miércoles, 24 de agosto de 2016

El inicio

Habían pasado un par de meses desde que había dejado de ver al Marcelo y yo andaba más que nunca metido en las cosas de iglesia. La carta que el me había dado aún la tenía, pero ya no la había vuelto a leer y su declaración de amor había dejado de importarme, nunca busqué que el se fijara en mi, por lo que no me podía hacer cargo de sus sentimientos. El no verlo después de que supe lo que sentía fue algo bueno, al menos para mi, porque yo quería que el se olvidara de mi, que hiciera como que nunca me había conocido y después de un tiempo, las cosas de iglesia me sacaron al Marcelo de la cabeza.
Por supuesto yo seguía gustando de los hombres, nunca se me pasó como mi mamá quiso, pero también era cierto que al mantener mi mente ocupada en cosas de iglesia, casi no pensaba en hombres, era como que había cambiado mis prioridades y el tema sexo por un cierto tiempo perdió interés para mi y por ese lado ingenuamente yo me sentía contento porque pensaba que ya había dejado de ser gay. Me equivoqué medio a medio. Aunque en el mundo eclesiástico hayan testimonios de gente que digan que han logrado dejar de ser homosexuales, eso no era ni es ahora una garantía para mi, no lo sabía entonces, pero varias experiencias dolorosas me hicieron darme cuenta de una verdad que había tratado de obviar.

Por ese entonces yo seguía llendo a la iglesia, participando activamente en las reuniones de los domingos donde iba toda la familia y los sabados en una reunión de jóvenes en la que por esos años, gracias a actividades como teatro en las calles llegamos a ser más de 100 personas. Día tras día llegaban más jóvenes aproblemados buscando en Dios una respuesta y entre ellos un día llegó el Marcelo, invitado por otra chica que asistía también a la iglesia.
Sé que quizás a uds les parezca aburrido esto y muchos dejaran de leerlo, pero me es importante contarlo. Mi vida entera se ha visto dividida entre el mundo cristiano y el mundo gay y cuando llegó el Marcelo a mi se me cayó la pared, la fortaleza mental que había construido para olvidarme de lo que me había dicho.
Como yo ya tenía cierto tiempo dentro de la iglesia, me encomendaron orar por el mientras nos abrazábamos, el llorando a lágrima viva y yo incómodo de que precisamente el, quizás porqué causa había llegado al mismo sitio que yo.

Ese fue el inicio de una amistad que duró casi cinco años, el como yo, empezó a participar también de las actividades de la iglesia y vez que nos veíamos los sábados se me acercaba a hablarme, así que no me quedó más opción que ser su amigo. El no volvió a insistir en lo que me había dicho, no en esas instancias de iglesia, pero más adelante me demostraría que yo aún le interesaba sentimentalmente.

En ese corto tiempo que nos dejamos de ver después de que me entregó la carta, que no habrá sido más de un año, yo había salido de cuarto medio, el Marcelo había pasado a primero y había empezado a cambiar física y mentalmente. Ya no era el niño gordito que había conocido, se había pegado un estirón importante y que para mi que era y soy de estatura pequeña, me sorprendió su cambio, había adelgazado y además de dejar de tener una baja autoestima, se empezó a querer y a preocupar más de si mismo.
También supe que en ese tiempo que dejamos de vernos, había conocido a otros chicos gays que vivían cerca de su casa, con los que había comenzado una amistad diferente de la mía, por que ellos, no tenían esa dualidad de una vida gay y de iglesia, sino que habían descubierto su homosexualidad plenamente y no se sentían aproblemados con ello. Como sea, yo aún no los conocía, todo eso lo supe después, así como también el cambio mental que estaba teniendo el Marcelo, porque a pesar de seguir yendo a la iglesia, el siguió en su búsqueda de identidad sexual cuando no iba, además como todo joven había empezado a salir de carrete, cosa que yo descubrí recién a los 19 o 20 años.

Sin embargo y a pesar de eso, nosotros nos seguíamos haciendo más y más cercanos. El seguía siendo un cabro juguetón y sinceramente me hacía reír cuando nos juntábamos. Sin darme cuenta nuestra amistad empezó a crecer al punto en el que si el me necesitaba un domingo a la 1 de la madrugada yo me levantaba de mi cama, me vestía y caminaba un par de cuadras hasta su casa para consolarlo.
Yo no veía nada de malo en esa relación de amigos, pero pasaba el tiempo y yo cada vez hablaba menos temas de iglesia con el, por el contrario, le prestaba más atención a sus experiencias con hombres, de como había dejado de ser virgen, de la primera vez, que le dolió y todas esas cosas. Por dentro me calentaban las historias que me contaba, pero a el siempre lo había visto como un amigo y eso era algo que yo respetaba mucho.
Hasta algún tiempo después, pero que contaré en la siguiente parte, porque ya se me acalambraron los dedos de tanto escribir, hacerlo desde un celular es agotador saben? Hasta pronto chicos, espero me tengan paciencia con esta historia.

19 comentarios:

  1. Hola, soy Pepe, de Talca, tengo 26 y me siento súper identificado con tu historia, me gustaría saber que otros relatos has escrito en este blog, me encanta como redactas, saludos!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Ufff amigo son varios, eemm pero podrías buscar los que dicen con el pololo de mi prima.

      Borrar
    2. Ahora si que me identifíque:(

      Borrar
  2. Me encanta tu historia que siga tu darle no mas y te digo si te sientes no se confundido con tu sexualidad visita la pagina "joven confundido" ahí te aconsejan y ayudan mucho.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola, no me siento confundido. Es una historia que paso hace muchos años, pero que quise contar ahora. Y si en algún minuto llego a estar confundido, no iría a una página precisamente. De todas maneras gracias.

      Borrar
  3. Que fome esto no es un psicólogo, es para relatos flaites y/o calientes

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Me importa bien poco tu opinión. Si no te gustó estás en tu derecho de expresarlo, pero mientras el que administrador del blog siga subiendo mis aportes, tu nada puedes hacer

      Borrar
  4. Yo sigo tú historia, esperaré por la continuación.
    Saludos,

    ResponderBorrar
  5. Hola me gustaria conversar contigo, me siento identificado con tu relato, espero lo siguiente.

    ResponderBorrar
  6. Querido autor .. Si ya largaste que te terminaste agarrando al pololo de tu prima .. No la hagas tan romántica y con tanto misterio. Ya no eres la blanca Paloma del relato

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Estimado anónimo, deberías saber que no todas las historias son iguales. Que haya escrito un relato donde me involucro con el pololo de una prima, no quiere decir que todas mis experiencias sean de ese tipo y tampoco significa que no pueda ser romántico.

      Blanca paloma nadie es, todos tenemos tejado de vidrio, incluso tu.

      Borrar
    2. Maraca, misteriosa y pedófila.

      Borrar
  7. Querido autor .. Si ya largaste que te terminaste agarrando al pololo de tu prima .. No la hagas tan romántica y con tanto misterio. Ya no eres la blanca Paloma del relato

    ResponderBorrar