domingo, 24 de enero de 2016

El Veneno Chico (Primera parte)

Los veranos eran más entretenidos cuando era chico, ahora el calor ya no me parece una oportunidad pa’ pasarlo bien, me paquea el día completo, ni pensar en meterme a la piscina, ¿Dónde voy a meter una piscina en este departamento tan chico?, ni siquiera podría ponerla debajo de la escalera del block, me la rompen de una los pendejos de las culias del primer piso, no hay pendejos culiaos mas hincha weas que esos. Yo vivo solo, hace como 3 años que vivo solo, la Cinthya se aburrio de toda esta wea, se aburrio de que no pudiéramos culiar tranquilos porque los vecinos escuchan todo, se aburrio de despertarse a cada rato con los balazos, se aburrio de tener que vivir enrejada, de tener que escuchar como a la vecina le saca la chucha el marido cuando llega curao, la Cinthya agarro sus leseras y se fue, yo todavía pienso que el problema no era conmigo, no soy un loco carretero, fui terrible en su tiempo pero el tiempo no pasa sin dejar huella, ahora los sábados pienso más en dormir que en ir a bacilar, la mitad de mis amigos están presos o con hartos hijos, yo vivo en la mía, que el trabajo de lunes a sábado, correr de micro en micro, al metro, fumarme un porro, de micro en micro, al metro de nuevo, al mall, a la tienda, parado de 11 a 9, comiendo apurado, de micro en micro, mirando por la ventana de la micro, los postes, las calles cochinas cuando hay feria, los pasajes, de vuelta al block, mi departamento chiquitito, pero que a mí me parece un estadio entero, un galpón infinito, oscuro, húmedo, no hay ni un ruido más que el de los autos en la calle y uno que otro balazo a lo lejos, nunca hice nada por recuperarla, menos mal nunca tuvimos hijos, yo sé que soy un weon con cabeza, sé que he aguantado firme muchos vientos terribles que me han azotado, no por nada fui de los pocos de mi grupo de amigos que nunca se metió en weas malas, no los culpo, pero yo sabía pensar en otras cosas, tengo la pobla marcada a fuego y siempre voy a llevar mis cicatrices con orgullo, pero he sabido pasarlas todas, venga lo que venga, y siempre estar parado ahí, al borde, casi tirándome, caminando siempre al margen, sé que escribo mejor de lo que hablo, y aunque tengo confianza en mí, miro el departamento casi vacío, la tele, unos cajones de tomate que me sirven de velador, mi parlante, la cocina llena de platos cochinos, la llave goteando, y yo ahí solo, mirando el borde, el margen, esa línea chiquitita entre seguir de pie o tirarte al vacío, ya no me daban ganas. Me acosté mejor, pa dejar de sicosearme, estaba atrapado, y la noche no ayudo, el día tampoco, era domingo ya, el sol pegaba y se metía por todas las rendijas y hoyos de las latas, de las ventanas, por abajo de la puerta, que ganas de tener una piscina pensaba a cada rato, el verano me parecía más pulento cuando era cabro chico, el calor ahora me paquea casi todo el día, sobre todo los domingos que son el día que estoy en la casa, el calor no se aguanta, si no hay piscina hay chela, pesque dos envases y partí pa la botillería, baje la escalera, un par de pasajes, 2 chelas heladitas, quise pasar a la plazita a ver si había alguien regando el pasto pa pedirle la manguera y mojarme un poco, además de tomarme una chela echadito en el pasto, ni al metro con volver al departamento tan luego si esa wea era un horno, mas encima el block es pura tierra abajo y toda la calle igual, esa plazita es lo único verde que hay por aquí, me fui derechito, iba llegando y en un espacio que hay escondido entre la plaza y un almacén habían unos locos, eran tres o cuatro, vi que forcejeaban, uno le pedía a los otros que lo dejaran piola, que él no se había choreao ni una wea, decía, oe suéltame embarao culiao, te queri ganar las moneas conmigo cochino culiao, decía, en eso distinguí que uno de los locos era el Watón Jaime, un traficante reculiao conocido por estos lados, pase de largo porque en estos casos mejor ni meterse, esos weones no son de fiar, aquí ya no se puede confiar en ni un culiao, ni aunque te jure lealtad de sangre, de guata, es fácil ganarse un punzazo en el riñón.

Me senté en la plazita, en un neumático de esos enterrados, pintados de amarillo, que hacen de juego, de esos que intentan distraer un rato a los niños de toda la inmundicia, y la pelea estaba cada vez peor, yo me hacia el weon, tomaba un sorbo, y por cada sorbo de chela subía el volumen de los gritos, se callaron de repente, o eso parecía, mire pa allá y no se veía ninguno de los locos, habrán terminado de pelear, puro show nomás, en eso vi que se venía arrastrando un loquito, tendría unos 28 años más o menos, venia lleno de sangre, casi cayéndose, caminando pa donde estaba yo, me quede quieto primero, no quise ayudarlo de una, incluso pensé en pararme y virar sin que nadie cachara, había harta gente pero por las calles de al frente, nadie parecía notar la escena, el loco se fue al piso, de hocico al suelo, más sangre le salía, lo apuñalaron a este weon me dije altiro, cache por si el Watón Jaime y los otros no venían atrás a rematarlo, espere unos segundos, y fui a ayudarlo, menos mal no venían los culiaos o me matan con el ahí mismo, lo movía, oye, hermano, hermano despabila, hermano contesta, oye, oee po hermano péscame, cache altiro que el weon estaba inconsciente, lo agarre y lo fui a apoyar en una pandereta, abrió los ojos de a poco, no respondía, pero estaba despertando, le corría sangre de la cabeza, tenía la cara hinchada, un ojo pa la caga, le levante la polera pa ver si tenía algún hoyo, alguna puñala, no tenía nada menos mal a simple vista, lo deje sentao y grite en la casa que esta al ladito de la plaza pa conseguirme un poco de agua pa que despabilara, estaba aturdido por los golpes, estaba claro que le habían pegado en la cabeza, tenía un corte en el casco, era como un cachazo, salió una señora y me presto la manguera que alcanzaba justo donde lo había dejao sentado, hermano toma agüita, le lave la cara un poco, despertó bien, me decía vale hermanito, estos perros culiaos me sacaron la chucha, malditos culiaos, voy a cobrar si, tan vios, tranquilo weon le decía yo, cálmate, tai tapao en sangre, toma agüita, como te llamai, Víctor me dijo, Víctor, pero todos me conocen por el Veneno Chico, soy hijo del Juan Veneno me decía, el Juan veneno era un choro bien conocido y respetado en la población, había muerto hace algunos años, yo conocía de vista a sus hijos, y a este también, pero como tenía la cara hinchada y con sangre no lo había cachado a la primera, después me di cuenta bien que era el, me quede un rato sentado al lado suyo, me decía vale hermanito vale, le pregunte porque le habían pegado, me contó que había tenido unos ataos por plata con ese weon del Waton Jaime, llevaba como un año trabajando con él, le vendía porros y falopa, como todos lo conocían, el Waton le pasaba la droga y el la vendía, un vil soldado, desde que se había muerto su papá las cosas eran diferentes, ya no tenían la fianza de su taita el Juan Veneno, y uno de los hermanos se había metido en la pasta, la mamá vendió el departamento y se fue pal sur, él se había quedado solo en la población y sin casa, asique se puso a trabajar pa ese traficante culiao y vivía en uno de los departamentos que este weon tenía acomodado pal negocio, no me conto más de la historia. Ya se veía mejor, había pasado un rato, me empecé a fijar con más detalle en él, tenía unas manos grandes, sus brazos tenían las venas marcadas, no tenía ningún corte en los brazos, eso me llamo la atención, nunca supe de historias sobre él, sabía que no era un choro respetado, era uno de los tantos cabros más que tuvieron que hacerse fuertes al clavar de los tridentes que los empujaban todos los días, tuvieron que endurecerse a punta de combos, de puñaladas, de tristeza, su papá que era bien conocido le había dicho que no tenía para que andar choreando porque él lo hacía para mantenerlos justamente fuera de eso, no era un mal cabro, se sentía, solo le había tocado la vida dura. Cuando vi que estaba mejor me pare, cuídate harto hermano que estos weones te tienen pedio, me seguía dando las gracias, me dijo, oe hermano como te llamai a todo esto, Maycol weon, le respondí, me llamo Maycol, vivo ahí en el block 4, donde está el mural del Byron, si hermano si cacho, si te había visto un par de veces por ahí, me respondió, le pregunte si tenía donde dormir, ya que el waton Jaime le había sacado la chucha era obvio que no iba a poder volver al departamento donde dormía, me dijo que daba lo mismo, que tenía unos amiguitos por ahí y que iba a cachar, me quede más tranquilo, nose porque me había nacido ese sentimiento de protección, no sé porque me preocupaba por un weon, siempre ayudo a alguien que veo que está mal, pero algo me pasaba con este loco, le miraba los brazos, eran lisos, sin cortes, y se marcaban esas venas entre verde y azul que resaltaban, me seguía fijando en sus brazos, en su cuello moreno, todavía tenía rastros de la sangre, me di la media vuelta y me fui pa la casa.

Todo el camino me dio vuelta su imagen, su olor, era como un sentimiento paternal, ver a un hijo con las rodillas peladas cuando se cae de la bicicleta, ver un hijo llorando porque se pegó en la cabeza, era un extraño sentimiento, entre pena y cariño, puta que soy buen cabro me dije, un buen samaritano, me siento mal cuando veo a alguien sufrir, me daba un poco de risa, quizás me sentía tan solo, quizás la rutina me tenía tan choriao que poder ayudar a este loquito me había dejado contento conmigo mismo, pero no, algo más era, y me tome la chela viendo tele, habrán sido entre las 4 o 5 de la tarde, corrían de un lado pa otro los cabros chicos del primer piso, el calor se seguía metiendo por las rendijas, por los fierros de la protección, por debajo de la puerta, pensaba en la Cinthya, en porque nunca hice nada pa recuperarla, ir corriendo atrás de ella, gritarle que por favor volviera, no, yo me quede sentado ahí en el mismo sillón viendo cómo se iba, como se acababa todo, pero no me sentía arrepentido, me preguntaba solo porque no lo había hecho nomas, arrepentido no estaba, pero puta, igual me ponía triste pensar en eso. Como a las 6 fui a comprarme unos porros donde la Nancy, al block de al lado, baje la escalera, compre 4 porros y me devolví pa la casa, cuando estaba llegando al departamento escuche tres balazos muy cerca, me asuste y entre de vuelo, pensé altiro en el Víctor, era, demás que se lo habían piteao, me agarro una angustia, me senté en el suelo, ¿porque no lo acompañe más rato, porque no le dije que se fuera de la población, porque no hice algo más por el?, pensaba y pensaba, sentado en el suelo, atrás de la puerta, estaba todo oscuro adentro, solo unos rayos de sol que se metían por las rendijas, no sabía porque había pensado altiro en el, quizás habían matado a cualquier otro weon, quizás eran balazos al aire, quizás era cualquier tontera, y me tranquilicé, no sé qué vola mi cabeza, me estaba jugando puras malas pasadas ese día, me fume un porro pa relajarme, me senté a ver tele y me quede raja.
Tocan la puerta, hermano, hermano, oe hermano, ábreme porfa, disculpa que te moleste, hermano, siguen tocando la puerta, era el Víctor, habrán sido como las 10 de la noche, me despertó de golpe, que hace este weon aquí, estaré soñando nomas, que chucha pasa, hermano disculpa que te moleste, le pregunte a una vecina si conocía al Maycol y me dijo que viviai aquí, quería darte las gracias por la paletia de la mañana, te pasaste hermanito a la pulenta, aquí ni un weon te ayuda cuando te ve pa la caga y vo me ayudaste po, le sonreía nomas, mientras hablaba pensaba en como chucha llego este weon y para que, me alivie más al cachar que los balazos que habían sonado en la tarde no le habían entrado a él, que se habían desviado pa otro loco, pal cielo, quien sabe, pero no a él, él estaba en la puerta de mi departamento dándome las gracias, y tenía en la mano un copete, whyski, wyski, no sé cómo se escribe, pero era uno de esos, me dijo, mira comparito le traje esto pa darle las gracias, me lo rescate de por ahí, y a la pulenta que si tu no me ayudai ahí en la plazita quizá me moría nomás po, sipo si es que no te matan primero los traficantes pensé, gracias weon, gracias por el regalo, no teniai que molestarte si no fue mucho en realidad, pero pasa po, tengo unos porros si queri nos fumamo uno, el Víctor accedió altiro, cuando estaba adentro sentado en el sillón, ahí recién me pegue la ascurria, lo había hecho pasar, porque, porque no le recibí el copete y listo, siempre había sido cuidadoso de con quien me juntaba, aquí se sabe todo, y cuando te haces de un amigo no sabe cuantos ataos te puedes echar al hombro, el amigo de mi amigo es mi amigo, el enemigo de mi amigo es mi enemigo, el amigo de mi enemigo es mi enemigo, ya no hacia tanto calor, era de noche, y mañana todos trabajaban, incluyéndome, pero el Víctor estaba ahí, quería hablar un rato, hace tiempo que nadie entraba al departamento, nadie aparte de mí, se notaba, había solo olor a humedad ahí adentro, empezamos a conversar, me conto que estaba pa la caga, que todo iba de mal en peor, la plata que ganaba se la gastaba en puras weas, era bueno pal sake, pero sabía controlarse decía, tenía 28 años, justo los que había calculado, me ganaba por 2, pero su cara se veía más callejeada, se le habían deshinchado un poco los moretones, ahora se podían ver mejor sus facciones, tenía todos los dientes en orden, no tenía cicatrices, solo tenía cara de carreteado, sabía que no era un choro de fama, me conto que mientras su taita vivía le daba todo lo que necesitaba, nunca se habían querido ir de la población porque aquí estaban todos sus conocidos, todos sus amigos, también sus enemigos, su mamá siempre decía que apenas se muriera el viejo ella iba a pescar sus weas y se iba a echar el pollo lejos, se iba a virar no más, y él nunca se había querido ir, por eso se quedó, además que conocía a todos podía sobrevivir, pero últimamente no le estaban resultando las cosas, le habían pegado porque lo cargaron con que se había robado 2 millones de la plata de las ventas, y él me juraba que no había sido, que había sido otro weon, pero él no era de andar sapeando, ¿cómo pueden haber locos que vivan aquí mismo, se levanten a las 7 de la mañana pa ir a trabajar de guardia al mall y se lleven en cana a sus mismas vecinas que van a sacar dos pantalones?, esos son unos bastardos culiaos me decía, con pasión, había algo en sus ojos que me daban confianza, me hacían sentir seguro.

Conversamos harto rato, empezamos a tomarnos unos vasos del copete que había traído, tiraba la talla, era bueno pa webiar, nunca había estado preso, a lo más unas veces detenido pero por puras leseras decía, si empezó a vender solo porque necesitaba donde vivir, y la wea daba plata, pero ahora quería empezar a trabajar en otra cosa y se iba a ir pa otro lado, total no tenía señora ni hijos, y le abundaban más los enemigos, me voy a ir donde ni un culiao me conozca, donde ni un weon sepa quién soy, y voy a ponerme las pilas, y tu hermano, ¿no teni señora? Me pregunto, nopo weon, no tengo, me dejo botao hace unos años, si vivo solo, se puso a reír, verdad po, por eso no había nadie, ni siquiera te había preguntado, seguía riéndose, ya llevábamos hartos vasos, me estaba mareando, fumábamos y conversábamos, y yo lo miraba bien de cerca, sus gestos, ese camino detrás de las orejas, el buzo medio cochino, que me estaba pasando, o era el copete que me había hecho efecto, o los porros que me tenían atontado, o el resplandor de la tele, las risas grabadas de la tele, la llave que goteaba, su forma de hablar, era cálido, era inteligente, tenía otra mentalidad, no era de los tantos weones alucinados que florecen por aquí, como la mala hierba, no, me hablaba de un montón de cosas, de lo difícil que era vivir sin su mama porque ella era todo pa el, de lo mucho que le gustaba jugar a la pelota, que cuando chico se había ido a probar a los cadetes del colo pero no quedo y su papa había amenazado a uno de los entrenadores, que le daban rabia los cabros chicos alumbrados que andaban agarrándose a balazos por minas, o por cualquier tontera, y me hablaba, y me tenía ahí pendiente de lo que decía, me estaba calentando, que chucha, me estaba calentando, eso era, le miraba los labios, los dientes en fila, en formación militar, como me iba a estar calentando con este weon, yo no soy weco, una vez se lo puse a un culiao pero como en octavo básico, como me iba a estar calentando con este weon, habrá sido por eso que le abrí la puerta, le di agua, le moje la cara, me pare a ayudarlo cuando la sangre le teñía los ojos.

12 comentarios:

  1. Increíble la forma en que haces que uno se traslade al mundo del relato. Sin que pasara nada en realidad estaba pasando todo, ese recorrer de tu mirada por el cuerpo del loquito es la mejor descripción de calentura que he leído en este blog. Un aplauso.

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  2. Agradable tu forma de redactar, quede metido wn, sube rapido la segunda parte por fa :D

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  3. Bastante interesante tu relato, sólo me falta leer la 2da parte que ya está publicada o.O

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  4. Alucinante tu relato, tanto realismo; Oye yo he escuchado antes ese nombre del Juan veneno pero no me acuerdo donde, debe ser cerca de donde me crié....

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  5. Muy bueno. Me gustó mucho el hecho de situar la historia, desde un lugar distinto a lo común. Nada de ir directo a la parte de la carne a secas, acá hay muchas cosas, como lo dijo alguien mas arriba: hay descripción, de lo interno, de lo que le pasa al protagonista en su mente y su estado de ánimo, y también, pude sentir el calor de la tarde de domingo entre las calles de tierra y el rumor y los gritos de la pelea.... Por favor, continúa...

    Saludos desde Buenos Aires.

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  6. Excelente relato, cautivador hasta el final.

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  7. Feliz leería un libro tuyo

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  9. Es lejos el relato más auténtico y original que he leído en esta página. Me hiciste vibrar sin llegar a la parte sexual! Acá tienes oro compadre. No puedo esperar por mas

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  10. Uno de los mejores relatos que he leído, sin duda alguna...

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  11. Wuajajajaj es lo mismo que pense cuando leia... Si hubiera un libro lo leo completo jejeje Gracias por la redaccion...

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  12. Muy bien relato, estare esperando la segunda parte.

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