jueves, 31 de marzo de 2016

Webeo en el campo, los primos, el vecino, parte I.

Voy a comenzar como todos, presentándome: mi nombre es Ignacio, soy de Rancagua y tengo 25 años. La historia que quiero contarles me pasó cuando tenía 15. En ese entonces medía como 1,70 y era flaco. Hoy mido un poco más, pero sigo flaco. Mi familia paterna es grande (tengo 10 primos, dos mujeres, las mayores, yo soy el del medio y soy el único que no tiene hermanos) y mi abuela vive en una comuna rural, cerca de Rancagua, donde yo y algunos primos nos íbamos a pasar el verano. La casa de ella era inmensa y aquel verano, el de 2006, yo me fui por casi dos meses para allá porque mis viejos trabajaron y no hubo vacaciones. No les miento, me daba una paja enorme tener que estar allá todo el verano, sin mis amigos y sin las comodidades de la ciudad. Allá no tenía internet y era la época de gloria del msn (carnet al piso), así que era desaparecer un poco.

Estaba pasando a segundo medio y a penas me instalé en la casa después de año nuevo comencé a aburrirme como ostra. Llevé libros y facsímiles PSU. Veo que olvidé contar lo perno que era en ese entonces.

Como a los tres días, había comido como si no hubiese mañana (gracias abuela), dormí harto y salía a andar en bicicleta por el pueblo para llegar a tirarme a la piscina que mis viejos y mis tíos habían hecho hace un par de años ya que así no nos aburríamos tanto los más chicos cuando íbamos a ver a los abuelos.

Ah, a esas alturas de mi vida ya cachaba que algo andaba raro conmigo, había pololeado tres veces (dos pololeos de pendejos, con la última no más habíamos culiado y duramos como 6 meses, habíamos terminado al final de ese año escolar) y la verdad me gustaban mucho las minas, pero también me daba cuenta que miraba de otra forma a mis compañeros en las duchas o cuando veía porno, me gustaba verle la callampa a los weones. En ese entonces no sabía qué weá me pasaba y era un tema que crecientemente iba angustiándome, hoy sé que soy bisexual y lo tengo un poco más dominado.

Había un vecino, Carlos, de 17, que era mi único amigo allá y cada verano nos juntábamos a jugar, yo iba a su casa y él iba a la de mi abuela. Carlos era guapo, tenía buen cuerpo, se dedicaba a ayudar a sus viejos en su campo y era bien huaso. Sé que los rancagüinos somos tildados de huasos en todas partes, pero Carlos la cagaba. Como al cuarto día ya estaba muy aburrido y lo fui a buscar. Como siempre, llegué y pasé a su casa, me recibió su mamá y me dijo que el Carlitos estaba en la pieza. Subí y entré y este weón estaba corriéndose la paja.

- Carlitos weón, sorry, tu vieja me dijo que pasara no más.
- Puta weón, pero toca la puerta po.
- Jajajajaja… ya, si da lo mismo. Te he visto en pelotas antes.
- Es verdá, siéntate po weón.

Dice eso y extiende la mano pa’ saludarme. La misma mano con la que se estaba pajeando.

- Saaale, culiao! Anda a lavarte las manos!
- Ya, weón... le dai color, espérame acá.

Se puso un short y salió, volvió como a los diez minutos con un pote con frutas picadas.

- Te lo manda mi mamá.
- Y por eso te demoraste?
- No po, tenía que terminar lo que estaba haciendo. Si me dejaste a medio camino.
- Jajajajaja, aweonao.

Ahí me abrazó y yo me sentí súper incómodo porque el weón andaba sin bóxers, sólo con short, y podía sentir su pico, se sentía exquisito. Le conté que me venía todo el verano y el weón se puso feliz porque tampoco iba a salir y así iba a poder ir a la piscina más tranquilo. El weón igual iba cuando mi abuela estaba sola, lo querían harto en mi casa también. Me comí las frutas y le dije que iba a avisarle que estaba ahí y que fuera cuando quisiera. Puta que era bonito este weón, me tenía babeando pero creo que la hacía piola.

- Vayamos ahora po’
- Ya po.

Nos fuimos a la casa de mi abuela y nos tiramos a la piscina al tiro, webiamos un rato y salimos a tomar sol. Nos pusimos a conversar de lo que había pasado desde que no nos veíamos, un año aproximadamente. Me contó que había terminado con su polola de hace dos años, la Cami, porque se lo cagó con un compañero de colegio. Este weón el verano anterior me había contado de sus experiencias sexuales con su mina y esas historias fueron el principal impulsor para que yo buscara culiar aquel año. Le conté que había pololeado y que ya no era virgen. El weón me felicitó y tomó una posición muy de hermano mayor. Me preguntaba que qué me gustaba más y le dije que todo me había gustado, que me la chuparan y especialmente comerme el chorito y el culito. La conversación se estaba poniendo cada vez más caliente y el bulto que crecía dentro de mi pantalón y del de él así lo evidenciaban.

- Parece que te calentaste weón –me dijo Carlitos-
- Seguro voh no!

Nos tiramos a la piscina y eso sirvió pa relajarnos un poco. De ahí nos llamó mi abuela pa’ tomar once y después de eso el Carlos se fue a su casa. Esa noche me corrí la paja pensando en la conversación y más que nada en el pico del Carlos, que se lo había visto cuando lo pillé en su pieza, pero más que eso, haber visto ese bulto crecer en su pantalón fue lo que más me calentó. Sin embargo, luego de la paja, vinieron mil cuestionamientos: ¿qué cresta me pasaba? La situación de verdad me estaba sobrepasando un poco.

Dormí hasta como a las 12, cuando me despertó un golpe en la cara. Abrí los ojos y caché que era el Pipe, un primo que es un año mayor que yo y mi partner dentro de mi familia. Vivía en Santiago y mis tíos se lo llevaron a él y a su hermano, Javier (más chico, 10 años) a la casa de mi abuela por las mismas razones que me llevaron a mi.
El Pipe era un weón que su única gracia era que jugaba a la pelota. A diferencia mía, el weón era nulo pa’ los estudios y ya había quedado repitiendo. Jugaba a la pelota todo el día y era muy preocupado de su físico. Me webiaba siempre porque era muy flaco y los deportes pa’ mi eran un desafío imposible. Dado que su única preocupación en la vida era hacer deporte, este era un weón rico, más parecido a los flaites actuales que a los de ese entonces. El weón igual tenía buena situación económica, todos la teníamos en nuestra familia, pero era más choro que nosotros, tenía más calle por sus juntas.

Como les dije, el Pipe era mi partner, hablábamos siempre y era un muy buen amigo también. Iba harto a mi casa y yo a la de él, salíamos con mis amigos y con los de él, pese a que no teníamos mucho en común. Con este weón me corrí las primeras pajas, vi las primeras porno, él me enseñó todo lo que sabía sobre sexo y me hablaba cada cierto por msn pa’ mostrarme las minas que se estaba comiendo y me contaba con detalles las weás que hacía con ellas. Yo lo quería harto porque era como mi hermano, el primo al que más quería y que era en cierta forma quien siempre quise ser y nunca me resultó, porque insisto en que si bien no era feo ni tenía mal cuerpo, era muy pavo y pa’ mi los estudios y las buenas notas lo eran todo.

Bajé a tomar desayuno, mis tíos estaban ahí y me felicitaron por las buenas notas que había tenido y, como siempre, webiaron al Pipe de que aprendiera de mi y weas, la historia de mi vida.

Se fueron después de almuerzo y yo subí a leer. Hacía calor, asi que me quedé en bóxers tirado en la cama, de guata. Al rato siento que cae alguien en mi espalda y no me deja moverme. Era el Pipe webiandome. Sentí su pico en mi culo más de lo que debería haberlo sentido, pero me costaba pensar en que el Pipe, el mijito rico de mi familia, quisiera algo más. Son weás de pendejo no más, me dije. Me di vuelta y empezamos a “luchar” (a quién no le ha pasado?). El Pipe se sacó la polera y entre llave y llave que nos hacíamos (yo siempre siendo el que daba la cacha en la pelea, cero fuerza) me fui calentando, con la mala suerte que se me paró el pico y este culiao se dio cuenta.

- Jajajaja, yo sabía que erai hueco weon, pero soy tu primo po, cálmate.

(¿QUÉ MIERDA LE CONTESTABA A ESO?)

- Pipe, weón, no sé de qué estai hablando. No soy hueco.
- Jajajaja, pero se te paró mientras peleábamos po.
- Weón, voh cachai todo de mi, te he contado todo weón, de mis minas y weás. Por qué me decís esa weá de que sabíai que yo era hueco?
- Por lo mismo, Nacho, porque te conozco.

Me puse una polera, un short y salí corriendo (Hola, tengo 4 años). Agarré la bici y salí sin rumbo. Mientras pedaleaba me caían lágrimas y sentía mucha angustia. Me sentía tan mal que no me fijé, pasé muy rápido por un pequeño hoyo y me saqué la cresta. Me levanté y luego de darme cuenta que tenía heridas, decidí volver a la casa porque me dolía mucho y las heridas eran muchas. Iba llegando y veo salir de su casa al Carlos, él también me vio y me fue a saludar. Cuando se dio cuenta de mis heridas se cagó de la risa.

- ¿Voh no te habiai fugado?
- ¿Por qué dices eso?
- Porque el Felipe (también se conocían, pero no eran tan amigos) fue a buscarte a mi casa hace 5 minutos y me dijo que te había dado la weá y habías salido en bicicleta, que estaba preocupado. Él se fue al centro a buscarte y le dije que terminando de almorzar iba a salir también a ver si estabai por ahí. Y justo te encontré. Ven a mi casa, pa’ que tu abuela no se preocupe si te ve así, voy a ir a pedirle algo y le diré que estai en mi casa.

¿Qué mierda le habrá contado el Pipe al Carlos? Entré a su casa y subí al segundo piso. Fui al baño a limpiarme un poco y creí que sería mejor ducharme, porque estaba todo sucio. Me saqué todo y me metí a la ducha con agua helada. Salí con una toalla para buscar ropa limpia del Carlos pa’ ponerme. Estaba en eso cuando entra este weón.

- Con confianza weón, voh dale.
- Jajajaja, ayer te vi pajeándote, no le dís color voh ahora.
- Dale no más, te paso bóxers también?
- No weón, así está bien, un short y una polera no más.

Me vestí y este weón me hizo contarle todo. Éramos muy buenos amigos así que preferí soltarle toda la verdad, al menos creí que era una buena idea porque la weá ya me estaba dando demasiadas vueltas en la cabeza y la sensación de angustia era cada vez mayor. A medida que le contaba lo que me estaba pasando, Carlos me escuchaba atentamente. Cuando terminé de hablarle, de divagar entre ideas que tenía en mi cabeza, este weón se acerca y me abraza. Me dijo que muchas gracias por confiar en él, que no le diría a nadie, pero que tenía que estar tranquilo, porque finalmente eran solo ideas que tenía en la cabeza y no había pasado nada todavía con un weón, entonces quizás era solo confusión producto de la edad. Me sorprendió su madurez y la calma con la que tomó lo que le conté. Y le encontraba razón, quizás estaba dándole demasiada importancia a algo que quizás era sólo una duda normal, pasajera.

Estuve toda la tarde ahí y el dolor fue pasando a medida que pasaban las horas, me fui a la casa de mi abuela en la noche, me despedí de mi amigo con un abrazo que no se acababa nunca. Pensé en quedarme, pero no me había invitado, ná que ver ser tan barsa. Carlos había llamado al Pipe para decirle que yo estaba bien, en su casa y que iba a estar ahí hasta tarde. Llegué y traté de no hacer ruido, porque ya todos dormían, o eso creía yo.

Cuando llegué a la pieza que yo estaba usando, me saqué la ropa y quedé en bóxers porque hacía un poco de calor, me tiré a dormir. Estaba cansado, tanto física como emocionalmente, así que me dormí rápido.
Dormía tranquilamente cuando siento algo en mi cama. El algo era el Pipe, que estaba sentado, mirándome.

- ¿Qué weá?
- Nada, vine a ver si habías llegado y caché que estabai durmiendo. Me acerqué a ver si estabai despierto y caché que teniai unos moretones, ¿qué weá te pasó?
- Me caí en bicicleta.
- Jajajajaja, tan aweonao voh.
- Déjame dormir weón, que estoy cansado.
- Hazte un lado, quiero hablar con voh
- ¿De qué?

Como no me hice al lado, me tomó y me corrió pa’ la orilla. Él se acostó al lado, estaba en bóxers igual que yo.

- De lo de la tarde po’ weón.
- No pasa ná, tranquilo.
- Saaale, culiao. Saliste más enojao y me asusté caleta por voh, la agüela menos mal no cachó ná, le dije que habíai salido a comprar. No seai pendejo, culiao.
- Oye weón, voh te ponís weón y el culpable de la weá soy yo?
- Weón porque te dije la verdá?
- Qué verdá, Pipe weón?
- Que eris hueco.

Nuevamente me quedé mudo. Esta vez el silencio lo quebró él, abrazándome bruscamente y diciéndome al oído:

- Te conozco tanto desde que éramos chicos weón y lo vengo pensando desde hace harto. Te he visto mirándome, mirar a otros weones. Tu amistad con el Carlos weón, parecen pololos. Y el show que te mandaste en la tarde no hizo más que confirmar lo que pensaba.

Yo estaba mudo.

- ¿Y sabí por qué te webié? Porque tengo ganas hace rato de comerme a un weón, un amigo me contó que la chupan rico.

Seguía mudo.

- Y pensé que en volá voh queriai chupármela.
- ¿Qué weá te pasa, saco de weas? Ándate o repito el show y vai a tener que dar explicaciones.

Me tomó con fuerza y me dio un beso. El primer beso a un weón se lo estaba dando a mi primo y era a la fuerza. Era un beso torpe, con mucho choque de dientes, pero muy caliente. Ya que estaba en esa decidí seguirle el juego a este weón. Mal que mal yo quería probar hace rato también e iba a ser una forma de darme cuenta si me gustaba el pico o no. A medida que nos relajábamos más, la calidad del beso mejoró y las manos de ambos empezaron a recorrer el cuerpo del otro. Puta que era rico mi primo, tenía un culo durito, una espalda perfecta y unos brazos exquisitos. Sus manos se detuvieron en mi paquete y me sacó el bóxer de un tirón. Me agarró el pico, con fuerza y comenzó a pajearme. Hice lo mismo, con mi mano derecha le busqué el pico bajo el bóxer, llevándome la sorpresa de que estaba depilado, por lo que se sentía muy rico.

- Es más cómodo así, para practicar deporte.

Parece que estábamos muy calientes, porque ambos, a los diez minutos de estar comiéndonos y pajeándonos acabamos y nos cagamos de la risa.

- ¿Qué weá hicimos CTM?

17 comentarios:

  1. Buenísimo el relato, me encantó... Voy a estar pendiente a la segunda parte

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  2. Buenísimo el relato, me encantó... Voy a estar pendiente a la segunda parte

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  3. Que buen relato y muy buena redacción

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  4. Rico wn! Segunda parte pronto! Todo psando en rancagua, jeje, yo también de acá, pero nunca he tenido la suerte

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  5. muy bueno, ojala el segundo relato sea pronto

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  6. ohhh buenísimo, sube pronto el próximo!!

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  7. Puta la weá. Necesito un huaso, por las rechuchas!!!!


    CYLON

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  8. Pero que buena historia va a ser esta papu Segunda parte ahora ya por favor jjs

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    1. Hola, de donde eres? Cual eres en la foto?

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    2. jsjsj esa foto es de un grupo de musica no soy yo

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  9. de q parte eres yo de peumo

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  10. Buen relato, con ganas de leer la segunda parte (ya publicada). Excelente redacción y mantienes la trama... Yo de Graneros, son típicas esas weas de campo que son muy excitantes, no tuve tanto así esa experiencia pero que calientan los huasitos.

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  11. Genial la forma en que relatas!!! Me imagine todo como una buena película. Sigue si po weon, esta bueno esto.

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  12. Esta publicada la segunda parte?

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