miércoles, 23 de septiembre de 2015

El Chureja

Este compadre es mi amigo con ventajas en este momento. Como hay feriados y como estuve con licencia médica, hace casi un mes que no lo veo.
Es lo que se dice "un loco lindo", igual debe tener cierto problema psiquiátrico porque de verdad que es cuático. Aún así, es mi amigo, es buena onda, es caliente y es rico para el sexo.

Nos conocemos hace más o menos ocho años, él es cliente en donde trabajo. Según él, me conoce desde hace mucho antes, pero yo sé que no es así. De todos modos, la cosa comenzó de la siguiente manera: tenía dolores en las piernas y eso lo tenía muy preocupado, tanto, que consumía muchos analgésicos. Una vez lo atendió la química del local y le recomendó que se inyectara vitaminas. Ella sabe que aprendí a colocar inyecciones y me comprometió para pincharlo. Ningún problema, ya que nos conocíamos y me tenía confianza. Fui a pincharlo, se recostó boca abajo en su cama, pantalón abajo y me mostró su poto de hombre blanquito, con la raja velluda (pero los pelos eran castaños). Era de esperarse, porque el Chureja es blanco, cabellos claros y unos enormes ojos celestes. No es rubio, eso sí. Tiene la cara huesuda y expresión de "carita de cumpleaños". Es bastante alto, delgado, pero fornido, producto de trabajar en cosas pesadas. Sus nalgas estaban terriblemente duras por lo apretadas y haciéndole unos chistes logré que las relajara. Lo pinché y todo bien. Días más tarde, viene a buscarme, pero no pude ir a su casa, y haciendo una pillería con mi compañera, lo pinché en el baño. La cosa que sucedió fue que me dio la mano y un abrazo. No sé cómo pero terminamos en un apasionado beso.

Se perdió por unos meses hasta que apareció un fin de semana y me ofreció que fuera a tomar onces a su casa. Es tan buena onda que me esperó en la noche, para que no me fuera solo. Llegamos, comenzamos a tomar onces y a fumarnos unos cigarros.
- Oye, ¿porqué me diste un beso?
- Me dieron ganas. ¿No quieres hacerla otra vez, mijo?
- Mmmmm, bueno.
Y nos besamos. Comenzamos con las caricias, mientras yo trataba de abrir su camisa y jugar con su pecho velludo (me encantan los hombres peludos de pecho), sus tetillas duras y sus brazos nervudos. Mi amigo se quita la camisa y suelta su pantalón. El boxer sujetaba su penca gruesa y sus cocos. Se los bajo y me dice:
- Chúpamelo.
El loco tiene una buena herramienta, grande, gruesa, venosa y cabezona, con una protuberante uretra y harto pellejo para saborear. Mientras hacía eso, tomé la iniciativa de recorrer sus nalgas de hierro. Suavemente pasaba la yema de mis dedos por los vellos de su raja masculina.
- Ya, me toca - dice.
Me baja los pantalones y comienza una buena mamada. La lengua jugaba con mi cabezón morado y comenzó a chupar bolas. Le admiró y gustó que yo me afeitara mis coquitos. No lo chupaba bien, y da la impresión de que no lo hacía desde hace mucho o que no tenía la suficiente experiencia en esto.

Como estaba boca abajo, me dediqué a acariciar su espalda ancha, de piel exquisitamente suave y a volver a bajarle el boxer para tomar sus cachetes blanquitos. Comencé a introducir mis dedos entre ellas y el Chureja no apretaba. Solo se dejaba estimular y chupaba con más ganas. Al final, me mira con sus ojazos y me dice: "¿qué te gusta más? ¿dar o recibir?"
- ¿Qué crees tú? - respondí con uno de mis dedos entrando en su velludo ano.

Se pone en posición de perrito y se ensaliva los dedos y con cuidado se los mete por el chico. Yo miraba asombrado su sonrisa y cara de deleite. No podía creer que este weón a quien lo había visto con varias minas (con aires de maracas, eso sí), le gustara tanto el weveo como el pico, y una de sus frases clásicas es "A todos los hombres les gusta el pico".
- Ya, pos, pónemelo - exigió, abriéndose las nalgas.
Andábamos sin condones y me dijo que le daba lo mismo, porque sabía que ambos estamos sanitos. Comencé la penetración y este loco estaba totalmente relajado y empezó una cacha rápida, hasta el fondo y que sonaba igual que andar con chalas en las baldosas. Yo lo tenía sujeto de sus caderas y él se movía, apretaba y jugada con su poto rico en mi penca dura. Tratamos de no gemir muy fuerte, porque de afuera de su casa las viejas sapas estaban con la parabólica alzada. De repente este weón se saca la pichula del chico y se da vuelta, chantándome un beso jugoso, con harta lengua y calentón. Se vuelve a ensartar y recomienza el zandungueo. Ese juego lo repitió varias veces, explicando que así dura más la cacha, ya que sabe que por el chico uno acaba rapidito por lo apretado que es.
- Mételo todo, mijo - decía - y avisa cuando vayas a acabar.
- Bueno.... uy, que está rico tu potito...
- ¿Te gusta mucho? - y me mira para atrás, con una sonrisa calentona. - Culéame fuerte, porfa.
- ¿Te gusta esa weá?
Sentí que me venía y se lo dije. Empezó a apretar exquisito hasta que no aguanté y terminé.
- ¿Lo echaste adentro?
- Disculpa weón, no pude sacarlo a tiempo...
- ¿Acabaste en el chico julio? Eso era lo que yo quería, mijo... puta que es rico.

Quedé raja de cansado y terminamos de tomarnos una bebida. Nuevamente la calentura nos ganó y volvimos a lo mismo. Otra cachita bien fogosa y volví a acabar. Mi compadre no terminaba. "Super duro el culiao, la cagó", pensé yo. También pensé en que iba a querer que se lo chupara o (lo que yo no quería) que me saliera con que me lo quiere meter. Y aquí es donde la cosa se pone interesante:
- Mijo, ¿podís meterme un dedo en el potito mientras me la corro?
- Ya, vale. ¿Pero no te quedó delicado el hoyito?
- Siento una calentura inmensa y deseo esa weá.
El Chureja se puso de pie y empezó a masturbarse con ganas. Yo miraba su tremenda penca venosa y partí acariciando sus velludos muslos. De ahí, al poto. Un dedo entró sin mucha dificultad y empecé un mete-saca, hasta que este weón me dice que le meta otro dedo. Eso hice y el ano de mi amigo apretaba, y su recto blandito, caliente y suave me recibía los dedos. Me sentí proctólogo cuando encontré su próstata hinchada de semen hirviendo, y le brindé un masaje prostático completo. "Puta qué ricooooo", gemía él. "Dale, dale, dale"
- Ohhhh, voy a acabaaaar, ah, ah, ahhhh!!!
Un impresionante chorro de semen saltó de la cabeza hinchada del pico del Chureja. Le saltaron seis o siete y a cada chorro lo acompañaba un gemido y un poderoso apretón de hoyo.
Al final, mi amigo recién deslechado quedó casi en coma.
Era casi la una de la mañana del lunes y yo entraba a las ocho. El Chureja me dijo que me quedara allí, pero yo tenía que cambiarme la ropa, afeitarme y ducharme.
Tras un corto debate, este loco saca cinco lucas y me echa en un taxi, mientras me decía que lo había pasado super bien conmigo y que me esperaba por la tarde para que siguiéramos con las "clases de anatomía".
Por diversos motivos, no pude ir a su casa ese día (en realidad quedé pa la cagá con tanto sexo fuerte).

El martes pasó temprano, con unos jeans gastados apretaditos, en donde se marcaban sus atributos varoniles de manera bastante evidente. No estaba molesto porque no había ido, sino que preocupado. Le juré que esa tarde sí iba. En voz baja me dijo que me esperaba y que "iba a lavarse bien la raja" para mí. Le dije para callado que se notaba que es un hombre limpio y que eso me agradaba mucho.
Esa tarde, la cama la hicimos sonar dándole duro, pero no permitió que acabara dentro de su recto ni entre sus glúteos velludos, sino que cuando acabé, él dio un salto y se metió mi pichula en la boca y se tragó mi moquito.
Lo hice acabar de la misma manera que nuestra primera vez, pero esta vez fueron tres dedos en su culito delicioso.
La satisfacción estaba pintada en su cara sonriente y me dice: "Mijo, puta que es rico el sexo...".
Lo bonito de esto es que mañana nos juntamos y vamos a gozar como chinos.
Otro día cuento más sobre el Chureja.

8 comentarios:

  1. El sexo es rico y maravilloso cuando ambos se entregan por entero al otro. En especial, cuando es entre hombres. Eso es incomparable.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ser versátiles es la onda, yo con mi pareja lo hacemos de vez en cuando y es cuando uno disfruta mucho mucho más! (:

      Borrar
  2. Corto y preciso sin tanto rodeo ni amor de por medio, me ha gustado, sigue contando.

    ResponderBorrar
  3. Yo casado tengo 38 una vez experimente con un pendej de 19 hasta ahora mi mejor noche de sexo a sido con un hombre. Quisiera q se repitiera.. saludos de salamanca

    ResponderBorrar
  4. Yo 39 y experimente con uno de 18 años y fue lo mejor aun lo tengo grabado en mi celular ..

    ResponderBorrar