domingo, 8 de marzo de 2015

El Richi 2

En el instante que el Richi me dijo su secreto mi cuerpo completo se durmió y mi estómago se apretó… fue extraño e intenso… yo desde que lo conocí sólo lo había visto como un mino rico, pero por sobre todo como un amigo, anulando en mi mente toda posibilidad de tener algo con él, pero con esta noticia algo en mi explotó…
Sería posible que a mi mejor amigo, más que estimarlo… lo quisiera?

No supe que responderle al Richi cuando se confesó. Me paralizó el hecho de que él, quien en esos instantes se había trasformado en mi amor platónico, abriera la puerta para traspasar la frontera entre mis fantasías y la realidad. Sólo atiné a abrazarlo y decirle que “todo estaría bien”. Él sintió mi incomodidad y me pidió nuevamente que no le contara a nadie.

Esa noche dormimos en la misma pieza y mientras lo miraba como dormía en la cama de en frente, mi cabeza y mi corazón al unísono me gritaban “Te enamoraste!”. Era duro sentir que mi mundo completo estaba a punto de cambiar, pues si bien yo siempre había sentido cosas extrañas por los hombres, jamás me había atrevido a verbalizar ni siquiera en mis pensamientos la posibilidad de enamorarme de alguno. Sin embargo, y pese a todos mis esfuerzos, estaba amarrado a la posibilidad de amar a este flaite que me quitaba el sueño.

Pasaron los días y mientras el Richi hacía como si “nada hubiese pasado”, mi corazón hacia una fiesta en mi interior cada vez que lo veía, incluso pensaba que lo de su confesión podía ser una especie de declaración para que yo me atreviese a contarle que también era gay y que lo quería más que como amigo. Hasta que un día, casi finalizando el segundo semestre del primer año de U, lo llame para conversar con él. Recuerdo que era un día soleado y quedamos de juntarnos en el foro de la U a las 17 horas. Me arregle como nunca, no escatime en gastos para que cuando me viera y le dijera lo que estaba dispuesto a contarle, él se rindiera en mis brazos. Llegue un poco antes y me senté a esperarlo mientras fumaba un cigarro. Pasó casi una media hora cuando lo veo acercarse con su mirada chinita y ese caminar de “choro” que me hacía temblar las piernas.

- Hola hermano!, que volá tan misterioso? – me dijo saludando con una sonrisa.
- Hola Richi, menos mal que era a las 5 po’ weon! – le dije haciéndome el ofendido por su retraso. 

Se veía esquicito! Su metro ochenta enfundado en un buzo Adidas negro y una polera musculosa blanca que hacía relucir sus brazos y hombros masculinos. Su piel morena brillaba y su sonrisa encendía todo a mí alrededor, haciendo desaparecer todo ruido, todo el mundo se apagaba y era sólo él quien merecía ser contemplado.

- Yaaaaa! Pero no le pongai tanto color, si son las 5 y tanto no más.
- Bueno oh! Cómo estás? – le dije.
- Bien po. Cachaste que va haber webeo en un rato? hay mambo en el foro por el fin de semestre así que nos vamos a juntar con los cabros. Te avisaron?
- No, pero de ahí cacho que haremos con las chicas – le dije.
- Buena… que me queríai contar? – preguntó, directo al grano.
- Ah… siéntate – le pedí.
Estaba nervioso, no sé por qué quede en blanco. Había ensayado tres días lo que le diría para poder ser claro y evitar todo efecto negativo en mis palabras.
- Lo que pasa es que… - me quede mudo.
- ¿? – me quedo mirando esperando que siguiera.
- Richi… es complicado!
- Ya pero cuenta po loco.
- Puta no se… he estado pensando y tú también mereces saber quién soy – le dije, esperando que entendiera hacia donde iba pero no, sólo veía duda en su mirada – a mí también… me gustan los locos.
Me quedo mirando. Serio. Seco.

- En realidad, me gustas tú… y no me había dado cuenta o no quise darme cuenta hasta lo que tú me contaste el otro día – le dije, esperando algún resplandor en sus ojos… pero todo era oscuro.
A esa altura de la conversación yo ya temblaba entero, casi con una terciana. No podía contener mis nervios y solo me mantenía en ese lugar la posibilidad de que el Richi me abrazara y dijera que estaba enamorándose de mí.
- Mingo (Domingo es mi nombre), no sé qué wea te está pasando weon, pero yo toy pololiando y ni una posibilidad con vo’. Nosotros somos amigos y ni una wea más!
Algo se quebró adentro. Si antes estaba temblando mi cuerpo se quedó rígido reaccionando a este balde de agua fría que jamás vi venir. Mis películas con el Richi no terminaban así… él debía decir que sentía lo mismo por mi…
- Yo te quiero harto loco, pero como amigo – siguió hablando ante mi mudez – no sé qué rollo te pasaste pero yo tengo mina y ni cagando me metería con vo’ – sentenció, mientras yo me iba sumiendo en un agujero negro de tristeza y vergüenza al haberme expuesto de esta forma.
- Entiendo Richi. Disculpa – logré articular estas palabras cuando llega una de mis compañeras con la que no tenía mucho contacto.
- Hola Domingo! – me saluda – hola negrito – saluda al Richi con un topón en los labios.
Si antes había recibido un baldazo de agua helada, ahora me había caído un rayo! Esta mina era la polola del Richi?! Y que pasó con su confesión??? ERA GAY O NO???
Debo reconocer que ese día fue, hasta el momento, el peor de mi vida. Sin embargo y como dice la salsa de Ruben Blades… “LA VIDA TE DA SORPRESAS, SORPRESAS TE DA LA VIDA”…
Continuará.

12 comentarios:

  1. Y que paso... no me dejes asi... la continuacion ya!!

    ResponderBorrar
  2. Continuación ya :( me dejaste aun mas tenido que con la primera parte ...ojala no te demores en subir la 3ra parte

    ResponderBorrar
  3. Es como la weá que me pasó con un weón. Al final, ahora me lo estoy comiendo.

    ResponderBorrar
  4. Me encanta tu manera de escribir peeeero, creo que estas fragmentando demasiado una historia que no sé, si a merite dividirla tanto.

    ResponderBorrar
  5. C - T - M por favor sube la tercera parte rápido. DDDDD:

    ResponderBorrar
  6. A mi me pasó algo parecido con un final raro pero en ese momento de confesión me sentí como las weas.

    ResponderBorrar
  7. Es un pecado no publicar rápido la siguiente parte.... Esta muy bueno este relato.

    ResponderBorrar
  8. Es un pecado no publicar rápido la siguiente parte.... Esta muy bueno este relato.

    ResponderBorrar
  9. Ah mish, piola saber que esto pasó en la USACH :P Saludos!

    ResponderBorrar
  10. La verdad es que fue en la UdeC ��

    ResponderBorrar