Macho por macho

Un sábado en la mañana después de un carrete andaba súper caliente y me metí a un cyber para ver si me salía un polvo. Estaba conectado un loquito que había conocido por chat hace varios meses atrás. Él tenía pareja, al igual que yo. Afortunadamente él también andaba en lo mismo y me dijo que nos juntáramos en la estación de metro Cumming. En 10 minutos llegué, lo esperé y esperé pero el weón no apareció. Ya resignado me fui caminando, cuando de pronto alguien que venía corriendo atrás de mi me toca la espalda. Era este loco. Nos fuimos a su departamento de prisa, me dijo que tenía una hora antes de que su pareja llegase. Yo no escuchaba en ese momento, solo le miraba el culito.
Llegué todo sudado por la caminata y pasado a trasnoche, pero eso no le importó. El loco me agarró firme y me besó. Yo sentí su bulto, metí la mano y encontré un pedazo de carne gigantesco que se estaba endureciendo rápidamente. Con muchas ganas y casi jadeando de caliente le bajé la ropa interior y me metí su herramienta en la boca. Era deliciosa, firme, me llenaba la boca. ÉL hizo lo mismo con la mía. Le mordí las tetillas, me restregaba en su pecho peludo, lo sentí por todos lados, sentía que iba a explotar. De pronto recordé que en cualquier momento podría llegar su pareja así que me sugirió bajar a la bodega.

Escondiendo la erección llegamos a la bodega. Nos sacamos la ropa, y de pie empezamos a besarnos. Su pene grueso pasaba entre mis piernas y se masturbaba con mis muslos. Yo le apretaba el culo, lo abrazaba con mucha fuerza para que no se me arrancara. Luego me agaché y se lo chupe hasta atragantarme, lo giré y le pasé la lengua por sus nalgas peludas. En ese momento me agarró la verga y empezó a metérsela con saliva, sentí que gimió cuando le entró la cabeza. Después fue mi turno. Su pene entró con mucha fuerza, jamás tuve uno tan grande adentro, fue exquisito. Mi ano sintió ese pene el resto del día.

Sin duda el muchacho tenía experiencia haciendo esto. Actuaba con normalidad, era decidido y muy caliente. Yo solo quería complacerlo, así que se lo chupé desenfrenadamente hasta que toda su carga terminó en mi boca. Todo el ímpetu de ese miembro fue para mí. Sin duda jamás iba a olvidar ese ritmo y su cara de dolor/placer cuando llegó al orgasmo.

Nos vestimos y me fui. Nunca más lo olvidé, ni culpable me sentí de hacerlo. Varios meses después lo volví a contactar, me enteré de que era bisexual. ÉL terminó con su mina, yo con el mío y ahora follamos todos los días. Fin.