domingo, 13 de septiembre de 2015

Santo estrés

Antes de empezar a relatar mi historia, creo que es pertinente presentarme. Soy Cristian, tengo 22 años y estudio Tecnología Médica. Me esfuerzo mucho, pues quiero ser seco en mi área y obtener un buen trabajo al egresar, por lo que no salgo mucho a carretear. Tengo una beca que me permite estudiar, por lo que debo cuidar mis notas. Aun así, soy un weón calenturiento y bueno para la paja, xD. Me gustan los machitos, sobre todo si andan en ropa deportiva (son mi delirio).

Quiero contextualizarlos en la situación antes de llegar a lo "hot". Lamentablemente me enferme inesperadamente. No me estaba cuidando, comía y dormía poco por culpa de la U. Mi estado de salud empeoró por lo cual tuve que acudir a un especialista para ver qué onda. Me diagnosticaron con un cuadro severo de estrés, por lo que se me recomendó hacer otro tipo de actividad para que los estudios no me absorbieran tanto. Fue así como decidí ingresar a un gimnasio, puesto que me haría bien a nivel físico y mental. Bueno esto es ridículo e incluso burlesco, pero no tengo la necesidad de acudir a un gimnasio, pues soy bastante delgado (estoy en los huesos), pero el gimnasio me ayudaría a sacar el estrés de encima. Además es el templo de la testosterona, la ropa deportiva y de los paquetes abultados. Tendría buena estimulación para mis corridas de paja. 

Recuerdo que el primer día de gimnasio, un instructor (el Seba), de unos 27 años, me evaluó y me ayudó a preparar una rutina. Me acuerdo que al momento en que lo vi y se presentó, me dejo baboso y caliente al instante. Estaba vestido con buzo y polera Adidas (insisto, los minos en buzo me ponen sumamente duro). Su cuerpo era hermoso, de machito. Se le marcaba su miembro de una forma que me quitaba la respiración, y en ese momento, me lo imagine devorándome y haciéndome suyo de mil formas. Recuerdo que me saco de mi mundo de "Bilz & Pap" y me preguntó si estaba bien, pues se dio cuenta de lo idiotizado que estaba con su presencia, a lo que respondí que estaba impresionado por su trabajo, y que me sentía frustrado porque jamás podría tener su cuerpo. El me tranquilizó y dijo que todo dependía de los resultados de mi evaluación.

Todo lo que paso en esas horas fue una tortura: me midió y me pesó, me hizo miles de preguntas, probó mi fuerza y mi resistencia. Me sentí humillado ante ese espécimen de macho, pues fui un completo fracaso. El Seba me dijo que yo significaría un reto para él. Recuerdo que me dijo: "vamos a tener que trabajar duro, perrin". Mi ser me decía: "sí, quiero trabajar duro, contigo". Ni se imaginan lo duro que me dejo el tipo. Luego de terminada la evaluación, se despidió de mí y me instó a que trabajara duro por conseguir mis objetivos. Que el tiempo en que estuviera ahí, me ayudaría y trataría de sacar el mayor potencial de mi (con eso me mató y me calentó aún más). En fin, luego de eso, seguí cuarteando un rato más a los minos del gimnasio. Después me fui a los camarines a bañarme y arreglarme para ir a clases. Ahí aproveche de autoestimularme con la imagen del Seba, que ya había pasado a memoria de largo plazo en mi mente. Me tocaba mi cintura, mi cuello, mi abdomen y mi entrepierna. El orgasmo no tardó en llegar, xD. La verdad de las cosas es que el Seba estaba bien rico y deseaba que pasara algo "hot" con él, pero no tuve agallas para lanzarme, y menos en un lugar público. Podré ser muy caliente, pero soy reservado y piola, por lo que tuve que controlarme. Además lo vería seguido y era mejor hacerme su amigo.

Para ese entonces asistía 3 veces a la semana al gimnasio y me encontraba con el Seba en esos días. Me fui adaptándo a este contexto que empezaba a gustarme, pues me daba la oportunidad de ver minos ricos con sus penes empalmados tanto en las salas de ejercicio como en las duchas; y ver a mi instructor con su cuerpo hermoso, su miembro que pedía mi boca, sus palabras de aliento y nuestra floreciente amistad. Mi ser me decía: "lánzate a él como un maraco", xD. Un día en el gimnasio, el Seba me avisa que no podrá asistir y que debería trabajar solo. Me sentí como un niño desprotegido. Lo peor es que justo ese día en que el Seba no podía ir, yo estaba más tiempo en el gimnasio. "Damas y caballeros, prepárense para ver un show de torpeza psicomotriz en su máximo estado", me decía a mí mismo. Aun así, traté de "entrenar", pues eso pondría a mi instructor feliz.

Ese día mientras estaba en el gimnasio, note que había un weón que no me quitaba la mirada de encima. Yo no soy rico, eso lo sé. Soy un flacuchento hasta los huesos, blanco, de 1.70, con el pelo y los ojos negros. "Pajarón, creí que te está mirando al dulce, weón", mi mente me espetaba. Eso me preocupó pues pensé que le estaba dando un festín de carcajadas a mi costa, lo que me puso nervioso. Fue en un momento en que quise usar una máquina y en el forcejeo con ella me lastime, lo que le dio un pase a mí. En ese instante el tipo se acercó y me ofreció su ayuda. "No deberíai usar esta máquina, eri muy flaquito", me dijo. "Si hubiese sabido que me pegaría de tal forma, créeme que ni la hubiese mirado" dije de forma burlesca, mientras me sobaba la pierna. "Creo que necesitai ayuda. Me llamo Gonzalo", se presentó con su mano grande y un apretón que por poco destruye mis falanges. Cuando lo miro, me doy cuenta que no cualquier weón me está ofreciendo ayuda: es un weón machito, algo flaite, de 26 años, 1.80 aprox. pelo castaño oscuro, trigueño, ojos negritos y bonitos labios, con un cuerpo marcado, buenos brazos y piernas, velludo, buen culo y una entrepierna abultada por culpa del short que tenía puesto (bendita máquina de mierda que me golpeó). Me presente, y así fuimos conversando.

Resulta ser que Gonzalo es compañero de trabajo y uno de los mejores amigos de mi hermano mayor, por lo que él ya me conocía. "Si te miraba mucho, era porque me erai conocio, eri el hermano chico del rulo (mi hermano grande) pero no quería webiarte, estabai muy concentrao perro. Pero estabai haciendo puras weas", me dijo riéndose y mostrando su personalidad de weón tallero (lo que parecía hacer efecto en mi entrepierna). "Obvio que parecía weón, si soy un novato en esto del gimnasio, además mírame", le comente, autoburlándome. "Tranqui perrin, si hay flaquitos como tú que quedan filete, te vai a convertir en un campeón, flaquito", me decía. Sus palabras estaban haciendo más efecto en mí, por lo que tuve que controlarme. No hicimos mucho ejercicio y nos pusimos a conversar sobre lo que hacíamos actualmente. Ahí supo porque me metí al gimnasio. "Puta weón, teni que cuidarte. Si eri re cabezon pa la U. Pa que le dai tanto color. Teni que disfrutar de la vida, perro", me decía con su habla flaite que me gustaba. Al final, el Gonzalo me invito a comer completos y después me fue a dejar a mi casa para aprovechar de ver a mi hermano e invitarlo a carretear. Le di las gracias por todo, a lo que respondió: "nos vemos, flaquito".

Debo reconocer que el weón me movió el piso, pues tiene buena pinta, además es el prototipo de hombre que me gusta: machito algo flaite, velludo, marcado, macizo y además, cada vez que me decía "flaquito", me hacía sentir de una forma extrañamente placentera. Resultó que el Gonzalo me dejó caliente, y llegada la noche, me encerré en mi pieza, encendí mi computador y me pegue sus buenas corridas de paja. Lo raro es que ni mire los videos, sino que pensé en todo el rato en él. Pensé en como seria mamárselo, masturbarlo y darle placer con mi cuerpo. Todo eso hizo correrme. Después del éxtasis, volví en sí y me dije a mi mismo: "jamás pasará algo entre nosotros. "Él es hombre, machito, rudo y flaite. Yo un pobre inmaduro y fleto no asumido" y me acosté pensando en él, en un sinfín de cosas sexuales.

Mientras pasaron los días, lamentablemente quedé sin instructor (el Seba dejo de trabajar ahí). No obstante, estaba viendo más seguido al Gonzalo en el gimnasio, por lo que él me ayudaba en mis rutinas de ejercicio. El tiempo permitió que con este weón nos hiciéramos amigos. El golpe de la máquina del gimnasio, y el estrés por el que estaba pasando me harían vivir unas experiencias inolvidables que atesoro con recelo (hasta ahora).

Un día en el gimnasio, estábamos haciendo ejercicios como enfermos. Ese día, el Gonzalo me toqueteó harto para poder ayudarme en hacer la rutina de forma adecuada. Me tomaba por la cintura, me tocaba los brazos y piernas y me alentaba en todo momento (el weón me dio duro). Después de terminar, fuimos a los camarines a refrescarnos y alistarnos para volver a nuestra monotonía diaria (el a su pega y yo a la U). Yo había terminado de ducharme y sin darme cuenta, el Gonzalo seguía bañándose, y fue en ese momento en que lo vi desnudo por primera vez. Vi por primera vez su pene que me dejo embobado y jadeando de calentura: 18 cm, grueso y velludo, con testículos prominentes (con razón su entrepierna siempre esta abultada). Eso hizo que me pusiera duro de inmediato, deseoso, con ganas de querer ser su mina. En eso me ve con cara de "qué onda, weón" y me dice: "Disculpa perrin, pero puta que necesitaba una duchita". De inmediato me saco de mi utopía. "Dale men, te espero afuera" le menciono con una voz temblorosa. Este weón no sabía el espectáculo de proporciones que estaba dando, enjabonando su cuerpo, lo que hacía derretirme. Este macho me hacía sentir cosas. Pero se está haciendo mi amigo, y no lo quiero perder por culpa de una calentura de mierda.

Pasaron los días y estos se tornaron difíciles. La U me llevó una vez más al colapso. En esos días volví a la rutina de no comer ni dormir por dar más prioridad a la U que a mi salud. Estuve con dolores de cabeza y problemas para dormir. Había llegado el fin de semana para descansar y tratar de relajarme. Los días previos no había visto mucho al Gonzalo. Sorpresivamente me llamó y conversamos un rato. "Wena flaquito, tan desaparecio, perro" (maldito, siempre diciéndome "flaquito". Si supiera como me pongo cuando me llama así). Me preguntó cómo estaba, cómo estaba con la U y cómo estaba de salud, pues por mi hermano y mis publicaciones en Facebook se enteró que no andaba bien. "Perrin, teni que cuidarte, no te pongai weón". Me quede callado y solo me limitaba a escucharlo. "Sabi flaquito, ven mañana a mi casa pa irnos a pichanguear un rato con unos weones, te vai a relajar una rato", me decía. Sonaba bien eso, así que fui, xD.

Ese día en la tarde fue genial, pues esa pichanga me dio la oportunidad de ver a muchos minos ricos en shorts, sudados, emanando testosterona, mostrando sus vergas abultadas con un movimiento de vaivén que me dejaba caliente y deseoso. Esa tarde fue genial porque el Gonzalo me dio la oportunidad de conocer a sus amigos. Me dio la oportunidad de relacionarme con más gente. Pero sobre todo, ese día pude estar más tiempo con él y disfrutar de su compañía. Después de la pichanga, nos fuimos a comer una chorrillana a su casa, porque estábamos cagados de hambre. Mientras comíamos, el Gonzalo me empieza a conversar de futbol, trabajo, ejercicios y el infaltable tema calenturiento sobre minas. Me comentó que una vez, su ex polola le hizo sexo oral de una forma que lo dejo enfermo y que echaba de menos esa sensación. Por lo que me comentaba, la mina era bien caliente. Seguimos conversando harto rato. "Y tu cumpa, te lo han chupao?", me pregunta, a lo que respondí con un rotundo y avergonzado "no". "Te hai perdido de la mita de tu vida, weón", me dijo. "No lo sé, tendría que probar para llegar a saberlo", le respondí. Ambos reímos y me dio un puñetazo en el brazo, xD. Quedamos un rato en silencio. En una de esas, el Gonzalo quiebra el silencio. "Por qué te poni tan nervioso cuando estai cerca de weones?". Esa pregunta me desarma, no sabía que responder a eso. "No sé, quizá miedo a estar con weones medios flaites" le dije riéndome. "Weón, si tuvieras miedo, no pasarías mirándoles los paquetes a los weones", me espetó en la cara. Este weón me saco el rollo y me dejo asustado. "Qué onda perrin, por qué tan asustao?", me comentó. "Por qué te poni tan weón cuando estoy cerca de ti?". Dentro de mi pensé: "este weón me va a sacar la cresta. Hizo todo esto para ponerme a prueba". Lo mire fijo a la cara. Mi cuerpo delataba el nerviosismo, miedo y calentura que estaba sintiendo. "Tranquilo flaquito, no te voy hacer na", se levantó y se fue al baño riendo. El Gonzalo me golpeo completamente con todo lo que me dijo. Yo estaba tan caliente, pero tan asustado que decidí agarrar mis cosas e irme a mi casa (total, la calentura me la podía quitar con una buena paja). En eso, el Gonzalo me pilla todo desprevenido. Estaba solo con shorts y dejaba a la vista su hermoso cuerpo de macho que me quitaba la respiración, ver su torso velludo me ponía enfermo. "Qué onda flaquito, ya te vai?", me dice. "Si cumpa, debo ir a estudiar", le digo. En ese instante, se acerca a mí con ese caminar flaite que tiene y yo retrocedo a la puerta para salir. "Oye perrin, antes que te vayai, me podi ayudar?". No sabía qué hacer, pero mi yo involuntario le dijo: "si". "Quiero que me sobi la pichula y que me la mami", me dice. "Weón, como me deci esa wea. Crei  acaso que soy f…". No alcanzo a terminar la frase cuando me interrumpe y dice: "fleto". Me dejo paralizado. Ya lo sabe. "Te vengo sacando el rollo desde el día que te vi en el gimnasio actuando como weón mientras mirabai tulas como maraco". Lleno de temor, sentí que le vomitaría la chorrillana en la tula. "Sabi weón, aprovecha que ando caliente. Hace rato no me la maman, y no estoy ni ahí si eri hombre. Chúpalo weón, me teni enterito", me dijo el muy ofrecido hijo de perra. Dude en un momento, pero el dio el empujoncito que me haría caer a sus pies. En ese momento se baja el short y deja a la vista su pene de 18 cm, velludo y con esos cocos que colgaban en todo su esplendor. El maldito se la sobaba, lo restregaba y se masturbaba con su pre- semen. Movía su pelvis y su pichula bailaba para mí, todo  para calentarme. No me pude contener, me hinque y empecé mi incursión. Primero toque su abdomen duro y con esa capa de vellos que me volvía loco. Luego me fui a sus muslos para inspeccionarlos, tocando con mis manos temblorosas y recorriéndolo con besos. Después llegue hasta sus cocos velludos para palparlos y por último, a su pene, que en ese momento era mío. Jugué con su glande, con el cuerpo de su miembro y me hice de la erección del Gonzalo. Me lo lleve a la boca todo goloso. Selle mis labios en torno a su erección y comencé a darle placer con mi boca. Pensé en ese momento en el oral que le hizo su ex. "Esta es mi oportunidad, no la puedo perder. Hare que me recuerde" me decía dentro de mí. "Ooohh mierda, Ooohh flaquito, como es que podi hacer esta wea tan rica", me decía, a la vez que me acariciaba. Yo estaba en la gloria pero luego de un rato, mi mandíbula empezaba a cansarse, por lo que aumente el ritmo de las mamadas y aplique la técnica de llevar el glande de su pene hasta la pared posterior de mi garganta para tensarla en contra de su pichula, así se iría cortado más rápido. Unas mamadas más y el Gonzalo me advertía que se iría cortado, por lo que deje de mamársela y comencé a trabajar con mi mano. "No te daré el gusto de acabar en mi boca. Eso no lo hago", le dije mientras lo pajeaba de forma salvaje para que de una vez por todas acabara. Me gusta ver cuando un hombre acaba, la cantidad de leche que lanza y la consistencia de esta. En ese momento, este weón me da el medio espectáculo. "Ooohh weón, Ooohh flaquito culiao", me decía a la vez que lanzaba unos chorros potentes de leche espesa en el suelo. Jamás había vista tal cantidad de leche saliendo de un miembro. Yo estaba todo caliente. El espectáculo que me dio el Gonzalo y la oportunidad que tuve, me dejaron extasiados. "Flaquito, sabía que no me ibai a dejar tirao", me decía mientras me levantaba del suelo y me miraba. En ese momento este weón iba acercándose más a mí. Se lo que se proponía. Iba a generar contacto entre su boca y la mía. Fue en ese momento, antes de besarnos, que tocan la puerta de su casa. Mierda, ese puto acontecimiento interrumpió mi beso con este macho. El atino a limpiar la megacorrida que se pegó mientras yo me fui disparado al baño a limpiarme.

Al salir del baño me encontré con la sorpresiva presencia de mi hermano. "Y tu weón, que haci acá", me espetaba. "Pa la otra que salgai, avisa que todavía no vai a llegar a la casa. Sabi como se pone mi viejo cuando no avisai", me decía mi hermano. El weón del Gonzalo se reía de la situación. "Cachai que desde que le dieron las crisis a este weón por culpa de la U, mi papá lo webea caleta", le decía el weón de mi hermano a mi machito. "Tranqui perro, si el loquito estaba conmigo. Acuérdate que voh te corriste con la pichanga y me faltaba un weón, y por eso lo invite", le decía para defenderme (oohhh, imagínense como estaba yo por dentro). "Oye weón, vamos a dejar al Títan a la casa y nos vamos al carrete" le decía mi hermano al Gonzalo. Lamentablemente quede todo caliente y no pude correrme con su pichula. Me di cuenta que estuve toda la tarde con el Gonzalo y que cuando mi hermano llegó era tarde. Ya en el auto de mi hermano, le comenta que mis papás harían un asado al día siguiente y que fuera a la casa. Yo quede helado. Volvería a verlo (como no, si con mi hermano son buenos amigos). Ya en mi casa, mi hermano y el Gonzalo se despidieron de mí. "Chao cumpa. Gracias por todo", le dije a mi machito. "Chao perrin, cuídate. Y vale por apañar en la pichanga", me dijo, mientras me sonreía y yo me quemaba por dentro. "Maldito weón rico", me decía dentro de mí.

Ya en mi habitación, lo único que atiné en hacer fue correrme la senda paja para liberarme de toda la calentura que llevaba. Estaba tan caliente que me fui cortado al toque. Después de eso, reflexioné en lo que había ocurrido y como seria todo ahora con el Gonzalo, pues lo seguiría viendo en el gimnasio y en mi casa. Pensé en lo bueno que fue ir al gimnasio, encontrarme con él, hacernos prácticamente amigos y en todo eso que pasó entre nosotros. Pero algo me inquietaba: no quería perderlo como amigo y esta calentura iba a destruir nuestra floreciente amistad. "Mañana volveré a verlo?", me decía mientras estaba tumbado en mi cama.


23 comentarios:

  1. ahahah estuvo bueno xD igual estudio TM , se asume que no hay vida con nada ! XDD

    ResponderBorrar
  2. Buenisimo el relato cabro, te felicito.. Siempre he querido inscribirme en un gimnasio, más que nada para ir a mirar washos, porque la actividad física y el deporte jajaja no son lo mio. He estado a punto de ir a uno que me queda cerca, pero se me pasan las ganas al sospechar que no sería el único gay en el gym. Ahora a todos las primas les dio por ir a ejercitarse.

    Mentiraaa, van a puro mirar pichula los calientes culiaos jajajaja

    ResponderBorrar
  3. Muy buen relato, me encantó, bien escrito y me gustó el uso de la cursiva y la larga contextualizacion jejeje de copuchento nomas, ya que -ironicamente- me salto la parte del sexo, gracias por tu relato y sigue con tu historia

    ResponderBorrar
  4. ME ENCANTOOOOOO!!!!!!! Excelente vocabulario, buena redacción, todo un agrado leer tu historia :) Además debo confesar que me sentí bastante identificado con tu relato: casi la misma edad, gay de closet y el nerviosismo al interactuar con algún hombre que me calienta. Siempre he soñado que me pase algo así, por lo que siento una envidia infinita hacia ti (de la buena en todo caso xd) Solo espero que continúes con esta historia, espero segunda parte!!!

    ResponderBorrar
  5. Yo estudio enfermería y en la salud no tienes tiempo ni de respirar ! Auakajjajaja y ahora sigue con tu relato que esta buenísimo saludos !

    ResponderBorrar
  6. me pongo de pie wn, este relato fue un manjarsh

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. no te pongai de pie, quedate en 4 nomas wn, la wea de relato tiene menos brillo que la mierda seca

      Borrar
    2. bueno pero a mi me gusta la caca po, sobre todo cuando la saco con el pico, saludos ANÓNIMO :)

      Borrar
  7. Sublime Cristian! Saludos de parte de un wn de closet de 22 y flaco también jajajaja

    ResponderBorrar
  8. Que buen relato wn, sigue con la continuación! Me sentí identificado, con lo flaco jaajaja

    ResponderBorrar
  9. buen relato, pero es raro que vayan al gimnasio para comer como chanchos después xD

    ResponderBorrar
  10. excelente!! también me sentí identificado con lo de fleto de closet flaco y falto de gym.

    ResponderBorrar
  11. "Sentí que le vomitaría la chorrillana en la tula" hueón me cagué de la risa como media hora con esa weá! jajajaja

    Buenisimo !! +1

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Yo estaba re concentrado leyendo y leí esa hueá me cagué de la risa XD asjkdhasjkdh pero buena historia, la redacción perfect! pero una foto del instructor y de "machito" no estaría nada de mal XD ajjajasjdas

      Borrar
  12. Muy bueno el relato, nada que decir amigo xD (Y)

    ResponderBorrar
  13. la wea penca niun brillo, ademas ediondo a fake las cago la wea fictisia jajaj no te comprooooo ademas los culiao la encuentran buena como seran de idiotas y analfabetos los weones que la encuentran buena ajajaj me rio de los culiaos ordinarios y pasaos a caca

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. jajajja si realmente supieras lo que significa ser "analfabeto" dudo mucho que hubieras ocupado ese termino. Pa' la otra argumente las cosas señor anónimo.

      Borrar
  14. Hola, soy Cristian, quien redactó este relato. Me sorprenden los comentarios (tanto los buenos, como los malos con falta de ortografía, xD). Debo decir que para ser mi primera vez, estoy contento por la aceptación del relato de mi experiencia. Debo reconocer que me calentó tanto verlo escrito en el Blogg, en conjunto con los comentarios, que casi me corro la paja, xD.
    Quiero agradecer todos los comentarios buena onda hacia mi relato. La verdad es que me sorprenden, halagan y me hacen subir hacia el Olimpo, xD. Gracias por la buena onda! En serio.
    En cuanto a los malos comentarios, no a todos les puedo dar el gusto. Hay gente más caliente que otra y que gusta de otro tipo de weas.
    Gracias a sus comentarios pude escribir la segunda parte de mi historia.
    Bueno, saludos a todos los calientes de mierda llenos de cayos en las manos de este Blogg! Hasta una próxima!

    ResponderBorrar