sábado, 20 de febrero de 2016

Penquista

Hace unos meses envié un relato que tuvo muy malos comentarios. No tuve el tino de ponerle erotismo que es lo que a todos nos gusta y nos pone en onda.
Empecé relatándoles como me había culiado a los doce años el Beto, un vecino cercano que tenía como 25. Le había visto y manoseado su pene en varias oportunidades y aunque lo había tenido en mi boca no recuerdo habérselo chupado como se debe. Una vez me acuerdo que me hizo pajearlo y cuando acabó arrojó una gran cantidad de moco en un muro de ladrillo rojo y le quedo en el glande un poco y me dijo, chúpalo. Tenis que irte acostumbrando porque uno de estos días te voy a culiar rico. Siempre me acosaba y yo que no entendía mucho de estas cosas le complacía haciendo lo que me pedía cuando se daba una oportunidad.
Lo dejaba que lo intentara pero cuando me empezaba a doler me ponía a gritar y él me soltaba. Generalmente me ponía boca abajo y se montaba sobre mí y me lo colocaba bien ensalivado y me punteaba suave y a mí me gustaba. Es verdad que le había pedido que me descargara adentro. El moco que había dejado pegado en el muro, era espeso y blanco como la leche. Resaltaba con el color del muro y era una gran cantidad. Nunca había visto a un adulto lanzar su esperma de esa manera.
Pero llego el día que los dos queríamos. Me acuerdo que habíamos estado en la playa y se había hecho un poco tarde. Cerca de nosotros había una pareja de pololos y el Beto me dijo que esperáramos para zapearlos. El tipo era bien alto y la joven baja y delgada. Cuando se levantaron para irse nos desilusionamos un poco, pero el Beto me dijo que estuviéramos tranquilos y que teníamos que seguirlos hacia donde iban. Recuerdo que me dijo ¡la chica está más caliente que empanada de queso y se los va bajar!, tiene como trece y el huevón por lo menos unos veinticinco.
Recuerdo que entraron al bosque por donde nosotros nos íbamos a la población y el empezó a tirarla de la mano, el Beto me dijo, viste, se la va a culiar, te apuesto que esta cartucha, sigámoslo si no se nos van a perder.
Los seguimos a cierta distancia hasta que se detuvieron y luego se tendieron en el pasto que ahí había. Cuando nos acercamos y estuvimos más o menos a cinco metros nos dimos cuenta que él le había quitado los calzones y le había levantado el vestido sobre la cintura. La tenia tendida en el pasto lista para empezar a culiar.
Se notaba que los dos estaban apurados porque el tipo se le subió y se metió entre sus piernas y la chica las levantó para que el loco se lo pusiera sin ninguna dificultad. Seguidamente se tiró los pantalones bien abajo quedando con su culo bien levantado, le acomodó el glande y se lo metió entero y se la empezó a culiar en forma enardecida y furiosa hasta que acabó. Desde atrás donde estábamos nosotros vimos cuando se lo metió y cuando le entraba y le salía bien rápido. No le vimos la cara a la chiquilla si hizo algún gesto de dolor, pero se quejó y a cada rato le decía que no quería mas, que le ardía. Pero después de unos minuto el tipo se quedó quieto con el pico hasta adentro y el Beto me dijo, ¡está acabando! Mira como aprieta el culo, cada vez que lo aprieta le lanza un chorro.

El Beto que sabía de estas cosas me dijo que esperáramos porque se la iba a seguir culiando, el huevón tiene para rato, vamos a tener que irnos luego porque se está oscureciendo y por el bosque no se puede andar de noche. Va a descansar un rato y cuando empiece no vamos a ver nada así que mejor nos vamos.
Nos levantamos y partimos y mientras caminábamos me hizo tomarlo de la cintura mientras el metió su mano por detrás de mi pantalón y me metió uno de sus dedos justo en el chico, sentí que entró y no me dolió, al contrario lo que habíamos visto me dejó listo para entregarme si me lo pedía, así que faltando poco para salir del bosque y entrar en la población se detuvo y me dijo aquí no hay problema para salir del bosque y nadie nos va a ver, siéntate aquí. Lo hice y el de inmediato me volteó boca abajo y enseguida sentí su pico húmedo en la entrada de mi chico y cuando me lo metió créanme que quede en blanco, se me borró la película hasta que recuerdo haber entrado en la población y por efecto de la luz los ojos me ardían pero luego me di cuenta que había llorado y que me dolía el chico cuando caminaba. Lo que viene para adelante tampoco lo recuerdo solo cuando el Beto días después me invitó al bosque y yo me negué.
Así fue la historia completa que es real y que a medida que lo recuerdo siempre me fastidia porque aunque me dolió me habría gustado recordarlo bien, con todos sus detalles, desde que empezó hasta que me soltó como a la una de la mañana, es decir, más o menos pasaron como 3 horas que perdí el conocimiento.
Más adelante les voy a contar cuando me culió el viejo que conocí en los baños Franklin.

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