martes, 8 de septiembre de 2015

Buzo pitillo de la U

Hola, mi nombre es Iván, tengo 23 años, soy casado, y el siguiente relato es real.
Trabajo de aprendiz en un taller mecánico. El trabajo no está mal, me permite pagar mis gastos y el dividendo a medias con mi mujer.
Mi jefe es un tipo asqueroso, es el típico baboso que siempre está diciendo “qué rica la mina que trajo ese auto, le chuparía el sapo; si no la mato, la dejo tonta”, etc.
Un día, al terminar la jornada, a las 20:00 horas, entré al vestuario para cambiarme y allí estaba él, desnudo, un hombre grande, moreno, bastante musculoso y de espalda ancha. Al verme se volvió completamente, quedando de frente hacia mí y ofreciéndome un espectáculo que nunca podré olvidar en todo el resto de mi vida. Lo que yo vi en ese momento me aturdió: allí, frente a mí, colgando, una verga monstruosa. Yo sin querer me quedé clavado mirando, no podía quitarle la vista a esa pichula. No lo podía creer, era muy grande y gruesa, una pichula descomunal, como 4 veces la mía, algo fuera de lo normal.
– ¿Te gusta? –me dijo.
– No –le contesté– pero que me sorprende, ya que es demasiado grande.
– Hace mucho tiempo que no pasa nada con mi mujer, porque ella está cansada de que le haga daño –me dijo.
No exagero y es real, le media 26x7 fácilmente.
– ¿No serás gay –me dijo– porque me la mirabas con ganas, wn.
– No –le dije– tengo mujer y una hija y no soy gay, pero sí bisexual.
– Es lo mismo –me dijo– y la miraste con ganas, wn. Yo no dije nada y me empecé a desnudar para cambiarme. Entonces vino por detrás, me sujetó por la cintura y empezó a restregármela por el culo. Yo me retiré. No me molestaba la situación, pero no sabía si quedaba alguien (trabajamos 10 hombres en el taller).
– ¡Cuidado, –le dije– puede venir alguien! Entonces se puso una toalla y salió. Enseguida escuché cómo bajaba la cortina metálica. Después volvió a los vestuarios.
– Ya no hay problema –me dijo– estamos solos.
– ¿Ud. es gay? –le pregunté.
– No –me contestó– soy bien macho, pero la situación me calienta y ando acumulao.
Entonces se quitó la toalla y quedé más sorprendido todavía, el tipo ahora estaba excitado y tenía una tula que daba miedo, tiesa apuntando hacia mí, parece que tenía vida propia.
– Desnúdate entero –me dijo.
– No –le dije– esto no está bien. Hace más de cinco años que no estoy con un hombre y mi mujer no sabe que me gusta. Así que mejor no quiero hacerlo.
– Desnúdate –repitió.
– No. Tiene un pico demasiado grande y no me va a entrar.
– Me calentaste cabrito y no me podi dejar así.
– Si quiere le hago una paja y quedamos tan amigos.
– No, de aquí te vai a ir bien culiao.
– Ni cagando –le dije.
Entonces empezó a ponerse un poco dominante.
– Si no empezai a chuparla en este momento te voy a despedir –dijo– y además voy a correr la voz de que te despedí por acosarme, que eri maricón y que me acosaste en las duchas.
– No puede ser tan hijo de puta –le dije, y él se mató de la risa. Me senté en el banco, él se acercó, me la puso delante de la cara.
– Empieza a chupar –ordenó, me agarró la cabeza y me la llevó hacía su pichula, yo la tomé tiernamente con las dos manos, le di un beso y empecé a lamérsela, la rodeaba con la lengua, la rozaba con mis labios, la olía y después me metía en la boca la punta de su capullo, pero no me entraba entera.
– La chupai rico, maraco –me decía mientras se la mamaba– Cómetela toa, cochino culiao. Así, putita. Es toa tuya. Dale besitos, así, ahhh. Mira hacia mí y no cierres los ojos, maraco. Quiero ver que estai haciendo todo lo posible para complacerme.
Yo, la verdad, me empecé a calentar como un perro y se me paró.
– Weco culiao, te calentai chupándosela a otro wn–me dijo y me agarró por detrás y me tiró boca abajo encima de la mesa donde a veces almorzábamos. Temblé de pavor, ese desalmado me iba a desgarrar; me tomó del pelo, me enganchó por el cuello, yo no podía ni moverme.
– Tai rico, maricón culiao. Ahora te voi a partir ese culito rico y te voi a llenar de moco, mariconcito –me dijo.
Entonces me dio un par de patadas en el interior de las piernas para que las abriera, se escupió en la mano y me untó su saliva en el ano.
Como dije, hacía más de cinco años que yo no tenía relaciones con un hombre, por lo que tenía el culo totalmente cerrado.
Mi jefe apoyó la cabeza de su tula en la entrada y empezó a empujar. Yo no pude evitar gritar y él, mientras más yo gritaba, más empujaba. Entonces noté cómo me rompía el culo, literalmente, noté cómo se me rajaba al entrar ese tronco grueso y duro. Según me iba entrando, me flojearon las piernas, me desvanecí y me caí hacia atrás, metiéndomela entera de un golpe. Yo estaba apoyado contra la mesa y sujeto en el aire por el pico de este señor clavado en mi culo. Me puse a gritar y a llorar de dolor. Luego él empezó a darme palmetazos en el culo.
– Fleto ctm, casi me la quebraste cuando te desmayaste –me dijo.
Después me apretó el culo con sus manos enormes y ásperas. Enseguida me abrió los cachetes y empezó a penetrarme como una bestia salvaje. Me daba embestidas muy fuertes, diciéndome que me relajara y dejara de gritar. Yo sólo gritaba que me la sacara. Pero él no escuchaba razones y seguía partiéndome, decía que en un rato se me pasaría, que con su mujer le había pasado lo mismo. Yo intentaba escapar pero no podía, tenía los pies colgando y al tipo agarrando mi poto con sus manos, culiándome como un animal. Entonces me relajé un poco porque ya no podía retorcerme más. Él me soltó el culo y con sus manos me sujetó con firmeza de los hombros, obligándome a arquear la espalda mientras me la clavaba hasta el fondo.
Estuvo un buen rato follándome como endemoniado.
En un momento se quedó quieto, con toda toda su pichula metida en mi interior. Después comenzó a menearse lento. Yo paré de gritar para preguntarle cuánto le quedaba. Me dijo que tenía un problema, que le costaba mucho acabar y por eso su mujer no quería tirar con él, porque ella se iba y él continuaba dándole y le rompía el choro.
Intenté relajarme y disfrutar, pero no podía, me dolía demasiado.
El tipo después empezó a moverse rápido y duro durante un buen rato, parecía una máquina. Luego se puso a susurrarme cosas sucias al oído mientras me lengüeteaba el cuello y me destrozaba el culo sin piedad.
– Weco culiao, tení rico el culo. ¿No te gusta el pico? Ahora eri mi perra. Este potito es mío.
De pronto se cansó de la postura y me la sacó de un golpe. Fue como si me sacaran un palo del culo, literalmente, me soltó y me quedé tirado boca abajo en la mesa con una sensación de vacío en el recto y ganas de cagar. Pensaba que había acabado pero no, se agarró la tula, se la lavó en el lavatorio que utilizábamos para lavarnos las manos. Se acercó a mí con la pichula más tiesa que antes y me agarró la cabeza.
– Abre la boca –dijo.
Qué wea, pensé yo, voy a disfrutar el momento, y comencé a ponerle talento, a ver si se iba cortado ya. A los diez minutos me dolían las mandíbulas, porque no me entraba toda en la boca. En un momento sentí que ya no podía controlar mi estómago, di marcha atrás y tomé un par de respiraciones profundas, e inmediatamente volví a su tula. Pedí disculpas, por supuesto, y seguí chupando con más ganas, porque lo que él quería era profundidad y velocidad, pero llegó un momento en que no pude más y paré.
– ¿Y, ya estás mejor? –me dijo.
– Sí –le dije.
– Colócate boca arriba – me ordenó. Yo me puse boca arriba, me levantó las piernas, las puso en sus hombros y me dijo que me relajara para no hacerme daño, que me iba a culiar otra vez. Apoyó su tula en mi agujero y empezó a presionar. Como todavía no entraba bien, empujó de un golpe y me la clavó entera, yo me mordí los labios para no gritar.
El tipo siguió culiándome duro, me la sacaba casi entera y me la volvía a meter hasta donde entraba, sabía lo que hacía. Casi otros diez minutos, y el tipo seguía sin correrse. Entonces la sacó y se sentó en el banco donde nos cambiábamos.
– Levántate y ven.
Yo me levanté, casi no podía ni andar, y me acerqué.
– Siéntate –me dijo señalándome su pico con la mirada.
Me subí encima de él tomándolo por los hombros y le rodee con mis piernas. Él me levantó el culo con una de sus manos y con la otra cogió su pichula y buscó mi ano, la apoyó y luego me soltó y me dejo caer. Noté cómo me entraba entera muy despacio mientras me sentaba en sus muslos con el peso de mi cuerpo.
– Ahhh, siéntate así. Mátate tú solita, putita. Ahhh, que rico ctm–decía. Me ordenó que empezara a moverme y me la metiera toda. Entonces lo sujeté firme de sus hombros y en cuclillas, sentado encima de él, con el pedazo de verga clavada, intenté moverme arriba y abajo con mucho esfuerzo. Empecé poco a poco y luego más rápido; cuando me cansaba, él me tomaba del culo y me ayudaba a subir y bajar. Después de unos momentos yo llevaba el ritmo. En esa posición pude ver en su cara y sus ojos toda la satisfacción, el placer que yo le estaba entregando con mi culo y sentí un poder enorme, yo la llevaba en ese momento, y cada vez que yo apretaba el culo lo llevaba al cielo. Entonces empecé a disfrutar.
Cuando llevábamos unos diez minutos así no aguanté más y acabé encima de su guata mientras él me apretaba el culo con sus manos y me la clavaba hasta el fondo.
Me levanté, me hinqué ante él y empecé a mamar esa media callampa. Mi boca apenas podía abarcar toda esa enormidad, cada empujón de su tula hacía sentir que me ahogaba. A pesar de eso, yo se la seguía chupando y él me agarraba del pelo y empujaba su pichula para que me entrara más. Cuando llevaba unos cinco minutos, él se puso de pie y se empezó a masturbar mientras yo le pasaba la lengua y le besaba y chupaba los cocos.
De repente empecé a notar cómo se contraía dando espasmos. Entonces me sujetó la cabeza y me metió todo su capullo en la boca.
– Dale qlo que me voy, trágatela completa puta –me decía y empezó a gritar y gemir con más espasmos. Yo quería que acabara ya, por lo que no paraba de chupársela, metiéndomela más adentro, a pesar de las lágrimas.
De repente me dio una clavada profunda y empezó a correrse a chorros en mi boca, parecía que en vez de correrse se estaba meando, por la cantidad. Yo intenté mantener el semen en mi boca, ya que no podía echarlo para fuera porque no había hueco de tanta verga, y él seguía eyaculando.
Como ya no podía mantener más semen en mi boca, tuve que tragármelo, empezó a darme arcadas y él seguía corriéndose. Al ver que me ahogaba, la sacó y salió otro chorro que me pegó en la cara, ojos, pelo… estaba lleno de mocos por todos lados.
Me la volvió a meter en la boca y me dijo que se la limpiara. Yo se la lamí prolijamente y se la deje limpiecita.
Después de eso yo creía que ya se había acabado todo, pero no, el tipo seguía caliente, entonces me levantó y me tomó las piernas, me las puso alrededor de sus caderas, y contra uno de los lockers me la volvió a clavar entera sin piedad, empezó a follarme como un burro.
– Me falta poco –me dijo y empezó darme tulazos en el culo. Yo gemía como loco porque ya tenía el culo súper abierto y sólo me escocía un poco.
Después de un par de minutos comenzó a gemir él y sentí durante unos segundos que un chorro de líquido llenaba mi culo, mientras seguía fallándome, luego fue aflojando y se le fue poniendo blanda.
Me bajé como pude, me temblaban las piernas.
– Ya acabé –me dijo con un suspiro y se encaminó a las duchas.
Cuando me lavaba el culo me salía sangre y todo, el wn me había reventado.
Mientras nos vestíamos hablamos del asunto. Me dijo que le costaba mucho correrse porque acumulaba demasiado semen. Le dije que era un hijo puta y me había casi violado y se empezó a reír.
– A ti también te gustó y me pedirás más en unos días –me dijo.
Terminé de ponerme mi buzo pitillo y nos fuimos.
Tuve dolor de culo casi una semana.
En los días siguientes, cuando me veía por el taller, se cagaba de la risa y me decía delante de todos que cómo estaba del lumbago.
El tipo era un cabrón y tenía razón, en menos de una semana se lo volví a pedir.

23 comentarios:

  1. si es verdad manda una foto de su supuesta tula mientas seguiremos pensanfo que es mentira :)

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  2. Copiado de una weá eshpañola. ¿Quién le dice capullo a la cabeza del pico aquí en Chile?

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    1. yo a veces le digo capullo, cuando puedo hablar

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    2. ....si es que no tienes un "capullo" metido en el hoci, petero culiao.

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  3. este relato ya habia sido publicado! no es la primera vez que se repiten

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  4. buena esteban sigue publicando relatos asi, me hice una paja y voy pa la otra

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  5. manda una fotito para creerte

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  6. Una mierda la redacción. Anda a leer un poco antes de ponerte a escribir weas. No pude ni terminar de leerlo porque se pierde el hilo.

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  7. y donde esta el famoso buso pitillo de la U? jajajajajajaj aparte este relato es una pelicula porno bareback ajajjaaj Que wea mas chanta ajajajaaja

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  8. Suban mi relato extra largo

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  9. Que lata a estos weones no le gusta niun relato. Entonces no se metan a este blog y dejen de criticar o si no hagan uno ustedes son todos unos maricone envidioso

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  10. Que wea?? Ahora este blog se transformó en un concurso de literatura?? Dejen de joder maricones qliaos!! Si quieren buena redacción y de calidad vayan a una librería, aca estamos para cagarnos de risa y pajearnos con las historias que publican!!... Ahora a la mayoría se les ocurrio ser críticos de habla hispana... Disfruten de lo sencillo y divertido.... Maricones qliaos graves!!!
    Buena compadre, puede estar mal redactado y todo lo que quieran, pero me hice una buena paja!!!

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    1. Te apoyo
      Son buenos pa criticar los ql

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    2. Te apoyo
      Son buenos pa criticar los ql

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    3. Bueno el relato, y los profes campusano k critican en un libreria pueden encontrar lo k buscan leer aka solo nos interesa calentarnos pajearnos o imaginaenos esas situaciones con flaites, apuesto k uds no escriben ningun relato....entiendan es un blog de relatos calientes escritos x anonimos no x escritores tontos sacos de weas...

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  11. Me diste una buena paja!!!! no pesque a los arenosos culiaos que se creen criticos... si tiene otro asi mismo publiquelo que por aca lo disfrute harto

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  12. me dan rabia estos cochinos ql q andan criticando ni q fueran profes de lenguaje publiquen ustedes po wnes q andan cagando todos los comentarios me los paso por el pico si no le pagan a nadie por escribir ni al del blog por tenerlo haci q dejen de wear q me cagaron mi relato de liceo tambien wn como no tienen historias prefieren criticar los ctm haci q cortenla y vallanse a la ctm

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