El washito de cam4 - Parte 2

En el capítulo anterior: conocí un weón muy rico por cam4 y estuvimos mucho tiempo hablando antes de juntarnos. Me calentaba demasiado y empezaba a gustarme. Luego de varios meses nos juntamos y todo buena onda, tan buena onda que terminé chupándole el pico en el baño de un museo.

Me demoré 30 segundos en responder el mensaje. Le puse que yo también lo había pasado la raja (adjuntar emoji) y que no sabía aún qué haría mañana. Ah dale, me respondió. Quedé esperando, atento, a su propuesta. Pero no llegó. Entonces, ansioso, le pregunté por qué, qué tenía para ofrecerme. Y me dijo que en volá, si es que acaso quería, podríamos repetir lo que pasó ese día. Ya se imaginan lo que respondí.

Quedamos de juntarnos a las cinco en alguna parte del centro porque yo tenía que ir a buscar un papel a la U, que queda por ahí cerca. Hacía un frío de mierda y apenas nos saludamos decidimos ir a un Starbucks a tomarnos algo. Ahí conversamos weás de la vida y, entre medio, hacía pausas mentales pa analizar que este loco en verdad me estaba gustando. Algo muy raro, porque puta, demás me calentaba hace rato con él y otros weones así de ricos, pero eso de sentirme nervioso, de mirarle los labios mientras hablaba, de querer lanzarme sobre él, esa wea, no me había pasado nunca con otro loco. En fin, nos quedamos caleta de rato conversando hasta que salió el tema de lo que pasó el día anterior. Entonces me preguntó:

-Oye cachai Sense8?
-La serie, sí obvio, es buena-, le dije.
-La cagó que sí. Ayer nos pegamos un remake po-, dijo riendo.

Sorprendido y con cara de aweonao le pregunté que cómo era eso.

-Sipo, cuando Lito agarra por primera vez con su pololo, Edgardo creo que se llama, lo hacen en un museo y se van al baño a tirar. ¿Te acordai?

-Oh síii, de veras. Hernando, así se llama. Toda la razón wn. Jaja buena la volá-, respondí entre risas. Me había sorprendido el comentario. Me había calentado.

Al rato optamos por salir a caminar, y ese caminar implicaba tácitamente que iríamos a un parque a agarrar.

Ya se estaba haciendo de noche y nos sentamos en unas bancas medias alejadas del resto. No empecé a pensar en qué podía conversarle cuando siento la respiración del Pedro cerca mío y el calor de su cara. El pico lo tenía parado hace rato pero ahí me puse on fire de verdad. Entonces busqué su boca sutilmente y toqué sus labios, lentamente, con los míos. Tibios. Húmedos. Suaves. Cuando nuestras lenguas chocaron la weá era como el paraíso terrenal y todas esas expresiones poéticas que solo buscan dejar en claro la impresionante química que se produce entre dos personas. Estuvimos fácilmente unos quince minutos besándonos sin parar. Arriesgaba labio leporino pero no me importaba porque en verdad lo estaba disfrutando mucho. Nos paramos y pusimos detrás de la banca, él sentado en el respaldo y yo parado. Ahora besaba su cuello mientras él me tomaba de la cintura y me pegaba a su cuerpo. Podía sentir su miembro duro y hambriento a pesar de la cantidad de ropa que llevaba puesta. Caché que gemía más cuando le pasaba la lengua por la oreja y abusé de ese recurso. Entonces me dice, entrecortadamente, que vayamos a un motel, que me lo quiere meter. CTM cómo me calenté en ese momento. No sé si soy yo nomás pero me pasa que durante toda la previa boto mucho precum. Harto. Sentía todo el boxer mojado, una hueá grotesca.
Le dije que sí, pero que no conocía ninguno. Y era verdad.

Caminamos un par de cuadras hasta que llegamos. El lugar se veía bien, limpio y discreto. Por supuesto que en mi mochila llevaba un par de condones y lubricante, entre medio de trabajos para la U y migas de galletas. A pesar de que nunca había culeado con un weón, quería sí o sí hacerlo con este loco. Aparte de ponerme ready el Pedro me daba confianza.

Entramos a la pieza y nos sacamos las chaquetas. Nos tiramos a la cama y comenzamos a besarnos tan calientemente como lo hacíamos en el parque. Ahora podíamos corrernos mano tranquilos, mordernos las orejas, besarnos los cuellos. Como estaba sobre él, mientras lo besaba me agarraba el culo con sus dos manos. Extrañamante la weá me calentó a mil. Ese mino me tenía en la mano. Me sacó la polera y dándome vueltas se lanzó a lamer mis tetillas. Me tenía loco, explotando en placer. Saqué la suya y recorrí sus abdominales con mis manos mientras lo miraba con la cara de caliente más porno que pude haber hecho. Me dio un beso y fue bajando lentamente hasta mi pecho, mi guata, mi pantalón. Me tocó el pico por encima y me abrió el cinturón con torpeza para luego bajar jeans y boxer al mismo tiempo. Ahí apareció mi tula toa mojá y roja de tanta sangre que le estaba mandando. Me corrio el forro pa atrás y se la comió entera. Ojos blancos. Quejidos. Oh weón qué rico. Oh, dale. Oh, oh, la cagaste weón. Estaba en el valhalla.
Ya me tenía en pelota el weón, rendido en placer chupándome el pico y las bolas. Hasta que bajó y lentamente empezó a probar mi peludo culo. Sentía electricidad. Pequeñas descargas eléctricas de placer. Qué chucha me pasaba que estaba tan excitado. Movía su lengua con experticie mientras me retorcía en esa cama, y de a poco empezó a meter un dedo en mi culo hasta entonces virginmobile. Sentía algo raro, como incomodidad y placer. Ayudado con lubricante metió otro dedo y permaneció un rato así. Para cuando pensó que estaba listo me hizo ponerme en 4, bañó su pico condonizado en lubricante y se dispuso a intruducir esa bestia en mi baby hole. Me dolía más que la mierda. Me aguantaba, él lo metía lento y con cuidado. Para, para porfa, le dije. No weón, en verdad me duele. Intentó otra vez y entró hasta la mitad pero seguía doliéndome. Más que dolor, era incomodidad, una sensación de mierda. Le dije que sorry pero que lo sacara. Sorpresivamente no estaba enojado. Se acercó a mí y al oído me dijo:

-No podís dejarme así de caliente. Métemelo tú.

Nos dimos más besos -que parecía ser lo que más nos calentaba- y me plastifiqué la pichula para mandársela a guardar. Como el Pedro es deportista tiene, además de su buen cuero, un culo exquisito. No es grande, pero sí paradito, rico. Le hice un beso negro de calidad para ser novato, le metí hasta tres dedos -luego de un rato, claro- hasta que me rogó que se lo metiera. Por mí habría seguido chupándole el hoyo, me encantó esa weá. Y lo puse. Mi pico en la entrada de su ano, palpitando. Entró mientras se quejaba de placer y con sus manos me empujaba para que tocara fondo. Fue una sensación espectacular. Tener ahí frente mío un tremendo macho como el Pedro, con mi pico adentro suyo. Qué weá más rica. Me gustaba caleta esa posición pero quiso cambiar. Y fue en 4 cuando la cosa se puso hardcore. Ahí lo embestí como un bruto, y eso parecía gustarle porque se quejaba muy rico. Tan rico que honestamente duré como 10 minutos así hasta que me fui adentro de él y sin avisarle. Estaba exhausto y lleno de placer. Me dio un beso y comenzó a pajearse para terminar corriéndose en mi pecho. Nos quedamos tirados en la cama un rato, riéndonos, diciendo que pa la próxima sí o sí me rompía el culo. Habría próxima, bacán ctm.
Nos fuimos a duchar y salimos del motel con el pelo mojado.

Para que entiendan cómo se fueron dando las cosas: las próximas semanas seguimos hablando como siempre y en promedio nos veíamos una o dos veces a la semana. Hacíamos cosas de amigos (comer, pasear, ir a expos, etc) pero siempre terminábamos agarrando. Muchos besos y sexo oral pero solo un culeo nuevo donde volví a ser activo. A ese ritmo yo ya estaba enganchadísimo. Yo sabía que el Pedro se metía con otros weones y no tenía problema con eso (creía yo), total era sexo y chao. Lo de nosotros, pensaba yo, era más que eso. Éramos follamigos y eso estaba perfect pa mí. Por el momento.

Pasamos más o menos dos meses con esa dinámica. Quería puro culear y mi hermano mayor se había ido de viaje así que me dejó su depa para hacer travesuras (no precisamente de ese tipo). Llamé al Pedro y le dije que lo invitaba a comer al depa y trece trece. Aceptó. Esa noche me esforcé, lo reconozco. Preparé pizza (gourmet sipo, amasando y weás, algo rico), puse música bacán e hice un buen ambiente. Pa mi era más una noshe romántica. Bien perfumado le abrí la puerta y el weón apareció, rico, como siempre. Comimos y hablamos bacán. Lo notaba, eso sí, un poco distante. En una me paré para ir a buscar más bebida y cuando llegué me acerqué pa darle un beso y el Pedro me corrió la cara. Qué onda weón, le dai color. No dijo nada.
Terminamos de comer y nos echamos en el sillón. Habrá sido la música y la cerveza que me hacían mirarlo con cara de aweonao, como gritándole que me gustaba. Y me tiro encima denuevo. Me dio un beso frío, o más bien dejó que yo se lo diera. Apenas habría la boca y su lengua ni aparecía. Muy raro. Intenté ponerme más hot y le besé el cuello a ver si se prendía pero seguía tenso. No duro, tenso. Le pregunté qué le pasaba y luego de varios "nada" me la soltó:

Había conocido a otro loco en un chat gay. Habían culeado un par de veces y parece, parece, que le estaba gustando.

Me fui a la mierda.

3: http://relatosflaitecitos.blogspot.com/2016/01/el-washito-de-cam4-parte-3-y-final.html