lunes, 15 de junio de 2015

Alegoría de un flaite apodado Rachi

El año pasado cuando de la nada llega un inbox a mi face me encontré con la sorpresa de que era invitado al cumple sorpresa de uno de mis amigos de infancia. A ese grupo de amigo no los veía desde los 16-17 años aproximadamente, desde que dejé de vivir población donde nací y crecí (hoy tengo 26). A medida que respondían los mensajes me di cuenta que la gran mayoría ya no seguía viviendo ahí, que eran muy pocos los que habían seguido en contacto durante los años, así que sería un reencuentro para todos, por lo que accedí a ir (en un principio me daba paja). En mi pronóstico no estaba la opción de quedarme hasta más allá de la una de la madrugada y como igual es peligroso decidí ir en auto, así tenía la excusa para no tomar y quedarme poco rato, ya que las expectativas con las que iba eran muy bajas


Al entrar a la población vinieron todos los buenos recuerdos que tuve de mi infancia, de las largas tardes jugando pichangas, de los días de septiembre elevando volantín, de los veranos en que jugábamos a las bolitas, al tombo, a la escondida pelota y tantas weás más que ahora no se ven. La emoción recorrió toda mi persona y desde ahí cambió mi disposición con la que llegué al carrete. Al entrar a la casa de mi amigo me asombré del nivel de producción que había, éste weón cumplía 30, así que se lo estaban preparando en grande. Vito el cumpleañero aún o llegaba, sí lo había hecho el resto de nuestro grupo (Siempre fuimos 9 y 2 se excusaron de no poder ir) estábamos los seis restantes poniéndonos al día con los temas y tratando de entrar en onda muy arrinconados, ya que había mucha gente, que al menos yo y otros de mis amigos no conocíamos. Lo que más nos llamó la atención aparte de la evidente producción, era un grupo de “pendejos” que a simple vista aparentaban tener entre 18 a 21 años y de ser flaites, era un grupo como de 8 a 10 weones de los cuales había un par que me parecían caras familiares (habían también en el grupo 3 minas que no conocía). Con mis amigos empezamos a echarle ojo a las minas, porque andaban exageradamente arregladas, eran muy rucias y llegamos a la conclusión de que era un sueño culiar con una flaite así de rica <Yo soy bisexual, pero hace harto que no estoy con un hombre, no me gusta tanto el webeo por el rato (no es que jamás lo haya hecho) y en ese sentido se me han dado mejor las cosas con las minas que con los hombres, soy atractivo, muy piola y siempre disfrutando de su ben caño>.


Estábamos en medio de la conversación cuando se acerca un pendejo pailón de a lo menos 1.90, me costó reconocerlo pero era el Patito (hermano menos de mi amigo cumpleañero) nos saluda a todos y nos pide si alguno lo puede acompañar en auto a buscar las tortas que estaban en la casa de X señora, a lo que yo accedí, me dice espérame un poco que voy a buscar a otro amigo que nos ayudará. Los esperé afuera hasta que llega el Patito con su amigo, sin prestarle mucha atención lo saludé y les digo que me sigan, al llegar al auto saco la alarma y les digo que se suban no más, mientras se subían el amigo del Patito le decía – Shoo qué weá el amigo del Vito es narco? – intentó que fuera despacio, pero no lo suficiente para no llegar a escucharlo. No quise decirle nada al loco, más allá que me haya picado un poco su comentario, por lo que decidí hacerme el weón con eso y el resto de lo que hablaban ellos en el asiento de atrás, que era principalmente de mi auto (que si bien es un poco caro tampoco es la gran weá, no es un Ferrari ni un Lamborghini). Para cambiarles el tema empecé a preguntar weás al Patito, preguntas cotidiana que hace la gente, muy para romper el hielo, lo mismo hizo él conmigo, así que le contaba lo que había estudiado, en lo que trabajaba, de mi familia etc. Al llegar a la casa de la señora X Patito me dice que baje con ellos para que los ayude después a acomodar las tortas atrás. Al bajarme del auto y caminar atrás de ellos percibo el lomo del amigo del Patito, un weón levemente más alto que yo, cercano al 1.80 más o menos, de espalda relativamente ancha pero que notoriamente se estrechaba hacia la cintura, usaba un jeans que moldeaban un poto pequeño pero bien armado, es decir que no era un culo ancho debido a que sus caderas eran más bien angostas, pero sí le sobresalían un poco las nalgas y su caminar mostraba ímpetu de “shoreza” al avanzar con las piernas más separadas que juntas que daban a entender que es de los tipos que tienen las piernas algo curvas hacia afuera. Sin duda, en esa primera impresión su culo y su forma de caminar fue lo que más me llamó la atención. Una vez adentro de la casa y ya con tamaña referencia me dediqué a observar su otro frente. Mentiría si dijera que de cara era hermoso, pero tampoco era un weón feo que asustara, tenía rasgos muy marcados como sus pómulos pronunciados que estructuraban una cara un tanto alargada, dando un mentón recto, su boca era grande y sus labios si bien no eran carnudos, sí eran muy marcados y hacían contraste sobresaliendo dentro de las facciones de su cara, de piel tez “morena-trigueña” que acentuaba la seriedad de su rostro, pelo muy negro algo ondulado y grueso, lo llevaba corto en los lados y más largo arriba, con una degradación piola que lo alejaba de parecer sopaipilla. No era musculoso ni nada, su cuerpo delgado pero parecía tonificado (que según mi apreciación más que por ejercicios era por una weá de genética o herencia). Esa mezcla entre los rasgos físicos y el desplante “achorao” que tenía el pendejo me hizo sentir cierto morbo y pasarme algunos rollos en ese momento. Realmente fue muy poco lo que interactué con él, al punto que no recordaba su nombre ni su apodo.


Estando nuevamente en la casa del Vito seguí echando el ojo al pendejo de vez en cuando, cada vez que lo miraba me producía un nivel de morbo mayor y cuando lo vi bailar con una flaite qué impactado, en ese instante derechamente me calenté. Mi amigo llegó cerca de la una am, por lo que mis planes de irme temprano ya habían cagado, faltaba cantarle, sentarnos a comer y todo ese webeo y como lo estaba pasando mucho mejor de lo que había pensado, mandé a la cresta el horario y me fui a comprar unas energéticas para tomarlas con pisco. Después de comer, cantar y pegarle al cumpleañero uno de mis amigos ofrece ir a quemar afuera, no quise sumarme pero después quedé con ganas, le pregunté al Vito donde podía sacar y me dijo que los amigos del Pato siempre tenían, así que busqué al Patito para que se paleteara, pero me dijo que no les quedaba mucha, pero que en un rato saldrían a quemar y me avisaría.


Siento que me tocan el hombro y me dicen - Ya Pedrín voy con los cabros pah que apañí – al girarme veo al Pato y detrás de él a su amigo gordo y al pendejo flaite que miraba para otro lado medio indiferente. Me paré y salí con ellos, ahí me presentó al amigo gordo (que por supuesto no recuerdo como se llama) y al flaitongo rico – Y a éste weón ya lo conociste, el Rachi es el de las manos pa los porros, siempre se saca los más destructivos…- Mientras el Pato seguía hablando yo almacenaba el apodo del pendejo flaite en mi memoria – Rachi, Rachi, Rachi…- hasta que dije – Vale Rachi por las “quemás” poh, hace un rato quedé con las ganas cuando fumaron mis amigos – le dije eso y probablemente algo más y de su parte solo recibí un movimiento de cabeza y en todo el rato que estuvimos no habló casi ni una weá, sólo se reía con algunas tallas del amigo gordo y del Pato, - Éste weón resulto ser más corto de genio que yo – pensaba mientras lo seguía analizando física y kinésicamente – Filo que hable menos que yo, si tampoco lo quiero pah un simposio, si sus movimientos son así en lo cotidiano imagino cómo debe ser culiando – En ese momento descaradamente y con ayuda del porro y el copete empecé a imaginarlo en pelota y a pasarme más rollos aún, cuando de pronto cacho que se me había parado otra vez.


De a poco los invitados comenzaban a irse (Con otro amigo habíamos hablado con el Vito para que nos alojara porque ya advertíamos que nuestro estado no iba a estar apto para manejar). De mis amigos se fueron obviamente los con polola primero, hasta que sólo quedamos Alan y yo de nuestro grupo y para no sentirnos tan autistas nos fuimos a un grupo chico donde estaba el Vito en aquel momento, también ese grupo se fue y así nos fuimos moviendo hasta que terminamos sentados con el grupo del Pato que eran los únicos que quedaban, creo que seguía la mayoría de los locos que vimos al principio y de las minas sólo quedaban dos. A esa altura con el Alan ya estábamos lo suficientemente happy’s como para sumarnos con toda la confianza a la conversación, más allá que no cachábamos nada de lo que hablaran. No sé en qué momento empezamos a jugar al cuarto rey, a la cultura chupística y al nunca-nunca. Durante ese entonces mi amigo Alan intentaba jotearse a una de las minas que estaban ahí, como el weón también es pintoso la mina no se hacía mucho de rogar. En uno de los nunca-nunca alguien dijo – Nunca-nunca me he dado un beso con alguien de mi mismo sexo – Yo era experto para evadir todo ese tipo de frases (ya que muy pocos saben sobre mi bisexualidad), pero cuando veo que dos amigos del Pato, una de las minas y el Rachi toman, dentro de mi curadera empiné el vaso y tomé también. Pude ver que la mayoría de la atención se puso en mí, lo que me hizo pensar que, 1) obviamente todo ese grupo ya cachaba que los que tomaron se habían comido a alguien de su mismo sexo, o 2) los que tomaron estaban webiando quedando yo solo como weón y maricón. En fin, más allá de los típicos webeos la weá pasó piola (o eso creo).


Todos estábamos en un mismo nivel de curadera, donde se enredan las palabras, cuesta mantener el equilibrio hasta sentado, etc. En medio de otro juego escucho al Rachi decirle al Pato – Pato weón pah onde se fue la Katty con el otro culiao, el amigo del Vito? – Ahí caigo en cuenta que el weón del Alan al parecer la había hecho sin que nadie notara cuando se fueron. – Puta la weá si no llego con esta weona mi papi me va a dar cualquier jugo – Reclamaba el Rachi enojado al Pato, por lo que decía pensé que era su hermana, pero no, finalmente resultó ser su prima que había llegado hace un par de semanas a vivir con ellos – Puta, cómo tan pelá la culiá pa irse con cualquier culiao por la chucha, qué voy hacer ahora – Pateó la perra por mucho rato hasta que el Pato dice – Rachi culiao qué te complicai tanto, te quedai acá y le mandaí un mensaje a la wona que se venga pa’cá cuando llegue y así llegan juntos a tu casa. Bueno, la weá es que el Rachi tuvo que aceptar quedarse ahí y a mí me entró “toa la maldá” al cuerpo. De repente veo un whatsapp del Alan que me preguntaba si se habían dado cuenta que había salido con la mina y si habían webiado por eso, porque la loca estaba urgida. – Si le digo que sí y que había un weón puteando al mundo porque se fue la mima, va a querer volver y el flaitecito se va a ir – Logré pensar en mi estado etílico, por lo que le dije que no se preocupara, que un loco había preguntado por ella pero dijo que se quedaría ahí tomando hasta morir, así que hazla larga no más weón, no te preocupí – Ah filete entonces, la haré con todo- respondió el otro weón creyéndome (ja ja ja).


Seguimos chupando, se empezaron a ir los amigos del Pato, todos rajas, el Vito también se fue a dormir dejando de encargado al Pato, hasta que quedamos sólo los tres (Pato, Rachi y yo), aguantamos un poco más y a eso de las 6 y algo el Rachi dice – ya esta culiá ya no llegó, me voy a ir a acostar porque estoy raja y mañana juego – Me subí al mismo carro y también le dije al Pato que ya estaba cagando también, le pregunté dónde dormiría, me respondió que en la pieza del Vito porque su cama es de dos plazas y que si llegaba el Alan que también pasara para allá. – Mierda!- Exclamé, pensando que iba a dormir en el sillón de abajo con el flaitecito. – Ya Rachi culiao voh te quedai en mi pieza, si llega la Katty se van pa tu casa no más poh. Al empezar a subir la escalera se evidenció totalmente nuestro estado, puta que nos constó llegar arriba. El Pato me señala cual era la pieza del Vito, me dirijo hacia ella y trato de de abrirla pero no puedo, estaba cerrada con seguro, fui al baño a no sé qué, volví e intenté abrir la puerta nuevamente y no pude, pensé en quedarme ahí en el suelo, pero después de un rato me dio frío, así que dije esta es la mía, el pato me tendrá que dar un espacio en su cama (y ojalá al lado del Rachi), entré a su pieza y los dos weones ya estaban muy raja, pensé en tirarme ahí pero la cama era sólo de plaza y media, así que empecé a mover al Pato para que me dijera qué chucha podía hacer. Luego de un rato logré despertarlo le expliqué, el weón medio aturdió movió al Rachi intentando despertarlo, no lo logró, después le pega una cachetada en la cara, sí lo logró. Le dice al Rachi que se haga al rincón para que pudiera entrar yo también porque me había quedado sin cama – Ah shupala culiao, ya estoy terrible incomodo – respondió a través de un balbuceo que fue difícil decifrar. – Ya entonces yo me voy pah la pieza de mis viejos y voh dormí con el Pedro – mientras el Pato decía eso, yo no lo podía creer, solo trataba de ocultar mi sonrisa y mi notoria calentura. – Weno weón que se acueste no más y dejate de weiar – volvió a balbucear esta vez dejando caer un hilo de saliva de su boca.

– Ya poh Pedrín, acuéstate aquí no más, si éste culiao ronca muévelo o pégale no más, con confianza – me dijo el pato mientras se levantaba tambaleante y se ponía un pantalón de buzo. Me saqué las zapatillas, pensé en sacarme el pantalón, pero como el Rachi lo tenía puesto preferí acostarme así también.


Al acostarme me puse de lado mirando hacia al Rachi, él estaba durmiendo de guata con su brazo izquierdo estirado y pegado al cuerpo, su otro brazo lo tenía doblado con la mano encima de la almohada. Juro que hice el intento de dormir y portarme bien, pero la calentura y la adrenalina fue más y empecé a webiarlo. Primero puse mi pierna (la parte de la pantorrilla) sobre la de él para ver si había alguna reacción, nada. Luego dejé caer mi mano sobre su culito rico paradito que tenía al lado mío, nuevamente nada, empecé a mover la mano muy lentamente, a dar pequeños apretones y nada. Metí mi mano por debajo de su polera y comencé a recorrer de a poco en dirección a su cuello, luego de un momento hubo una pequeña reacción haciendo un pequeño tiritón cerca de sus hombros. Saqué la mano y le di unas palmadas suaves en su mejilla, nada, subí de nivel y le pegué un poco más fuerte y bien seguido, no respondía. La emoción de ese momento, la adrenalina que recorría cada parte de mi cuerpo, la calentura que me provocaba estar haciendo lo prohibido era algo muy diferente y excitante. En medio de ese torbellino de sensaciones, me dije – Aquí hay dos opciones, 1) éste weón está demasiado curao y en otro mundo al punto que no siente nada, o 2) éste weón si está sintiendo, pero se está haciendo el weón. Para efecto de ambos casos sentí que podía hacer algo más al respecto.


Ya sin más preámbulos, metí mi mano bajo su pantalón y comencé a tocarle sus nalgas, se sentían lampiñas, mi palma cubría sin mucho esfuerzo una entera, la apretaba suavemente, pasaba a la otra hasta que me detuve en el medio y empecé a entrar con los dedos encontrándome con los primeros vellos que podía sentir de su culo, saqué mi mano la olí y eché saliva en los dedos índice y medio para volver a introducirla en su pantalón, llegando a recorrer con mi dedo su hoyo. Ya no pudiendo más me bajé los pantalones y me empecé a pajear, puse mi pene sobre la palma de su mano izquierda, doblé sus dedos para que rodearan mi pene y los cubrí con mi mano para iniciar un movimiento pélvico y sentir como la mano de ese flaite me pajeaba. Para mí en ese momento todo era morbo, todo era calentura, no lograba siquiera imaginar las posibles consecuencias si ese flaite despertaba y me pillaba haciendo eso con él, mi mente se encontraba en blanco y sólo se guiaba por los instintos y estímulos que mi cuerpo mandaba. De momento todo lo que había hecho se hizo insuficiente, quería más, necesitaba más, así que metí mi mano entre medio de su cuerpo y el colchón para tocar su pico y sentirlo, se hacía demasiado incomodo, no lograba sentir en plenitud lo que quería, desesperado comencé a moverlo bruscamente para ver si reaccionaba, pero sólo respondía con movimientos muy flojos – si no despertó con esos empujones, lo daré vuelta sin escatimar fuerzas – Eso hice, me puse en el costado de la cama, lo tomé por el lado derecho de su cuerpo y con toda la fuerza que pude lo dejé boca arriba, esperé unos segundos para ver si ahora reaccionaba, pero no lo hizo. Me volví a acostar a su lado, cuidadosamente desabroché su pantalón y bajé el cierre, ahora con mayor espacio introduje mi mano bajo su bóxer para recorrer su pubis, tenía una gran cantidad de pelo, se notaba que no lo recortaba, seguí hasta abajo y poder acariciar sus cocos los que también los tenía con vellos, luego procedí a poner mi mano sobre su pene, lo tenía lacio pero me encantaba, movía su prepucio, tocaba su glande, creció un poco pero no logró ponerse duro. Miraba su cara y acercaba mis labios a los suyos sintiendo su respiración, era rico todo eso, pero ya quería dejar que fuera un acto unilateral, quería interacción de ambos. Le empecé a hablar al oído diciéndole – despierta, despierta – pero no tuvo mayor efecto, y recordé la broma que me hacía un primo cuando yo no despertaba, me tapaba la nariz por unos segundo varias veces. Así lo hice y como a la tercera o cuarta vez el Rachi empezó a reaccionar, - Oye, oye- le dije al oído nuevamente, esta vez respondió con un ligero – Ah?- sin abrir los ojos.


Como nunca antes en mi vida y en post de lo que quería decidí manipular la situación a mi favor, volví a taparle la nariz como dos veces más, le subí el cierre y le abroché el pantalón, lo moví de forma que quedara de lado, yo me di vuelta dándole la espalda, y quedamos en posición de “cucharita”, tomé su brazo e hice que me abrazara poniendo su mano a la altura de mi pene y metí su mano dentro de mi bóxer, al cabo de un buen rato así (creo que hasta dormí un poquito) empiezo a moverme un poco y a darle unos leves codazos, cuando siento que se mueve un poco, pero deja su brazo sobre mi y acerca su pelvis más aún a mi culo. – Hey! hey!- le digo en voz baja y me doy media vuelta, el weón tenía los ojos entreabiertos, pero sin cachar nada y le vuelvo a hablar – Oye weón mira dónde me tení la mano, más encima me estabai punteando, qué weá te pasa? – El Rachi más desorientado que la chucha me mira y me dice – perdón hermano pensé que estaba con mi mina, por eso estaba así como medio caliente – me di vuelta y quedamos frente a frente, el loco claramente seguía muy curao (a mí con toda la adrenalina se me había pasado un poco) y le dije – Pero qué volá hermanito, anda con el kino acumulao, con el agua cortá? –

– Sí, algo así weón, es que mi mina no puoh viajar pah Santiago esta semana y me ha tenioh con la terrible tula toos estos días –

– Ah entonces te vendría bien su buena chupá de corneta – Respondí en tono de talla.

– Sipoh, caleta poh, si la paja no eh los mihmo, a mi me gusta meterla de verdah y que me la chupen toah –

– Ya poh y en qué topamos, yo te hago todo el trabajo que querai - Me calentaba ver su cara de no cachando ná, de perdido en el espacio pero tratando de seguir el hilo a la conversación

– Aha ha – Esa risa muy de volao aturdido fue su respuesta a mi propuesta.

– Pero la dura weón, mira voh estay super caliente al punto que me estabai metiendome mano a mí, yo lo chupo super bien, hagamos la prueba, si no te gusta paramos y aquí no ha pasado nada.

– Y qué volá hermanito, voh soy wekito que te gusta chuparlo – preguntó llevándose una mano al pantalón encima del paquete, signo que al menos para mí fue una luz verde.

– No weón, no soy wekito, pero eso da lo mismo, voh déjate llevar no más – Llevé mi mano hacia el botón del pantalón, lo desabotoné, bajé el cierre, miré su cara y ahí estaba él entregado a lo que venía, toqué por encima de su bóxer y sentí como crecía su verga, me acomodé y me baje los pantalones y los bóxer, salió completamente dura y parada, era semicurva hacia la izquierda, de porte y grosor andaba bien, de inmediato dirigí mi boca hacia su verga y la empecé a chupar, al instante comenzaron los gemidos y los movimientos pélvicos, todo era espectacular, le saqué todo, pantalón, bóxer, polera, calcetines, lo dejé completamente desnudo y su cuerpo era justo como lo había estado imaginando toda la noche, era delgado, apretadito, morenazo con poco vello corporal, solo en las piernas, en el “caminito”, su pico muy peludo y lo que ya había sentido en su ano. Al parecer nunca le habían hecho un garganta profunda, porque lo disfrutaba orgásmicamente, mientras lo mamaba acariciaba sus bolas y se las lamia alternadamente, eso también lo ponía loco. Me desprendí de mi toda mi ropa también para sentir su cuerpo en totalidad, me reposé encima de él entrelazando nuestras piernas, rozando nuestros penes, besando su cuello y su oreja, le tiritaba el cuerpo a momentos, lo que me hacía sentir que lo estaba disfrutando tanto como yo.


De pronto me toma y me gira, quedando yo de espalada al colchón, se pone entremedio de mis piernas y las abre y me toma de los muslos levantando ambas piernas, tira dos escupos y los esparce con sus dedos, poco a poco introduciéndolos en mí, mi placer no podía ser mayor, me suelta y se adelanta acercado su verga hacia mi boca, la introduce completamente, al momento de sacarla vuelve a tirar un escupo, ahora sobre el tronco de su pene, volviendo a la posición anterior comienza a rozar su cabecita en mi ano, empujando suavemente, yo voy cediendo hasta que empieza a adentrarse, cuando de improvisto da una embestida que me hizo ver estrellas y comenzó a moverse, apretaba mis tetillas dejándome sentir un umbral de dolo. Después del mete y saca veloz y fuerte, venía un rato lento con el ultimo empuje muy fuerte, estando adentro hacía movimientos circulares y verticales que me hacían ver todo nublado, sintiendo un “hormigueo” en mis manos y los pies. – Así te gusta que lo te hagan – Preguntaba con voz agitada y seguía – Te apuesto que nunca te lo habían metido así, que nunca lo hay gozao tanto como ahora – yo sólo me limitaba a decir que sí moviendo mi cabeza y lanzar un ligero si, se movía tan bien, lo hacía tan a la perfección que sin poder controlarme acabé.


– Ahora me toca a mí, ya viene y quiero que te tomí toa la lechita que te voy a dar que no se pierda ni una gota, lo vay hacer o no- me dice agarrándome del pelo y tirándomelo mientas seguía moviendo de forma espectacular. Bruscamente lo saca y lo acerca a mi boca, me pide que la abra tomándome desde la nuca y elevando un poco mi cabeza, se pajea con la otra mano y comienza a salir un chorro explosivo que va directo a mi boca salpicando a otros lugares de mi cara, a medida que iba saliendo él me iba pidiendo que me lo tragara y así lo hacía. Después de tira encima mío y me da un beso con la pasión y desenfreno más grande que haya podido probar alguna vez, así nos quedamos dormidos abrazados, yo acariciando sus nalgas que tanto me gustaban, él con su cabeza en mi pecho.


El bombardeo de mi cabeza era fuerte y constante, sin abrir los ojos sentía como se colaba un rayo de sol a través de mis párpados. Lentamente abrí los ojos, no reconocía la habitación en la que me encontraba, la cabeza en mi interior seguía golpeando cada vez más fuerte, las cortinas verdes con amarillo eran ajenas a mí, el cobertor blanco también lo era, un enorme poster Bob Marley en blanco y negro me miraba fijamente, sentía que movía con vida propia. Muy despacio me doy vuelta hacia el otro lado de la cama, sin tener total claridad distingo una figura humana durmiendo boca arriba, trato de enfocar su rostro… Era el Vito, mi amigo de infancia, en ese momento pude recordar que había asistido a su cumpleaños… Seguidamente recordé que había tenido el sueño más pecaminoso, lujurioso y caliente de mi vida, y había sido con un pendejo flaite, muy rico apodado Rachi.

9 comentarios:

  1. Nooooooooooooooo porqueeeee y si... El Vito..... 1313

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  2. Bueno buen el relato. Así da gusto corrérsela.

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  3. Wn...
    Una obra de arteeeee!!!
    Me calente a full...

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  4. CTM la cagó... Lejos, LEJOS, lo mejor que he leído en ese blog. Me ´he pajeado como 10 veces ya weón... Quiero un flaite por la cuhchaaaaaaaaaa

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  5. MARAVILLOSO!!!!!! Me pegue una buena paja, hace que un relato no me calentaba.

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  6. Qué buen relato!! Así da gusto esperar el relato diario

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  7. Excelente relato
    Felicitaciones al autor

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  8. Weon .. Que excelente relato. Tengo 26 años igual que tu , y weon .. Sueño con un Flaite así ! :) lo mejor que he leido.

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