Epílogo entre Roberto y yo

Hola a todos los que leen este blog, primero que nada quiero disculparme con uds por no haber enviado la parte final de mi historia con el Roberto, pololo de mi prima Martina. Supongo que ya deben haber olvidado todas las partes que les conté sobre mis aventuras con el, desde que comenzó el webeo hasta que terminó abruptamente. Le pido a quien administra este blog, si puede poner el link de todas las partes al final de esta entrega o a uds mismos que busquen en los relatos aquellos que se titulen “Con el pololo de mi prima".
También aprovecho de aclarar la situación en el último relato en el que a raíz de un comentario mala leche, yo cometí el error de comentarme a mi mismo como si fuera otra persona. Pero la legal es que me piqué con el anónimo en cuestión puesto que tiró pura mierda contra mi relato. Es de esperar que también lea este relato y también comente mierda, como lo ha hecho en otros relatos también, pero que más da, más allá de que no les guste o comenten en mala onda, siento que uds se merecen saber que pasó con mi machito al final. Sin más preludio, ahí les va.

“Muchos años pasaron desde mi aventura con el. Sus caricias sexuales y las mías hacia el estaban grabadas a fuego en mi mente. De el no puedo asegurarlo porque como todo heterosexual uds saben que no se relacionan más allá de lo sexual con uno y si en algún momento llegaron a sentir algo por nosotros, trataban de obviarlo, de pasarlo por alto, de no pensar en ello, puesto que llevan una vida heterosexual y muy pocos dan el paso hacia el mundo bisexual o derechamente gay. Para ellos por lo general no es más que un desliz que jamás van a reconocer públicamente y que van a ocultar como uno de sus más oscuros secretos, por muy la raja que lo hayan pasado con uno.
Desde que deje de ser amigo de el, de frecuentarlo, de buscarlo, han pasado ya seis años. Pero para mi era inevitable seguir pensando en el, dado lo vivido entre nosotros por cerca de dos años, me dejó más que una huella y un vacío porque ya me había acostumbrado a verlo, no tan seguido como hubiera querido pero lo veía. Además con mi prima Martina, aunque nunca más me habló después de sospechar de mis intenciones (si supiera que fueron más que intenciones), seguíamos viéndonos en instancias familiares, en las que en más de una oportunidad llegó el Roberto y la sensación de incomodidad, el ambiente tenso cada vez que nos mirábamos era insoportable. Una vez mi tía nos obligó a saludarnos y el tal como cabro chico taimado apenas me pasó su mano sin mirarme y sólo me dijo un escueto hola.

Yo nunca supe porque fue que se alejó de mi. Quizás le contaron algo de mi, quien sabe. Nunca intente saber sus razones tampoco, no al menos exteriormente, porque por dentro me moría de ganas de preguntarle que onda. De hecho, muchas veces lo busqué en facebook, pero el tenía más de una cuenta y seguramente me había bloqueado para que yo no lo encontrara, de hecho, recuerdo haberle mandado unos inbox antes de que me bloqueara y el me respondió con evasivas. De ahí hacia adelante no lo busqué más ni en la vida real ni en redes sociales y las veces en que nos volvimos a ver fueron de casualidad, pero el nunca andaba sólo y nunca se dieron las instancias para conversar. Tiempo después se compró una moto y se juntaba con personas que yo no conocía, así que definitivamente yo lo di por perdido.

Con mi prima Martina las relaciones seguían tirantes y si no fuera porque mi tía hacia que conversáramos, ella ni me pescaba, a mi me daba lo mismo en verdad. La entendía, aunque si ella hubiera sabido la verdad me habría odiado mucho más que simplemente por tener dudas acerca de mis intenciones. Lo que supe después por boca de mi prima y de mi tía no me lo esperaba y me lograron sorprender, pero al pensarlo detenidamente preferí creer que eran palabras de una mujer despechada. Claro, la relación entre el Roberto y mi prima empezó a tener problemas y pasado un tiempo, terminaron. Me contaron que el Roberto pasaba cambiándose de trabajo. La verdad era que el era bastante flojito pa mantenerse fijo en un trabajo por mucho tiempo, a el le gustaba el deporte, el basquetball y el surf, pero como en un tiempo había empezado a salir conmigo de noche al ambiente gay de la cuarta región, empezó a hablar con varias personas hasta que quedó trabajando de guardia de seguridad en una conocida discoteque gay que funcionaba por esos años. Mi prima no tenía problemas con eso, porque más allá de la desconfianza que yo le producía, con la gente que frecuentaba esos lugares el Roberto le aseguraba que mantenía las distancias y para ella eso era suficiente, además de las lucas que le pagaban por ser guardia, que no eran tantas tampoco pero les bastaba para ellos dos con su bebé. El punto donde comenzaron a tener problemas fue cuando el Roberto empezó a llegar a su casa con muchas más lucas de las que ganaría normalmente como guardia de seguridad en una disco que funcionaba de jueves a sábado. Entonces la Martina le empezó a pedir explicaciones al Roberto y el siempre le ponía excusas raras y poco creíbles, sobretodo porque los demás días de la semana el no trabajaba en nada y sólo se dedicaba al deporte o a juntarse con sus amigos y andar en moto.
Todo esto me lo contó la propia Martina en una reunión familiar que tuvimos donde una abuela y además mi tía le metía más sazón al ciento poniéndome al día de la supuesta doble vida que llevaba el Roberto de noche. Porque además de la extraña cantidad de dinero con que llegaba a su casa, según mi tía el Roberto ahora era pareja del dueño o administrador de la discoteque y que el mismo le había abierto las puertas para comenzar una supuesta “carrera" de striper/vedeto en distintas discoteques dado su marcado cuerpo gracias al basquetball y al surf.

Ella me dijo que esas eran las razones por las que habían terminando su relación, ya que desde que empezó a trabajar de noche, el Roberto se había puesto muy turbio y ella ya no confiaba en el, sumado a que supuestamente tenía una relación con otro hombre. Con él pasar de los años, esa historia quedó ahí, nunca más hablamos del Roberto con mi prima, es un tema que preferimos evitar. Ellos se siguen viendo por el bebé que tienen en común pero su relación de pareja está más que finiquitada, de hecho la martina ya tiene otro pololo.
Pero me es inevitable pensar en si habrá sido verdad todo lo que me contaron mi tía y mi prima acerca del Roberto y su supuesta relación con otro hombre. Habrá cobrado por servicios sexuales a gente mientras trabajaba de guardia de seguridad en la disco? ¿Como se explicarían esas lucas extra entonces? ¿Habrá sido verdad que después se tiró a vedeto? ¿Y siguió vida de gay después de haberme conocido a mi y a mi amigo Marcelo? Porque seamos sinceros, tan difícil no fue de convencer mi marchito. Si fuera verdad supongo que los haya apenas vieron a este tremendo ejemplar de hombre, flaite y machito, quisieron dárselo vuelta. Uno sabe las tácticas que se ocupan para darse vuelta a un washo.

Pero aún quisiera pensar que sólo fueron cuentos de mujer despechada, onda como para dañar su imagen de macho heterosexual, en venganza por haberla dejado sola con una guagua. Nunca lo sabré, nunca tendré la versión de mi Roberto".