El Flaite Pichanguero

"Su singular olor y peculiar apariencia varonil, calaron en lo más profundo de mi mente pervertida..."

Me presento, mi nombre es Juan Carlos, tengo 24 años, físicamente no soy la gran wea. Mido su metro ochenta, maceteado, blanquito, barba de candado. Puta soy un compadre buena onda, me gusta el webeo, pta un weón normal de población. Estoy estudiando ingeniería, y creía ser heterosexual. Nunca me fue mal con las minas wn, no me quejo. Incluso estuve a punto de ser papá el año pasado pero desgraciadamente la guaguita murió antes de nacer. Fue un duro golpe para mi y mi familia, mucho más para mi polola (en estos momentos mi ex polola).

Todo comenzó una tarde que volvía de la U y de camino a mi casa hay una cancha, donde siempre hay compadres de los alrededores jugando su pichanguita. A veces voy a jugar, pero últimamente no tengo mucho tiempo. Esa tarde iba pasando y diviso a un compadre que no había visto antes. Más o menos de mi porte, maceteado, buzo pittillo del colo, camiseta del colo, una cadena bien gruesa, y unas zapatillas Nike de baby verde flúor. Se le marcaba una buena herramienta y estaba todo sudado. En ese momento me di cuenta que algo raro me pasaba, mientras caminaba y miraba al Flaite se me empezó a parar la tula, así tal cual! Y les prometo que jamás me había pasado películas con un weón. Nunca, pero este culiao era tan bonito y tenía una wea que me atraía caleta.

Al llegar a mi casa intenté correrme la paja pensando en este weón pero el cargo de conciencia no me dejó. No me podía estar volviendo maricón. Me sentía culpable y raro, tenía algo de rabia pero seguía caliente.

Salí al ante jardín de mi casa a fumarme un cigarro y yo cacho que fue el destino pero este compadre estaba sentado en la vereda de al frente. Yo me fumaba mi cigarro piolita, ya eran cerca de las 9 de la noche. Cuando veo que de repente este weón cruza la calle, hacia la reja de mi casa y yo estaba como 'noo conchetumare, ¿que hago? No te podi estar poniendo así por un weón!.

-Wena hermano, tiene fuego?-
(Estaba fumando, era obvio que tenía fuego)
-si, tome compadre-
-vale-
Enciende el cigarro, bota humo hacia abajo y me mira. Tenía unos ojitos verdes muy bonitos y se notaba que el weón igual estaba tonificado, de reojo igual le miraba la tulita.

-oye y vo eri' de por acá cerca? Que wea andai webiando aquí?- (le dije, si uno igual es choro)

-shaa, que wea hermano? Pa' que se pone bélico con uno-

Hasta su voz era rica. Como de macho Flaite rico (que me estaba pasando?)

-vine a ver a mi tía que vive ahí el frente, está bien enferma y ya está viejita-

-La señora Juanita? Si, si la conozco-

-buena volá, así que vine con mi taita a verla y unos cabros me invitaron a volarme a la cancha y ahí nos jugamos su pichanga, y ahí te vi po hermano. Te encontré cara conocia' y vine a pedirte encendedor-

Culiao bonito, Flaite, rico, tierno y simpático. Hablamos harto rato afuerita, pero yo solo tenía ganas de comerle toda la pichula, de comerle la boquita y culiar, culiar harto rato. Puta el culiao rico, mientras me hablaba me pasaba rollos.

-oye ya viejito, nos tenemos que ir, ahí nos vemos, oye dame tu WhatsApp po weón, pa que vayamos a jugar a la pelota, si mañana voy a volver pa' acá-

Y yo no me sabía mi número.

-puta a ver, pasa que tengo el celular arriba-

-ah yaa, puta, nos vemos entonces-

-no hermano, pasa weón si estoy solo weón, pasa no más con confianza-

Ahí pasamos y se quedó en el living. Yo subí a buscar mi celular, mientras pensaba al wacho rico que tenía sentado en el living. Me sentía una vil perra deseando la pichula de un hombre porque hasta el día anterior era un #vaginaaddict. Pero bueno, cosas que pasan. Al bajar, el weón se estaba rascando los cocos por encima del buzo (que rico) Lo miré y le dije:

-perro, como te llamai weón?-

-oh chucha jajajajaja. Me llamo Cristóbal y usted?

-juan carlos-

Me miró y me sonrió, (culiao lindo) fue una mirada especial. Le di mi número y le pregunté si quería tomarse un juguito, bebida, su chelita.

Obviamente me pidió una cerveza. Y ahí estaba yo, el prácticamente echado en el sillón, con las piernas abiertas, con un brazo en la cabeza y el otro con el vaso de chela cerca del pico. Se veía tan rico.

Quizás se me notaba mucho lo caliente, porque en medio de nuestra conversación sobre minas me dijo:

-ya y… ¿por qué me mirai' tanto la tula?-

Igual me dio bastante vergüenza. Yo estaba siendo lo más normal posible y a pesar de que no estaba pensando en su pene en ese momento. Si pensé en ir más allá.

Y muy sinceramente le conté toda la historia, casi todo lo que ya les he contado aquí. Me costó, pero no sé, era un weon que no conocía, que no me conocía a mi, ni a mi familia ni a nadie. Y le dije, -oye weon, ehh puta, te vi hace un rato jugando en la cancha, te encontré encachado, buena pinta, bien machito y si weón no te voy a mentir, te encontré rico-

El loco, sólo asentía con la cabeza y me miraba fijamente. Cuando de repente me dice:

-Y vo nunca… ¿hay' (has) estado con un hombre?-

Yo seguí repitiendo la historia, que era primera vez que me pasaba, que no era mi estilo, que la polola, que las minas, que la empaná', etc. Y bueno acá es donde se pone caliente la cosa… porque este weón lejos de rechazarme, me dice lo siguiente:

-Yo tampoco me he culiado' a un hombre-

Yo sólo lo miré como diciendo 'buena' y luego agrega.

-¿Le damos?- se mira el pico y me sonríe tiernamente.

Él se comenzó a frotar el pene por encima de ese buzo apitillado del colo-colo, yo comencé a hacer lo mismo, a frotarme el pene por encima de mi buzo apitillado de la selección. Cuando de pronto me dice:

-venga a sentarse conmigo po' mijo-

Me senté a su lado, mi miró, puso una mano en mi cara y nos comenzamos a besar, él tenía una cara lisita, yo soy terrible barbón. Que ricos besos daba este weón, mientras nos comíamos, nos frotábamos las tulitas. Luego yo con una mano me bajo un poco el pantalón y el bóxer, saco el paquete y le digo adentro de su boca 'Chúpamelo'. Cristóbal lentamente baja hasta mi pene, se detiene a la altura de mi guata, y se queda pensando un momento y me dice:

-Nunca he hecho esto antes weón… me da wea igual-

-Si no quiere, no lo haga- Le digo con un tono muy respetuoso.

Se pasa la lengua por los labios y me dice: -Si quiero-

Y comenzó a chupármelo lentamente, de arriba hacia abajo, de vez en cuando le daba besitos a la cabecita y se lo pasaba por su carita, a ratos decía –Que rico-, con una voz muy excitada. Me lo chupó como por diez minutos, luego se sentó nuevamente a mi lado mientras me seguía masturbando. Nos seguimos comiendo, su boca tenía mucho olor a pene, sus labios sobretodo y eso me calentaba mucho más. Luego le bajé un poco el pantalón, el tiró un escupo en mi mano y lo empecé a masturbar. Y ahí estaban dos machitos dándose placer, uno con el deportivo del colo, otro con el de la selección. Dos ex heterosexuales, descubriendo sus cuerpos y sensaciones, tocando sus penes y sus cuerpos. Lentamente nos comenzamos a sacar la ropa, él se quitó la camiseta del Colo-Colo y yo casi por inercia me agaché a quitarle las zapatillas Nike verde flúor. Andaba con calcetines blancos, algo sudados (obvio, estaba jugando a la pelota) y sin mentirte, tenía un olor a pata que me volvió loco y me puso súper cachondo. Ahí estaba ese tremendo macho, acababa de jugar una pichanga, por sus poros salía hombría, ese olor a pata me excitó caleta, me llegaba a dolor el pene de lo erectado que estaba, le saqué los calcetines y procedía a lamer sus pies. Al Cristóbal le gustó mucho y me miraba y se masturbaba. A ese nivel de la situación ya no me importaba nada. Cuando escucho a este compadre decir:

-Juan Carlos weon, quiero puro cuiarte-

Yo no dije nada, sólo procedí, me saqué los pantalones y aun con mi camiseta de la selección me senté sobre Cristóbal, pero su pene no me estaba penetrando, nos estábamos besando, en eso, me pone su mano cerca de mi boca, yo le tiro un escupo y el me comienza a tocar el culo, al principio fue bastante incómodo, sus dedos estaban fríos. Y me preguntaba contantemente. –Hermano dime si te gusta o no para no seguir-

Yo lo miraba y lo seguía besando… de a poco sentí como su pene entraba dentro de mí, me dolió bastante pero la situación fue excitante, fue rico, fue nuevo, fue tierno. Estaba muy feliz. Culiamos harto rato hasta que se fue adentro, que rico fue ese semen calientito, fue como recibir un premio. Mientras se iba adentro nos besamos, luego me masturbé un poco y acabé al tiro.

Luego cada uno fue al baño y conversamos un rato, ambos nos sentíamos bien. Sin culpas. Experimentamos este mundo nuevo juntos, y estuvo bien. Quizás en el futuro se repita. De todas maneras al salir de mi casa me dijo. –Ahí te mando un WhatsApp para que nos juguemos su pinchanga-. Y cruzó la calle.