jueves, 17 de diciembre de 2015

Mi compañero de pega, el flaite

Hola, es mi primer relato y me animé a escribir luego de motivarme con algunas historias muy buenas que leí acá. Este blog me ha dado buenas pajas y definitivamente es el culpable de lo que les voy a contar, ya que antes ni miraba a los flaites.

Primero, me presento, me llamo Sebastián, tengo 25 años, soy bisexual no asumido (pololeé 5 años con una mina y después de eso me he dedicado a webear -con hombres y mujeres- y puta que lo he pasado bien). Soy un weón muy normal (creo): 1,70, moreno, peso 65 kilos. Vivo solo en el centro de Santiago, puesto que mi familia vive en Los Andes. Salí de la U el año pasado y me ha costado mucho encontrar trabajo estable. Así, llegué hace un mes aproximadamente a una pega de mierda, que nada que ver tiene con lo que estudié.

El primer día llegué y me presentaron a quien sería mi compañero de trabajo: Felipe. Primera impresión: flaite culiao. En ningún momento se me pasó por la cabeza algo más allá, de hecho me cargó el weón.


Wena hermanito, yo ya vine ayer y me explicaron todo, si querís te enseño qué es lo que hay que hacer. Es pajera la weá, pero fácil.


Dale, me sirvo un café y me enseñai.

En la oficina habían 5 personas más, que aún no entiendo mucho qué hacen. Al rato llegó una nueva compañera: Mónica. Resultó ser amiga del flaite (él la había recomendado) y yo más incómodo me sentía. No cachaba una de los personajes de los que hablaban ni de las historias de las que se reían.

Felipe nos enseñó la pega y en verdad era pajera y fácil así que empecé a trabajar en silencio mientras tomaba mi café. Al rato alguien nos pide ayuda para mover unas cajas y fuimos con el flaite. Fue el primer momento en que lo miré con otros ojos: se agachó a tomar la caja y se le notaba un culo exquisito, durito, redondo y que me recordó a tanto poto que han descrito en este blog. Era como el de Eduardo Vargas (el jugador de fútbol) y yo ya había fantaseado mucho con ese culo. Se para y le sigo mirando las piernas bajo ese pitillo negro que usaba y que le marcaba todo. Era flaco el weón, pero flaco interesante, claramente estaría marcado y sus brazos eran perfectos. Yo estaba en otra, me calenté d euna y empecé a imaginármelo en pelotas, me desconocí porque cuando lo vi por primera vez no me había fijado en lo rico que era. Le miré bien la cara y el weón no era feo, tenía unos labios gruesos con los que me pasé mil rollos de una, unos ojos bonitos y un corte de pelo a lo Alexis. Era el prototipo de flaite descrito en la mayoría de los relatos, sólo le faltaba el pitillo de la U, weá que era imposible porque 1. Estábamos trabajando y 2. Me enteré después que es colocolino (punto a favor).

Yo iba a penas con las cajas y él se dio cuenta. Se ofreció para ayudarme pero yo no podía ser tan penca y como pude hice lo que me habían pedido. Volvimos a trabajar y en el camino me empezó a contar de su vida: vive en Renca (la lleva) con su mamá, es hijo único tiene 19 años y lo único en lo que piensa todo el día es en jugar a la pelota. Ah, y pololea con una mina hace 2 años. Puta, pensé, no hay mano acá.

Trabajamos caleta ese día y la primera semana y cada vez me simpatizaba menos trabajar con los cabros. No me sentía cómodo porque habían comentarios weones, actitudes pendejas (la Mónica también tiene 19) que me tenían chato. Después fui cachando que yo era el que andaba en otra, con otros atados y que esto fue la gota que rebasó el vaso nada más.

Luego del primer fin de semana, el lunes en la mañana el flaite me recibió con un abrazo y me empezó a contar todo su fin de semana:


Fui a la casa de mi polola y weón, me la reculié.

Cooonchetumadre, pensé, la que me faltaba. Ahora este weón me va a empezar a contar su vida sexual y más incómodo me voy a sentir.


Hace rato no culiábamos y yo andaba más caliente que la shusha.


Jajajaja, weena weón.


¿Y voh hermanito, te llevaste alguna minita a tu casa?

Yo le había contado que vivía solo y pa’ este weón fue asociar a que yo me pelaba siempre por tener la posibilidad de hacerlo. Weá que es verdad pero que no quería soltarle tan rápido. Además tampoco tenía la intención de contarle que me agarraba a weones también.


Jajajaja, no weón, vinieron unos primos y salimos a tomar a Bella.


Ahhh, weeeena. Hace rato no voy a Bella, podríamoh ir un día después de la pega.


Ya po –con cero fe e interés de que la weá alguna vez se concretara-.

Esa semana fue mejor en la pega. Me reía con ellos, los webeaba y conversábamos más. Eran buenos cabros, pendejos que se estaban esforzando caleta pa’ estudiar el próximo año.

A todo esto, el flaite ya me gustaba un poco. Le pedía que me acompañara a comprar y me apuraba pa’ irme con él en el metro. Lo miraba y seguía fantaseando. Cada vez que podía le tocaba el tema de lo sexual porque me gustaba cómo se soltaba con eso. Hasta que me contó un día que paramos a fumarnos un pito en una plaza que en una oportunidad hizo un trío con un amigo y una pelá después de un carrete. Ahí quedé pa’l pico:


Pero, tú y tu amigo, ¿tuvieron interacción?


Jajajaja, no weón. O sea, mientras yo se lo ponía por el chorito el weón se lo metió por el hoyo y ahí fue raro porque nos rozamos. Yo no soy hueco po weón.


Jajajaja, ¿buena experiencia?


Puta sí, pero ni cagando la hago de nuevo, la mina era loca, después quiso hociconear la weá y andábamos urgidos porque puta, yo estaba pololeando po weón y mi amigo igual.

En ese momento yo estaba hirviendo de caliente y seguía preguntándole detalles y el weón contestaba. Noté que un bulto le crecía en el pantalón y que, tal como me lo había imaginado en mi casa mientras me pajeaba pensando en el flaite, tenía buen pico. Llegué a la casa a correrme la media paja imaginando esa escena. Hasta busqué al amigo en facebook pa’ tener una mejor imagen mental de ese trío.

A esas alturas yo ya estaba deseando poder agarrármelo o alguna weá que resultara caliente, pero no se me ocurría cómo. Hasta que llegó la siguiente semana, el lunes fuimos a trabajar, el martes era feriado y me había quedado sin panoramas porque mis amigos tuvieron fin de semana largo y se habían ido donde sus familias (todos son de fuera de Santiago).


Wena, hermanito, ¿qué vai a hacer hoy? Supongo que hay carrete en tu depa, ¿vai a llevar a alguna pelá pa portarte mal?


No weón, estoy sin panorama porque me dejaron solo mis amigos y puta, ando sin mucha plata y prefiero estar en la casa, así ordeno un poco.


Pero hermano weón, mañana no hay pega, yo te apaño pa’ que tomemos.

Ya po, qué me dijeron, cuando salimos de la pega pasamos a Bellavista. Destino: Harvard. Había ido una vez antes y me había gustado harto porque andábamos en un grupo grande y webeamos caleta. Ahora eramos sólo los dos. Hablamos caleta, le conté de mi vida (de todo menos de que era bi, me daba weá hablarle de eso) y me contó de sus proyectos y me soltó que estaba teniendo atados con su mina. Esta es la mía, pensé.

Después de tomarnos un par de chelas salimos bien curados, caminamos por Pío Nono y me dijo que si podía quedarse en mi casa porque a esa hora (las 2:30 aprox) le daba paja irse a su casa.


Obvio po weón, siempre pensé que la idea era que te ibai a quedar, ni cagando te vayas a esta hora solo pa tu casa.


Wena, yo me saco un pito pa agradecer.

Llegamos al depa y nos fumamos una weá que me puso más caliente de lo que estaba. Hacía calor más encima así que fui a ponerme pantalones cortos y a cambiarme la polera.


Weón, ¿me prestai algo de ropa? Ando incómodo y toi cagao e calor.


Obvio weón, ven a mi pieza.

Entramos y se sacó la camisa que traía puesta. Quise abalanzarme a comerme su marcado abdomen. Su espalda era tal como me la había imaginado. No tenía pelos, nada, cero.


Me escuchai weón? Parece que quedaste pegao.

Mierda. Me había quedado mirándolo como weón y seguramente notó que babeaba.


Jajajaja, estaba pensando qué podía pasarte.


Yaaa, dale, seguro.

Diciendo esto último me guiñó un ojo y yo no sabía qué chucha estaba pasando. Le pasé una polera y antes de ponerla me dijo que también quería un short. Ahí se sacó el pantalón y quedó sólo con un bóxer blanco que le marcaba toda la verga. La tenía hacia un lado y se veía exquisita. Me encantaba lo que veía, era un weón perfecto, alejado de los weones que me había comido. Este weón era muuuuuy rico y ya había decidido que me lo comería. Ya fuera curándolo, volándolo o como sea, me lo iba a comer esa noche. Pero no sabía cómo empezar, así que le pasé un short y me fui a preparar una michelada.


¿Quieres una michelada weón?


Ya po, el pito me dejó aweonao y la michelada me prende más.

Esta es la mía. Le dije desde la cocina:


Jajajaja… weón, ya es tarde, ¿pa’ qué te quieres prender más?


Puta weón, hace rato que veníamos diciendo que íbamos a carretear po’, y como ando con ataos con mi mina y en la casa y toda la weá, quería curarme raja y pasarlo bien con voh. En este tiempo me hai caído terrible e bien culiao, tengo cualquier confianza con voh y mañana no se trabaja po.


Es mutuo weón, también me caíste bien, aunque debo reconocer que al principio no te pasaba.


Jajajaja, si caché.


En serio?


Weón, no me pescabai, te tiraba tallas y voh serio.


Pero es que no te conocía po y somos diferentes, yo soy más grande que tu y sus temas me aburrían. Pero eso ya pasó.

Eso pasó en el living con las micheladas servidas. Me apuré en tomar la mía porque estaba cagadísimo de sed y calor. Yo lo miraba ya con más ganas de abalanzarme sobre él.


Ya me tomé esto, estaba seco weón. Te sirvo otra, hermano – me dijo mientras caminaba barsamente a la cocina.


Ya po, ¿me querís curar?


Jajajaja, me pillaste.

Cuando llegó con la otra, fue al baño a mear. Estaba con la puerta abierta y yo escuchaba un chorro potente proveniente de una parte de su cuerpo que yo quería tener –aunque no sabía cómo- dentro de mi boca primero y después llenándome el culo. No soy pasivo, pero por este weón, lo que me pidiera iba a hacer.


Oye hermano, me dio sueño, ¿tomémonos esta weá y nos acostamos?


Puta weón, no queriai carretear?


Puta sí, pero cuando estaba meando vi en feisbuk a mi mina carreteando con un weón que es su compañero de U que estoy seguro le tiene ganas y esa weá me dio rabia y se me quitaron las ganas de tomar, perdón.

Con menos alcohol bajaban mis posibilidades de agarrármelo pero en la pieza la weá se podía poner más cercana, weá que he aprendido gracias a sus relatos. Traté de recordar algunas técnicas que había leído y que recordaba siempre para cuando se me diera la oportunidad de agarrarme a un flaite.

Me tomé la michelada y la weá se me fue a la cabeza rápido, sumado al pito no me coordinaba bien. Fuimos a la pieza y le dije que armara la cama nido.


No weón, pa qué, mucho atao. Yo duermo donde sea y tu cama igual no es chica.


Ya po, acuéstate. Voy al baño y vuelvo.

En el baño pensaba que esta era la mía y que si hacía las weás bien podía agarrarme a este weón, por fin.

Cuando llegué a acostarme el weón estaba en sus bóxers blancos (imitación de Calvin Klein, por cierto) sentado en la cama.


Acuéstate po culiao


Tengo que ir al baño también po

Me acosté en bóxers tbn y me quedé raja al parecer. Desperté como media hora después con el flaite al lado, roncando y muy pegado a mi. Ya conchetumadre, ahora es cuando.

Primero corrí la sábana para atrás y pude verlo. Estaba asombrado de que fuera tan perfecto. Quería olerlo, lamerlo, tocarlo, apretarlo, hacerle de todo! Me senté en la cama y lo miraba, su abdomen plano, su paquete exquisito que se le marcaba… Le toqué, cagadísimo de miedo, el paquete por encima del bóxer y seguía roncando. En un momento dejó de roncar y me asusté.


Chúpamelo weón, hai querido hacer esta weá toda la noche. Chúpame la corneta que estoy más acumula’o que la cresta.

No me esperaba esa weá. Me quedé en blanco y atiné a intentar bajarme de la cama porque estaba cagado de miedo.


Chúpalo. Dicho esto se bajó los bóxers y me tomó la cabeza con fuerza y la acercó a su verga que ya estaba semi erecta.


Suéltame, esta weá la vamos a hacer a mi manera.

No sé de dónde saqué eso, pero el flaite me soltó y se puso las manos cruzadas atrás de su cabeza. Le tomé ese pedazo de carne morena y lo pajeé un poco. Salió precum y le saqué esa primera gota con la lengua. Le corrí el forro pa’ atrás y mi lengua recorrió esa cabecita exquisita, rosadita y sin ningún olor desagradable.


Ohhh conchetumare, que rico culiao. Tenís experiencia culiao, siempre sume que erai hueco. La cagaste weón.

Me metí como pude ese pedazo en la boca (puta, no tengo reglamidepicos en los ojos, pero debe haber sido como de 20 cms, el mio mide 16, por eso calculo cuánto medía el de él). Era la verga más rica que había probado, estaba calientita y palpitaba dentro de mi boca. Como a los 15 minutos de mamar, morder, lamer y tocar ese pedazo exquisito de carne y sus cocos que le colgaban, el weón pega un gemido muy masculino y me llena de leche la boca. Había tenido semen en la boca, pero jamás me lo había tragado, pero esta vez me lo tragué casi por inercia, porque nunca pensé que el weón se iba a ir cortao con la mamada, me pilló volando bajo. Yo pretendía que me la metiera por el culo y estaba un poco decepcionado.


Sácate el bóxer weón.

En mi cabeza dije QUÉEEEEEE. Y me sacó el bóxer y se metió mi pico en la boca, como pudo. Se notaba que era primera vez que lo hacía. Le dije que tuviera cuidado con los dientes y fue mejorando a medida que pasaban los minutos. Se lo metía entero en la boca y mirarlo haciendo eso es una de las weás más calientes que tengo en mi cabeza mientras recuerdo todo para escribir este relato. De un momento a otro, me tiró en la cama, me abrió las piernas y pasó a lamer mi culo. Si hay una weá que me manda a la cresta es lamer culos y que me lo laman, así que me levanté y me puse sobre él, haciendo un 69.

Primera weá que noto es que el weón ya estaba con la tula pará de nuevo. Partí comiéndole de nuevo el pico mientras el metía como experto su lengua dentro de mí. El weón se lo devoraba y yo trataba sin mucho éxito de hacer lo mismo. Me quedé chupando su verga mientras con un dedo empecé a explorar su culo y no hizo gesto alguno de incomodidad. Por el contrario, se acomodaba y comenzó a hacer lo mismo. Él alternaba su lengua con un dedo que ya tenía entero dentro de mí y me hacía ver estrellas. Yo ya llevaba dos dedos metidos en su culo y hacía movimientos donde claramente demostraba lo mucho que le estaba gustando esto. Nos dimos vuelta, ahora él estaba encima de mí y yo podía lamer mucho mejor ese hoyito exquisito, se lo devoré, me encantaba ver ese agujero negro, oscuro con unos pocos pelos. Lamía mis dedos cada vez que se los sacaba y mientras estaba un poco abierto, introducía mi lengua lo más adentro que podía Al rato paré y me puse encima de él, sentado en su guata, mientras con la mano izquierda lo pajeaba y con la derecha me la corría yo. Le mordí los pezones y el weón gemía cada vez más fuerte. No me importaron los vecinos, lo estaba pasando muy bien junto a mi compañero de pega, el flaite que desprecié en un primer momento.

Junté los dos picos, me escupí la mano y los pajeé juntos. Ahí noté la diferencia de tamaño y de grosor y la verdá me dio miedo que me la pusiera, así que le insinué que se lo iba a meter, acercándole mi verga a su culo.


Dale, pero despacito. Nunca he hecho esta weá.

CONCHETUMADREEEE! Se lo iba a poner al flaite! Me puse un condón que saqué del velador e intenté ponérselo mientras él se había acomodado en cuatro patas. Gritó de dolor cuando entró la cabeza y siguió así mientras entraba cada centímetro. Cuando ya estaba toda adentro le dije que se relajara y el weón, por el contrario, apretaba más el culo. Weá que me calentó caleta igual. Comencé lentamente a moverme y unos minutos después ya me lo estaba culiando con todas mis fuerzas. El weón gritaba de placer y yo estaba muy caliente. Mi pieza era un horno y olía a cacha, estábamos sudados ambos, veía cómo asomaban las gotas de sudor en su espalda con cada embestida. Le saqué el pico del culo y lo di vuelta pa ponérselo patitas al hombro. Estábamos en eso, cuando me toma la cabeza y me da un beso muy apasionado. Obvio que se lo respondí, nuestras lenguas se hicieron rápidamente amigas mientras mi pico estaba entero dentro de él. Luego del beso me mordió el cuello y ahí cagué, caché que me iba a ir cortao, le saqué el pico y me quité el condón, alcanzó a tomarme el pico y salieron chorros y chorros de leche encima de su guata.

Creo que nunca había quedado tan muerto después de culiar, pero las ganas de seguir esa noche de sexo fueron mayores…

(Continuará!)




2: http://relatosflaitecitos.blogspot.com/2016/01/mi-companero-de-pega-el-flaite-2.html

16 comentarios:

  1. Csm, buenísimo!!! Sube la sgte. parte rápido porfa xD

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  2. aaay weon oooohhh exquisito el relato, quiero la segunda parte amigoo !!

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  3. sigueeee esta bkn tu relato
    kuhaylan.

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  4. Muy bueno tu relato, manda luego la segunda parte, hace tiempo que no leia un relato weno weno ;)

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  5. Yo igual tengo un flaitecito con derechos, es lo mejor que hay. Y cuando nos vemos en la calle me trata de "usted" ;)

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  6. Que buen relato wn!!!! la cagó!!

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  7. Puta el relato bueno conchetumare, estas weas dan ganas de leer po no la de los otros analfabetos culiaos....
    que siga jajajajaj!

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  8. Wueon uno deos mejores relatos de este ultimo tiempo, sube luego la otra parte, esta buenisimo

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  9. Relato auspiciado x P&G bueno bueno

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  10. Estubo wena la wea primera vez ke leo algo tan bueno.. la segunda partepo ke siguio despues como te trata y la wea

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  11. Muy buen relato! A la espera de la segunda parte...

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  12. Casi me fui cortado leyendo está weá ajajajaja el otro please ahahah

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