martes, 10 de febrero de 2015

El que sube sus fotos al Tumblr 1

Trabajo en un supermercado y conozco harta gente, pero las cosas cambiaron cuando conocí a un buen amigo.
Entrando a turno de mañana, no había nadie en los camarines, así que entré sacandome la ropa desde la puerta porque estaba atrasado; en eso veo un celular caro en el suelo; mi lado malo dijo "quédatelo" pero mi lado bueno dijo "hay cámaras afuera, si quieren pueden ver quien entró después del dueño del teléfono"


La cosa es que me decidí y busqué en la galería a ver si había alguna selfie: la primera foto era un primer plano de un flaite, lo supe porque tenía perfiladas las cejas, aunque no en exceso. No me pareció conocido pero lo busqué por los pasillos, hasta que lo encontré en los abarrotes; la verdad es que era más flaite en persona que en la foto, tenía esa típica postura de "aquí te las traigo" y los boxer a la vista arriba de la cintura del pantalón. Le mostré el celular, y de primera se sorprendió, como que no se había dado cuenta que no lo tenía, se registró los bolsillos, y luego me lo recibió emocionado y sonriendo.

-Hermano gracias, usted es de los buenos -me dijo palmeandome un hombro- de verdad.
-De nada -le dije un poco incómodo- ten más cuidado eso sí, mira que si lo encuentra otro, no aparece.
-No, si lo tengo claro -me dijo con una sonrisa cómplice- si de gil no más que lo dejé, ando medio tonto ultimamente. ¿Cómo se llama usted?
-Carlos -le respondí sonriendo- y tú.
-Roberto-Carlos -se echó a reir- noo, Roberto, Roberto no más.

Lo bueno es que es de los flaites pacíficos y buena onda. Después hice mi turno y me olvidé del tema, pero me lo volví a encontrar a la salida.

-Compadre -me dijo acercándose- usted es el que me salva.

Lo miré extrañado y un pooc nervioso, aunque tratando de disimular; esperaba que no fuera a pedirme plata o algo, pero al parecer el tipo quería conversar con alguien e insistió tanto que accedí a ir a una cervecería que está cerca del supermercado. Al rato estábamos charlando animadamente, o yo comentaba lo que él decía, ya que hablaba hasta por los codos. Así nos empezamos a hacer amigos, y se volvió casi una costumbre ir por una cerveza todos los días después del trabajo. Un día salimos de turno y le dije que no tenía plata para nada, a lo que él me dijo que tampoco, pero que no por eso no íbamos a tomar una cerveza o cualquier cosa, y que si quería ir a su casa.
Vivía relativamente cerca, hacía calor y llegamos muertos de calor los dos; cuando entramos prendió la tele y se derrumbó en el sofá.

-Compadre, como en su casa.
-Buena.
- ¿Por qué no sacai las chelas ya que estai en tu Casa?
-Ya, no hay problema.

En la tele estaban dando los Simpson, justo una escena en que Homero estaba en calzoncillos viendo tele, y Roberto me dice "quiero mandarme un Homero Simpson"

La posibilidad de tenerlo a poca distancia en calzoncillos era interesante, además ya me había fijado que tenía buen cuerpo; pero no quería dar ninguna señal de nada, primero porque en el trabajo no se sabía que me gustaba mirar para la otra vereda, y segundo porque si se molestaba, existía la posibilidad de conocer la parte violenta de un flaite. Pero tampoco podía hacer como que no había escuchado.

-Mandate un Homero -le respondí mientras iba para la cocina- dueño de casa no pregunta.

Saqué unas cervezas y me quedé pensando si llevar vasos o no, pero al final decidí que no. Había aprendido hacía años a que no se notara si miraba a otro hombre, así que me dije "la risa puede ser buen aliado para distraerse" pero no me esperaba lo que estaba pasando en el living. Roberto estaba efectivamente sentado en el sofá, pero no estaba en calzoncillos, sino que estaba completamente desnudo. La sorpresa me hizo reír auténticamente.

-Parece que hace harto calor -le dije entre risas -toma.
-Gracias hermano -me respondió sonriendo como si me hubiera contado un chiste- si venía con los huevos cocidos ya, aparte tú me dijiste que dueño de casa no pregunta.

Aunque había visto de primera que tenía buen físico, igual me gustó verlo así; aunque no me calentó, lo encontré divertido, era como que estuviera imitando a un personaje de televisión. Me lo imaginé mostrando el trasero como Bart. El tipo tenía buen cuerpo, no super musculoso pero bastante definido, tenía las piernas con un poco de vello, y se notaba que se recortaba los pelos del paquete. Me hizo señas que me sentara al lado de él mientras abría su cerveza.

-Sientate, y...pongase cómodo...

Lo dijo con el mismo tono del negro piñera. Me rei y me senté al lado de él, pero aunque me estaba muriendo de calor, no estaba seguro que fuera la mejor idea sacarme la ropa; pero a Roberto le parecía obvio,

-Ehh...
-Ya, sácate lo que querai -me dijo sonriendo- ¿No estamos en confianza?
-Si, si estamos en confianza.

Lo que menos quería es que se me fuera a parar estando sentado a centímetros de él, pero no me quedó otra, además que afuera hacían como treinta y tres grados y con nada de viento. Me saqué la ropa hasta quedarme en calzoncillos, que para más desgracia eran blancos, y mi cuerpo agradeció tanto liberare de los jeans que hasta se me olvidó la tensión que estaba sintiendo un momento antes. Roberto me palmeó el muslo.

-Así si pue, relájate un poco.
-Ya oh.

Durante bastante rato ninguno de los dos dijo nada. Ya había visto ese capítulo de los Simpson mil veces. Nos reímos y tomamos cerveza. En eso se para y me queda mirando con es clásica sonrisa cómplice que tenía.

-Vamos pa la pieza, están por llegar mis hermanas con los cabros chicos y se ponen a huevear por todo.

Mientras recogía la ropa que él mismo había tirado al suelo, quedó de espalda a mi: buena vista, pensé, tenía en culo redondo un poco peludo, y en la posición en que estaba agachado, se le veía hasta la entrada al reino. Me terminé la cerveza de un trago. Agarré mi ropa también y lo seguí a la pieza, en donde obviamente habían poster de mujeres en tanga y de aviones, eso ya sabía que le gustaban mucho. Prendió el plasma y se tiró de espalda en la cama, y cual es mi sorpresa cuando en la pantalla en alta definición veo una mujer en sandwich con dos hombres y gimiendo por todo lo alto. Debo haberlo mirado con cara de padre enojado porque puso cara de circunstancia y se encogió de hombros, hablando con tono de defensa.

-Que me mirai así -dijo como acusándome- acaso nunca hai visto una porno seguramente.

Se estaba poniendo nervioso, pero esa situación me pareció más chistosa que la llegada a la casa. Éramos dos hombres adultos, pero él se comportaba como un adolescente pillado con la tula en las manos.

-Obvio que si, no en una pantalla de cine eso si, la media tele...

Cambió el canal, pero en ese momento mi lado maligno pudo más y decidí aprovecharme de la situación.

-Oye déjala ahí, quiero saber si al final se casan.

Era una talla fome, pero él parecía que no la había escuchado en su vida porque empezó a reirse como si fuera el mejor chiste del universo; estaba encogido en si mismo riendose mientras yo dejaba las cervezas en el velador y me sentaba en la cama. La escena era completamente de película, estaba en la pieza de mi amigo flaite, yo en calzoncillos y él desnudo riendose mientras en la pantalla pasaba una película porno. Se me removió el paquete y supe que empezaba a tener problemas.

-Yapo -dijo calmando la risa- vamos a ver con cual se casa.

Le alcancé una cerveza y nos quedamos los dos en completo silencio mientras se escuchaban los gemidos de la diva del porno; yo trataba de pensar en cualquier otra cosa, pero la tula se me estaba empezando a parar. De reojo vi que a Roberto no se le había movido nada de hecho cuando bajó el volumen al escucharse la puerta de calle ni se inmutó. Unos minutos después mientras la escena estaba en lo mejor, vuelvo a mirar de reojo y veo que la tula se le está empezando a parar, aunque el tipo seguía con la botella en una mano y el control en la otra. Para el final le iban a acabar en la boca a la mina, y en esa parte Roberto se lleva la mano a la tula y se la acaricia lentamente.

-Oh, mira -me dice en voz baja- eso es lo mejor...

No dije nada. Él estaba pegado mirando la pantalla como si yo no estuviera ahí, sobándose el miembro hasta que se empezó a pajear. Tenía buena tula, calculé que de unos 17 o 18, y se le había puesto super dura. Terminó la escena en la pantalla, y me miró con cara de caliente, sin dejar de pajearse.

-Oh hermano, eso es lo mejor ¿O no?
-En todo caso -dije tratando de no poner caras- final feliz.
-No y mira -me dijo buscando en la programación- mira, este compilado es de lujo weon, es pa correrse mil pajas.

El compilado era precisamente de acabadas en la boca. Siguió pajeándose mirando la pantalla, mientras yo me daba cuenta que a mi ya se me había parado también, dentro del calzoncillo. La tenía a punto de estallar, necesitaba al menos correrme una paja; al parecer él lo notó, porque me miró de nuevo.

-Vo dale no más hermano.

Me rendí y me saqué los calzoncillos y empecé a pajearme, aunque no estaba caliente con la película sino con él, que se masturbaba delante de otro hombre como si fuera lo más normal del mundo.

-Tenis buen pedazo.

Supuse que era un elogio amistoso y le dije que él también. Estuvimos bastante rato en lo mismo, recostados en su cama pajeándonos a muy poca distancia uno del otro. Pensé en todas esas películas porno donde se supone que son dos hetero y de pajearse pasan al sexo, pero no había posibilidad ni de acercarme, era como que él estaba en otra, o como si estuviera viendo el partido con un amigo; para él la calentura era por la película, la diferencia de estar al lado mío es que no le acomplejaba ni nada. Decidí no hacerme problema y disfrutar el momento, al final que lo estaba viendo masturbarse y eso era más de lo que me había imaginado al conocerlo semanas antes. Empezó a llegar al final, lo supe porque se la agarraba con más fuerza y se quejaba más, así que seguí mirando entre la pantalla y él. Cuando se corrió parecía que lo estaba disfrutando tanto que también me corrí, disparando sobre mi pecho como lo hacía mi amigo; después de acabar se siguió acariciando los huevos y la tula.

-Oh hermano, la media paja...
-Si...

Yo estaba en las nubes con lo que había pasado, aun cuando no habíamos interactuado. Roberto apagó la tele y se quedó quieto en la cama, mirando al techo.

-Hubiera grabado pa subir el video...
-¿Qué?
-Grabado poh -me dijo como si fuera obvio- viste que soy famoso.

¿Subía videos a internet?

-No te entiendo.

Buscó en la cómoda y se secó el semen con una toalla, la misma que me pasó para que hiciera lo mismo.

-Hay unas páginas donde podis subir tus fotos o videos poh -me comentó con una sonrisa pícara- y te hacen comentarios y eso. Mira.

Se buscó el teléfono, y me mostró en internet un tumblr de flaites. Me quedé de una pieza cuando lo veo a él en una de las fotos; estaba desnudo, con la cara tapada con un pañuelo, pero lo reconocí de todos modos. Mostrando la tula a la cámara.

-Ciento veinte comentarios -me dijo con orgullo- y eso que la subí hace dos días ¿Qué tal?

Primera parte: http://relatosflaitecitos.blogspot.com/2015/02/el-que-sube-sus-fotos-al-tumblr-primera.html
Segunda parte: http://relatosflaitecitos.blogspot.com/2015/04/el-que-sube-sus-fotos-tumblr-2.html

5 comentarios:

  1. Jajjaja que genial está tu relato, hubiera sido mejor si se la hubieras chapado xD... Si puedes nos dices el tumblr dónde sube sus fotos

    ResponderBorrar
  2. Toy caliente!!!!!!!!!!! 8=====D

    ResponderBorrar
  3. Falto el tumblr y la 2° paarteee ya!!!!!!!

    ResponderBorrar
  4. ES SIMPLE SI NO HAY LINK DE TUMBLR ES UN FAKE XD

    ResponderBorrar