¡Gracias, Colombia!

Hola, desde hace un tiempo que soy fanático del blog así que hoy me animé a contarles la historia más caliente que me ha pasado en la vida, hasta ahora, espero jeje. Tengo 30 años y estudié trabajo social. El año pasado, por inexplicables razones de la vida, me tuve que cambiar de pega y, después de mucha búsqueda (los colegas me entenderán), terminé trabajando en la corporación municipal de una comuna del sector poniente de Santiago. La paga no era mucha y la pega era complicada pero, peor es nada.

Cuando llegué a la corporación se me explicó que, entre las obligaciones de mi puesto, estaba el trabajar con las familias que deseaban recibir beneficios de la muni.

Visité hartas poblaciones llenas de flaitecitos ricos en buzo pitillo y pito en la mano, mi mente imaginó asaltos sexuales y encuentros al final de la micro, sin embargo, nunca nada es como uno se lo imagina así que nunca pasó nada entretenido, hasta cierto día en que la corporación me mando a visitar la casa de una familia inmigrante con algunos problemillas. Busqué la dirección en google maps y partí. Entre pasajes y esquinas medias maleantes, llegué a una casa bien humilde pero acogedora. Me recibió la mamá, una mujer colombiana bien simpática, quien me dio toda la info que necesitaba. Todo iba normal, entre cafecito y conversación, hasta que llega quien sería presentado como su hijo mayor, el "Alexander", un wn moreno, flaco, alto, de unos 22 años, de pelo corto, típico jockey flaite, sudadera y pantalones a medio poto.... mi primera impresión fue "csm, pendejo rico". Tenía toa esa pará de wn agrandao que se las sabe todas, choro, bien macho, hasta que abrió la boca.... Ahí se delató el Alex. Muy macho se podría haber visto pero, cuando pasó al comedor, saludó de beso a la mamá y me dio un leve apretón de mano, hablo con un tono medio afeminado..."Esta es prima" pensé jajaja.

Después de la llegada del Alexander, la mamá muy educada, me presentó. El flaitecito se incorporó a la conversación y me dio harta info para llenar la encuesta que había ido a hacer. A pesar de que soy un wn terriblemente rollento, no fue difícil darme cuenta que el pendejo no sacaba la vista de mí, hasta cuando me conversaba, no despegaba los ojos de mi vista y eso, claramente, me hizo pasarme más de un rollo con el wn. La visita terminó, me despedí amablemente del Alex y de la mamá y les comenté que pronto volvería a buscar unos papeles que habían quedado pendiente.

Pasaron por lo menos dos semanas y volví a la casa. No negaré que estaba un poco esperanzado de ver de nuevo al colombianito rico pero, algo en mí, me tranquilizaba, ya que sólo eran rollos míos. Eran como las 10 de la mañana y, una vez que llegué al ante jardín, grité "aloooooo" varias veces pero nadie salió a abrirme el portón. "Puta la wea" pensé, "medio pique y por las puras". Ya cuando me disponía a irme, siento que alguien se asoma por la ventana, era el Alexander.
"quien e´?" preguntó.
"Hola, soy el asistente social que vino el otro día. Estará tu mamá?" Le dije.
"Chuta" me contestó. "Anda haciendo trámites en el centro y va a llegar en la tarde"
"Y no te habrá dejado unos papeles por casualidad?"
"A verrr, parece. Entra nomá. El portón está abierto" Me gritó mientras abría la puerta principal.
Medio nervioso (pero igual con la maldad en la cabeza) empujé el portón y crucé el patio. CSM. Ahí estaba el Alex, el colombianito rico, a pata pelá, solo en boxer y polera, esperando que entrara pa´ cerrar la puerta. Puta que fue difícil saludarlo y conversar sin no poder despegar la vista de ese paquetito que sobresalía potente del boxer blanco de feria. Hice mi mayor esfuerzo, no podía cagarla con un wn que demás que era hetero y menos en horario de trabajo jajaja.

"Parece que algo dejó arriba del refri, deja cachar" me dijo mientras se daba media vuelta e iba a la cocina. Momento perfecto pa cuartearle ese potito rico que, tal y como lo imaginaba, estaba pa puro darle. Volvió a los segundos con una sonrisita media culpable para decirme que parece que la mamá no había dejado na´ los papeles.
"Pero usté tranquilo que si gusta la espera aquí que ya debe estar por llegar" me dijo con ese acento colombiano que nunca me había calentado, hasta ahora....
"No hay problema?" le pregunté.
"Noooo, ninguno". Me dijo mientras ponía el matinal en la tele y me ofrecía un juguito.
"Oye, como te llamabai?" le pregunté nuevamente, a pesar que ya lo sabía.
"Alexander, y usté?"
"Felipe, pero no me tratí de usté po, si somos como casi de la misma edad" le dije.
"JAJAJAAJ en realidad"
"Además, pa qué tanta formalidad si me abriste la puerta en boxer po´ ahaha" me reí.
El pendejo se puso nervioso, se rió y partió corriendo a la pieza a ponerse un short casi tan corto como los boxer.
"Puta que la cagué", pensé. De no haber dicho na, lo seguiría teniendo casi en pelota frente mío.

Pasó por lo menos como una hora de conversación incómoda y tele cuando empezó a preguntarme cosas de la U y todo eso. Me comentó que todavía no terminaba el colegio pero q su sueño era estudiar en la u y estudiar algo, quizás parecido a mi carrera. Le dí consejos pa la psu y eso, al parecer, animó más la conversa e hizo que el colombianito se pusiera más confianzuo conmigo.
"Y q tal la gene, cómo es?" me preguntó.
"Va a depender de la U en la que estudí, depende mucho de eso" le respondí. "Por qué? querí saber como están las minitas?"
El alexander me miró muy nervioso, luego miró el piso y sonrió. No me respondió nada. Ese silencio me había dado la respuesta: el colombianito era de los míos.
Esta situación me tenía caliente. Saber que lo tenía ahí, a un metro mío, sentados en el mismo sillón, me excitaba demasiado, así que decidí jugarme y ver hasta dónde podía llegar. Planee mi jugada y le pedí el baño. Una vez que volví, me senté muchísimo más cerca de él, cosa que ni lo inmutó y seguimos conversando como si nada. Poco a poco empecé a aplicar la técnica de la pierna que, tal y como me lo imaginé, dio resultado. Rocé mi pierna con la suya en varias ocasiones hasta que en un momento, quedaron completamente juntas. El Alex no la sacó, por el contrario, me quedó mirando con una cara calentona que literalmente me descontroló. Jugué a ganador y lo besé.

¡Qué beso más rico por la chucha! medio tímido al principio, accedió a empezar a correrme mano una vez que le metí la lengua. Sus manos morenas comenzaron a acariciar mi pantalón formal mientras yo le sacaba la polera y acariciaba su espalda y apretaba sus pezoncitos. A ratos besaba mi cuello, mordía mis labios y pasaba su lengua sobre mi cuello, que sensacion más rica!. Luego de minutos de corridas de mano y jugoseo, me saqué los zapatos, los calcetines y el pantalón, quedando sólo en boxer, camisa y corbata. Él, mientras tanto, se arrodilló frente a mí y comenzó a morder mi paquete sobre el boxer, el pendejo tenía experiencia y se notaba, me tenía a punto de reventar. Al rato, lo besé nuevamente y le pedí que me la chupara. No la tengo tan grande pero sí muy gruesa. Con mucha confianza bajó mi boxer, tocó mi pico y se lo metió a la boca como si fuera un helado caliente a punto de derretirse. Lo besó y saboreó por todos lados, chupó mis cocos como nunca antes lo había hecho y pasó su lenguita por mi glande como si no hubiera mañana. Yo figuraba en el cielo.

Luego de un rato de jugueteo, lo acosté sobre el sofá e hice lo que nunca creí que haría. Acerqué mi boca a su culito y lo besé mucho, pasé mi lengua por su ano y sus gemidos de calentura me convirtieron en una bestia caliente que sólo quería acabar dentro de él.
"Deja metértelo" le pedí.
"no, ni cagando. Duele mucho" me dijó medio enojao.
"Porfa deja ponerlo si no va a doler, lo juro" le casi supliqué.
Mi colombianito accedió y rápidamente fue a la pieza a buscar una crema de manos que funcionaría como lubricante y un condón. Me puse el condón, le chanté crema encima, también en su culito, y empecé a empujar mi pico. Al principio debo confesar que le dolió mucho pero eso, mucho menos que detenerme, me calentó aún más. Mientras lo tranquilizaba con "tranquilo si ya va a pasar", lo embestía con tal fuerza que sentía como mi pico se abría camino dentro suyo. Pasó un rato en que tuve al colombianito en cuatro, suspirando y gimiendo como nunca, hasta que ya no podía más.
"Me voy" le dije.
"Yo también quiero irme" me dijo con los ojos cerrados.
"Donde querí q me vaya?" le pregunté.
"Tu elige donde" me dijo todo picarón.
¡Y era que me dijeran! Le ordené que se agachara, me senté y metí con fuerza mi pico dentro de su boca. Él, mientras me la mamaba con máxima calentura, se corría la paja. Aproveché el momento, le agarré la cabeza en señal de que ya había llegado el momento y me fuí cortado en su boca casi al mismo tiempo en que él depositó su moco en la cerámica de la casa.

Rápidamente fue a botar mi leche al lava manos de la cocina, limpió con papel de diario el piso, nos vestimos y nos abrazamos en señal de descanso y agradecimiento, porque para los dos, fue la media experiencia.

Obviamente después de todo esto no me iba a quedar esperando a la mamá y los papeles. Por lo que después de una peinadita y un beso largo, lo agregué a wtsp. Este culión era digno de repetición y ambos sabíamos que no podía ser de otra forma.