jueves, 17 de septiembre de 2015

El primer practicante

Hace algunos años atrás yo trabajaba para una conocida empresa de electricidad de la capital, me movía diariamente por varias de las comunas de Santiago en mi camioneta supervisando la labor de los técnicos electricistas, comencé a trabajar desde muy joven ahí y con los pitutos que tenía en la empresa no me costó mucho llegar a ocupar el cargo de Supervisor a mis 20 añitos de edad.
Cuando llegó diciembre mi jefe me llamó a la oficina para informarme que mi trabajo era bastante bueno y que sería bueno que compartiera mis conocimientos a futuros nuevos talentos y blah blah blah…, cuento corto me asignaron un practicante recién salido del colegio (noticia que no me agradó en ese momento); mi jefe apunto por el vidrio de su oficina y pude ver a un cabro cuya primera impresión me hizo pensar en que lo habían ido a buscar a Tiempo Joven en San Bernardo, era el típico flaite recién salido del colegio que por mucho que usaba terno se le seguía notando lo poblacional.
Con los días me fui haciendo de confianza con este pequeñín que en realidad era el típico flaite piola, de esos que solo tienen la pinta y cara de flaite pero en realidad son quitados de bulla y escuchan reggaetón todo el día y hablaba un poco con la SH, lo normal, pero sin asaltar a nadie. La confianza llegó a tal nivel que ya hasta su mamá me conocía, me invitaban a tomar onces cuando lo pasaba a dejar temprano y a veces cuando salíamos a jugar a la pelota era yo el que llamaba a su vieja para que le diera permiso, total yo siempre lo iba a dejar a su casa en la camioneta de la empresa, ir a dejarlo a su casa era para mí parte de la pega, el único problema es que este cabro vivía en Maipú y yo en aquel entonces vivía solo en el centro.
Él se llamaba Leopoldo y era un poco más alto que los típicos cabros de su edad, blanquito de piel y pelo castaño, ojos marrones y cejas abundantes, en realidad no me llamaba la atención, hasta que una vez pude ver por casualidad su cuerpo completito empelota, fue en unas de las típicas pichangas del día viernes, en los camarines, había llovido los días previos y la cancha era horrible, con lo cual la mayoría de los jugadores decidió ducharse en el lugar para sacarse el barro que teníamos en el cuerpo, todos nos desnudamos normalmente y esperábamos nuestro turno para ducharnos, en eso él llega a hablarme, tapándose solo sus genitales con una polera dejando todo el resto de su humanidad al aire.
-¿no anday con una toalla extra? lo que pasa es que no venía preparado para esto
Yo no podía creer lo que veía, este cabro tenía muy bonito físico, un culo redondito exquisito normalmente soy pasivo pero al ver ese culo daban ganas de penetrarlo, tenía unos tutos tipo Eduardo Vargas, caluguitas y era muy lampiño (o se depilaba), él siempre había jugado a la pelota con buzo y yo nunca pude ver más allá de lo que la ropa deja imaginar, quedé pegado unos segundos mirándolo hasta que le respondí
-no weon, y ni cagando te presto mi toalla, tendrás que secarte con tu ropa sucia
-si hermano, si esa wea la sé, era para poder taparme bien
En eso un colega, que estaba a mi lado, le responde: “-¡Cabro!, ¿que se tapa tanto iñor?, si aquí todos somos hombres y a todos nos cuelga la misma wea, mejor tápese el culo porque acá hay varios a los que las iñoras los tienen “con lagua” cortá y usted tiene el culo pelaito iñor.”
Yo me puse a reír, cuando en eso otro colega que había escuchado la conversación se puso en camino hacia las duchas y al pasar junto a él le robo la polera que le cubría y salió arrancando, todos en el camarín se reían, Leopoldo se puso rojo entero y yo aproveché la confusión para entretener la vista, su pene era magnifico blanquito y grueso, no logro entender como cresta no se le marcaba al usar ropa, se notaba mucha piel y se veía poquito bello. A mí me quedó esa imagen adherida en la mente, no sé el por qué pero comenzó a encender la curiosidad y la calentura en mí, no pensaba precisamente en su miembro, era su cuerpo el que comenzó a encender mi calentura.
No fue hasta un par de semanas más que todo sucedió, en la pega hubo contingencia y tuve que quedarme trabajando horas extras, normalmente cuando esto sucede no hay horario de salida y se trabaja hasta que la falla está reparada, estábamos trabajando en colina y nos desocupamos muy tarde en la madrugada, obviamente el practicante todavía estaba con migo trabajando y yo no pude ir a dejarlo temprano porque significaba dejar de lado al cliente, cuando veníamos de regreso a Santiago Leo se durmió en la camioneta, yo estaba full cansado con lo cual e dio paja ir a dejarlo a su casa, lo desperté y le dije que me daba paja ir a dejarlo, estaba súper cansado y me estaba quedando dormido al volante, le ofrecí a dormir en mi depa, como habíamos trabajado hasta pasado las tres de la mañana el día siguiente nos correspondía libre y pensaba ir a dejarlo a su casa una vez que hubiese descansado, el aceptó sin problemas, llamo a su casa para avisar y nos fuimos directo a mi depa.
Mi depa es chiquitito (aún vivo aquí jejejje) uno entra y llega a un living-comedor-cocina todo eso junto el dormitorio está aparte pero para entrar al baño hay que pasar sí o sí por el dormitorio, le preparé una “cama” al Leo en el sofá y él se tumbó de inmediato durmiéndose casi instantáneamente, yo seguí su ejemplo y me fui a dormir a mi cama, esa noche no pasó nada y realmente nunca tuve malas intenciones al llevarlo ahí.
A la mañana siguiente yo estaba aún medio dormido cuando siento que el becario entra en mi dormitorio, lo miré y antes de poder decir algo él se excusa diciendo que iba al baño y que no había golpeado para no despertarme, yo lo miré, este weón había dormido con ropa pero se lograba ver que llevaba una erección matutina…. –dale, pasa nomás, se nota que llevas apuro- le dije esto y él desfiló al baño; yo me senté en mi cama y encendí el televisor, después de todo este cabro ya me había despertado, al rato el sale del baño y al ver la tele encendida se sube a mi cama y me dice “ahhhh me voy a acostar contigo una rato pa’ ver la tele”
Le respondí -sale weon, además todavía anday con la ropa de trabajo que está llena de tierra.-
-“ammmm pero no hay atao po’, me la saco la wea”- diciendo esto se sacó la ropa quedando solo en bóxer y se metió dentro de mi cama, aún conservaba algo de su erección matinal y eso me dejó como pasmado, yo solo pensaba “tranquilo Alan… él es hetero… no te pases rollos… tranquilo… tranquilo…”, luego en la cama el pendejo me abraz¬¬ó y me dijo –“uuuuuu… tay calentito weon, eris calentito pa dormir”, en realidad el flaco estaba helado, pero igual hacia que yo me pasase las tremendas películas, yo solo seguía pensando “tranquilo Alan…, solo está bromeando”, estaba tratando de hacerme el difícil y tratando de darle el filo le dije “ah weon weon córtala con tus weas, déjame ver tele y agradece que te aguanto en mi cama”, la verdad yo solo quería devolverle el abrazo entre tanto abrazo pude sentir su erección en mi pierna y yo comencé a tener mi propia erección, cosa que no pasó desapercibida para el Leo; me soltó de una, casi empujándome y me dice de manera muy agresiva –“¡que wea maricón culiao, se te paró la corneta!”-, yo me quedé piola y con la vista apunté hacia su órgano que ya reventaba el bóxer, el entendió la indirecta y me dijo, “jefe, cagó”, yo le respondí “tu empezaste”, se quitó la única prenda que le quedaba y dejó toda su dura manguera apuntándome, lista y dispuesta para ayudarme a quitarme el cansancio mental de la noche de trabajo anterior.
Me abalancé sobre él, y me fui directo a comer su pene, comencé a tragármelo entero, de una, luego de mamar como loco comencé a darle besitos en la zona de la ingle y por sus testículos, cuando en eso escucho que m¬e dice “te advierto que no te dejaré que me dis besos en boca”, yo sonreí mientras seguía chupando, lo que menos quería en ese instante era besar sus labios (jajajajjajaj), lamía todo mientras con mis manos recorría todo su penetrable trasero, me encantaba lamer ese pene y todo a su alrededor, agradecía inmensamente que este joven tuviese poco vello púbico, lo raro era el exceso de piel que había en su pene, no era malo, pero era algo extraño tanta piel colgando y cubriendo todo su glande aun con tan gran erección, el lado amable era que toda esa piel hacía que el grosor de su pene aumentase considerablemente; el pendejo tenía poco aguante así que a los minutos y sin previo aviso se fue cortado mientras yo seguía lamiendo, me encargué de limpiar y de absorber cada gota de su sabrosa leche.
Nos recostamos en la cama y le dije “ya, ahora te toca chupármela” sacándome los calzoncillos en el acto, “sale Alan culiao, yo nunca he chupao un pico” él me respondió eso y yo me aproveché de inmediato diciéndole “pero weon, no me puedes dejar así, todo caliente, chúpamela un poquito, o al menos métemela ;)” él se puso a reír y me dijo “ya, te lo voy a chupar mariconcito y obvio que te lo voy a metértelo todo, pero después no vengay con que te toca metérmelo a mí porque tenis el manso pico Alan culiao” (no me gusta hablar de eso, pero sí, lo tengo grande).
Comenzó a chuparme torpemente, podía sentir seguidamente sus dientes y a veces él hacía arcadas, en realidad Leo no la estaba pasando bien y yo tampoco porque me preocupaba su afilada dentadura, fue cuando me raspo la parte inferior de mi pene cuando le dije “tranquilo cabro, cierra los ojos e imagina que estay chupando un choro”, diciéndole esto dejo de chupar mi pene y se enfocó a su alrededor, lamio mis testículos y toda mi ingle, y comenzó a descender hasta llegar mi ano dándome un tremendo beso negro, “eso, eso,… imagina que es un choro” le decía esto mientras él con su lengua me entregaba placer máximo, unos cuantas lamidas más y sus dedos tomaron su lugar, comenzó a dedear en mi ano mientras yo totalmente entregado a mi alumno gozaba con sus dedos en mi desembocadura, uno… uno…. dooooos.. dooos… si dos, y tres, tres… tres… uf… tres dedos dentro de mí ya estaba listo para dar paso a ese gran pedazo de carne suyo que esperaba su turno por entrar en mí recto.
Me tenía en posición de patitas al hombro, y puso su gordo pene en la entrada de mi orificio, dejó caer un escupo en el lugar y comenzó a hacer presión, :S era grueso y dolía pero ya estábamos en esto y había que echarle pa’ adelante no más, comenzó a entrar despacito, yo trataba de no gritar para no despertar a los vecinos pero no aguanté mucho y un grito tremendo se me salió, en ese mismo instante como que relajé todos mis músculos y su miembro entró completito de un solo movimiento, yo seguí gritando de dolor, sentía que este weon me estaba rompiendo el ano, instantáneamente el Leo me dice “tranquilo jefecito, no grite… shhh, no grite…” y me dio el tremendo beso en la boca, “shhhh.. ya va a pasar, tranquilo” y me siguió besando tiernamente <3. Sus besos hicieron que pasara inmediatamente del dolor al placer, nunca pensé que él sería quien tomaría la iniciativa con los besos, después de todo había sido el quien había dicho que no quería besos.
Entre que me besaba y me penetraba yo estaba en el cielo, el siguió con su mete y saca por un tiempo que se me hizo eternamente gustoso, se cansó de la posición a los minutos y se recostó en la cama yo me subí sobre él, apunté su anguila hacia mi cueva y comencé a cabalgar, el no hacía nada, yo realizaba todo el trabajo, gozaba yo y gozaba él, sus ojos estaban blancos de tanto goce que le entregaba mi esfínter, tanto que comenzó a gemir y a tocarme todo con sus manos que estaban libres ahora, me decía cosas como “que rico culearse al jefecito” y de vez en cuando me dada una nalgada bien dura, yo no paraba de gozar ni de cabalgar, quería que esto no acabase nunca y en ahora el Leo estaba durando mucho más de lo que esperaba. Me acosté sobre su pecho sin sacar su animal de mi interior, lo besé y le dije “te quiero moquear”, me puse recto aún con su miembro en mí y comencé a masturbarme mientras movía sutilmente mi pelvis para sentir su estimulo, él me miraba complacido por lo que estaba viendo y su cara delataba ansiedad por recibir pronto mis fluidos, seguí estimulándome hasta que por fin acabé dejándole todo su pecho lleno de mi leche, el estiró sus brazos y me abrazó llevándome contra su cuerpo moqueado, “ahora me toca a mí” me dijo mientras comenzó a mover su cadera bombeándome vigorosamente, yo no daba más de goce, lo besaba en el cuello cuando sentí que todos sus músculos se contrajeron, el dio un bramido de placer y su contenido blanco se vació dentro de mí, mi cuerpo se debilito y me rendí sobre él
Estuvimos en esa posición un instante hasta que yo me hice a un lado en la cama exhausto, luego vino un silencio incomodo, un tanto imperecedero, el cual se vio interrumpido cuando el Leo me dice “la media volaita, pero fue la mansa cacha weon, ¿Cuándo la volvemos a repetir jefecito?”, yo lo miré con cara de ¿Qué chucha? Y le dije “weon, yo no soy tu jefe, ya levántate y vamos a desayunar, necesito reponer energías si tú me quieres seguir culeando así” el me miró con cara de pícaro y me dijo “pero, vamo’ a bañarnos primero, no vamo a desayunar así todos moqueados”. Nos fuimos a duchar y en la ducha la cosa se puso entretenida de nuevo, luego después del desayuno fuimos a la guerra nuevamente, así estuvimos dándole casi todo el día, lo fui a dejar a su casa en la tarde y llegamos para tomar onces con su mamá quien nos tenía preparado un rico queque y nos decía que teníamos cara de cansados por tanta pega.
Con el Leo seguimos aventurándonos durante un tiempo, después nos fuimos alejando naturalmente porque él ya había terminado su práctica y ahora ya no estaba en la empresa, desde luego califiqué a mi practicante con nota 7

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