Con el Malabarista de Tongoy

Bueno chiquillos, la siguiente experiencia que les contaré a continuación está fresquita, recién salida del horno, porque me pasó este sábado 10 de octubre recién pasado. Espero que no se aburran, ya que no me gusta contar las weas por parte y este relato en especial es bastante largo. Para comenzarla, les diré que soy de La Serena y ya he escrito varios relatos en esta página, que por lo demás leo todos los días, ya que los flaites son mi obsesión. Mi nombre está demás en esta historia, ni tanto por querer esconder mi identidad, sino porque siento que al relatar una experiencia sin tantos detalles personales, Uds. queridos lectores pueden imaginarse mejor la situación y meterse más aún en lo contado, tal como si les estuviera pasando a Uds. Por lo demás debo decir, que no soy un gay de closet, hace rato que la wea me quedó chica, no diré tampoco que soy piola y reservado, se me nota como todas las primas, pero nunca tanto pa ser loca fuertona jajaja.
Sin más preámbulo, aquí les va: era la noche del viernes 09 de octubre y yo estaba en mi pieza aburrido sin plata en los bolsillos y sin ni un panorama y mientras veía el Morandé con Compañía, me habla al face un colibrí (lo raro de esto, es que arrendamos pieza en la misma casa, pero cuando nos comunicamos lo hacemos vía face) y me pregunta si quiero ir a tomarme una cervezas en su pieza. Yo haciéndome el difícil, porque no tenía plata y sin plata uno se siente incómodo po wn, al menos yo, si no tengo, no salgo y me da como lata que me inviten sin yo poner ni uno pal copete o pal carrete. Pero filo eso es otro tema. Ya la wea es que después de rogarme un poco le dije que bueno al colita, total estábamos en la misma casa y aunque al día siguiente tenía que ir a trabajar, un pack de 12 de las del gato surfer no iban a durar mucho, así que nos metimos a su pieza y nos pusimos a conversar y echar la talla entre primas, así fuimos entrando en confianza un poco, porque aunque cada uno arrienda su pieza en la misma casa, nunca nos habíamos hecho el tiempo de compartir sus chelas y conocernos un poquito mejor.

Total que ya eran la 01:30 de la mañana y de repente yo un poquito mareado, porque no había comido nada ese día, le digo al colita que un día deberíamos ir los dos a la disco arcángel, que hace rato que no iba, que echaba de menos el ambiente cola, la música, el volverse loca y demases. Ya po me dice, vamos pa la disco ahora, a lo que le contesto que no podía porque no tenía plata ni para la entrada, aparte que al otro día tenía que ir a trabajar y que no quería despertar con caña. La wea es que este loco me insistió tanto, que ya acepté (me pagó la entrada a la disco, me compró copete adentro y todo, y me cargó eso, porque no me gusta que me inviten, me gusta yo siempre comprarme mis tragos, con mi plata, y como dije arriba, si no tengo, no salgo nomas po). Cuando llegamos a la disco, pasamos por esa pasarela luminosa, cosa que años atrás la disco no tenía, mucho menos el escenario tan regio que tiene ahora, debo decir que me encanta como han ido mejorando en el aspecto la arcángel. Y apenas entramos nos pusimos a bailar como dos locas, porque cuando estoy en la disco, con copete en la sangre, con la música webía, las luces, las demás colas, es imposible que no se me suelten las trenzas jajaja y así pasó el resto de la noche, llegó la hora del típico show, regias las transformer, y de ahí seguimos tomando y bailando hasta que ya no pude más del cansancio.

En una de esas, mientras veníamos del sector de fumadores, le digo a mi compañero de arriendo que me quiero ir y nos vinimos po. Debieron haber sido tipo 04:30AM. En esa que vamos caminando a tomar colectivo, la prima me dice que pasaría si nos vamos a dar una vuelta al Espejo de Agua, que allá siempre hay webeo de noche. Yo sabía de eso, pero sinceramente nunca había ido, porque era de esperar que la gente que hubiera allá iban a ser puras primas y que wea más mata pasiones comerse a una prima, así fuimos pa allá, pa cachar que onda. Dicho y hecho, llegamos y había varios weones, bien viejos, esperando por alguien que buscara sexo en medio de la oscuridad absoluta en medio de los árboles del sector del centro de La Serena. Nos pusimos a conversar un wn de al menos 35 años, que decía ser bisexual, que era casado y que fuéramos a un motel, y yo le dije que no tenía plata, así que le dije a mi compañero que me iba y que él que era el de la plata, se quedara con el hombre pa ver lo que se daba.

Así que me fui po niña, caminando pa arriba cagao de pena, porque me imaginaba que a la prima se la estarían culiando de lo lindo y uno resignado a acostarse, y me fui del Espejo de Agua, en la Avenida Pedro Pablo Muñoz, por Cordovez hasta llegar a calle O’Higgins, que es la calle donde se concentran todos los pubs y ambiente bohemio serenense, porque ya había tenido webeo por estas calles, a esas horas de la madrugada, cuando ya todos salen raja de curaos de los pubs, y no falta el macho flaitecito que cae en las sensuales redes del sexo homo. Me di un par de vueltas entre la avenida de Aguirre y calles aledañas, buscando algún washo que quisiera, y tate, la tercera siempre es la vencida jaja, me encontré con un hombre de al menos 24 años, estatura promedio, ni tan alto ni tan bajo, moreno, pelo negro, ojos café tal vez, en ese momento no estaba seguro, yo estaba ebrio y era de madrugada, el cabro vestía jeans claros, zapatillas, una chaqueta verde y estaba parado un poco más abajo del pub La Biblioteca, el cual al ver que yo me acercaba caminando hacia él me habló pidiéndome unas monedas.

-Hermanito, no tení $100 que me regalí?
-Pucha perrin- Le digo yo- No tengo ni uno po
-Ya vale compañero- Me dijo.
Pero yo me quedé a su lado, mirándolo lascivamente a los ojos, con la calentura y la maldad a flor de piel y empezamos a conversar
-De donde vení?- Me pregunta.
-Na de un carrete acá en el centro- Respondo- si andaba con un amigo y se me desapareció así que lo ando buscando. Y tú?
-No, yo soy de Tongoy.
-Legal? Y que andai haciendo acá en Serena?
-Puta hermano es que sabí que yo soy malabarista y vine hoy día pa acá pa, pero no me ha ido muy bien.
-Ahhh ya- le contesto- Y que onda andai solo? No tení amigos?
-Puta si po, pero andaban carreteando en otro lado y me vine pal centro a rescatar unas moneas pal pasaje pa irme pa Tongoy.
-Ahhh y si no te alcanza? Porque pucha perrito, yo no tengo ni $100 pa darte, si no te paso al toque.
-No, me doy un par de vueltas por ahí, hasta que amanezca y me voy de día pa allá po.
-Y porque no te vay a dormir mejor?
-Porque acá no tengo ni un lugar donde quedarme po hermanito, si andaba con mis amigos y ni celular traje pa saber de ellos.
-Pucha perrito- Le digo yo- no te conozco, pero si querí yo podría prestarte mi pieza pa que durmai un rato, y después en la mañana te vai po.
-La pulenta hermano? Hariai esa wea por Mí?
-Si po, porque me caíste bien, y si estuviera en la misma que tu me gustaría que alguien me ayudara.
-Vale hermanito, wn eri bkn.
-Ya po, vamos entonces- Le dije yo- Si no queda tan lejos de la avenida, porque arriendo pieza por aquí cerca.

La verdad no era que el washo me hubiera caído bien, es más hasta me intimidaba un poco el tipo, pero yo andaba caliente, con ganas de que me culiara un machito flaite, de esos con los cuales fantaseo siempre, y cuando uno anda tan deseoso de un pico en el hoyo, además de estar medio ebrio, te lanzai nomas al ataque, te vai de cacería.

Así que caminamos las cuadras que separan la casa donde arriendo del epicentro del carrete, conversando de la vida y de otras weas más que ya ni recuerdo por efecto del copete. Ni en el centro donde me encontré con el hombre, ni en el trayecto hasta la casa, le mencioné nada de sexo, ni me insinué a él, por miedo a que me pegara su charchazo o que se arruinara lo que en mi mente ya estaba planeando. Y llegamos al portón, saqué la llave, abrí, entramos a la casa, cerré y cuando cierro y voy subiendo con el hombre, siento que golpean el portón y siento un sonido de llaves. Era el colibrí con el que había salido al principio a la arcángel que venía del Espejo de Agua. Entró y le expliqué rápidamente que me había encontrado con un hombre y que subiera a su pieza, así que subió hecho una bala el maricón. 

Mientras la prima se encerraba en su pieza, yo fui al baño con él machito y me puse a orinar, mientras le preguntaba si quería él también, así que se puso al lado mío y sacó su anaconda, y mientras el meaba, yo disimuladamente hacía las veces que seguía subiéndome el cierre del pantalón, pa puro mirarle la callampa, que dicho sea de paso, se veía deliciosa. Luego de eso, subí con el hombre a mi pieza y me disculpé con él por tenerla toda desordenada.

-No te preocupí hermanito, si yo quiero puro dormir.
-Ya, bueno- Le dije- ahí, sacate la ropa y te acostai, yo voy a apagar las luces abajo y vuelvo al toque.
Y cuando volví, el hombre estaba sacándose el jeans que andaba trayendo, y lo que vi a continuación me calentó al instante, el washo andaba sin boxers, a lo gringo, a lo comando jajaj listo pa la acción, pero nada dije, me aguanté las ganas de abalanzarme sobre él en ese momento, porque se me hizo agua la boca, y le dije que se acostara pal rincón de la cama y mientras yo me desvestía y trataba de disimular la gran erección que tenía en mis boxers, con una mano, cerré con pestillo la puerta de la pieza y apagué la luz. A continuación, me metí bajo las frazadas y las sabanas junto a él, pero no me quise sacar los boxers ni los calcetines, y me acosté en mi cama. Como es de plaza y media, aunque él hombre no quisiera, teníamos que obligadamente dormir bien apretaditos los dos y mejor pa mi po. Así que patudamente, bajo las sabanas lo abracé. El machito flaite o debía ser muy tonto, o le gustaba la situación, porque cualquier wn, a esas alturas, ya se habría dado cuenta de mis intenciones, aunque no le hubiera dicho ni una wea. Pasados unos minutos, la calentura en mi cuerpo pudo más y no pude seguir conteniendo las ganas de agarrarle el pico. Él hacía las veces que dormía, porque sinceramente no habrán pasado ni 15 minutos desde que nos habíamos acostado y yo no creo que alguien se pueda quedar dormido en tan corto tiempo, menos en una cama ajena y con esa carga sexual que se respiraba en la pieza.

Y desde ese minuto, las palabras no fueron necesarias, nuestra comunicación se limitó a las miradas, al contacto de nuestra piel, al lenguaje de quejidos y gemidos llenos de lujuria y pasión desenfrenada. Ambos estábamos sincronizados en la misma sintonía de la calentura homosexual. Bueno yo siempre, pero mis caricias ávidas de un pene y un cuerpo heterosexual, lograron seducir a este machito cacha mujeres.

De momento me atrevo a mover mi mano con la que abrazaba al flaitecito hacia abajo y con lo que me encontré me terminó por enloquecer porque allá abajo se encontraba una bestia enorme, dura, caliente y palpitante, la cual no dudé en agarrar. El dueño de tan grande falo, no dio señales de molestia y aunque aún se hacia el dormido, pude notar en su respiración y en su cuerpo un leve movimiento al comenzar a masturbarlo, lo que me indicó que lo que yo estaba haciendo en ese momento, le agradaba. Así que continué con mis caricias a su pene, a sus testículos, a su abdomen, a sus tetillas, a su pequeña barba de chivo que tenía y a sus labios. Saqué las frazadas, que a estas alturas y con la calentura corporal, ya eran una molestia, me levanté y prendí la luz. A decir verdad, por lo general, a mí no me gusta mucho que me vean desnudo, porque soy peludo de poto y piernas y me da vergüenza, pero en ese momento, estaba tan ganoso, que ni un pudor corporal me iba a detener. Me subí encima del machito flaite, que ya había prendido y se estaba masturbando salvajemente. Acerqué mi cara, mi boca y mis labios a los suyos e intenté besarlo. Para sorpresa mía y como siempre pienso que son los heteros, no me corrió la cara, sino que al contacto de mis labios con los suyos, respondió al beso y calentonamente, tanto que nuestras lenguas se enredaban en nuestras bocas y nos mordíamos los labios de una manera tan salvaje y desesperada, como si el mundo se fuera a acabar. Yo estaba sentado sobre su abdomen, y sentía su pene duro palpitar detrás mío, en mis cachetes y espalda baja.

Bajé a darle más atención a su pichula, porque antes de que ese monstruo invadiera mi esfínter, quería darle sus buenas chupadas, y empecé de primero, dándole unas lamidas, tal cual una paleta de helado, luego seguí con sus cocos, los cuales metí a mi boca y chupaba deliciosamente cada bola alternadamente. Los gemidos y la respiración agitada del hombre daban cuenta del placer que estaba sintiendo, pero a mí siempre me ha gustado ver su expresión de los machos que me estoy comiendo, sus ojos, así que lentamente subí a su pene, y le pasé la lengua en círculos por ese maravilloso glande, tan grande de color rojo violáceo palpitante, al mismo tiempo que miraba a su cara, que era de absoluto placer, unos ojos casi en blanco, la boca abierta la lengua paseándose repetidas veces por sus labios resecos y mientras con mi boca y una mano me ocupaba de su miembro, la otra la estiré y metí mis dedos en su boca, la cual los chupaba, besaba y mordisqueaba frenéticamente.

Volví a subirme encima de él y con lo caliente que estaba, además de algunos dedos del hombre que se habían metido sin previo aviso en mi ano, ya estaba lo suficientemente dilatado como para envolver su pene con las paredes de mi esfínter. Lo único que me preocupó justo en ese instante es que no había ido al baño en todo el día y entre la calentura y la cordura, quise evitar que me lo metiera, pero mis deseos de tenerlo adentro y los deseos de todo machito hetero de meterlo fueron mucho más grandes que el miedo de un accidente poco oloroso. Al principio y como siempre me pasa, después de muchos meses en que no tenía actividad sexual anal, vi burros verdes, mientras el hombre intentaba meterme la pura cabeza del pico. Pero así como me dolía enormemente, no iba a renunciar a sentir el placer que viene después, así que aguanté el dolor inicial. Podía sentir como su chuto palpitante se iba abriendo paso por mis entrañas, pero lo que no sabía era que solamente la cabeza era la que había entrado en mi ano. No quiero hablar de centímetros, porque en verdad no tenía regla, pero debieron haber sido sus generosos 18 así al ojímetro nomas (la experiencia hace al maestro). Así que faltaba todo eso por introducirse en mí. Y como era de suponer, y como siempre es lo habitual en este tipo de hombres, que por cierto es lo que más nos gusta de ellos, es que me lo mandó a guardar todo, hasta los cocos, sin previo aviso.

Conchetumare weon, juro que el ano me dolió demasiado, literalmente el weon me estaba rompiendo la raja, pero así y todo no quise salirme, aunque si interrumpí nuestro lenguaje sin palabras y tuve que decirle que se esperara un momento pa que mi hoyo se acostumbrara a tener tan descomunal pichula dentro. Así que esperamos 3 minutos y cuando ya el dolor inicial hubo pasado, me relajé y le dije al hombre que le diera con todo. Que le dijeron a él po jajaja parecía máquina de coser, me acomodó patas al hombro (puta que es rica esa pose) y me lo metió salvajemente al tiempo que me sobaba y chupaba mis pectorales (calugas derretidas, que por cierto, es algo común en los hombres sobar los pectorales, es como que inconscientemente aún creen que están con una mujer y hacen eso; y mientras me estaba taladrando, agarré una de sus manos e hice que me agarra mi pico y me masturbara. No le gustó en un primer momento, agarrar una pichula que no fuera la de él, pero con la calentura del momento y como todo hombre, después de unos segundos de duda, se dejó llevar. Así que mientras por un lado me tenía todo ensartado y por el otro me corría la paja fuertemente, me las arreglé para acercar mi boca a la suya y besarnos de nuevo, a lo que no se negó, sino como la vez anterior, me devoró a besos con lengua y mordidas de labio y yo a él. Habremos estado culiando como media hora así, pero ya el cuerpo se me estaba cansando así que cambiamos de pose. Y es cuando cambiamos de pose, que siento un olor extraño. No weon, no podía ser que en lo mejor de estar culiando, haya cagao al hombre, juro que me quería morir. Le dije al hombre que se fuera a lavar la pichula, y después de haber abierto la ventana de la pieza pa que saliera el olor a mierda, seguí al hombre al baño pa vaciarme y a limpiarme el hoyo también. Como pude traté de disculparme, pero él me dijo que eran cosas que pasaban a veces, así que me quedé en el baño muerto de vergüenza y mientras caían los lulos en la taza del baño, me juré que nunca más saldría a carretear sin antes haber obrado, ya que uno nunca sabe cuándo le va a salir combate.

Cuando terminé, me bañé y subí. El hombre se había acostado. Apagué la luz y me acosté al lado de él. Y a pesar de todo lo que había pasado ambos seguíamos calientes, pero por vergüenza no quise que el weon me siguiera culiando, así que enojado el flaitecito se empezó a correr la paja, porque me dijo no me vai a dejar así too caliente po weon. Traté de que se calmara, le dije que durmiera un rato y que en la mañana la seguíamos, así que tratamos de dormir.
- Va si el chuto es mío po weon, si me dejaste caliente y me quiero pajear po.
-Ya pero no te enojí po perrito, si es porque me pasó ese accidente nomas, si no hubiéramos estado culiando rico.
-Ya pero no importa hermano, préstame el culo po weon, si ya fuiste a cagar ya po
- No ahí nomás, mejor durmamos un rato y en la mañana le ponemos bueno.

Pero ni yo me creía esa wea de querer dormir, mientras, sentía que el machito se masturbaba, yo también me corría la paja bajo las frazadas, así que no quedó de otra que seguirla, me levanté, prendí la luz de nuevo, tiré las frazadas hacia atrás y me puse en medio de sus piernas. Cambié el juego, ya que no quería que me pasara otro accidente, levanté sus piernas peludas y las puse en mis hombros, la misma pose, pero sin yo meterlo (aún). Se las levanté lo más arriba posible, para dejar su ano a mi vista, ese asterisco entre rosado y morado, que parecía tener vida propia al igual que se pene, porque también palpitaba y lentamente comencé a pasarle mi lengua por ese lugar tan sagrado para un heterosexual, pero a la vez tan placentero. Pude sentir que para él era una experiencia nueva, porque en un momento me quiso detener, pero no se lo permití y seguí chupándole el ano, que lo tenía bastante rico (no como el mío tristemente u.u), con cada y chupada que le daba, el hombre gemía entrecortadamente y mientras le metí la lengua lo más hondo que pude en su hoyo, sentí que su ano se contrajo rápidamente y de su boca salió un varonil quejido.
-Oh ooh oohhhhh hermanito weon, me voy, estoy a punto de acabar washoo.
- Dale nomas- Le decía yo, sin apartar mis labios de su ano-

Y con un último movimiento tipo tornado, alcé mis ojos en el momento justo en que veía como de la callampa del washo salían varios potentes chorros de semen y caian en su guata. Mi boca y mi lengua golosa no se hicieron de esperar y mientras deje sus piernas suspendidas en el aire, con una de mis manos le corrí la paja rápidamente y con mi lengua recogía de su guatita todo ese delicioso manjar blanco. Juro que no hay wea más rica que ver al hombre acabar y tragarme el moco. Como dirían por ahí: “aaaah un manjaaarsh”. 

Como era de esperar, después de haber acabado, el hombre se dio vuelta pal rincón de la cama y se quedó dormido y yo que seguía más caliente que la chucha, nada. Pero no me quedé conforme, es decir, traté de dormir un rato, o mejor dicho trate de que el machito, que a estas alturas era mi machito, descansara un poco, pa que después en la mañana me diera la porción de sexo que me debía. La calentura no me dejó dormir, pero no quise despertar el washo, así que mejor prendí el notebook y me puse a ver cualquier wea en la net, menos porno, pa evitar seguir pensando en la calentura. Y así pasaron las horas hasta que amaneció y el weon seguía al lado mío, ni un moverse, durmiendo raja, roncando como un lirón, así que ni esperanza de que se fuera temprano, como le había advertido yo cuando me lo encontré en la avenida de Aguirre. Y como la dura no había acabado y seguía caliente, metí mi mano bajo las frazadas y empecé a jugar con su pene, que yacía medio lacio apoyado en su muslo. Hubo reacción inmediata, así que bajé al toque y como cagao de la cabeza, se lo empecé a chupar, me dio lo mismo si el weon se despertaba, total ya hasta me había culiado po, así que no se podía echar pa atrás porque un maraco se la estuviera chupando dormido. No siento sus ronquidos, sus manos se mueven y se dirigen hacía mi cabeza, obligándome a tragarme ese pico que había vuelto a ser el monstruo saca oro de la noche. Pero cuando el washo quiso meterme los dedos nuevamente en el ano, no quise, porque aparte del miedo de cagarlo de nuevo, me dolía más que la cresta, así que volví a ponerlo en la posición patitas al hombro pa primero meterle el pico yo a él, cosa que me aguantó la pura cabeza nomas y se lo tuve que sacar porque me dijo que le dolía mucho (los heteros son tan re cobardes weon) y hacerle el beso negro, a lo que él se entregó de una. Desesperada y jadeantemente le comencé a hundir mi lengua y saborear ese ano jugoso y palpitante, mientras el cómo podía se corría la paja. No se necesitó de mucho tiempo esta vez, para que el hombre acabara, no tanto como en la noche, pero igual le salió moco, que por supuesto me volví a tragar. Parece que voy a confiar más en mi capacidad amatoria, la verdad es que como me como puros heteros, no es muy seguido las veces que tengo oportunidad de sexo, porque por lo general a los weones heteros que les gusta el webeo con gays, buscan que sean afeminados, que usen lencería, que se vistan de mujer, que sean travas. Y a mí nunca me ha gustado esa wea. Si está bien que a uno le guste la pichula y todo, pero pa que creerse mujer weon? Entonces, como decía, como me toca tan pocas veces, estaba ya dudando de mi habilidad, o de que se me pudiera haber olvidado la técnica o qué sé yo. Rollos de un cola que casi no culea. Niña si estoy seguro que podría postular al convento de las monjas descalzas. Y lo de confiar más en mis habilidades amatorias, lo digo porque con este hombre, las dos veces en que le chupé el poto, el machito se fue cortina en cosa de minutos. Entonces mi técnica de la lengua tornado debe ser muy rica.

Y después de haberlo hecho acabar por segunda vez, me puse al lado de él y me masturbé como loco hasta que acabé tanto semen, que me corrió por entre los pendejos, por mi guata, manché la cama, las piernas del hombre y su mano. Me calentó más imaginarme que podía haberle acabado en la cara, en la boca o que nos hubiéramos dado un caliente beso blanco, pero como él ya había eyaculado, no lo quise webiar más.

Y como por fin había acabado, me dormí abrazado junto a mi washo toda la mañana, hasta despertar tipo 13:30PM con una leve caña y el hombre al lado mío preguntándome si tenía algo pa comer. Le di el almuerzo que había hecho para llevar al trabajo la noche anterior. Era sábado y yo supuestamente debía ir a trabajar a las 09:30. Obviamente falté a la pega, porque no podía dejar al hombre solo en mi pieza y más importante aún porque estaba caliente y no podía permitir que el hombre se fuera, sin yo haber botado unos cuantos hijos po weon. Así que cada uno se vistió, mi cama estaba patas pa arriba, el mal olor ya había desaparecido, pero igual quedaba ese olor a sexo, a semen, a pichula, a cuerpos transpirados. En fin, agudicé mis oídos y esperé que las personas que andaban dando vuelta por la casa se entraran a sus respectivas piezas, bajé a vigilar que no nos viera nadie, y subí rápidamente para indicarle al hombre que bajara sin hacer ruido, le abrí el portón de la calle y nos despedimos, sin antes yo regalarle un jockey negro como pago por la noche tan llena de satisfacción sexual que me dio.

-Chao- Me dijo- Que te vaya bien.
-Chao- Cuídate, nos vemos por ahí de nuevo, si querí po. Y cerré el portón.
Subí a mi pieza, saqué el jabón, el shampoo, mi toalla y partí al baño a bañarme, a sacarme del cuerpo el olor a sexo que debo haber tenido en ese momento, y mientras me enjabonaba, no pude evitar sonreír, al darme cuenta de que aunque los heteros nos traten de fletos, maracos y cuanto insulto más, con copete de por medio o por unas monedas para sus vicios ellos la hacen igual, y es el pretexto que usan en verdad para no asumir que con todo lo machos que son, igual les gusta culiar con gays. Si al final de cuentas, los hombres funcionan con un solo toque, son como la tabla del 1 y les sirve cualquier hoyo. Hoyo que por lo demás, tenía bastante adolorido, tanto que no podía ni sentarme, pero bien valió la pena ese culión, aunque me haya pasado ese fatal accidente.