Mi compañero de pega, el flaite - 2

Primero que todo quería disculparme por tardarme tanto con la segunda parte, pero no había podido retomar la historia con el flaite, ahora ex compañero de pega. Quería agradecer también por los comentarios de la primera parte del relato (http://relatosflaitecitos.blogspot.cl/2015/12/mi-companero-de-pega-el-flaite.html), espero que también les guste, quizás haya otra porque la historia sigue desarrollándose hasta el día de hoy. Aquí vamos.

Quedé en que había acabado encima del flaite. Lo pajeé un poco y él acabo sobre si mismo, donde se juntó su leche con la mía. Me miró sonriendo y me confesó que no había sido la primera vez, pero que esta le había gustado mucho más que su otra experiencia. Fui al baño a ducharme y me siguió. Mientras me duchaba con agua helada porque tenía mucho calor, este weón corre la cortina, entra a la ducha y me da un beso que me dejó caliente en dos segundos. Me arrodillé y mientras corría el agua en mi espalda comencé a chupar ese pico que estaba listo de nuevo para la acción. El flaite tomaba mi cabeza e intentaba que me lo metiera entero en la boca, pero yo no podía. Mientras intentaba eso, comencé a pajearme porque estaba a full de nuevo y quería que esa noche fuera eterna. Total, al otro día era feriado.

Me aburrí de chupárselo como a los diez minutos y le dije que fuéramos al living. Ahí se sentó y me puse sobre él. Quería que me lo metiera y sentir ese pedazo de carne atravesarme. Me tenía muy caliente el weón y sus besos eran exquisitos, sus labios me encantaban y su lengua parecía tener vida propia. Mientras estábamos en esa, este weón cachó qué era lo que yo quería y se puso a jugar con mi culo, metiendo uno, dos y hasta tres dedos, previo escupo en la mano. Me mordía el cuello, mis labios y yo no daba más.

Como parecía que Felipe no se atrevía a dar el siguiente paso, lo dí yo: me bajé de encima de él, me arrodillé en el piso y le chupé el pico hasta donde más pude, usando toda la saliva que tenía diponible pa' dejárselo bien mojado, le tiré un escupo en el pico pa que no se notara la falta de lubricante, me tiré otro en la mano y me la pasé por la entrada de mi culo. Me subí sobre él y me fui introduciendo ese pedazo interminable. No voy a mentir, me quería morir del dolor mientras esa weá me entraba, pero la calentura fue más, incluso me dio lo mismo no usar condón (fui irresponsable amiguitos, lo sé, pero que tire la primera piedra el que esté libre de pecado), había usado el último que me quedaba y no me iba a quedar sin probar el pico de mi compañero de pega.

Como a los 5 minutos de tenerlo adentro y luego de los besos más calientes que me han dado en la vida pude recién moverme. El flaite era paciente y cuidadoso, a ratos quería que no lo fuera, quería que me culiara como un animal, pero me había tocado un flaite tierno al parecer. Las weas. Cuando ya tuvo mi culo acostumbrado a su pico, me sacó de encima, se levantó y me puso con los antebrazos en el sillón, dejando mi culo a su disposición, me lo puso sin previo aviso y comenzó un mete y saca que me hizo acabar sin siquiera mirarme el pico, manché la alfombra y el seguía con un ritmo culiao exquisito, de recordarlo se me para y me dan ganas de revivir esa noche que pasé con él.

Como a los 15 minutos de mete y saca intenso y constante, con la mirada del ciclista correspondiente, sentí cómo se me llenaba el culo de leche caliente, nunca lo había sentido y fue extraño, no fue tan placentero como pensé que sería. Quería correr al baño, pero me daba miedo que se saliera, que me corriera la leche y quizás qué weá más por las piernas. Me lo sacó suavemente y fui al baño a ducharme porque de nuevo, estaba mojadísimo producto de la rica sesión de sexo que había tenido. Salí de la ducha y entró a hacer lo mismo Felipe. Fui a mi pieza y me acosté, llegó al rato este weón y se acostó en pelotas a mi lado.

- La volaita hermano weón.
- Si, estuvo rico
- Sii weón, segunda vez que culeo con un weón y estuvo bueno.

Le pedí que me contara de su primera vez y me confesó que la vez que hizo un trío con su amigo y “una pelá” fue porque esta weona los pilló en un carrete dándose un beso a escondidas y se unió, terminando en un trío donde se gastaron parejo y además se lo pusieron a esta mina. La weona con suerte –pensé-.

- Pero esa vez no más y era más chico.
- Pero, ¿y con tu amigo nunca más pasó nada?
- No, hemos hablado de buscar a una mina pa’ volver a hacerla, pero me da lata agarrármelo solo. A parte, el weón no me gusta mucho, era más porque la calentura pudo más esa vez.
- Pero me dijiste que a ese weón te lo estabai comiendo cuando la mina los pilló…
- Estaba cura’o, y este weón tenía atados con su polola, yo igual, y en la conversación nos pusimos cariñosos.
- Ah weeena, los amiguitos…

Me dio sueño y me volví para la pared, él se durmió casi al tiro, sentí unos ronquidos suaves que no molestaban y me dormí también. Al otro día desperté con caña, pero era más que nada caña moral, de esa en la que te cuestionas todas las weás que hiciste la noche anterior. Estaba solo en mi cama, pensé que lo había soñado, pero el dolor en el culo me recordó que todo había sido muy real.

Llegó Felipe a la pieza, en bóxers y con un vaso de jugo.
- ¿Te traigo jugo weón?
- Ehh, ya..

Mientras fue a la cocina revisé mi celular, eran las 12:30 y yo solo quería seguir durmiendo. Llegó mi jugo y Felipe se acostó a mi lado. Me dijo muy serio que no le dijéramos a nadie, que él estaba pololeando…

- Weón, espera, espero que esto sea webeo, ¿Voh creís que me interesa tener algo serio con voh?
- Es que…
- Mira Felipe weón, si hay algo que no me interesa en este momento es tener algo serio con nadie, menos con voh, así que ahórrate esta conversación culiá y quédate con tu polola tranquilo, sigue cagándotela con quien se te cruce y si así eres feliz, bacán.

- Qué weá culiao, por qué me decís esas weás?
- Porque voh empezaste con esa conversación culiá de weón arrepentido. Si te vai en esa, agarra tus weás y ándate de acá.

No dijo nada, se paró y se fue.

Perro culiao, ¿qué weá se creía? Me fui a duchar y me metí a grindr, me habló un weón que resultó estar en el mismo edificio que yo, había llegado hace poco a vivir unos pisos más abajo.

A la media hora que Felipe se había ido me estaba agarrando al vecino, que por suerte era pasivo, porque por el culo no me entraba nada. Culiamos rico sobre la alfombra, tenía rabia y al vecino le gustaba duro (él traía condones por si acaso, para que la policía de las ETS’s esté tranquila). Yo no quería besos ni nada de mamonerías, estaba enojado. Mientras se lo ponía al vecino pensaba todo el rato en que al otro día tendría que ver al flaite y que sería raro todo.

Una vez que acabamos ambos se fue a su casa, la cachita estuvo buena, pero no daba pa’ quedarse compartiendo toda la tarde, me cociné algo y vi tele toda la tarde. Vi Sense 8 casi completa esa tarde y vi esa escena hermosa de la orgía del capítulo 6 que me puso muy caliente. Pensaba en la noche anterior, en lo rico que había sido todo y en lo mal que había terminado. Volví a darle vueltas a que al otro día debía ver a Felipe. Pensé en no ir. Pensé que él no iría quizás. Suena el celular. Mensaje de whatsapp.

“Me devolvi xq caché q la había kgao, había pasao a comprar algo pa q almorzaramos pero escuche que estabai ocupao. Mala vola po weon, crei que erai diferente”.