Dos primos y una pieza

Intentaré hacer una introducción rápida y simple: Tenía 13 años y una personalidad más conservadora que la chucha. Fue el matrimonio de mi papá por lo que viajó familia de varias ciudades. Logística de acomodación, los pendejos duermen con pendejos. Dieron las cinco de la mañana y a mí y a dos primos flaitecitos de Santiago (17 y 16) nos fueron a dejar a casa de mi abuela. La misma pieza y los tres acostados en los colchones que nos habían asignado. Primo coqueto prende la tele y busca porno. Lo encuentra. Otro primo le sigue el juego. Ambos tocándose y yo impactado y pendejo. Yo nervioso y queriendo correr. Yo nervioso y caliente miro de reojo como mis primos se sacan el pico del boxer. Yo, más caliente que nervioso, me pongo a mirar como se pajean mutuamente. Yo, erecto y más caliente que la chucha veo como uno de mis primos se acerca hasta mí y me pone la mano en tula.

Cuando me puso la mano en su pene no supe que hacer, al principio intenté retirarla, pero con su mano me la apretó y entre hacerla y no hacerla hay que puro hacerla. Empezó a mover mi mano de arriba a abajo, masturbándolo. Después del impacto inicial comencé a disfrutarlo y con frenesí empecé a masturbarlo yo solo, por mi cuenta. A esas alturas el paso ya lo había dado, no me daba cuenta en ese momento que algo había cambiado en mí, le había tomado el gusto a lo sensual y pucha, dicen que es un camino sin retorno. Habré estado masturbándolo unos cinco minutos, mientras mi otro primo nos miraba tocándose y con cara de no poder estar más caliente. Invítenme, dijo, y se acercó a mi primo y le agarró la tula también. Empezó a masturbarlo él y yo volví a mi tribuna de espectador. Despojado de pudor me saqué el pijama y quedé en unos bóxers apretados que estaba usando. 2 y 1 se masturbaban mutuamente y yo saqué mi pene y comencé a subirme y bajarme el
forro. No voy a hablar de medidas porque nunca he tenido reglamidepicos, pero debo decir que mis dos primos andaban súper bien, o al menos, para ser los primeros picos con los que interactuaba, excelentes. Sentía que me faltaba piel para que se me pudiera parar más la pija. Veo que 2 y 1 se dan un beso con mucha lengua y empecé a sentir un cosquilleo brígido en todo mi ser, me pregunté si era algo nuevo para ellos o si estaban acostumbrados a mariconear, por como lo hacían, estoy seguro que lo segundo.

Separaron sus lenguas jugosas y 1 se acercó a mí e intentó darme un beso, pero yo, patudo y divino, me negué, en eso me toma el pene y empieza a masturbarme, lento, muy lento y paulatinamente subiendo el ritmo hasta hacerme la paja más rica que he tenido en la vida. Empecé a respirar entrecortado sin saber qué me pasaba, sentía una especie de shock eléctrico en la base del pico, se me apretaba hasta que eyaculé, fue la primera vez que boté semen y me sorprendí, era tan inexperto en el tema que entendía poco, ambos rieron y hasta felicitaron. Salté lejos lejos, al colchón de uno de mis primos, y él, putorico, untó un poco en su dedo y se lo echó a la boca. Quedé exhausto, literalmente hecho pico, pero no lo suficiente para querer dejarlo hasta ahí. Me recosté y me dispuse a mirar, mientras me tocaba, a mis dos primos. Sentí algo así como una resurrección (ay perdon lo pagano diosito, pero igual no creo en ti, besitos) cuando vi que 2 se metía en la boca el pene de 1, empezó a mamárselo de una manera magistral, la cara de placer de 1 nunca la olvidaré, gemía y yo quería solamente experimentar eso. 1 Empezó a masturbarse mientras 2 le pasaba su lengua por los cocos y la cabeza del pico, hasta moquearlo en la cara y en la boca, sentía que me iba a correr de nuevo de solo estar mirándolos, ver a 2 bebiendo de la leche que hasta hace un rato era desconocida para mí me puso a mil. Chúpamelo, le dije respirando muy entrecortado, como si estuviese teniendo un orgasmo, y 1, ya satisfecho, me dijo: bueno, ya me lo chuparon, así que yo te la hago.

Se acomodó en la cama en la que yo estaba sentado, me pidió que me sacara el bóxer y me quedara desnudo, no terminaba la frase y yo ya me lo había quitado, me tomó el pene con su mano, bien apretado y le pasó la lengua en la puntita, me retorcí de placer, sentí que me vibró hasta el ano, emití un: ay que rico y me dispuse a disfrutar. Se metió mi pene en la boca y empezó a hacerme la primera mamada de mi vida, 2 nos miraba pajeandose, llevábamos como dos minutos de lamida cuando sentimos que frenó un auto afuera de la casa. Habían llegado. Me urgí y enojé, una mezcla entre miedo y frustración de no terminar la chupada como corresponde. Nos van a pillar conchetumare, dije rompiendo mi costumbre de no decir garabatos. 1, sacándose mi tula de la boca me dijo, tranquilo, tenemos todo el día de mañana. Hagámonos los dormidos.


Si ustedes quieren, puede continuar.