La película nazi en la clase de Historia

Esta es mi primera vez escribiendo algo así, pero lo hago porque siempre leo los relatos y me gustan mucho y la verdad es que necesito desahogarme y no sé, espero que escribiendo lo que me pasó lo consiga. No sé muy bien cómo empezar así que lo haré desde el principio… Me llamo Ignacio y voy en primero medio en un colegio Salesiano de Santiago, que para los que no saben es un colegio de curas y solo para hombres. Mis papás me pusieron acá porque un primo estudiaba acá, pero él estaba en la tarde y yo en la mañana y después se fue de Santiago y la cosa es que nunca nos topamos.

Sé que suena egocéntrico viniendo de mí, pero soy de los más ricos del curso (somos 40), alto, flaco y marcado, con margaritas y todos mis dientes derechitos sin nunca haber usado frenillos, pelo ondulado y ojos pardos, me va bien en clases sin estudiar mucho, participo en el taller de periodismo escolar y en el de futbol y, aunque soy de clase media, tengo más plata que mis compañeros, por lo que todos en el colegio creen que soy cuico y se juntan conmigo aunque sea afeminado y a mis espaldas me digan “fleto”, “hueco”, “maraco”, etc. No tengo grandes amigos, de hecho, me junto con los más ñoños del curso y jugamos rol, pokémon y y vemos ánime y otras cosas y, es una relación de amistad bien rara porque la mayoría de los papás del curso no dejan que sus hijos se junten conmigo para que “no se les pegue lo gay”, incluso han llamado a mi casa para exigirle a mis papás que me cambien de colegio y aunque no me lo demuestran, yo sé que en el fondo les duele mucho y preferirían que fuera hetero o al menos más masculino.

En fin, la cosa es que desde el año pasado, cuando descubrí que prácticamente todos mis compañeros eran buena onda conmigo solo por interés, dejé de tratar de ganármelos y empecé a tratarlos de la misma manera. Me avergüenza reconocerlo aun anónimamente, pero espero que antes de juzgarme se pongan en mi lugar.

El viernes pasado (13 de mayo), en Historia, el profe nos hizo bajar a unas salas subterráneas sin ventanas y más frías que la chucha, donde están los datas (proyectores), para ver una película de nazis. Me senté atrás en esas sillas que tienen una bandeja pegada como silla y mesa todo en uno, al lado derecho de un compañero punky-flaitecito llamado Felipe, pero que le decimos “Tata” porque tiene un par de canas. Él es alto, pero más bajo que yo, aunque no sé cuánto medimos exactamente :S , usa un mohicano pero no se para las puntas para el colegio, solo en jeans day. Los viernes tenemos Educación Física la última hora así que muchos andaban con buzo ese día, incluyendo al Tatita, cuyo buzo obviamente está super ajustado, realzando todos sus músculos, cachetes, paquete, etc.

Traté de ver la película un rato, pero tener al Tata al lado era mucho más interesante así que le toqué la rodilla derecha con mi mano, confiado en que no se iba a poner a gritar, ya que el profe de Historia le tiene mala, tiene el ramo en rojo y quedan solo 3 notas para cerrar el semestre. Tuve razón y, en cambio, me miró sorprendido y me dijo “qué querí cochinón?” y yo le dije “tengo frío y quería ver si los que vienen con buzo están más calentitos que los que venimos con uniforme y tenía razón” y me dijo “ya, saca la mano compita” y yo la saqué de su muslo y la metí en mi bolsillo para calentarla y encontré un billete de diez lucas que no me acordé que llevaba y que era para comprarme un libro que tenemos que leer para este viernes.

Saqué el billete para que él lo viera y lo guardé diciendo “obligado a comprarme un café en el recreo, ya que los ‘compitas’ son de cartón” y me dijo “el culiao cuico, por 10 lucas dejo que me toquis las piernas” y yo dije “media wea, no te pagaría 10, pero luca si” y contestó “ya po, toque y en el recreo me pagai, pero piola si po pa que no webeen” y dicho y hecho, le volví a tocar el muslo con mi mano izquierda y le hice cariño un rato, después empecé a subir y a tocarle el paquete por arriba del buzo y él se estremeció entero, pero no se quejó, dijo “ningún loco me había tocado la tula antes pero ahora son 2 lucas” y cuando terminó de decirlo, le metí la mano adentro del buzo y del calzoncillo y le dije “que sean 3 y te comprai un churrasco especial en el casino”. Yo estaba en la gloria, estaba nervioso porque tenía a 38 compañeros y a un profesor sentados adelante, pero él estaba más nervioso así que no podía demostrarle inseguridad porque se podía arrepentir y yo no quería soltar esa tulita calentita.

Todavía recuerdo esos pelitos y esos coquitos gorditos, ese pene que empezaba a erectarse pesé a que lo masturbaba con la mano izquierda siendo diestro y con los dedos muy helados. No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero eyaculó toda mi mano y su slip y me pidió que tuviera cuidado con mancharle el pantalón, me llevé la mano a la boca y me chupé todo el semén, nunca había probado el semén y me gustó. Cuando me estaba chupando la mano, me miró y me dijo “el culiao cuático” y unos compañeros de adelante empezaron a gritar “oooooooh!” por el garabato y el profe dijo: “Así era Hitler, tal cual” y nosotros nos cagamos de la risa de puros nervios, ése momento fue muy lindo. Creo que nadie más lo ha masturbado, se lo voy a preguntar aunque sé que me dirá que si lo habían masturbado antes, así es él.

El profe no nos dejó salir a recreo hasta que terminó la película y cuando subimos ya no quedaba nadie en recreo, tuvimos que ir a la sala con el profe de Ed. Física y ahí le explicamos que perdimos el recreo y le pedimos que nos diera unos minutos, él accedió a darnos 20 minutos que se transformaron en 30, donde el Felipe y yo saldamos cuentas, le di 5 lucas al final aunque no se comió un churrasco porque prefirió quedarse con la plata. Después fuimos a la cancha, él directo y yo me cambié primero, en la clase jugamos básquet y él se sacó la polera a pesar del frío, creo que lo hizo para que yo lo viera porque hacía mucho frío y se le pusó toda la piel de gallina incluyendo sus tetillas, una de las cuales tiene un piercing muy sexy aunque no sé si es la izq o la der. Después, cuando nos íbamos, él se me acercó y me dijo “Por fa Nachito no le digai a nadie, ¿cómo sabí si en una de esas se repite?”, pero lo que no supimos hasta este lunes fue que cuando él me dijo eso, unos compañeros escucharon, pero eso es parte de otra historia.