Con el flaite petizo y un desconocido

Hola a todos, este es mi primer relato (experiencia vivida) soy el chyno y esta historia sucedió el sábado 27 de Diciembre de 2014 en La Serena. Yo había salido a celebrar mi cumpleaños a la disco arcangel con unas amigas, hicimos la previa en el chevy restobar y de ahí me fuí como a las 2:00 am a la disco con otro amigo, porque las chiquillas son hetero y no van pa la arcangel.

Como ya había tomado sus pitcher en el pub y en la disco me compré unos ron y unas chelitas, ya estaba bien curaito, así que me sentía en onda. Bailaba y bailaba, me fumaba su cigarrito de vez en cuando (solo fumo cuando ando ebrio), y así llegó el momento del show de las transformistas en la disco, que ni lo vi, porque como me suele pasar cuando ya estoy raja, me dan esas como lagunas mentales donde hay un momento que no recuerdas ni que hora es ni cuanto rato ha pasado.

En fin, me bajó la calentura po, y cuando ando con copete en el cuerpo, soy medio loco pa mis weas, así que me fuí caminando a tomar colectivo a la linea 39, me subí, le pagué al chofer y como pude le dije que me dejara en una dirección en las compañias que obviamente no era mi casa.
Me puse a dar vueltas en una población y me senté en una plaza media a oscuras con la calentura a flor de piel (y la curadera también). En una de esas, se me acerca un weon que yo conozco (le dicen petizo noly) porque con el weon crecimos juntos en la misma población y me empieza a hablar:
-wena hermanito ¿en que volá anday?
-No, en nada, vengo de un carrete, ando re curaito y tu?
-yo igual po, vengo de un vacile, por aquí cerca.
-ah dale... oye sabí que me tengo que ir, chao- le dije yo, porque me perseguí po (podían haber más weones que me quisieran asaltar)
-Pero no te vayai po hermanito, mira ven.
-que querí po- yo ya con el bichito y la maldad en mi mente.
-mira se me paró la pichula.
-aah ya y que querí que te lo chupe?
-demás po washo, si eso querí o no, andai buscando pico
- ya pero vamos pa un lado más piola- le insistía yo.
-no, aquí nomás, si no se ve nada.
Así que se sentó el weoncito en una banca de la plaza, se bajó el cierre del pantalón y se sacó tremendo pedazo de chuto (pa ser tan bajo de estatura, el weon lo tenía gigante), y se lo sacudía ofreciendomelo, me agaché, lo agarré con una mano y lo olí, aspiré ese olor característico de pene fogoso, con deseos de meterse en alguna cavidad caliente y húmeda.
Yo no podía creer que esto me estuviera pasando, porque de día, las veces que me topaba con este weon en la población, me insultaba, me gritaba maraco y weas, y ahora tenía todo su pico a mi plena disposición y disfrute.
Me lo pasé lentamente por la cara, por mis labios, por mis ojos y orejas, quería que su olor se quedara impregnado en mi rostro. Abrí mi boca y me lo tragué de una. El weoncito dio un pequeño gritito de placer al sentir como su pene avanzaba hasta el fondo de mi garganta.
Comencé a chuparle los cocos, mientras con una mano le corría la paja y el weon me acariciaba la cabeza y de ves en cuando me metía los dedos en la boca, yo se los chupaba como si fuera su pico; y así estuve como 15 minutos chupándole el chuto.
Le dije que se masturbara y el weon se paró y se empezó a masturbar ferozmente, le dije que me avisara cuando estuviera a punto de acabar, pero no lo hizo y cuando acabó, me tiro el moco en mi pantalón.
-Puta weon, te dije que me avisarai cuando estuvierai a punto de acabar!
-Sorry hermanito, me fuí en la vola..igual lo chupai rico maricon, nos vemos por ahí.
La wea es que yo quería que el weon me avisara, porque quería tragarme su semen po, si es una wea muy bacan, cuando el hombre está por acabar, me meto todo el chuto en la boca y me encanta sentir como los chorros de semen te atraviesa la garganta, después de eso me paso todo el chuto con semen aún saliendo de la cabeza por la cara, y me lo vuelvo a meter a la boca hasta sacarle hasta la ultima gota de ese adictivo manjar.
De todos modos, yo todavía no había acabado y seguía caliente, asi que cuando este weoncito se fue, yo me dispuse a seguir caminando en busca de más aventurillas.
Resulta que luego de ese sexo oral, me fuí caminando por calle Nicaragua bajando por el Unimarc de las compañias hacia el centro. Ya era bastante tarde, no sabía que hora era en realidad, pero estaba comenzando a amanecer. Y en esa esquina donde esta el Santa Isabel (por en frente) le metí conversa a otro washo, que venía de carretear igual. De repente y a propósito me quedo pegado mirando su paquete, y el washo se da cuenta po.
-que onda loco?
-que onda de que porque?
-que me tay mirando el pico?
-eeh sipo, si me gusta el pico y ando caliente, quiero que me metan la callampa-le dije yo con toda la perso.
-Yapo- me dijo el compadre-vamos por ahí
Y nos metimos en un sitio eriazo, buscando un lado mas o menos piola pa chupar pico de nuevo. Yo saltaba en una pata, no podía tener más suerte, como regalo de cumpleaños, tendría sexo dos veces ese día.
Nos pusimos detras de un arbol, y el weon se bajo los pantalones, se bajó el boxer y yo vamos chupando pico miercale.
Lo tenía tan rico, ese sabor mezcla de transpiración por haber tomado y carreteado toda la noche, grueso, venoso, con la cabeza morada y grande, apenas me cabía en la boca, pero yo hacía mi mayor esfuerzo pa tragarmelo enterito, le chupaba los cocos y le besaba su guatita. A la luz de la mañana (debían ser tipo 07:30 hrs), podía ver el rostro claramente excitado del hombre. Un weon de no más de 25 años, moreno, pelo parado con gel, vestimenta algo flaite, lo que más me calentaba.
Y sus gemidos de placer tan de hombre, su voz tan masculina, tan grave, que cada vez que gemía, con más ganas le chupaba la callampa.
-Te lo quiero ponertelo todo.
-No, lo tení muy grande, me vay a rajar weon.
-Ya po, hermanito, que me tení entero caliente.
-Ya pero, despacito sipo.
Y el weon me apunta con la cabeza del chuto en mi ano, y me lo mete de una, sin saliva ni dilatar ni nada. Conchetumare me dolió hasta el alma.
-Para weon, me duele mucho-
-No si, es la pura cabezita nomas que esta adentro, relajate que ahora va entero.
Y empujó con fuerza, yo en cuatro no podía hacer mucho para negarme, y en realidad, aunque me estaba doliendo más que la cresta, tampoco quería que dejara de meterme el pico. Hasta que me lo metió todo, ya que pude sentir sus cocos chocando con mis cachetes.
Hace harto rato que no me lo metían y al principio vi burros verdes, pero luego de un rato, el oyo se me acostumbro al grosor de su pichula y a la fuerza de sus embestidas, así que me empecé a mover a su ritmo, con mis manos puestas en el suelo, como apoyo, movía mi poto de adelante hacía atras y de forma circular, mientras el hombre estaba concentrado en su mete y saca.
Yo estaba feliz de la vida con semejante barreta de carne atravesando mis entrañas, ya no sentía dolor, sino ese placer tan bacan que se siente, cuando el hombre toca algo en tu interior.
Saqué mis manos del suelo, y las puse detrás de sus nalgas, para ayudarlo a que me metiera más la callampa. Traté de enderezarme un poco, aún con el chuto del hombre dentro mio y el moviéndose frenéticamente y diciéndome calientes y sucias palabrotas al oído. De repente, siento que el hombre me agarra mi propio pene erecto y al ritmo de sus embestidas, comienza a correrme la paja rápidamente, hasta hacerme acabar en su mano, y el al mismo tiempo descargó chorros y chorros de moco delicioso en mi oyo.
Fue la experiencia más caliente que he tenido últimamente, y luego de eso, nos acomodamos la ropa, nos despedimos y cada uno por su lado, como si nada hubiera pasado. Claro, esa noche y esa mañana pasó de todo en mi cuerpo, Mi ropa, mis pantalones, mi cara, mi boca, mi ano, estaban pasados a sexo, pasados a pene ajeno, a semen de dos hombres heterosexuales diferentes, de dos flaitecitos ricos.