El novato 2: cuando el verano se va por un día

Esta es la continuación de "El Novato". Para que se acuerden de que se trataba, me llamo Felipe y voy en tercero de ingeniería. Este año conocí por casualidad a Felipe, un novato de la carrera que además de llamarse igual que yo, me llamó la atención desde que lo vi. El moreno de mi estatura con mirada inocente me pidió que lo ayudara con un ramo que lo tenía complicado. En eso estábamos cuando terminamos de estudiar y en tanto él descansaba del carrete de la noche anterior, yo terminaba mi trabajo de Mecánica distraído por el semblante de su cara cuando dormía. Luego de terminar el informe a medias, me recuesto en la mesa para relajarme un rato yo también.

Cuando me desperté había girado mi cabeza a la izquierda inconscientemente por lo que no podía verlo a él. Sin embargo pude sentir como algo tibio y suave tocaba mi mano izquierda. Poco a poco fui dándome cuenta de donde estaba y que podía ser eso que sentía en mi piel. Es curiosa la sensación que se tiene al despertar de una siesta en un lugar que no sea su cama. Primero tratas de entender dónde estás y cómo llegaste ahí. Después tratas de levantarte para estirarte, pero no fue este el caso. Me tomó un par de segundos darme cuenta de que estaba en una sala de estudio en la universidad, hasta que sentí esa piel tibia y suave en mi mano izquierda. 

Recordé que Felipe estaba durmiendo al lado mío e intenté adivinar que parte de su cuerpo rozaba mi mano. Probablemente era su mano también. Era un roce evidente pero aun así costaba distinguirlo. No podía haberme corrido tanto hasta donde estaba él. ¿Entonces fue él quien se puso más cerca de mí? Con esa suavidad y temperatura tan agradable no tenía ganas de moverme. Me quedé ahí un par de segundos hasta que me doy cuenta de que mi celular estaba al alcance de mi mano derecha por lo que si lo ponía en el ángulo correcto, el reflejo de la pantalla podría mostrarme que pasaba a escasos centímetros de mis propios ojos. Muy lentamente tomé mi celular y bajé todo el brillo de la pantalla. Si de casualidad estaba despierto no quería que me pillara con claras intenciones de mirarlo a él. 

Muevo el celular hasta encontrar mis dedos de la otra mano para ver que tocaban. Pude ver lo suficiente para darme cuenta de que su mentón rozaba mi mano muy suavemente. Pero, ¿por qué no lo sentía respirar? Tenía la leve sensación de que podía estar despierto. Inclino un poco más la pantalla pero todavía no lo siento suspirar. Estoy a punto de llegar a los ojos y no hay ningún sonido cuando el puto celular se resbala de mi mano. No me había dado cuenta y mi mano ya se estaba doblando mucho más de lo normal. En tal silencio hasta un papel te puede hacer saltar y mi celular no fue la excepción. Solo atiné a enderezarme en mi asiento tratando de pasar lo más desapercibido posible. Me doy vuelta mientras me estiro para verlo a él y observo que se acababa de sentar en el marco de la ventana con los párpados caídos y esa mirada seria hacia la nada que se tiene al despertar. Guardé mi notebook en la mochila y luego Felipe me preguntó la hora.

-Son las 12:43 - dije mientras me seguía estirando. Harto rato parece.
-Pero dormí muy bien. ¿Tú no?- Dijo él poniéndose en pie y tomando sus cosas.
-Más o menos- le contesté con la misma cara de incertidumbre que tenía desde que me desperté.
Salimos de la biblioteca y me preguntó si iba a almorzar. Le contesté que había quedado de acuerdo para almorzar con unos amigos en mi facultad, así que nos despedimos y nos separamos.
-¡Felipe!- escuché absorto en mis pensamientos. Cristian me estaba haciendo señas desde la fila de la tienda de comida para que fuera donde estaba él.
-¿Cómo andamos weón?- lo saludo yo cuando llego a su lugar.
-Bien po. Voy a comprar almuerzo. ¿En qué andabas?
-Estaba estudiando y terminando el trabajo de Mecánica- le contesté muy naturalmente.
-No te vi en la clase de la mañana- me comentó con suspicacia.
-Es que por el informe tuve que faltar. Tenía que terminarlo porque en la noche cero posibilidad de hacerlo.
No fui muy convincente en mi respuesta y Cristian me miraba con un tanto de desconfianza a lo que le decía.
-¿Vas a salir en la noche? - me dijo mientras sacaba su billetera.
-Tengo ganas po weón. No he salido desde que entramos a clases.
-¿Y si me acompañas en la noche? Es la fiesta de los de primero y tengo que llevar las energéticas de los auspiciadores. Te paso a buscar y vamos- me dijo Cristian
-Puta ya weón. Por whatsapp coordinamos entonces.

Me despedí de él y me fui a mi facultad. Estuve pensando todo el almuerzo si Felipe en verdad estaba despierto o solo me había pasado rollos, pero preferí pensar lo segundo. Fuera de eso, me acordaba de lo rico que se sentía su piel en contacto con la mía. Probablemente se había afeitado hace muy poco porque no había identificado ningún vello en su mentón. La tarde siguió como de costumbre y cerca de las 17:00 horas me fui a mi departamento. La paso mal si no escucho música mientras viajo así que saqué mis audífonos dispuesto a poner una buena playlist. Soy bien alternativo para mis gustos musicales así que no soy muy fan de las radios. Prefiero tener las canciones precisas para escuchar en el largo trayecto desde la u. Saqué mi celular para conectarlo a los auriculares pero me di cuenta de que ya se le había agotado la batería. Sin la música en el camino al edificio no pude evitar que Felipe se colara entre mis pensamientos. SI bien el weón era hermoso según mis gustos, su aire de ternura e inocencia era lo que me mataba. Era esa mirada de alguien que de seguro es buena persona con el resto. No voy a decir que ya lo amaba y lo quería desposar porque no es así. El mino simplemente me llamó la atención como lo podía hacer cualquier otro weón. 

Apenas llegué al departamento encendí mi notebook para enviar el informe de Mecánica y sacarme al tiro el cacho. Comí algo y me metí a ver qué onda Facebook. Pura política y eventos para asistir a marchas que no existen. Pura mierda hasta que llegué a una de las fotos donde aparecen todos los novatos juntos. Me fijé al tiro en un mino exquisito. Era más o menos rubio con un cuerpo increíble. Ver a ese weón me puso un poco, así que aprovechando que no andaba apurado decidí meterme a ver una porno. El porno pagado es otra weá. No es tan caro y los videos son más buenos que la cresta así que me metí a mi sesión de una página x de las famosas, dispuesto a quitarme las ganas con el video de alguno de mis actores favoritos. Elegí uno que me sorprendió con el parecido del tipo de la foto de Facebook. Musculoso y con una cara de película. Comencé el movimiento lentamente mientras el actor se tocaba de a poco y traté de seguir su ritmo. Estaba más que bueno y tenía una pinta de macho que no se la sacaba nadie. Me fui a la cresta justo en el momento en que se empezó a meter un par de dedos por atrás. El mino era demasiado rico y que hiciera eso último me dejaba pa la cagá. Tomé un pañuelo y me limpié un poco los restos que me habían quedado en el vientre. Miré la hora en el pc y caché que ya eran las 20:00. ¿Por qué el Cristian no me había hablado todavía? Tomé el celular y me di cuenta de que no la había cargado cuando llegué. Lo enchufé pero no prendió inmediatamente así que tomé una toalla y me dirigí a la ducha. Mientras me bañaba sentí varios sonidos de notificación desde mi pieza y seguro que más de uno venía de Cristian. Salí con la toalla en la cintura y tomé mi teléfono para ver los mensajes. Dos llamadas perdidas de Cristian, 5 whatsapp más de él, un mensaje de Sofía recordándome que enviara el informe y otro de Felipe dándome las gracias por haberle ayudado en la mañana: "Ahora voy a ir a la fiesta de la noche sin culpa", agregaba el mensaje. Recién ahí hice la conexión de que probablemente me iba a encontrar con Felipe en el local. 

Cristian me pasó a buscar a las 20:45 nos fuimos conversando cosas de la u sin importancia hasta llegar al lugar de la fiesta cerca de Patronato. Lo ayudé a bajar las energéticas del auto para dejarlas en el bar y luego me quedé en el celular mientras él revisaba otras cosas con el centro de alumnos.
Aproveché de responderle el mensaje a Sofía de que el trabajo ya lo había enviado y a Felipe le dije que ojalá le haya servido y que le fuera bien en la prueba. Pasó el rato y comenzó a llegar todo el mundo. Estaba realmente repleto y en su mayoría eran alumnos de primer año. Conocía solo a algunos pero la pasé bien bailando y tomando con los que cachaba. Yo tengo harto aguante con el alcohol y casi nunca termino muerto en un carrete, así que cerca de las 01:00 estaba muy decente aún. Ahí vi a Felipe. Estaba bailando con quien seguro era su polola. Él la tomaba de la cintura y ella de los hombros mientras se miraban con la frente de cada uno pegada a la otra. Realmente los dos se veían bien. Ella era muy bonita también. Tiene la piel blanca y el pelo castaño claro. Se veían tan bien juntos que me sentí culpable de estar fijándome en él. Los vi un par de veces más en la noche bailando y por mi parte ya estaba fijándome en otros minos del lugar. Tengo varios amigos más en la carrera que son gays como yo pero no es algo que importe mucho la verdad. No nos hace ser más o menos amigos. Bailé con varias minas y muy piolamente con un par de tipos. Pero fue lo típico de un carrete común. Ni tan cerca ni tan insinuado. Moverse solamente. Me olvidé completamente de Felipe esa noche. La pasé bien y verlo con su polola me trajo a la tierra de nuevo. Como no había ido en auto me fui con un amigo en taxi a su departamento. Eran cerca de las 4:30 am cuando llegamos y nos tiramos al toque a la cama. Yo estaba muerto pero no me quedé dormido al tiro.

-Estuvo bueno weón- me dijo Martín.
Yo estaba acostado al lado izquierdo de la cama mirando a la ventana y Martín que estaba a mi derecha miraba el techo.
-Pero se nota que no tomaste mucho si po.- Le dije con la mirada en le ventana desde donde llegaban las luces del cerro frente a su departamento.
-Pico weón. La pase la raja igual. ¿Y tú? Andai medio weón.- me preguntó girando su cabeza hacia donde estaba yo.
-Me faltaron vacaciones no más. No tenía ganas de entrar todavía.
-Pero no por eso vas a andar con la cara larga po weón. Te falta algún weón que te apañe no más. - me dijo mirando al techo nuevamente. Fueron como diez segundos de silencio hasta que le pregunto:
-¿Y tú como cachaste eso weón?
-Ya me había dado cuenta hace tiempo. No se te nota pero yo tengo buen ojo- me dijo con el tono más natural posible.
-Puta sorry si no te había contado weón. Es que para mí no es tema no más- le dije mientras me alejaba un poco de él. Era extraño estar acostado en la misma cama con un hetero al tan cerca.
-Weón tranquilo, si me importa una raja weón- me dijo Martín pasando su brazo izquierdo detrás de mi cuello dándome un par de palmadas. Martín es muy amigo mío desde que entramos a la u, así que hay harta confianza. Él es mucho más mino que yo. Es alto, con ojos grandes y brillantes y rulos en el pelo. Aun así el tipo no es mujeriego y el segundo semestre del 2014 había terminado con su polola de 2 años. Fue una lata pero tampoco es un weón acomplejado así que tenía muy superado el tema.
-¿Entonces? ¿No hay nadie por ahí?- Me insiste él con su brazo aún detrás de mi cuello.
-No, nadie. Estoy en nada en verdad- le dije yo
-Entonces te voy a buscar a alguien para que lo conozcas. Así Don Felipe no se siente tan solo, ¿O no?- me dijo dándome golpecito en el culo mientras se reía.
-Puta que soy pesado weón si estoy bien weón. Al tiro pensando que ando necesitado.
-Ya Pipe tranquilo perro. Si te decía no más- me dijo él.
-Voy a cerrar la ventana. Está haciendo frío- le dije yo levantándome de la cama.
-Parece que mañana va a llover- me dijo él sacándose el pantalón y metiéndose dentro de la cama.
-Estaría bueno porque ha hecho más calor que la cresta. Verano culiao- le dije volviendo a la cama -¿Y vamos a dormir juntos? - le pregunté parado al lado de donde estaba acostado yo hace un momento.
-¿No se supone que yo te ponga problemas por eso?- me dijo él tapado hasta el cuello y con una sonrisa que se le veía muy bien- No tengo otro lugar para que duermas. Métete luego que hace frío y tengo sueño.
Me saqué los zapatos, calcetines y pantalones y me metí a la cama al lado de Martín. La cama era de dos plazas e igual era cómoda.
-Duerme bien weón. Ánimo.- me dijo Martín dándome un par de golpes sobre el cubrecama sin darse vuelta.

Cuesta mucho acordarse de los sueños. O más bien describirlos. Es como tener una imagen de lo que pasó en tu cabeza pero no eres capaz de decirlo en palabras. Esa noche había luces de colores pero con un fondo negro. Destellos de luz plateada y mucho movimiento. Eso estaba mezclado con el recuerdo de estar abrazando a alguien por la espalda y sintiendo el olor del perfume en su polerón mezclado con la temperatura de su cuerpo. No recuerdo mucho más.

Despierto con los rulos de Martín cerca de mi cara. Pero por supuesto no los pude identificar inmediatamente. Primero está el confuso proceso de recordar donde estaba y de quién era ese olor que sentía. Escuchaba un sonido agradable pero no lo identifiqué bien. Después note que estaba lloviendo un poco. Caché que el dorso de la palma de mi mano derecho estaba en contacto con los boxer de Martín que aún dormía inclinado hacia la derecha dejando su cara fuera de mi vista. Saqué la mano casi al tiro pero tengo que admitir que Martín se gasta un culo muy bueno. Realmente de esos que te quedas mirando un par de segundos extras en el metro o en la calle. Me levanté y busqué mi celular en el pantalón que había tirado al suelo. Cuando lo veo miro que ya eran las 11:20 y me quedaba como 10 por ciento de batería. Anoche había sacado muchas fotos. Me pongo al lado de Martín para revisar si tenía cargador en el velador y observo que el que estaba encima era el antiguo que a mi teléfono no le servía. Pero recordé que Martín tenía un iPad con la misma entrada de mi celular así que abrí el cajón del velador para ver si ahí lo guardaba. Justo al lado del cargador me encuentro con una caja de condones con sabor. Me dio risa y curiosidad porque nunca había usado uno de esos. Tomé la caja para leerla bien y Martín me sorprende con su voz soñolienta. 

-No son muy ricos- me dice él riéndose mientras se estiraba.
-¿Los probaste o que weá?- le dije dejando la caja en el velador nuevamente.
-Abrí uno para ver qué onda- me dice él poniéndose en pie- me voy a bañar- dijo mientras sacaba una toalla de un mueble. Yo me tiré encima de la cama y encendí la tv solo para que sonara algo. Empecé a revisar snapchat y las historias de mis contactos. Felipe me había agregado y revisé la suya. Un par de videos con su polola y algunas fotos de anoche. Ahí estoy cuando veo que Martín se saca todo estando de espalda.
-Martín culiao sácate la ropa en el baño weón- le dije nervioso mirando mi celular. Él miró hacia atrás y movió el poto un par de veces. Yo lo miré con los ojos completamente abiertos.
-¿A ti también te gusta el webeo cierto?- le dije mirándolo atentamente y acomodando las sábanas para que no se notara mi pequeña reacción. El solamente se reía y se fue caminando al baño con la toalla al hombro y el culo moviéndose de lado a lado.
-¡Ya te caché Martín culiao. No te hagai el weón!
Me metí a Facebook y revisé las solicitudes de amistad. Había un par de novatos y novatas y otros de la fiesta que no había agregado antes. Veo que Facebook me ofrece la opción de agregar a Felipe y le pongo enviar por la tela. Ya teníamos varios amigos en común.
Después de un rato sale Martín del baño con la toalla a la cintura y busca ropa en su closet.
-Ya po weón dime- le dije dejando el celular al lado.
No me respondió inmediatamente. Primero se puso una polera con unos calzoncillos debajo de la toalla y se tiró al lado mío tomando el control remoto.
-Weón te estaba leseando no más- dijo mientras se acomodaba el paquete y reía mirando la pantalla.
Yo estoy seguro de que a Martín o le gusta el webeo, o no es consciente de lo que tenía debajo de las sábanas viendo el show que estaba dándome.
-Me voy a ir weón- le dije tomando mi ropa. Igual miraba sin querer el paquete de Martín mientras me vestía. Él no tenía ni calugas ni pectorales, pero aun así era para quedarse mirando un rato.
Terminé de vestirme y pasé al baño para mojarme la cara.
-Ya Martín, nos vemos. Gracias por alojarme.
-Dale Pipe. Nos vemos el lunes.
Desconecté mi celular del cargador y salí del departamento. Estaba enojado por culpa del Martín. Si al weón le gustaba el webeo, sería incómodo encontrarse con situaciones como las del departamento porque él es mi amigo, y por muy bueno que esté, es raro meterse con el mejor amigo. Es como tu hermano y sería extraño. Por lo menos yo lo sentía así.
Y si por otro lado solo me estaba molestando, era bien desconsiderado conmigo. Tampoco tan maraco para huebiar así al amigo gay moviendo el poto y sacándose la ropa delante de ti.
Ya iba en el metro hacia mi casa escuchando música y veo que en la pantalla aparece el nombre de Felipe que me estaba llamando. No me iba a enganchar de un weón con polola ni cagando, pero él tampoco me la estaba poniendo fácil.


Primera parte: http://relatosflaitecitos.blogspot.com/2015/04/el-novato.html
Segunda parte: http://relatosflaitecitos.blogspot.com/2015/04/el-novato-2.html