jueves, 13 de agosto de 2015

Adolescentes apasionados

Tengo 18 y esto sucedió cuando tenía 15. Iba en un colegio conservador de mi ciudad y en mi curso habíamos pocos hombres. Entre ellos estaba, Eduardo, futbolista, alto, muy atlético, moreno, chinito y muy, MUY culón. Yo, por mi parte, blanco, delgado y de estatura media, muy estereotipo de porno "bel ami".
Resulta que con este niño eramos muy amigos porque fuimos juntos desde chicos en el mismo colegio, pero en la media nuestra relación cambio. Primero empezó con las típicas bromas que los púberes hipersexualizados realizan, como corridas de mano sutiles, dedos de jara (xD) y punteos en la fila para entrar a clases. Pero con el tiempo, estas bromas fueron subiendo de tono, al punto que nos avisabamos cuando el otros estaba erecto para frotar el trasero en su miembro. También me mostraba en clases, a través de su pantalón, la erección que tenía y eso me mataba.
En ocasiones en los benditos camarines de ese colegio (pasaron más cosas ahí con otras personas), después de educación física, nos ibamos a cambiar antes que el resto para hacer estas mismas "bromas" estando los dos solos.
Y aquí es donde la cosa se pone realmente caliente. En una ocasión nos dieron un trabajo en parejas en biología y yo, ni weon, ofrecí mi casa para que Edu y yo hiciéramos el trabajo, total pasaba todo el día solo. Ese día nos fuimos de clases a mi casa a hacer el trabajo y cuando llegamos noté que, efectivamente, estaba solo. Por esto, puse manos a la obra en mi plan.
Le dije que lo hiciéramos en mi pieza, porque ahí estaríamos más cómodos con el escritorio grande. Cuando llegamos cerré la puerta con pestillo, por si acaso alguien llegaba, y me di vuelta, con mirada lasciva. Él lo notó y me preguntó que onda, le dije que se relajara y dejara las cosas en el escritorio y me abalancé bruscamente sobre él. Su reacción, no lo negaré, fue violenta, empujándome y diciendo que no es gay y que no me pasara rollos. Pese a ello no lo deje escapar y, entre forcejeo y forcejeo, cedió.
Lo primero que hice fue buscarle el cuello, se lo mordí y soltó un suspiro que aun no olvido, luego subí para besar con ansias sus labios gruesos. Acto seguido, le saqué la polera para ver ese cuerpo de adolescente lampiño y musculoso, ¡que wea más excitante! y él hizo lo mismo conmigo, besando nuestros cuerpos con un hambre brutal y haciendo ruidos de máxima excitación.
Luego de besar nuestros cuerpos, tomé la iniciativa y baje hasta su paquete que latía duro. Le bajé el pantalón de colegio y noté que llevaba dos boxers. "Para que se me vea más poto", me dijo y me reí ene. Le bajé ambos y salió a la luz su pene duro (no recuerdo el tamaño, pero el típico de un adolescente de 15 años), con sus pelitos incipientes y esos coquitos que me coquetebean. Era un miembro precioso y el sabor aún mejor. Me lo metí a la boca y succioné tímidamente. "¿No teníai hambre culiao? Tragatelo entero" me decía y yo, obediente, caso le hice, mientras ponía sus manos en mi cabeza y me follaba la boca. Estuve así al rededor de 10 minutos y luego él, de forma timorata, se decidió a bajar y hacer lo mismo con mi pene. Fue el primer 69 de mi vida y realmente fue un gozo absoluto.
Luego de ello, se sentó en el borde de la cama con su miembro apuntando al techo y me dijo "Siéntate". En ese entonces, yo era virgen y no entendía muy bien del proceso, así que accedí. Se notaba que también sería su primera vez, porque intentó meterlo de una y me hizo doler al momento que corrían lagrimas por mi cara. Vio esto, me las secó y se puso en cuatro para que lo intentara con él.
Me puse un condón que tenía como mil años esperando a mi primera vez y, echando un escupe en su ano, empujé fuerte. Gritó tan fuerte, que creo se escuchó en todo el condominio, pero no me salí de su interior. Me puse encima de él mientras agarraba su guatita llena de perfectas calugas y luego de que se relajara lo follé en vaivenes con intervalos lentos y luego rápidos y duros. Tener a ese galán flaite futbolista recibiendo mi pene, es una imagen que no olvidaré y con la cual aun hoy me masturbo.
Cuando ya no podía más de la excitación acabé dando fuertes embestidas a su duro potito, y luego se salió de mi pene rápidamente avisando que iba a acabar. Se paro y yo me agaché, y con la misma violencia que me rechazo en un principio, me folló la boca diciendo "cometela maricón" y llenó de su exquisito semen toda mi boca y garganta. Lo saboreé y tragué mientras él se fue al baño. Y adivinen, pese a que recién habíamos follado, se fue a masturbar xD!
Cuando salió, llenos de culpa, nos abrazamos fuerte pero no hablamos del tema y nos pusimos a hacer el trabajo, y después tomamos once. Cuando me iba a echar mermelada, me dijo "pensé que ibai a querer de la mía de nuevo".
Esta situación fue una de las tantas que viví con mis compañeros de curso. Con Edu la relación no terminó ahí, sino que nuestra amistad se hizo más cómplice, nos celabamos, pero manteníamos la fachada de hombría hacia el resto y entre nosotros mismos. Espero les haya gustado el relato y calentado tanto como a mí vivirlo.

10 comentarios:

  1. Me tinca que el autor es un viejo qlo que le gusta los lolitos...

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    Respuestas
    1. tengo 18 wn, te muestro mi carnet :(

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    2. Muestra tu supuesto cuerpo de belami mejor ;)

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  2. Esa wea de "celar" xd, oh csm que exitante, cuentamos más.

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  3. yo iva acomentar pero mejor no

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  4. "y esos coquitos que me coquetebean" me dio mucha risa eso XD asdkhasjkhds

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  5. donde voy hay un mino que se llama eduardo, juega a la pelota y también es poton, what wea ._.

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  6. Yo, por mi parte, blanco, delgado y de estatura media, muy estereotipo de porno "bel ami"... Eres un adonis entonces...

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  7. Me pasó una historia igual weon jajaajajaja eso de mostrar heterosexualidad al resto y hacertelo mierda a cachas!

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