poto y me dice: "q onda hermanito? Me andai mirando la raja?" Yo le digo:"no weón qué mierda" y me dice acercándose y me agarrándome: "porque yo no soy na pasivo, vo creí que no te he visto cuando me mirai de lejito en camarines, aweonao?" Y me planta un beso conchetumare. Me bota al suelo y se baja el buzo: "pídeme shampoo ahora po culiao, shuplícame shampoo" y me empuja la cabeza contra su Pico y yo empiezo a chupar como nunca, ese pellejo que tanto miré por fin en mi boca y lo estiraba y encojía mostrando y escondiendo esa glande moreno. El sabor a pichi y sudor pasaba por mi boca entremesclándose con mi saliva y la suya en besos intermedios que me daba derrepente. Me paró y me tiró en una pila de colchonetas que él había acumulado y me empezó a meter ese pico, lento y luego rápido. Gemidos y "conchetumares" salían por nuestras bocas hasta que un "oh culiao!!" Me avisó que se vendría y así fue, me moqueó todo el hoyo. Se paró, se acomodó la pichula para que no se le notara lo duro que andaba y se fue a las duchas, me quedé un rato sentado con un dolor de hoyo increíble y con el short blanco mojado por atrás, exitadísimo.
No me habló más en público, pero sí lo hacía cuando nos encontramos solos diciéndome generalmente: "presta el chico de nuevo po culiao" mientas me da un agarrón, brusco y sincero.