Lo conocí en los baños Franklin

Cuando me culió el Beto debo haber tenido unos 12 años. Estaba oscuro y cuando me lo metió me sentí como aturdido, lo único que recuerdo es haber salido de un lugar oscuro con un dolor terrible en el poto. Días después se me acerco y quería más pero no lo deje. Me dijo que me había gustado y que le había dicho que quería sentir su descarga. Le dije que no porque me había dolido mucho y todavía me molestaba.
Parece que se fastidio y empezó a contarles a mis amigos lo que me había hecho.
Empecé a sentir temor que se enteraran en mi casa así que deje de salir un buen tiempo.
Es curioso pero después del Beto varios intentaron convencerme y me mostraban su pene cada vez que tenían oportunidad. Todos eran mayores así que nunca más me dije porque lo tenían muy grande y tenía un poco de miedo.
Cuando deje de estudiar me vine a Santiago a trabajar y le arrende una pieza a una gente conocida. Me acuerdo que el dueño de casa de vez en cuando le gustaba ir a los baños turcos y un día me invito. Lo acompañe y me impresiono ver algunos tipos desnudos con sus penes colgando pero con un tamaño de hombre maduro. Todos los sábados siguientes empecé a ir hasta que en una conversación con uno de ellos me invito a una bebida a la salida. Pensé que iríamos a un restorán pero me dijo que tenía cerveza en su casa y que ahí estaríamos tranquilos. Es curioso pero no dude en acompañarlo y aunque no recuerdo los pormenores pero rápidamente estuve frente a el desnudo con su pene erecto, había puesto sus manos en mis hombros y me pidió que se lo chupara. Estaba húmedo y mi boca se lleno inmediatamente de saliva mesclada con su moquillo y me puso caliente. Lo tenía duro y cada vez que se lo lengüeteaba soltaba moquito y lo tragaba para que no se me escapara de la boca.
Créanme que lo sentía tan rico que reaccioné solo cuando me apretó de la cabeza y sentí como sofocado por una secuencia de chorros espesos me obligo a tragarlos y a seguir chupándoselo hasta que se le aflojo y volvió a ponerse lacio como cuando se lo había visto en los baños.
Tal como estaba trajo un par de sillas y nos sentamos a conversar. Le pregunte si le faltaba algo y me dijo que por ahora estaba bien.
Me quede con unas ganas de probarlo en mi cola pero no se le volvió a parar a pesar que se lo manoseé un buen rato y se lo chupe unas cuantas veces.
No les voy a contar el aspecto que tenía el hombre. Yo solo quería su pene. Por suerte quedamos de juntarnos en los baños el sábado siguiente, lo que sucedió se lo voy a contar en otra oportunidad.