jueves, 26 de febrero de 2015

Liceo nuevo 2

¿Vamos a tomar helado? Hoy tenemos hartas cosas que hacer. ¿Qué cosas? –respondí ido- Ángel, hoy es la fiesta en Murano “final de semestre y weá”? ¡ALOOOOO! Estay como ausente, a ver, qué está pasando jajaja. (Ahah menos mal fue todo en son de risa, porque de verdá me asusté, yo sentía que estaba pasado a sexo, me dolían mis piernas y sentía como si las manos de Daniel me estaban recurriendo aún).

No, lo había olvidado, Tomás. Pero, quien irá? Puta, la Pepa, la Dani, el Mati y el Paul. PFF, la Pepa, cuica culiá, y el Paul (el primo de Tomás) era el medio mino, perrito zorrón y webá. Ah, mira que entrete. Ángel, te noto súper, no sé ¿te pasa algo?. No, no me pasa nada –le dije- pero es medio complicado estar lejos de todos y eso, aún no sé que voy a estudiar y ya perdí 3ero medio de preu. 

Pero si sabí que tus papis quieren que seai abogado po, y vai a ser el más bonito, aun que medio comunacho, pero bueeh. No, no quiero ser abogado, parece que quiero ser pintor. Igual lindo, tú hací tus cuadros en la casa y yo atiendo partos, porque quiero ser ginecólogo. ¿Oiga, y ha pensado en darme su margarita? Hoy la previa será en el depa de la Pepa, pucha, y le dije que si me podía prestar el depa porque ella se va dónde su mino, y pensé.. que quizá.. (¡QUEEEEEEEEEE! No, no me podía estar pasando en esta webá a mí! Aparte ¿se notará que ya no soy virgen? Pucha, quizá no, si el Tomi igual es virgen, pero weon, no me puedo estar descartuchando a mi mino. Bueno y así fue como en esos 30 seg. Me pasé todos los rollos de la vida.) 

No sé, ando con pocas ganas de ir a esa fiesta, aparte, no me cae muy bien la Pepa. No es nada contigo Tomi, pero, no sé. Ah, para la weá, Ángel, lo que te pasa es que estás cagado de miedo de sentir mi pico en tu culo, si te lo voy hacer con amor, cariño. Y se acerca a mí, subiendo su mano por mi carita recién besada y tocándome los labios que debían de estar pasado a pico y veo en sus ojos esa llama de mentiras, ya no lo quería, esa era mi única verdad. Me alejé de él, entré al emporio dónde vendían helados y pedí uno de frambuesa como si no hubiera escuchado ninguna palabra de Tomás. Hace mucho tiempo que venía siendo agresivo en relación al sexo. Tomamos el Helado, y me despedí de él mientras la micro se aproximaba a mí. ¿Vas a ir?, sí, iré. Y me subo hasta hundirme en el último asiento. Sentía que veía a Daniel por todas partes, que sus besos me habían calentado más que cresta… de pronto noto una erección primaveral y una dilatación absoluta de mi sexo al acordarme en cómo fue capaz de tocar aquella fibra sensible de mi cuerpo que me hubo llevado al placer extremo. 

Llegué a mi casa, subí a mi pieza, me tendí en mi cama y comencé a sacarme prenda por prenda como imaginando que Daniel estuviese mirándome desde la silla de mi escritorio. La corbata fuera de mi cuelo dejó entre ver mi pecho adolescente y al quitarme el último botón de mi camisa me vi completamente desnudo con un slip ajustado que escondía los placeres y gritos que acababan de entrar por mi sexo. Me comienzo a tocar. Me hundo el dedo medio y un grito parece salir extasiado de morbo. Me imaginaba que Daniel poco a poco iría avanzando ya desnudo con su abdomen tonificado y repleto de bellitos cortos que ya quería conocer uno por uno, me seguía tocando, estaba como una perrita recién follaba jadeando y sintiendo aquel hombre en mi imaginación. Mi compañero, el flaite, había hecho de aquel día el más caliente de mi vida. Fue así como logré acabarme entero sin tocarme el pene, sólo mi ano y mi imaginación hicieron de aquel, el primer mejor orgasmo hecho por mis dedos.

Me metí a la ducha antes que mi madre llegara con la Matilde, mi hermana chica. Asi que estuve buen tiempo jadeando con el agua fría que me corría por el ano y mi cuerpo para poder quitarme la calentura que tenía. Me voy desnudo al computador, coloco un tema de Blondie. Abrí mi MSN y tenía un mensaje instantáneo del Daniel.

- No sé que me pasó, pero llegué a mi casa y me tuve que mandar bruta paja pensando que vo estabai mirándome, tocándote tu cuerpecito rico, rico :$ no sé que wea me está pasando con voh, cabrito, eso, xau xau
¡NOOOOOOOO! ¿Sería posible que tuviésemos el mismo deseo y casi a la misma hora? Parece que sí, fue así. Pero mi respuesta fue la más weona de la vida:
- Daniel, estoy con el Tomás.
¡NOOOOOO! Otra vez no! Por qué no le dije que yo igual hice lo mismo. Ya filo, iré a comer y hablar de temas fomes con madre.

A las ocho el Tomás ya estaba en mi casa mientras yo veía unos capítulos de la Daria, subió a mi pieza y se acostó apegadito a mí. Algo en esas horas lo habían vuelto más romántico, me habló de que en la tarde leyó la Tregua, de Benedetti, aquel librillo que le regalé cuando cumplimos ocho meses de pololeo, que me había entendido, pues en la primera página decía “si me quieres de verdad, alguno de estos versos te llevarán al recuerdo de verme entre tus sueños” parece que así fue, algo de él, en ese momento me hizo recordarme a Daniel y lo besé tan fuerte como pude, el Tomás me empezó a tocar y pude sentir su miembro rosándome bruscamente. Asi que me paré, era como si mi culo se hiciera el cuico después de haberse comido 19cm de carne viva, pero parece que no era eso, mi poto era groseramente cochino, lo que pasa es que no quería el pene del Tomás, deseaba el del Daniel. Asi que me vestí, me puse bonito, pues iríamos a esa wea cuica de Murano, que se había abierto recién en la ciudad donde vivo.

Llegamos al depa de la Pepa, el Tomi se hizo el bacán porque el tío le prestó el autoco, así que no podía tomar mucho, pero la Pepa al tiro le dijo que tome no má que ella manejaba, así que el wn se quedó más relajao, se tomó una piscola cototuda, y yo igual po, hablé súper poco; todo lo que dije fue que vi Daria y escuché blondie todo el día. A eso de las 12 estaba un poco ebrio, fui al baño a verme la cara, la Pepa, colocó “Heart of glass” el Tomás entró al baño, me agaché rápido, él me miró como intrigado pero sabía lo que iba hacer y me hundí en su pene virgen, quería que supiera que las había cagado pero que pucha, me entienda, estoy/soy caliente, y empezó a gemir, gemir, gemir, sus labios se retorcían, sentía como su pene crecía dentro de mi boca y sus abdominales se iban colocando más duritos, eso me iba calentando. Desde la panorámica en la que estaba le tocaba su potito, dos deditos curiosos míos entraron a corroer su virginidad anal. Me subió hasta su boca y me dijo “por eso te amo po” me volví agachar y esta vez comencé hacerle lo mismo que le hice al Daniel todo el tiempo hasta que me vi lleno de lechecita cuica en mi boca, era primera vez que le hacía un mamón así de grosero al Tomi y primera vez que él había durado más de cinco minutos en eyacular. Me limpié la boca mirándome al espejo sin decir nada. Amor, estai viendo harta porno?. Sí, un poquito. Las piscolitas me dejaron un poco caliente. Le toqué su pene flácido, lo guardé en el bóxer, le besé la mejilla, le tomé la mano para que saliéramos del baño. El Tomás me quiso preguntar algo pero justo el Paul lo interrumpió y yo me fui a fumar un pucho a la terraza. El Tomás llegó medio distinto, ya, nos vamos –me dijo así, fríamente- asistí con la cabeza y me fui a colocar el abrigo.

Llegamos a la disco, todo bien. El Tomás se colocó hablar con una tipa y yo me fui al baño. Era evidente mi huecura en aquel lugar. Madonna tocaba, entonces me fui en busca de Tomás para que bailemos, no sé, lo bese. No quiso. Me dijo que eso no se podía hacer en una disco hetero y que puta, sorry. A si fue como me encontré con la Lore y la Dani, mis compañeras flaitecitas del curso y me empezaron hablar, yo feliz con ellas, tomamos un poco y la Dani me invitó a fumar marihuana. Entre risa y risa la Lore me dice, sabí que el Seba, ese weon me dijo que te quería comer, que le pareciai super mino y que él no era gay, pero igual te haría la maldá… yiaa? Y la Dani, repuso, pero el Daniel justo le paró la mano y le dijo, el cabro es re decente no se va a meter con un Cuma como vo’. Shaaa, la volá le dijo la Lore. Nada puedo decir po chiquillas, les dije, si sé amiguito. ¿oye, y ustedes qué onda? Nada po, hoy es la fiesta de fin de semestre del curso, la profe Mireya arrendó parte de la disco pa los 3eros medios, yo pensé que sabiai. No, ni idea, yo vine porque sí no má. Sipo, si má despué van a llegar los cabros. Ah, piola, y fumé una bocanada más de pito imaginándome que el Daniel entraría por esa puertecita cuica con su estilo de flaite rico. 

A eso de las 2 y media de la mañana, la disco se llenó de compañeros del Liceo, Tomi y sus amigos lo encontraron flaite/flaite/flaite asi que decidieron irse al depa de otro weon zorrón y continuar la noche ahí. Yo le dije que no quería ir, que me quedaría con la Dani y la Lore. ¿Ángel, vo creí que yo soy weon? Y su mano derecha aprieta mi muñeca y me empuja a la pared del estacionamiento, el ruido de la noche parecía silenciarse y un eco de violencia nos fundía a los dos. Tomás, de qué wea hablai? De, no sé po weon, tampoco soy tan imbécil, con quien te estai metiendo? Y antes de terminar la última sílaba sus brazos me empujan hasta verme desfallecido en el cemento, comienza a tocarme bruscamente, (los chicos -sus amigos- nos esperaban en la entrada de la disco pues cacharon que estábamos discutiendo) sus dedos comenzaron a bajarme bruscamente el pantalón y a tocarme y a besarme, sentía asco pero era como si estuviese ido, no podía creer que ningún músculo de mi cuerpo se quisiese mover, estaba en pánico. Para, para, para… y siento como bruscamente Tomás me da vuelta y me deja mordiendo el pasto, sentirlo encima de mí era rico, estaba curado, pero no quería follar con él, algo en mi decía que no, que no, que no. Y no sé en qué segundo o cómo fue que pasó pero siento como tomas se desfallece en mi espalda y alguien me saca apresurado de su cuerpo desmayado o noqueado, era Daniel, me dijo, corre, corre, por favor corre conmigo y el miedo, la ira, la desesperación hicieron de esas palabras la única vía de escape para aquella situación.

Llegamos a una playa, corriendo harto, el Daniel me decía que no me detenga que era mejor que nos fuésemos de ahí que el Tomás estaba pitiao y que, después me iba a explicar lo que pasaba, que yo aún no cachaba. Llegamos a una roca enorme, el Daniel se subió primero y me tomó dejándome acurrucado en su pecho, me tocaba mis cabellos, me decía “sh,sh,sh, ya pasó, ya pasó” y su halo de tranquilidad me daba plena seguridad, le miré y una lagrima mereció escaparse de mis ojos, él en un impulso propio la besó y me dijo que nada me iría a pasar, que si de algo estaba seguro era de que tenía que protegerme. Que no pensara webás y que durmiera un ratito. 

Asi que le abracé entero, su respiración agitada me hicieron pensar en su pene húmedo tras la previa, el baile, la corrida y sujetarme todo el tiempo. Le besé el cuello. Angelito, no sea goloso. Ahah y suspiré hondo. Oiga, ¿hace mucho que está mal con el Tomi?, gilo culiao me lo habría pitiao má fuerte, no lo hice porque quizá le podía llegar muy fuerte el impacto a su cuerpecito lindo. Sí, es que quiere hacerlo conmigo, pero yo no quiero.. ¿qué? Aún le da la pasá? No po –le dije-, entonces.. eso quiere decir, qué.. Sí, Daniel. OH, Ángelito lindo, weon, por eso que fue demasiado especial, weno, yo igual le di mi virginidá po, nunca antes lo había hecho con un hombre, menos mal me tocó un principito bonito como uté. Ay, no sé, no habían pasado ni 24 horas y yo sentía que Daniel sin querer traspapeló todo mi mundo, desconfiguró mis emociones y me dejó ido a sus encantos rufianes. Lo besé tanto como pude. Vamo pa mi casa, qué nos vamo a quedar haciendo acá angelito, en mi casa vamo tar má calentito. Ya, vamos. Y siento como me toma de la cintura y me baja a la arena (en esa milésima de segundo pude sentir su viril sexo ya duro y esperándome), calentura o no, solo quería sentirme protegido por Daniel esa noche. Caminamos demasiado, hubimos ido todo el camino tomados de la mano y hablando de lo lindo que sería si algunas cosas cambiaran en el mundo, en la política, en el arte, en la salud, etc. Angelito, ¿cuál es su libro favorito? Hmm, creo que las Olas de Virginia Woolf, por? Es que, yo.. lo comparo a usté con el libro favorito que me gusta a mi po ahaha. OHHH, en serio? Sípo. Tu cachai al Antoine de Saint-Exupéry? Noooooooo, qué buen dominio del Francés Daniel , sí, obvio que sí. Tu libro favorito es el principito? Cómo cachaste –me dijo- porque no sé, -contesté- lo supuse, creo. Es que ese librito me lo leía una tía y me gustaba mucho, mucho. Y yo le puse principito cuando estábamos en una clase de filosofía y a usté le preguntaron que, qué hacía cuando estaba triste, y usté, respondió: me gustan las puestas de sol. Y fue como si todo el libro se me viniera encima, en esa frase “Cuando uno está muy triste son agradables las puestas de sol” y ahí quedaste como mi principito po. Ya, entremo a la casa mejor será, hace mucho frío, vamo. Me encaminó con su mano la subida y en mi mente sólo podía entrar una frase, “me gustas” jamás nadie se había detenido a escucharme las sartas de idioteces que digo.. siempre ando volando y seguramente aquel día fue uno de ellos, ventilé uno de mis secretos mayores que solo Daniel pudo atesorar en el remanso de su corazón. La casa era modesta, Daniel vivía con sus dos hermanos chicos y su madre, asi que nos fuimos con cuidado a su pieza que quedaba como en una especie de agregado al salir de la cocina, me tendí y comencé a ver los espacios que la decoraban, abre la puerta… venía con un tecito y unos algodones ¿y esos algodones? Ángelito, es que no lo quise asustar, pero el golpe o quizá qué pasó ante que yo llegara le hicieron una heridita en su carita.. pero yo lo voy a curarlo… 

Luego que hubo curado todo mi ser (porque en serio, me sanaba estar con él) nos quedamos mirándonos y un beso esbozó un te quiero de sus labios color cereza. Nos quedamos ahí, tendidos, su mano comienza a subir por mis piernas delgadas, un tiritón logró calentarlo y me besó con más ganas… se subió encima de mí, al oído me dijo “hoy, quiero hacer el amor contigo, ¿me dejarías?” y se vio asistido con el beso que le di, mis manos abrazándole aquella espalda fornida y musculosa. Comenzó a envestirme por encima de mis pantalones, logró dejar al descubierto mi cuerpo tras sacar la polera que portaba y abrazarme, besarme, gemirme al oído. No podía creer que tenía aquel macho ardiente encima mío… que me haya salvado de Tomás, que me haya recordado con el libro el principito y que me estuviera besando así de grosero… logramos ambos sacarme los pitillos negros que llevaba puesto y me dio vuelta para olerme entero desde mi nuca hasta mi sexo… olió como pudo cada parte de mis cachetes.. me dijo, olor a cremita, sí –respondí- y un ¡ufff, que rico! esbozó su calentura.. me tomaba con sus largas manos la cintura y llevaba su cara a mi ano ya nuevamente excitado al contacto de su piel.. era como si tuviera un escalofrío de placer constante cada que su cuerpo se acercaba al mío.. saboreaba todo lo que quedaba de él y lo que no pudo sacar la ducha y la paja que me mandé al llegar a mi casa… apoyó sus manos más firmes a mi cintura y logro subirse como trepando desde mis caderas a mi oído.. pude sentir su miembro fuerte palpitándome en el ano y un nomeolvides que gravado quedó hasta el día de hoy en mis recuerdos… cada qué su cuerpo se apretaba con el mío sentía como olas se quebraban en mi.. pude subirme encima de él y cabalgar en su miembro cubierto por aquel bóxer de un azul eléctrico… me tocaba el vientre, subía por mis brazos delgados hasta dejarlo holgado a mi disposición… como pude estiré mi trasero hasta sus rodillas y bajé suave y delicadamente por aquel moreno pecho cubierto de raíces suyas. Llegué a la comisura de su bóxer y olfateé cada centímetro de su cáliz maduro, con mis dientes me llevé la liga que aprieta su miembro a mi boca, logré dejarla descubierta y en un cerrar de ojos me vi completo, anestesiado en aquella verga dura.

 Succioné sin imaginar nada durante diez largos minutos, los gemidos de Daniel eran la melodía que estaba acunando en mi interior, aquellos “sigue, sigue” “oh, mmmm” los tenía agitándome el alma y su respiración aterciopelada me tenían en un éxtasis que sólo los dioses del Olimpo saben que sí existe. Y en un impulso propio nuestros cuerpos quedaron compenetrados, y no hubo más que hacer, que sentirnos mutuamente… logró subir una pierna mía hasta su cadera y la que quedaba suelta la acomodó recta para dejar cabida a su pene y la penetración me doliera menos. En todo momento me besaba, me miraba con sus ojitos de luz y una vez que logró embestirme un dejo de su mirada me hicieron locamente sentirme enamorado de aquel rufian. Mis labios se apretaron para evitar soltar el chillido de dolor, mi mirada se fue al techo pero todo lo que recuerdo fueron la carita de Daniel que con su mano llevó mi mirada a sus ojos y mis labios a su boca y fue así como la segunda, tercera y cuarta embestida me dolió mucho menos…. hasta ya sentirme nuevamente en la nube del placer afrodisiaco de una penetración homosexual. Luego de haber pasado unos minutos logré escaparme de aquella posición y colocarme boca abajo hasta subir mis nalgas lo más que pude. Desde aquella postura podía sentir como Daniel con sus manos tocaba cada costilla que se dejaba asomar de mi cuerpo y mis dedos largos apretaban las sábanas y mis labios mordisqueaban de placer la almohada que nos acunó hacía ya unos minutos… Mis gritos se escuchaban desde lejos es por ello que Daniel logró cubrir mis orgasmos con un beso largo y duradero… me tocaba, me seguía bestialmente follando el alma entera, en realidad, aquella noche hicimos el amor, perdí la cuenta del número de veces que le dije teamo/tedeseo en silencio y también todos los besos apasionados , enamorados, que recibí de parte de él. Luego de un largo rato haciéndonos el amor logré acabar con el roce de sus manos toqueteándome el cuerpo entero, no había lugar que no fuese explorado por él, me conoció el alma y yo le conocí el ser. Le adoro, me dijo, hasta que pude sentir como derramaba aquel espesor bendito que me cubría el cuerpo entero, me santificaba y me volvía a la vida eterna… me tiré a la cama y el cayó encima de mí… dócil, tiernamente, sutilmente me besó el cuello, me abrazó y nos cubrió morfeo en un sueño lento y amable… A la mañana siguiente su madre entra a la pieza y ve la “escabrosa” escena… continuará.


13 comentarios:

  1. Que onda el final con la mama!! Me apreto la wata xD

    ResponderBorrar
  2. Suban luego la 3ra parte!!!!!!!!! Ahora se puso wenaa

    ResponderBorrar
  3. MA-RA-VI-LLO-SO.!!!!' Me encantooo! Felicidades por ser tan talentoso :) !!! Ufff me reviviste la esperanza en el amor !! Xcierto tambien veo daria .tu eres todo un escritor :) nunca dejes d escribir y PORFA LA 3RA PARTE!!! Wow suerte y amor en tu vida. Espero estes bien . SAAALUUDOOSSS!! :p :D.

    ResponderBorrar
  4. weon no he podido dejar de pensar en la escena donde te recuerda al principito, me parece un detalle mui bonito, ojalá tenga un lindo final (lll)

    ResponderBorrar
  5. "aquel espesor bendito que me cubría el cuerpo entero, me santificaba y me volvía a la vida eterna(…)" xDDDDDDDD soñà'....

    ResponderBorrar
  6. Enserio te felicito por tu redaccion... soy adolescente y me encanta leer... tu redaccion podria alcansar a compararse con veronica roth un poco jk rowling.... sigue asi :) y GG

    ResponderBorrar
  7. Veo graves faltas de ortografía...

    ResponderBorrar
  8. No pueden alabarle la redacción con esos diálogos que no se entiende nada po wn!
    Aparte de eso, todo lo demás es perfecto xD

    ResponderBorrar