Las crónicas de Mauro 2: Sucesos inesperados

****Lamentablemente por diferentes circunstancias no había podido seguir con el relato, aquí lo he retomado y espero que lo disfruten.****

Salí de aquella hostal con la cabeza revuelta, como jamás antes la había tenido, las dudas se apoderaban de mis pensamientos, nada era claro en ese momento con respecto a mí mismo y mucho menos en mi amistad con el Jota.

Quería sólo llegar a mi casa y dormir, pero estaba con la cabeza a mil y se me hacía imposible conducir tanto rato en ese estado, así que decidí ir a pasear a una playa cercana y enfriar la mente. Pleno verano, no encontré la tranquilidad que esperaba pero todo se solucionó con los audífonos y una eterna caminata por la orilla del mar.

Primera parte: http://relatosflaitecitos.blogspot.com/2015/04/las-cronicas-del-mauro-el-flaite-la.html

Me parecía todo muy raro, con el Jota ya llevamos un par de meses siendo muy buenos amigos y jamás había mostrado indicio alguno de que le gustara webiar con hombres o de que tenía dudas como las mías. Aun así no podía de dejar de pensar en la posibilidad de que no era la primera vez en que él se metía con un weón. Porque por más que le daba vueltas al asunto y trataba de recordar cada detalle de la noche anterior, todo me llevaba a decirme que yo no había empezado nada, que era él el que dio el pie para todo, es más, fui yo quien trató de poner los paños fríos por un momento, sin embargo no podía dejar de sentirme culpable – ahora mirándolo con más distancia y detención no era precisamente culpa la que sentía, era miedo, mucho miedo por todo lo que iba a venir en adelante, miedo a que el Jota me mandara a la chucha para siempre y no fuéramos más amigos, miedo a la sensación de que lo iba a extrañar más que la cresta y eso me iba a doler infinitamente, miedo a tener que enfrentarme conmigo mismo y asumir lo que me pasaba… era miedo – también me sentía desesperado por no tener el mis manos el control del asunto, suelo ser muy estructurado y tratar de tener todo bajo control, esta vez se me había ido todo a la chucha y lo único que tenía era incertidumbre y eso me mataba.

Sin darme cuenta ya habían pasado cerca de tres horas desde que andaba deambulando por la playa, sentándome, parándome, caminando, yendo, volviendo, etc, etc. ¿Y cuál era la conclusión del asunto? Ninguna, no había llegado a nada, así que me obligué a pararme y ser digno, volver al auto y venirme para la casa. Llegando a la casa mi familia estaba en un asado con tíos y amigos así que me uní y logré evadir el tema en mi mente al menos por toda esa tarde del domingo. Sí, admito que cada cierto rato miraba el whatsapp para cachar los horarios de conexión del Jota y con la remota ilusión de que podría haber escrito – cosa que sabía que no iba a pasar, al menos ese mismo día – llegó la noche y me debatí por un largo rato en si tomaba yo la iniciativa de escribirle o llamarlo, no hice ni lo uno ni lo otro, el miedo a su respuesta o más aún su NO respuesta me detuvo, así pasaron un par de días en donde ninguno mostró esfuerzos por comunicarse con el otro.

Cuando me di cuenta que en verdad mi rollo, si bien no era menor, ni se comparaba con lo del  Jota, que además de este cacho también tenía dramas con la mamá de su hijo y todo lo que eso implicaba, los problemas de su casa y de la pega, dejé mi orgullo de lado, o lo que haya sido, y me dejé de pendejerías, lo llamé al celu 2 veces a la hora de almuerzo, no me contestó, lo llamé una vez después de la hora de salida de su trabajo, tampoco no me contestó, me dio entre rabia e impaciencia, así que atiné a sacar el auto e ir a enfrentarlo cara a cara, face to face.

Pensé in ir a buscarlo al gimnasio donde entrena y da clases de box, pero caché que ahí el ambiente sería más hostil porque podía pensar que le iba a invadir su espacio y weás, así que me fui para la casa de su abuela donde él estaba viviendo – su abuela y su vieja me querían caleta porque decían que yo llevaba  por el “buen camino” al Jota – pensé que si me veía ahí no iba a poder mandarme a la cresta delante de su familia, así que me fui pa’ allá. Al momento de entrar a la casa caché que estaba el Maxi ahí (hijo del Jota para los que no recuerden y supuestamente debía estar con la mamá en Valpo) como de costumbre me recibieron la raja, hasta tomé el té con ellos esperando a que llegara el Jota del entrenamiento, en eso la abuelita y la vieja del Jota me cuentan que Maxi se había venido con él porque la loca empezaba una capacitación y nadie se podía quedar con el pendejo – El Jota no era de contarle muchas cosas a su familia, así que sabía que no podía sacar más información de lo que me habían dicho-. Mientras estaba en el living jugando con el Maxi llega el Jota.

-        Y voh que estay haciendo aquí wn -  me dijo muy serio, pero menos sorprendido de lo que yo esperaba. Tomó al maxi, mientras lo tenía en brazos me dio una mirada que decía todas las hueás que no podía decirme en voz alta, le respondí levantándole las cejas, con la misma cara de serio que él tenía. Va a su pieza a dejar el bolso, saluda la gente y me hace una señal de que salga al antejardín de la casa.

-        Qué mierda estay haciendo aquí culiao, si ya te dejé claro que no tenemos ni una wea más que hablar – Me lo dijo en voz baja, casi en tono de susurro para que nadie más oyera, pero en una posición intimidante y algo violenta.

-        Weón, en verdad creí que no tenemos ni una weá que hablar?  O voh creí que haciéndote sacohuea vay a  estar mejor? Porque si hay algo que tengo claro en este momento wn, es que voh estay tan pa la cagá como yo, así que dejemos de hacernos los weones y enfrentemos la weá – Le dije en la misma pará y forma que él me había hablado.

-        Ya y qué weá querí que hagamos, que formalicemos la weá y nos pongamos en una relación en facebook aweonao? – No puede evitar no reírme con esa frase de mierda, lo cual lo enojó más al parecer.

-        No wn, no pretendo ni que formalicemos nada, ni que andemos publicando weás, ni ninguna mierda que tenga que ver otra gente, lo que quiero es que hablemos las weás los dos, que tratemos de buscarle una solución o aclarar qué onda está pasando, porque al menos a mi si me importa esta amistad y que se vaya a la mierda me duele y no estoy dispuesto a mandarla a la chucha sin tener al menos claro  lo que pensamos los dos.

-        Por qué mierda no agarraí tu weá de auto y te vay a la conchetumare, yo no quiero hablar ni una weá, tengo de sobra con mis otros problemas wn, así que podí irte por donde viniste y trata de no volver.

-        Por la mierda Jota wn, entiende que mi intención no es cagarte más la cabeza ni mucho menos, la única weá que quiero es que quedemos en buena… - En eso sale el Maxi a mostrarle un truco de magia que yo le había enseñado, interrumpiendo la “agradable” conversación que teníamos. El Jota ve la hora y me dice que lo espere en el auto, que irá a hacer dormir al Maxi y volvía. Al menos eso me dejaba tranquilo, había accedido a que habláramos, lo que pasará de ahí en más iba a ser lo que tenía que ser no más.

Luego de un rato me tocan la ventana del auto, era el Joata, le hago una señal con la cabeza de que se suba no más, al momento que entraba me di cuenta que se había cambiado de ropa – usaba un short tipo traje de baño y una polera sin mangas de esas que son bien abiertas a los lados y un jockey blanco Adidas con la visera hacia atrás– lo miré y por en un segundo recordé todo lo que habíamos vivido en Valpo, que todo lo que llevaba debajo de la ropa ya no era parte de imaginación, lo había visto, lo había tocado, lo había sentido, me mataba ver esos brazos descubiertos que con el más mínimo movimiento se definían los músculos, su cara totalmente despejada producto del gorro que usaba que resaltaba más su nariz y su boca – y pensar que esa boca me chupó el pico, me decía a mí mismo mientras lo miraba – a ratos daba una mordedura de labios que provocaba un escalofrío en todo mi cuerpo, con tan sólo un gesto de él yo me iba a la chucha.

-        Ya, hagámosla corta que el Maxi puede despertar en cualquier momento.

-        Puta wn mira, partamos de la base que esta conversa no es fácil pa’ ninguno de los dos pero se tiene que dar… - Ahí espere un rato para ver si decía algo él, pero no mostro intenciones de hablar. Como el silencio consumía el ambiente de mierda que había, seguí hablando yo -  Por mi parte son miles de weás que pasan por la cabeza y hasta el momento nada con claridad y esa weá me tiene pa’ la kagá Jota, y no sé po, pero creo que quizás si tú me decí lo que pensai podíamos llegar a algún punto más claro…

-        No wn, yo no tengo na’ que decir… - Puta el culiao, pensé, y me dieron ganas de aforrarle un combo en el hocico pa ver si atinaba y me decía lo que sentía…

-        Pero wn, cómo no vay a tenar ni una sola weá que decir??? – Ahí seguía el weón sin decir nada, con la cabeza gacha y moviendo la rejilla por donde sale el aire acondicionado.

-        Bueno,  si no querí hablar wn, me vay a tener que escuchar a mi… Le he dado mil vueltas al asunto y al menos pa’ mi si es necesario aclararme a mí mismo qué me pasa con todo esto, qué me pasa contigo y qué mierda haré de aquí en adelante. Como te dije, a mí si me importa esta amistad y puta si se tiene que terminar que por último se termine de buena forma y no como voh estai tratando de que sea… Wn, tengo más que claro que la responsabilidad es de los dos por igual, pero no me puedo sacar de la cabeza que fuiste voh el que comenzó con el webeo, el que se fue a meter a mi cama, el que me webió en el baño…

-        Ah! o sea que ahora yo soy el maricón de la weá, el hueco culiao que quería mariconear….

-        No wn, no se trata de eso, se trata de saber por qué mierda lo hiciste, qué chucha te llevó a eso.

-        Puta linda la weá, ahora resulta que yo soy el que provoqué toa la mierda y voh te la llevai pelá, soy harto barza Mauro ql o creí que nunca me di cuenta de que me mirabai cada vez que andaba sin polera? Que me hiciera el weón es una cosa, pero que lo sea es otra, así no vengai a decir que la weá la empecé yo…

-        Ya, ya, ya, Ok! No me quiero detener en la weá de quién empezó o quién no wn, así que digamos que sí, que es como tú lo planteai, que te miraba el cuerpo, poto el pico y todas tus weás – la verdad es que me dio vergüenza admitirle lo que me había dicho, así que traté de sacármela con eso y exagerando el asunto – que esa noche fui yo el que te empezó a webiar, a tocar,  a pajear y todas las mierdas, ¿por qué seguiste el juego? O sea, si lo hiciste era porque voh también traiai alguna weá de antes. ¿por qué nunca me paraste los carros cuando supuestamente me pillaste mirándote sin polera? Algo te pasaba, o no?

-        Por eso no quería hablar con voh, porque estaba vio’ que ibai a dar vuelta toas las weás a tu favor ql, si  te conozco…

-        Jota wn, cuándo he hecho eso, si no quiero buscar culpables, quiero aclarar un poco las weás no más…

Por lo bajo pasaron 45 minutos en que nos enrollamos en esa discusión, donde según él, yo siempre quería ganar, porque creía que todos los lugares eran un juzgado… Cuando caché que la discusión no iba pa’ ninguna parte y que más encima estaba subiendo de tono le dije:

-        Nada que hacer, claramente esta weá ya era, fue intento fallido así que cortémosla, pero antes por la buena onda y amistad que hubo, por fa necesito que me contestí dos preguntas, pero con la verdad si po – Me miró de reojo y asintió con un leve movimiento de la cabeza – Jota, tú te habíai metido antes con algún otro weón?

-        No.

-        Seguro?

-        Si culiao, si te digo que no, es no po…

-        Ya dale, te creo. Pero alguna vez tuviste ganas o te gustó algún weón?

-        Yo no soy maricón si eso es lo que querí saber, a mi me gustan las minas…

-        Puta a mi también, pero me acosté con voh igual po… así que… - Me interrumpe, mirándome de frente por primera vez en toda la conversación –

-        Terminaste ya culiao? – Puta que me daba rabia ese bloqueo a todo que tenía el wn, así que decidí dejar ahí no más las cosas –

-        No wn no he terminado, pero filo, ya con voh no se puede conversar así que bájate de mi auto y ándate a la chucha… Cuando querai hablar me avisai y si no querí, filo… sigue en tu mentira culiá eterna…

-        Espérate que te voy a llamar ctm, anda a buscar pico pa’ otro lao…

-        Bájate ql, chao con voh!

Me dolió mucho toda la situación de mierda, porque no era lo que yo buscaba ni esperaba, por algún momento pensé que íbamos a poder conversar y quizás distanciaros, pero con la tranquilidad de que fue limpio y bueno todo, pero en fin. Con dolor y todo decidí enfocarme en mis weás, tenía un examen de grado por terminar de preparar  y una pila de weás que necesitaban que estuviera al 100. Me ayudó mucho que me fui de vacaciones con mis viejos y hermanos por dos semanas y lo pasamos la raja, pa’ mi era mi destino soñado así que lo disfruté a mil y me renovó casi completo, así que en pocas semanas estaba mucho mejor, sabía que quedaban cosas conmigo mismo que ver y solucionar, pero ya con una tranquilidad que antes no sentía. Todo iba rebien, los primeros días de marzo me llamaron de donde hice la práctica para que me fuera a trabajar con ellos, así que más feliz que la cresta, iba a poder juntar la plata para viajar después de dar el examen de grado, así que tenía más o menos armadito lo que venía para este año.

Un día casi poquito antes de salir del trabajo me suena el celu, era el número del Jota, a esa altura ya no sabía si quería responderle, no quería retroceder ni quedar pa’ la cagá de nuevo, así que dudé tanto en contestarle que la llamada se terminó, pero enseguida vuelve a entrar otra llamada del número del Jota, sin muchos ánimos de hacerlo le conteste.

-        Hola wn, qué querí? – fue lo único que me salió decir.

-        Hola Maurito, cómo está hijo? Soy don Luis Ávila de acá del taller – Don Luis era uno de los jefes del Jota, muy buena onda el caballero. Yo había compartido hartas veces con ellos por eso había algo de confianza.

Cuento corto, don Luis me llamaba para contarme que la abuela del Jota había sufrido un accidente a las caderas y la habían tenido que operar, esto había salido muy caro y por eso estaban organizando un bingo en el gimnasio donde entrenaba el Jota. ­– El show es el próximo sábado y la persona que iba a trasladar las cosas tuvo un problema y perdone la patudez, pero me acordé que su papá tiene camiones y quería saber si podían arrendarnos uno por el día, a bajo costo si poh que no es mucho lo que tenemos jajajja!

- Sí, por supuesto don Luis cuenten con un camión, yo hoy llegando a la casa y hablo con mi viejo y no creo que haya problemas y en cuanto al costo corre por cuenta mía, así que despreocúpense de ese gasto. ­

En fin, independiente de mis diferencias con el Jota y dándome lo mismo lo que él opinaba decidí cooperar en la causa, así que hablé con mis viejos, los dos le tenían harto aprecio al Jota, sobre todo mi mamá que me exigió que la llevara un rato al bingo porque quería ayudar también de alguna forma. Ahora el problema era qué mierda iba a hacer como pa’ enfrentar al Jota, para hacer más llevadera la situación ese día, así que decidí escribirle un mensaje por facebook,  (copio textual):

<<Hola Jota, mira te escribo porque ayer recibí la llamada de don Luis y me contó el problema que había tenido tu Abuelita, sé que probablemente no era de tu agrado que yo me hiciera parte de esto, pero creo que la causa es mayor y así lo entendiste. En lo que a mí respecta me siento feliz de poder ayudar a la señora Elsa que siempre fue tan bacán conmigo, así que ya hablé con mi viejo y el camión estará disponible el sábado a la hora que estimen conveniente, dice mi viejo que la única condición que pone es que uno de sus conductores manejará la máquina ese día. Mi vieja me hinchó que quiere ir ese día un rato al bingo, pero si te incomoda o molesta le invento algo para no asistir y así evitamos problemas, aunque a mí me gustaría ir por lo menos a saludar a tu mamá. Igual quedo atento a lo que tú me digai, porque la idea no es cagarte la onda. Saludos, Mauro>>

La respuesta de él fue la siguiente:

<<puta washo de verdad gracia no quería molestarte pero los viejos me insistieron en que hablara contigo pero preferi que don luis lo hiciera por too lo que había pasao. Y dile a la tía mayi  que obvio q es “bien venida”  acá – Mi vieja se llama María Gracia y este es el único wn en la tierra que le dice así, extrañamente a mi madre jamás le molestó – Yo creo que como a la 11 de la mañana vamos a necesitar en camion vo dime donde va estar el chofer con el camion pa llegar alla. Cuidate q sti bm. el J>>

El día sábado tenía el cumpleaños de un compañero del trabajo, la idea era pasar un rato al bingo y después irme al carrete. Al bingo fui con mi vieja y la Coni – ella era una compañera de de u de una generación antes que la mía y que trabajaba en la misma empresa que yo – la invité principalmente pa’ evitar la Jota y no aburrirme tanto en la weá.

Llegamos al gimnasio donde era el evento, hice todos los gestos protocolares presentándole a mi vieja parte de la familia del Jota, en todo eso nunca lo vi y pa’ mi era mejor. Como en todo evento de este tipo nos sentamos en una mesa, jugamos unos cartones de bingo compramos cosas para  comer y beber, paso un rato largo en que estuvimos ahí y nada del Jota, pensé que podía estar tras bambalinas organizando y viendo todo, en fin, mentalmente me desligué de eso porque igual entre cada show y bingo lo estábamos pasando bien, hasta mi vieja estaba motivá -“encontró lo más mono que hay jugar bingo”- de repente le digo a la Coni que salgamos a fumarnos un pucho, cuando estábamos en eso veo que de un auto se baja el Jota con el chino Ale (uno de sus amigos), y descargan unas cajas – igual había una distancia considerable, por lo que había probabilidades de que no me viera – yo me hice el weón y seguí conversando con la Coni, los chiquillos empezaron a acarrear las cajas por una entrada alternativa, cuando de la nada se escucho un grito – Wena Mauro culiao, no te hagai el weón y ven a ayudar – Me volteo y era el chino Ale saludando - ya le quedaba solamente una caja así que caché que era webeo- detrás de él aparece el Jota, mira hacia donde estamos nosotros y saluda levantando levemente la mano y moviendo la cabeza, devolví de igual forma su saludo pensando en que con eso había mostrado cero interés en ir a saludarnos. Ahí le tuve que comentar a la Coni que ese era el Jota, que habíamos discutido por una weá muy tonta así que no se extrañara si el wn no me iba a saludar, weá que no le cuadró tanto porque me hizo varias preguntas, que según yo me las saqué bien.

El chino Ale y otro amigo se acercaron a saludar muy buena onda, pa’ mi sorpresa atrás ellos llegó el Jota, me saludó como siempre lo hacíamos con un apretón de mano y un abrazo y se pone al lado mío, no sé si fue mucha la sorpresa que haya ido y me saludara así, la weá es que no me di cuenta que había olvidado presentarle a la Coni, por lo que me dice – Y wn, no me vay a presentar a tu amiga? – puta ahí espabilo y los presento, mientras los amigos del Jota súper jotes webiaban (en buena) a la Coni tirándole tallas de que era muy guapa pal lugar y weás así – La Coni fisionómicamente es muy prototipo de niña “lais” (y lo es), pero es de las que rompió su burbuja y abrió su círculo social, por ejemplo al decidir no estudiar en una u “cota mil” – Como ella es muy buena onda les respondía las tallas, lo que a los cabros les encantó. Toda la onda se interrumpe cuando el Jota les dice con un tono más bien serio – Ya poh weones no sean desubicados, no ven que puede ser la mina del Mauro y ustedes se la están joteando… –  Los chiquillos se miraron y de inmediato me empezaron a pedir disculpas, que de weones no cacharon que era mi mina, etc.  Por un momento pensé aclarar la situación, pero decidí sacarle provecho y dejar ahí el asunto, en verdad la Coni es muy guapa así que quedaba como campeón. Luego cruzamos un par de palabras de buena crianza, me preguntó por mi vieja, le dije donde estaba así que la fue a saludar y nosotros nos quedamos otro rato ahí con los chiquillos.

Después de entrar no volví a ver al Jota en otro largo rato, de hecho ya estaba por decirle a mi vieja que nos fuéramos cuando de casualidad miro hacia la entrada (el gimnasio es grande y estaba muy lleno así que distinguir entre tanta gente no era fácil) y veo que entra la Caro (ex y mamá del hijo del Jota) con un weón de la mano y su prima que es el doble de chana que ella – la Caro igual es flaite, tratando de superarse pero flaite la fin, pero es rica y ella lo sabe. Ah y acotación importante: puta su acompañante igual estaba súper bien –. El tema es que en cuanto vi ese cuadro, esa imagen, supe que si el Jota la veía iba a quedar la kagá, porque si de algo estaba seguro era que la Caro no era bienvenida en ese lugar, y menos con un weón!.

Al cabo de un rato me paro para ir al baño y me cruzo en el camino con el Jota que venía cargando una java de bebidas, aweonadamente olvidé que estábamos enojados y le tiré una talla, no hizo ni el intento de reírse, por el contrario puso una cara de mierda y ahí recordé que no estábamos en buena, seguí mi camino sin poder evitar darme vuelta a verlo como cargaba esa weá, creo que ni disimulé, cualquiera pudo haberse dado cuenta de que babeaba por ese wn, por ese flaite culiao pesao!... Pensé en decirle que había visto llegar a la Caro, pero con la mirada que medio, pa qué po… Al llegar al baño entré y los urinarios estaban tapados y las casetas estaban ambas ocupadas así que tuve que esperar un poco para poder mear. Sale el wn que estaba, entro yo y meo tranquilamente, me lavo las manos y mientras voy caminando a la puerta del baño entra el Jota y se queda parado frente a mí, no decía nada, solo me miraba, así que le pregunto qué si pasaba algo o qué.

-        Wena mina te sacaste, está súper rica la rusia, parece buena tela también…  los cabros quearon locos con ella. – Su cara era la misma que llevaba cuando le tiré la talla y su tono era algo sarcástico. 

-        De más po, si es súper guapa y simpática la Coni.  Y cómo les ha ido con las ventas y todo eso. – Le pregunté pa’ distender un poco el ambiente y desviar la conversación a algo más banal.

-        No sé,  hay harta gente, supongo que bien… Y es tu polola o no, o te la estay agarrando en la buena onda no más? – El momento fue muy incómodo, ahí caché que la había cagado en no aclarar la situación afuera cuando pude.

-        Qué volá Jota, de cuándo tanto interés? No erí capaz de hablarme en más de un mes, ahora con cuea me saludaste y te tengo que andar respondiendo weás? No weí poh weón, no seai barza.

-        Si preguntaba pa’ cachar no más poh,  en volá salía un trío – me dice soltando una risa burlesca que me picó más que la cresta, quise responderle tantas weás, pero no me iba a poner a discutir con él en el baño, así que traté de salir sin responderle nada pero se volvió a cruzar y poner en frente mío.

-        Te la echaste? Si era una talla no más po, si yo más que nadie sabe que mina de un amigo no se toca. Puta, no queríai que me relajara con la weá, ya po aquí estoy tirando tallas de la weá – me lo dijo nuevamente con su cara de mierda que pone cuando está enojado y ya notoriamente sarcástico.

-        No voy a hablar con voh en estas circunstancias y menos en el baño wn –

-        Pero weón si sólo quiero saber si te la estay culiando o no, la confianza está como pa’ que me soltí la dura.

-        A ver wn, para tu weá, de qué confianza me hablai, de que verdad querí saber… Y si me la estoy agarrando es weá mía, qué te importa a voh wn!

-        Me importa poh wn, porque si te la estay culiando dame el dato de cómo lo estay haciendo, porque lo que es yo no he podido culiar con ninguna weona después de lo que pasó ctm, por eso… - Yo ahí en shock, sus palabras fueron como con desesperación, frustración, rabia, pena, un cumulo de weás no buenas, quise como abrazarlo y contenerlo, pero no me atreví porque estaba muy sacado y podía reaccionar mal, así que sólo atiné a responderle, que no, que no tenía nada con la Coni, que solo era una amiga que me había acompañado porque de ahí nos íbamos al cumple de un compañero de pega, en ese momento entra un pendejo al baño, así que aprovecho de sobrepasarlo y salir, caminando por el pasillo me doy vuelta sabiendo que venía atrás y le digo – Si algún día querí hablar llámame, porque yo si te voy a saber escuchar, pero no aquí.

Llegué a la mesa diciendo que era hora de irnos ya, porque después de esa escena no quería seguir más ahí, pero mi vieja no sé qué onda lo ludópata que se puso con el bingo me pidió que la aguantara un último juego. Pa’ mi mala cuea justo en medio de ese juego cortan la hueá y sale un show de magia, que en verdad no fue tan largo pero a mí me pareció eterno. Se retoma el juego del bingo, cuando de la nada se siente para el otro extremo del gimnasio un par de gritos y un tumulto pequeño de gente, el cual en pocos segundos se agranda y se vuelve más caótico, yo dije debe ser típica pelea de curaos o de weones aniñaos, tipicas cagadas que donde el Jota siempre pasaban, por su parte la Coni y mi vieja tenían una cara de terror que no se podían, si hasta ganas de dejar el juego botado quiso mi madre. De apoco el área donde estaba la cagá se iba llenando de más gente, que en ese momento no cachaba si iba a sapear o se estaba involucrando el altercado, obviamente todo esto en cuestión de segundos, de la nada sale de aquel alboroto corriendo un primo chico del Jota gritando hacia afuera – Chino! ven weón ven que el Jota se está zarpando con un culiao y le quiere sacar la chucha – En ese momento caché que mi intuición no me había fallado y que probablemente al “culiao” que se refería el primo del Jota era el acompañante de la Caro… [[No sé si venga mucho al caso, pero vale aclarar que el Jota dentro de lo que pueda parecer no es un wn mochero, de hecho por el deporte que práctica tenía como esa disciplina de evitar pelear en la calle o por tonteras]].

De afuera pasa corriendo el Chino Ale y dos amigos más del Jota, así que atino a seguirlos y me meto entremedio de la gente que había ahí. Estaba un tío del Jota y don Manuel (su jefe) frenándolo mientras la Caro le gritaba weás. Al parecer el Jota le había mandado un mangazo al otro flaite porque el wn estaba medio agachado cubriéndose la cara en la zona de la sien. El Jota forcejeaba tratando de soltarse de los caballeros que lo sostenían, y en uno de esos intentos lo logró y sólo recuerdo que saltó pasando por el lado de la Caro y se le tira encima al otro loco que seguía agachado, no le alcanza a pegar porque se tira el chino sobre él y por atrás lo agarra don Manuel, lo logran correr a un lado, el chino le dice a los otros amigos que lo sostengan. Mientras trataban de controlar al Jota, el chino le dice a la Caro que se deje de webiar, que cómo se iba a meter ahí y con otro weón más encima, que se fueran o si no entre todos le iban a pegar al loco.  La Caro le hace caso al chino Ale y se van, pero antes de salir la weona loca le empieza a gritar al Jota que le va a quitar al Maxi pa’ siempre, que no lo iba a ver más y una pila de otras weás. Lo poco que habían logrado tranquilizar al Jota se fue a la mierda con los gritos de la Caro, el weón pasó por delante de lo que se le puso y salió corriendo tras la Caro, su prima y el otro weón, todos salimos atrás de él, esta vez el Jota empujo al chino, a su tío, a otro amigo que trató de frenarlo, estaba descontrolado totalmente, los otros weones alcanzaron a salir corriendo y arrancar de ahí, pero el Jota seguía con toda la furia puetando al mundo entero y empujando a gente, después empezó a pegar combos a la pared, en eso el chino Ale intenta intervenir pero recibe un cabezazo y cae al suelo. Sin pensarlo me tire yo contra el Jota y lo empujé – Weón para! mira le pegaste a tu amigo, estay dejando la cagá en el beneficio de tu abuela, qué chucha pretendí? – De atrás de donde estaban cocinando venía corriendo la mamá del Jota, él se queda mirándola mientras la tía preguntaba qué había pasado, el Jota me mira y me dice entre dientes: Mauro sácame de acá, wn sácame de acá – Un primo se acerca para agarrarlo, pero en un rápida reacción el Jota le saca el brazo y me vuelve a decir lo mismo. Lo tome sobre sus hombros y lo llevé hacia atrás del escenario, entramos a un camarín junto a su mamá quién le pedía explicaciones, en otra mala reacción del Jota le pide a la tía que lo deje de webiar y que le diga a don Manuel que entre. Mientras la tía sale a buscar a don Manuel, me dice que se quiere ir de ahí, que por favor lo vaya a dejar a otro lado.  Fui a buscar mis cosas, le pedí a mi vieja que llamara a un radiotaxi y que pasara a dejar a la Coni a la casa de nuestro compañero, entendieron la situación, así que volví a buscar al Jota salimos del gimnasio, en el estacionamiento nos alcanzaron don Luis y don Manuel, ahí el Jota les pidió que por favor lo cubrieran por un rato y que se hicieran cargo del bingo.

Salimos del lugar y empecé a conducir sin saber pa’ donde cresta llevarlo, durante un buen rato fuimos ambos sin decir nada, sólo oía su respiración agitada y veía como sus manos se empuñaban y se soltaba una y otra vez, le pregunto donde lo llevo y con un levantamiento de hombros me da a entender un no sé. Tuvieron que avanzar los minutos para que en mi mente apareciera un lugar, no sabía si hacía bien o mal, pero a esa altura qué más daba, seguí mi instinto y tomé la ruta que nos llevaría al lugar donde nos habíamos visto por primera vez, al lugar donde él me había tendido una mano desinteresadamente y sin conocerme. No sé si en lo que nos demoramos en el trayecto alcanzó a percatarse hacia donde lo llevaba, pero cuando estacioné el auto fuera de las canchas de futbolito que están en el parque, esbozó una sonrisa que sólo yo podía entender su significado.

De ahí caminamos largo rato, muy lentamente, hasta que de la nada corre hacia el lado de las barandas que dan hacia el Mapocho y da un grito que fue del alma, no dijo nada, sólo sonó un ¡AAAAAAH! prolongado y muy fuerte que estremeció el ambiente y a mí también. Al terminar se dejó caer en el suelo y se puso a llorar. Me senté al lado de él y dubitativamente comencé a abrazarlo, en la medida que hacía más fuerte el abrazo, más intenso era su llanto. Por primera vez me sentía más fuerte que él, que ahora era yo quien lo protegía y resguardaba, tanto que ni lágrimas cayeron de mí. El Jota no paraba de llorar, eso me empezó a desesperar, sin saber que hacer comencé a pasar mis dedos por su mejilla intentando secar sus lágrimas. Tenía su cabeza apoyada en mi hombro y sin darme cuenta mi mejilla y mis labios comenzaron a rozar su frente y parte de su nariz, poco a poco el llanto se fue volviendo sollozo, él comenzó a mover su cabeza al mismo tiempo que la mía, haciendo que la caricia entre la mi cara y la suya se hiciera más intensa.

Mi corazón latía casi tan fuerte como el de él, traté de no pensar mucho y privilegié sentir el momento. Una vez que el movimiento de cabeza se había detenido, le tomé sus manos con las mías, sentí un apretón intenso y luego el suave movimiento de su dedo pulgar acariciando mi palma. Pasó mucho rato sin que ninguno dijera algo, ambos estábamos cómodos en aquel silencio dejando que las expresiones corporales fueran las protagonistas y no las palabras. Aquel idílico momento se vio interrumpido por un par de llamadas a mi celu – primero mi vieja para preguntarme cómo iba todo y para avisar que ya había pasado a dejar a la Coni­, después la Coni y luego un compañero de trabajo preguntando a qué hora estaría por allá– Al colgar me di cuenta que faltaban pocos minutos para las once de la noche, me levanté y le tendí las manos al Jota para que hiciera lo mismo, con un gesto de no querer, tomó mis manos y se dejó ayudar para ponerse en pie. Al llegar al auto me dice que no quiere volver todavía, pero que yo me fuera al carrete de mi compañero, que necesitaba despejarse y pensar. Yo no quería dejarlo, pero a veces uno necesita pensar y encontrarse consigo mismo, por lo que le dije que bueno y me subí al auto para seguir mi rumbo hacia donde mis compañeros, sin antes decirle que me llamara si así lo necesitaba, sin importar la hora.

Manejé dos cuadras y una angustia me albergó por completo, como si cada metro que me alejaba aumentaba la sensación de desesperación, sin darle más vueltas decidí volver. Me bajé rápidamente y caminé en dirección a los restos del tajamar que están tirados por el parque, me costó visualizar al Jota nuevamente, al verlo apuré mi paso al punto de llegar a trotar, ya habiendo acortado la distancia y por el sonido que producían mis pasos el Jota volvió la cabeza para ver quién venía tras de él, al verme a mí giro completamente y se quedó parado, yo también me detuve y a unos tres metros de distancia le pregunto – Puedo? – él con ambas manos en los bolsillos asiente con la cabeza y esbozando una leve sonrisa. Si bien la oscuridad invadía el lugar, pude apreciar su silueta, su cara, sus facciones por completo, al punto que quedé embobado mirándolo, admirándolo, pudiendo comprobar que ya no sólo era atracción o cariño lo que sentía por él, era mucho, pero mucho más que eso. Él al ver que yo no reaccionaba saca una mano de su bolsillo y la estira diciéndome – ven po, si te necesito conmigo – Reaccioné a su llamado, avancé instintivamente hacia él y sin darle tiempo de reacción, lo tomé de la cintura y lo besé, sin importarme cómo iba a reaccionar, era lo que quería hacer, lo que me nació hacer y lo hice.

Sus manos se elevaron y tomaron mi cara, sus labios siguieron el compás de los míos, mis brazos se extendieron por alrededor de su cintura apretándolo como si no lo fuera a soltar jamás. Me miró y sin cortar el beso me dijo que alguien nos podía ver, yo levanté mis hombros en señal de que me daba exactamente lo mismo lo que pasara a nuestro alrededor, pero ahora él me tomó de mi cintura y me movió dirigiéndome hacia un árbol que se encontraba entre dos rocas que eran parte del tajamar. Ahí me miró y se río como cual niño haciendo una maldad, su mirada era de no creer lo que estaba pasando, supongo que la mía también. En medio de la oscuridad los ánimos y caricias comenzaron a ponerse más intensos, los besos más bruscos y las respiraciones doblemente más agitadas, mi cuerpo tiritaba con cada beso que recorría mi cuello, con cada suspiro que invadía mi oreja, con su mano que se introducía por mi pantalón apretándome las nalgas e intentando llegar entremedio de ellas. Bajé el cierre de su chaqueta y levanté su polera, antes mordí su labio inferior y bajé a besarle sus pectorales, a lamerle completamente su pecho a mordiscarle sus tetillas mientras sentía sus gemidos cada vez más potentes. Mientras yo gozaba de su espectacular pecho y abdomen, siento que el Jota comienza a desabrochar su cinturón y su pantalón – mierda! esto se va a poner cuático pensé – para darle más emoción al asunto subí nuevamente y le pregunté ­– Qué pretendí bajándote los pantalosnes wn? – mientras metía mi mano adentro de su bóxer para sentir su verga dura y en su máximo esplendor nuevamente y no sé si fue la intensidad y nerviosismo del momento pero la encontré más gruesa que la primera vez que la había tocado. – Quiero que me la chupí de nuevo, así rico como la otra vez – me respondió con cara muy provocadora y excitante, mientras mi mano baja y subía pajeándolo dentro del bóxer. Yo lo quedo mirando no creyendo lo que sucedía y me dice – a caso no querí comértelo otra vez? Te prometo que desde ahora va a ser sólo pa ti – yo me sentí en el cielo con esas palabras, así que sin esperar lo di vuelta apoyándolo a él en el árbol y bajé – a diferencia de la otra vez el olor no era tan amigable, pero me dio lo mismo, entendía que había estado haciendo harto esfuerzo durante toda la tarde y que no iba a oler a jabón – sin importarme el olor de igual forma posé mi cara sobre el bóxer para pasar mi lengua sobre el bulto marcado, mordisqueándolo suavemente avanzando hasta el borde superior del bóxer donde me encontré con la cabeza que sobresalía de el y que ya contenía líquido. Bajé el bóxer de una y hasta sus rodillas y llevé su pico a mi boca introduciéndolo por completo, garganta profunda de una, se notaba como gozaba con esa weá, me tomaba de la cabeza y menaba su pelvis, lamentablemente aguanté solo un rato así, me ahogaba demasiado, así que turnaba eso con algunas lamidas de cocos que estaba vez no se encontraban afeitados por completo, pero tampoco estaban tan largos, recorría mi lengua por su tronco y alternaba la velocidad en que lo pajeaba, mientras acariciaba su abdomen sudado.

– Ya po, déjame metértelo– escuché mientras sentía que mis piernas se adormecían y lo miré replicándole sin dejar de mamar su pico – aquí ni cagando wn–  dejó el movimiento e inclinándose me tomó de los brazos y me levantó hasta que quedé frente a él – O sea si me decí que aquí no, querí decir que en otro lugar puede ser? – me preguntó con una mirada totalmente lasciva mientras me tomaba y apretaba hacia él. – Sí, en un lugar más piola sí – respondí al instante y sin titubear, porque en ese instante era capaz de entregarle lo que me pidiera al Jota.

–      Y cachai dónde podríamos hacerlo – me pregunta arrastrando la ch (tipo sh) más de lo normal, mientras se subía el bóxer y el pantalón forcejeando con su verga que aún permanecía erecta y no podía guardarla cómodamente.

–      No sé, imagino que en un motel… ¿? – respondí sin poder contener la risa al verlo en una “pelea” con su verga… ajjajaja.

Solucionado el inconveniente, caminamos hacia el auto en busca del lugar que iba a ser testigo de la noche más esperada de mi vida.

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2: http://relatosflaitecitos.blogspot.com/2015/10/las-cronicas-de-mauro-2-sucesos.html