domingo, 29 de mayo de 2016

El Chino (parte 3)

Tiramos la frazada lejos, nos pusimos los pantalones lo más rápido que pudimos, el Chino chocaba torpe contra las mesas, no encontraba las zapatillas, abajo gritaban que había que irse, los pacos estaban entrando al colegio, iban a cortar las cadenas, iban a echar la reja abajo, eran casi las 5 de la mañana, habían esperado a que estuviéramos durmiendo, salimos de la sala y corrimos por el pasillo, yo iba a bajar la escalera pero el Chino me dijo que no, que el sabia donde nos podíamos esconder, no nos iban a pillar nicagando.

Entramos a una sala chica de no sé qué curso, cerramos por dentro con pestillo, no había que hacerlo tan sospechoso, cachamos que los pacos ya habían entrado, se escuchaban más gritos afuera, ¡suéltame paco culiao, perro culiao!, una mina ladraba fuerte, quería ir y pegarles con una mesa en la cara a todos los culiaos, pero el Chino me decía que había que esconderse arriba, la sala tenía una ventana que daba justo a una parte de la muralla donde podíamos subir al techo del colegio, este weon se las sabia por libro, tenía grabado en la cabeza cada uno de los laberintos por donde se podía arrancar, me saque el loto, pusimos el pie firme en el ladrillo y llegamos al techo, había una parte plana donde podíamos sentarnos, las latas sonaban, nos pusimos de guata y mirábamos al patio, se veía la calle también, éramos espectadores preferenciales del desalojo, afuera habían dos carros, una patrulla y como 10 pacos, tanto color pa un puro colegio, el Chino quería gritarles algo, se aguantaba, se mordía el labio, vimos que se llevaron como a cinco locos detenidos, los otros se habrán arrancado por la parte de atrás, o estarán escondidos igual que nosotros, lo único que sabíamos es que teníamos que quedarnos ahí, callados, piolitas, si nos pillaban nos íbamos a ir juntos al calabozo otra vez, estaba lloviznando, me acuerdo tan bien, esa llovizna molestosa que te moja la nariz, las pestañas, y faltaban horas pa que amaneciera, el Chino me abrazo, shhh, shhh, callaito Camilo, no metai ruido que las latas suenan caleta, ahí me escondi entre su cuello, me imaginaba que el Broly o alguno de sus amigos nos pillaba en esa escena, me iban a sacar la chucha por maricon, pero tenía un olor tan rico, a cigarro perfumado, a talco, no sé, nos quedamos abrazados harto rato, los pacos seguían en la entrada, los carros se fueron, llegaron más patrullas, unos autos particulares, queríamos que se fueran luego pa bajar del techo y poder irnos a la casa, conversábamos bajito, sabíamos que iban a revisar todas las salas pa ver si había alguien escondido, estuvimos hasta las 12, hasta las 12 del día en el techo, iba a empezar a llover, las patrullas se habían ido hace harto rato pero nos habíamos quedado medio dormidos, cuando nos dimos cuenta que los autos particulares se iban bajamos altiro, nos metimos callados de vuelta en la sala, cruzamos el pasillo y saltamos la reja sin mirar pa niun lado, corrimos, corrimos los pasajes, habían pacos cerca, por la parte de atrás del colegio habían unas patrullas, seguramente se iban a quedar haciendo ronda pa que no volviéramos a tomarnos el colegio, llegamos a la plazita donde siempre nos poníamos a fumar, la volaita Camilo, la volaita, me decía a cada rato, estábamos cansados y cagados de frio, le dije que si quería podía ir a dormir a mi casa, mi vieja llegaba siempre en la tarde, que se podía bañar, le prestaba algo de ropa y podíamos comer algo, partimos Los Morros abajo, casi llegando al Mariscal, mi casa tenía el desorden de siempre, apenas llegamos se metió al baño, ni si quiera me pidió ropa, yo me cambie la polera y los pantalones que estaban húmedos, me hice un pan y me tire en el sillón, se demoró un rato, prendí la tele y me quede pegado, más de 20 colegios habían sido desalojados en todo el país, los alcaldes de Ñuñoa y Santiago Centro lideraban la misión, se paró al lado mío, con la toalla en la cintura, no tenía la cadena de plata pero el pecho moreno que tanto me adornaba los sueños estaba al frente mío, se tiro encima, animal enjaulao, nos comimos, ni permiso me pidió, el Chino se quedaba callado, esa vez, como muchas otras, no decía nada, ni cuando me mordía las orejas, ni cuando me metía los dedos, ni cuando terminábamos, se quedaba callado, supongo que intentaba hacer como que nunca había pasado, y yo sabía que no lo iba a dejar irse tan rápido, no lo iba a dejar que se me arrancara, me gustaba, me calentaba, me sentía seguro cuando estaba con él, pero como todo chiquillo fleto ilusionado sabía bien que nicagando me iba a presentar como su andante, ni me iba a dedicar canciones, ni me iba a regalar un peluche pal día del amor, la rutina era que yo lo sacaba del apuro, él se entretenía hablándome de tonteras, nos fumábamos el pito en cualquier plaza, quizás lo podía ayudar con las materias, si quería hacer la cimarra lo podía acompañar, si yo quería ir a una marcha también lo iba a invitar, pero nada más, nada más, pasar la calentura y después sentarse derechitos en la sala de clases.

Esta demás decir que esa tarde la pasó bien, se fue como a las 6 antes que llegara mi mamá, me quede mirando la ventana sin pestañear como dos horas, no volví a saber del hasta que volvimos a clases, estas weas son puras tristes coincidencias, cuantas historias iguales no hay por todo Chile, cuantas veces un hombrecito curao no se ha culiado a un maricon, me daba rabia pensarlo, la fantasía de todos, cuantas veces no me pajie con las fotos de weones como el, y ahora que me tocaba me sentía el escolar más triste del país, el clima no ayudaba, la lluvia, la ventana todo el día empañada, el colegio que ya no endulzaba alegre rebeldía, había vuelto a ser la misma comisaria, el mismo retén de siempre, con sus horarios normados, los uniformes cochinos, la basta, el libro que tenía tanta anotación, lo pillamos fumando marihuana en el baño, alumno conversa demasiado no permite hacer la clase, alumno que llega atrasado, alumno que se fuga del establecimiento, que rabia, que rabia sentirle el olor del perfume atrás de la sala, que rabia de mierda verle el bigote al director que nos había echado a lumazos del colegio y se llenaban la boca en el año que su única razón de ser era el futuro de Chile, los niños, las niñas, el futuro de Chile,¡ el presente viejo de mierda, el presente viejo culiao!, viejo culiao, viejo culiao, quería pararme en todas las clases y apuñalar en la guata a todos los profes, a todos los inspectores, quería salir arrancando, agarrar al Chino del brazo, obligarlo a que me diera un beso al frente de todos sus amigos, de todos los matones culiaos, de todos los flaites culiaos que tanto se reían de los mariconcitos pero andaban todo el día agarrándose el culo, refregándose las tulas entre ellos, punteándose, tocándose los pezones, ¿me han visto a mi alguna vez, maricon asumido, tocándole el culo a otro compañero?, pero no, ellos seguían siendo los reyes de la selva, y yo el weco del segundo B.

Con el odio a flor de piel empecé a faltar al colegio, no iba, me quedaba en la casa, sabía que me iban a echar de todas maneras, ese iba a ser mi último año ahí, se asomaba Septiembre, estaba a punto de repetir por inasistencia y por notas, muchos iban a perder el año luchando, y yo ahí tirado en mi cama viento la ventana, pensando en el Chino, no podía perder el año por pena de amor, por rabia, deje de faltar, me aleje del cada vez más, lo saludaba, de repente me metía conversa, pero ya no habían porros en la plaza, ni marchas, ni dedos en el culo, ya no había nada, en ese tiempo empecé a salir con algunos locos, quería sacarme al Chino de la espalda, de todos lados, pero no resulto, al final terminaba volviendo al mismo ciclo, llegar del colegio, meterme a su feisbuk, ver las fotos que no cambiaba nunca, desabrocharme el cinturón, bajarme el cierre del pantalón gris de colegio, pajearme cambiando las fotos de sus vacaciones, las fotos frente al espejo, fumando con el Broly, y las cambiaba, cuando terminaba de pajearme me agarraba una angustia negra, densa, como petróleo, me envenenaba entero, cerraba el computador con más rabia. Un día me hablo por feisbuk, oye Camilongo, ¿Por qué tan pesao conmigo? ¿Qué te hice?, me hice el weon, le respondí que estaba chato del colegio y que sabía que me iban a echar, que por eso andaba medio bajoneao, me dijo que nos juntáramos en 20 minutos en la plaza de siempre, era sábado, atontado tome la micro y llegue antes, se veía tan rico, con un buzo apitillado, un poleron negro, sus ojitos chicos, ese intento piñufla de barba, tres pelos en la pera, y el olor a colonia sin nombre, porque nunca he podido saber que mierda de colonia usaba, se sentó en la parte de arriba de la banca, empezamos a conversar del colegio, de los ataos que habían pasado, me dijo que él estaba pensando en irse a hacer el servicio el año que venía, cumplía los 18 en diciembre y parece que ya no podía seguir en el colegio, además adentro del servicio iba a poder terminar tercero y cuarto, después seguir estudiando, no lo tenía claro, el Chino a pesar de ser un weon desordenado, molestoso y choro con los profes, se había puesto las pilas, tenía ganas de terminar el cuarto, a mí me importaba una raja, solo quería tenerlo cerca el mayor tiempo posible, cuando lo veía se me olvidaba toda la rabia que me daba a veces, probablemente terminando ese año no lo iba a ver más, a menos que me lo encontrara cuando fuera a comprar pitos, o en la micro, pero no era lo mismo, yo lo quería amarrado al lado mío pa siempre, me invito a su casa, yo supe altiro a que íbamos, yo aceptaba ese trato, aceptaba lo que era, estaba solo, pasamos toda la tarde culiando en su pieza, puso fuerte la radio para que no escucharan los vecinos porque en su block no habían secretos, ni una intimidad, menos dos weones quejándose, se iba a enterar toda la comuna, cuando terminamos me dijo que su vieja se había ido al sur o no sé a dónde, que iba a hacer un bacile en la noche, iban a ir unos amigos, que me quedara si quería, tonto yo, tonto le acepté, acaso este weon no pensaba en que cuando llegara el primer amigo iba a preguntar altiro que hacíamos juntos los dos, que habíamos hecho toda la tarde juntos, limpiar el departamento acaso, pero el Chino parecía sin preocupación, o le importaba poco o era muy weon, iban a ser casi las nueve, me pidió que lo acompañara a comprar unos porros, cigarros y unas chelas, bajamos y fuimos a la botillería, andaba harta gente en la calle, los ladrillos rojos del block nos refugiaban un poco, me fume un cigarro como desesperado, no quería que llegaran nunca sus amigos, que no llegara nadie, que nadie nos viera comprando, esos meses tenía el revoltijo en la cabeza, en la guata, ese día no era la excepción, me sentía mareado, me sudaba la frente, los ojos me pesaban, el Chino miraba de reojo, como si no pasara nada, tenía el don de poner cara de desentendido, en la esquina nos encontramos con unos amigos, eran amigos del barrio así que no sabían de nuestra distancia en el colegio, ni de que nuestra amistad no tenía niun sentido, subimos al departamento, la música apareció de repente, se llenó en dos segundos de humo el ambiente, siguieron llegando amigos, unas minas del curso que me caían bien, hable harto rato con ellas, les dije que me había encontrado al Chino en la tarde y me había invitado, me sentía raro, mi pinta desabrida, mi poleron desteñido, prefería tomarme una chela en la plaza con mis amigos, el Chino nunca se había interesado mucho en mí, en mis gustos, en lo que me pasaba, siempre era escucharlo a él, hablar, hablar, tirar tallas, me gustaba escucharlo, no le voy a mentir a nadie, me encantaba escucharlo, pero yo parecía pasar a segundo, tercer plano, nunca le dije que me gusta el ska, que me gustaba dibujar, que estaba aprendiendo a hacer malabares, o yo habré sido muy complaciente, perkin, eso quería el chino, un putito perkin a quien culiarse y que no alegara mucho, si pensaba eso me estaba mal entendiendo, no cachaba nada, pensaba en eso mientras miraba fijo un tajo en el sillón, las locas hablaban entre ellas, la puerta se abrió brusco, era el Broly, él y dos weones más, me asuste, nunca me había mirado con buenos ojos ese reculiao, mal culiao, me saludo de mala gana como siempre, Chino no sabía que habiai invitao a tu polola, dijo el feo culiao, el Broly era grandote, andaba con una chaqueta de cuero, arrollao huaso parecía el mono culiao, que ganas de haber sido igual de grande que él y haberle pegao su buen combo en locico, atine a ponerle cara de que la broma estaba más que fome, el Chino se cago de la risa, ya que estaba ahí tenía que aprovechar de tomar, empecé a curarme, el Chino andaba pendiente de cualquier cosa menos de mí, al final termine hablando con unos locos bien buena onda, eran tela, tiraban tallas, hablamos de las marchas, ellos no cachaban mucho, les conté que habíamos estado en toma, toda la cosa, ellos no iban al colegio, no quise preguntar mucho, paso el rato, entre que fumamos, unos weones se pegaban unos saques al lado mío, las minas que ya estaban arriba de la pelota, no sé dónde cabía tanta gente en ese departamento tan chiquitito, o a mí me parecía que era harta gente, no sé, la cosa es que no costo mucho que se pusieran a bailar, yo me quede en el sillón, el Broly se sentó al lado mío, así que ahora andai de amigo con este weon del Chino, cuidaito maricon no te lo vayai a jotear mira que mi hermanito no es ná como vo wequito, ándale vio, las palabras del Broly me resonaron cual tambor, cual batucada, cual sirena de paco, se paró del sillón y se puso a bailar, no atiné a nada, me quede quieto, quería irme, quería salir corriendo, fui a la pieza del Chino, agarre mi mochila y me fui, no se dio cuenta, una de las minas del curso me vio y me dijo que me fuera con cuidao, baje la escalera más que rápido, me fui caminando echo un peo, ya no habían micros a esa hora, las que pasaban iban apagadas, tenía que caminar hasta mi casa, era harto el pique, pero prefería eso a quedarme ahí, aguantando tanta mierda, el Chino por su lado, andaba pelándose con una loca y más encima el Broly diciéndome esa weá, se terminó mierda, no hay más Chino, ni Chino ni ninguna wea, que se muera el culiao, muérete culiao, que se acabe luego el año, no toi ni ahí con verlo más, me repetía, me repetía y me intentaba convencer, que ingenuo Camilito, en el fondo sabía que el lunes en la sala lo iba a mirar con los ojitos brillantes, morenito lindo, morenito lindo iba a decir, pero a esas 5 de la mañana quería correr y llegar a la casa, a llorar, cual maricon derrotado.

Me puse a llorar caminando, no estaba ni ahí con que fuera de noche, con lo peligroso que era irme solo, no estaba ni ahí, me demore caleta en llegar a la casa, que amarga la noche, que triste Camilito, que triste te veis tirado en la cama, no había nadie a quien contarle, no le había dicho a nadie lo que pasaba con el Chino, con quien me podía desahogar, preferí quedarme dormido, el lunes al colegio, practique la mejor cara de indiferencia, bajándome de la micro estaba el sentado en el paradero, esperándome, si, estaba esperándome, ¿Por qué te fuiste sin despedirte el otro día Camilongo?, ¡porque eri un hijo de perra culiao y yo no soy perkin de niun reculiao!, me dieron ganas de gritarle eso pero me la mordí, una vez más, la lengua ya no me aguantaba más mascadas, es que taba medio aburrio no más y tenía sueño, le dije, intente seguir hacia el colegio pero el Chino me agarro del brazo, vamos pa mi casa me dijo, no weon, no quiero ir más pa tu casa le respondí, ¿Por qué estay enojao Camilo, querí que conversemos?, suspiré, respiré, inspiré, boté todo el aire, ya vamos pa tu casa y conversamos, nos fuimos caminando, ese día alumbraba un tibio solcito, no alcanzaban a ser las 8 de la mañana, me salía vapor al hablar, el Chino dejaba su olor a colonia cuando caminaba, Chino sabí que no quiero seguir weando contigo porque tengo miedo a engancharme, esa es la pura y santa verdad y no quiero tampoco que me busquís más porfa, no toy pal webeo de nadie, no quiero tampoco ser el weon con el que te sacai la calentura, el Chino se quedó mirando al solcito, soplaba como si estuviera fumando, el vapor se esparcía, se alargó un poco el silencio y la soltó, sabí que Camilo toy cagao de susto, de hace harto que me atraen los weones pero nunca me había atrevío a hacerlo con uno, vo hay sio el primero y sabi que me gustó la weaita, pero no quiero ser weco ni que me digan que soy maricon ni ninguna de esas weás, obvio que yo lo entendía, le mire los ojitos, los ojitos chiquititos que tenía miraban a cualquier lado, se disparaban pa todas partes, me dio pena, más pena que yo mismo, por eso se hacía siempre el weon, por eso nunca me hablaba nada, se estaba callando él solito, se estaba haciendo el sordo, no se quería escuchar, le puse una mano en la espalda, saque una cajetilla de cigarros y le convide uno, subimos al departamento y cerró con llave por dentro, nos sentamos, nos quedamos mirando y le di un beso, el mejor beso, el verdadero primer beso con el Chino, niuno de los que nos habíamos dado antes contaban, niuno, ¿Por qué conmigo Chino, que wea me viste a mí?, le pregunté, nada Camilo weon, fue de envolao no más, sabía que tu erai así, yo siempre me dije a mi mismo que no podía sentir weas por un loco, que eso estaba mal, pero cuando tu empezaste a hacerte amigo mío no sé qué paso, además contigo puedo hablar de todo, puedo contarte mis weas, me haciai sentir bien y ese día en la toma me lanzé porque sabía que no te ibai a negar, siempre cache como me mirabai, ese día en la marcha me di cuenta que algo te pasaba también y me lanzé no más.

No sabía qué hacer ni decir, por un lado me ponía contento, el Chino se estaba sincerando, por fin entendía mil weas, dejaba de entender otras tantas, pero por muy linda la historia nada iba a terminar bien, podíamos hacernos los amigos frente a todos, comernos las mañanas de cimarra, y después, y después qué?, cada uno en su pieza mirando la ventana, preferí dejar de preguntarme tantas cosas y entregarme, abrazarlo, decirle que adentro de esas paredes pintadas a medias nada malo nos podía pasar, así pasaron los meses, casi día por medio se iba a mi casa después del colegio, separados claro, llegaba a su casa y desde ahí tomaba la micro de vuelta a la mía, nadie iba a sospechar, yo no iba a la suya porque le daba susto que me vieran mucho sus amigos de la población y empezaran a cahuinear, en el colegio nos saludábamos, de repente almorzábamos juntos, a veces nos tocaba hacer trabajos, dejamos de faltar al colegio porque los dos estábamos a punto de repetir por inasistencia, un día mi mamá llego temprano y nos pillo, menos mal estábamos tomando once, le dije que había ido a hacer un trabajo, lo atendió como rey, empezamos a salir, nos juntábamos en la Cisterna y de ahí nos íbamos juntos pa la Bandera, al parque, nada de besos, ni andar de la mano, solo salíamos, conversábamos, me empezó a conocer, por fin podía preguntarle sin susto que opinaba del gobierno, de la educación, que quería hacer saliendo del colegio, que sentía por dentro, que cosas le daban rabia, el Chino estaba solo en el mundo, igual que yo, con amigos que solo creían conocernos, todo el día solo en la casa, pero ahora nos teníamos, a nuestra forma, pero nos teníamos, una vez fuimos al cerro Chena, subimos bien alto, se veía casi todo Santiago, eran como las 6 de la tarde, el cerro estaba un poquito menos amarillo que lo habitual, el sol se estaba anaranjado y corría un viento lento, todavía cuando me acuerdo me dan ganas de llorar, tengo la escena grabada, tan cerca, su piel brillante, el poleron negro, el olor de siempre, la cadena de plata, mis manos heladas, nadie cerca, los buses que paraban en Colón se veían a lo lejos, te amo Camilo, te quiero mucho, titubeo, se le enredo la lengua, pero lo había escuchado clarito, se le resbalo afuera de la lengua un te amo dudoso, sincero, reprimido, pal verano vamos a tomar un bus y nos vamos a ir pal sur Camilongo, bien lejos, los dos solitos.

18 comentarios:

  1. Entonces si te gusta un hetero él de cierta manera ya lo intuye?

    ResponderBorrar
  2. wn enserio no puedo creer que tanto talento se desperdicie en una pagina para calientes (me incluyo) como esta ,tu relato me hace sentir, sentir cosas que siempre he reprimido de una forma u otra, melancolía, tristeza, monotonía, encerrado y angustiado, porque es la realidad, realidad que no es de colores, de escarcha, de estrellas que brillan siempre, solo son momentos pasajeros, frustrantes y dolorosos, que aun así se anhela ,que vuelva a pasar.

    ResponderBorrar
  3. Tanto tanto espere esta parte, llego a estar emocionando de lo que leo... y esto debería estar escrito en una columna o crónica de algún diario o libro... estoy realmente emocionado....

    ResponderBorrar
  4. Con o sin tu permiso, subiré este relato a otra página

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. dale, pero mandame el link de la pagina pa verla igual.

      Borrar
  5. Esta historia es de otro nivel, y yo que había pensado que en el segundo había terminado. Puedo decir con toda la humildad que hay algunos detalles ortográficos, pero esta cosa técnica es lo de menos, por que la historia brilla con luz propia. Los personajes me han llegado al corazón, de verdad. Partí leyendo (de caliente) los relatos con flaites de esta página, pero ahora sólo busco si esta historia ha subido una continuación, y es que desde que pinché por primera vez el link de "el chino" que ya esta página no es lo mismo. he leido algunos otros textos de culiadas rápidas y mala redacción que ni siquiera me dan ganas de terminarlos. Insisto, me han quedado los lugares, los personajes, las descripciones, los recorridos, los momentos tensos y muchas cosas más muy pegadas en la mente. Quizás me siento un camilo más que sufrió tanto por un hombre heterosexual (en mi caso nunca pasó nada) pero simplemente quería decirle al autor, si es que esta leyendo esto, que estoy totalmente embelesado con su historia, la agradezco mucho y lo aplaudo de pie. (aún no leo la parte cuatro, pero no me aguanté en escribir. Esta tercera parte, llena de nostalgia y sinceridad ha sido por lejos mi favorita. Debe ser porque ya estoy inmerso de una manera "groupie" en la historia)

    ResponderBorrar
  6. ����
    Me vay a hacer llorar wn
    Jajajaja
    Tipico flaute reprimio
    Prnsa,do en el q diran
    Pero leere la otra parte
    Jajajaja
    J
    O
    H
    A
    N

    ResponderBorrar
  7. Genial... Tuve (o tengo) una historia parecida. En cuanto a la confusión, los sentimientos y el actuar del flaite es casi igual. Ellos aman sin darse cuenta, y les aterra el reconocer el sentimiento a otro hombre. Pero cuando te dicen el primer "te amo" están cagaos....
    En fin gracias por compartir tu historia y poder de alguna forma aliviar parte de las confusiones que a veces nos dejan esos irresistibles flaites.
    Un abrazo!!
    Julián

    ResponderBorrar
  8. Soy el unico que se emociono hasta las lagrimas con el final del relato? Hueon, no conozco santiago y me imagino clarito cada detalle, cada escenario. Cuando lei la parte del cerro lo encontre de una ternurita y un amor tan sincero, tan real que se me llenaron los ojitos. Definitivamente un talentazo, loco. Mil felicitaciones para ti. Esta historia deberias hacerla un libro y le iria la zorra

    ResponderBorrar
  9. Gracias, compadre.....Le has puesto un nivel a esta pagina que es fascinante, gracias por compartir con todos nosotros tu mundo interior, con tanto realismo y tanta hermosura, con los elementos que todos vivimos de diferentes maneras....Es cierto, nos atrae la calentura de esta pagina, pero nuestra vida está llena de muchos otros ingredientes a los que nuestra calentura tambien le da un toque especial, un encanto que sutilmente lo vivimos, y es lo que se refleja en tu escrito.....Gracias compadre.

    ResponderBorrar
  10. De verdad que cada relato es algo especial, y con este último, me emocioné de verdad, busque algo caliente xD y encontré algo emocional, gran talento el que escribe, gran experiencia, algo con lo que muchos sueñan. Felicidades

    ResponderBorrar
  11. Yo creo que este es el mejor relator del mundo me facino!!!!

    ResponderBorrar
  12. No quiero llegar al final poque pienso que va a terminar mal ;(

    ResponderBorrar