sábado, 14 de mayo de 2016

El Chino (parte uno)

Rebotaban los balazos en los postes, se escuchaban las explosiones de los desodorantes tirados en el montón de neumáticos y sillones viejos que se quemaban al medio de la calle, yo tenía unas ganas grandes de bajar la escalera, agarrar un camote y tirarlo fuerte, que rebotara en la cara de algún paco o en la puerta de la zapatilla, pero estábamos ahí, abrazados en la parte de abajo del camarote, escuchando de lejos el espectáculo de esa noche del 29 de Marzo, abrazados, esperando el fin del mundo, quería yo despertar en la mañana y que todo fuera diferente, diferente o igual a antes de conocerlo. Con el Chino nos conocimos cuando entré a primero medio, en uno de los tantos colegios de San Bernardo por los que pasé, el Chino me miraba de reojo con risa molestosa, yo siempre fui medio callado, no acostumbraba a jugar a la pelota, andaba metido en otras cosas, tenía pocos amigos, el Chino no era uno de ellos, al principio habremos hablado un par de veces por cosas estrictamente necesarias, que la completada, que la disertación, nunca un cigarro a la salida ni irnos juntos en la micro, hasta mediados de segundo la cosa iba igual, el jugando a la pelota, arrancándose por la reja principal o por la muralla del fondo, yo mirándolo de la ventana sin ponerle atención, yo andaba pendiente de otras cosas. Me levante sin ganas de ir al colegio esa mañana, mi mamá a veces se iba antes y no tenía como darse cuenta si yo faltaba, me puse el uniforme, tome la micro, llegando al paradero del colegio me arrepentí, seguí por Los Morros más arriba, tenía dos lucas, me baje a comprar unos porros, camine por los laberintos apretados entremedio de unos block y doblando en una esquina me lo encontré de frente, estaba con el pantalón plomo del colegio, una polera negra, su cadena de plata colgando al cuello, el pelo rebajado a los lados y medio parado arriba, me quedo mirando fijo y me saludo, wena Camilo ¿Qué andai haciendo por aquí?, le conté que iba a comprar pitos unos pasajes más adentro, dijo que vivía ahí mismo, yo claro que no sabía si nunca habíamos conversado, se ofreció a acompañarme, sácate uno sipo Camilo culiao, me dijo riéndose, el Chino no parecía un weon pesao, no hablábamos simplemente porque no teníamos los mismos gustos, no hacíamos las mismas cosas, yo estaba metido en el centro de alumnos, iba bien seguido a las marchas que estaban empezando ese año de nuevo, queríamos tomarnos el colegio, el Chino metido en la pelota, webiando con sus amigos, joteandose a las minas de tercero, era bien bonito así que mucho no le costaba, por eso para mí era un personaje más del curso, nunca me había interesado en el de ninguna manera, aunque era inevitable mirarle el poto en educación física.
Caminamos de vuelta por el pasaje después de comprar, nos fuimos a un paradero y enrolamos el primero, le había dado paja ir al colegio, me conto que vivía con su mamá no más, tenía unos hermanos pero uno estaba preso y el otro se había ido a vivir con la señora, teníamos algo en común, en mi casa igual éramos solo yo y mi vieja, también me dijo que nunca me había hablado porque pensaba que yo era un fome culiao, como siempre me veía sentado en el patio o con esos locos medios raros con los que me juntaba, oye Camilo igual disculpa la preguntita pero ¿vo eri fleto?, yo sabía que esa pregunta la iba a tirar tarde o temprano, no se lo negué, pa que se lo iba a negar si igual estaba claro que él y sus amigos me webiaban de vez en cuando, se cago de la risa, yo sabía weon la tenía clara, me dio el discurso de que daba lo mismo que el los respetaba mientras no se metieran con él, que igual tenía amigos así pero que era tolerante si no lo pasaban a llevar, cuantas veces en mi vida habré escuchado esas mismas frases, copiar y pegar, me invito a su casa, que fuéramos a tomarnos unas chelas, eran como las 9 de la mañana pero le dije que sí, entramos al departamento y me senté frente a la tele, lo llamaron por celular, tomamos y al rato llegaron dos weones, uno era del otro segundo medio, el Nacho, le decían el Broly, ni idea porque, tenía una cara de pesao ese conchesumadre, me miro medio feo apenas entró, nos saludamos de mala gana, ¿es tu amigo este weon?, le pregunto el Broly al Chino, él le conto que me había pillado comprando porros y que yo me había sacado uno y toda la wea, pusieron música, andaban con falopa, dibujaron encima de la mesa y se pusieron a jalar, me ofrecieron pero dije que no, que además ya me tenía que ir, mentira, no tenía niuna wea que hacer pero me sentía incómodo, sabía que esos weones eran los típicos culiaos que me tenían mala en el colegio, no podía estar tranquilo, me despedí y baje la escalera rapidito, me compre un cigarro suelto y me fui a dormir toda la mañana a mi casa. 

En la semana el Chino me saludaba, me empezó a meter conversa de repente en el recreo, puras leseras, buena onda, nada importante, un día saliendo de clases iba caminando pal paradero, sentí que me tiraron la mochila de repente, tengo buenos reflejos así que me di vuelta y casi le pegué, era el, se puso a reír, te asustaste culiao, me preguntó si quería fumarme un pito, accedí de buena tela, siendo sincero no tenía ganas de hacerme amigo de este weon, hablaba puras weas que poco me importaban, de que quería puro pegarle a unos culiaos de cuarto medio que se habían picao a choro con un amigo, que taba chato del colegio, había repetido como dos años, ciertamente era mayor que yo, tenía 17 en ese tiempo, yo 15, si repetía este año se iba a ir a un dos por uno, yo lo escuchaba, te entiendo, te entiendo, era lo casi lo único que repetía, era bueno pal webeo sí, me daban risa sus tallas de repente, esa rutina se repitió varias veces, de repente me lo topaba en las mañanas a la entrada y nos poníamos a conversar antes de entrar, en la sala poco nos pescábamos porque el siempre andaba con la manada de amigos que tenía aunque ya muchos habían cachado que nos habíamos hecho algo cercanos, de su grupito había una loca que me tenía buena y con ella igual empecé a conversar más. Era Junio, habían marchas casi todos los jueves en el centro, muchos colegios estaban en toma, los guanacos y los universitarios se enfrentaban en la Alameda, nosotros en el colegio poco cachábamos, los de cuarto medio que eran dirigentes del centro de alumnos hicieron un llamado a participar de la marcha de esa semana, nadie pescó, solo los pocos que andábamos pendientes del tema, yo iba a ir igual por las mías, le dije a unos amigos que me apañaran pero no quisieron, la mañana de la marcha tome la micro hacia el centro, llevaba un limón, un pañuelo y los cuadernos en la mochila, cuando iba pasando cerca de la casa del Chino me fije que doblo en bicicleta justo en la esquina de un pasaje, toque el timbre apurado, fue una reacción instintiva, no la pensé, me bajé y apure el paso, quería pillarlo pa decirle que me apañara a la marcha, por un momento dudé, que soy weon, nicagando me va a acompañar este weon, no debe estar ni ahí, lo más seguro es que se vaya a volar por ahí con algún amigo, me arrepentí y camine pa los Morros de nuevo a tomar la micro, freno rápido, adelante mío, andaba de uniforme, ¿ya andai comprando pitos de nuevo culiao?, ándate pal colegio, me dijo webiando, no weon voy a la marcha, te cache en la bici y me baje pa decirte si me queriai apañar, le dije mirándole las manos, me dio vergüenza por un momento, ¿a la puleenta?, wena culiao, vamos po, igual nunca he ido a esas weas y tenía ganas pero los culiaos del colegio son más pencas, me puse contento, no pensé que iba a tener esa reacción, pensé que me iba a mandar a la chucha, fue a dejar la bici a la casa y volvió corriendo, nos subimos a la micro y conversamos de hartas cosas hasta llegar al centro, cuando hablaba con el Chino sentía que el tenia hartas cosas que decir pero no tenía a quien decírselas, se le notaba, se notaba que quería conversar de algo más que fueran las minas, la pelota, las peleas, aunque le costaba, no digo que haya sido fácil, costo mucho para que me dijiera como se sentía por dentro o que opinaba del mundo, por muy choro que intentara ser seguía siendo un pajarito medio desplumado, el mundo era más grande que él, todo era más grande que él, andaba medio perdido. 

Llegamos por la calle San Diego lejos de la Alameda, tuvimos que caminar varias cuadras para encontrarnos con la marcha cerca de Santa Lucia, la cosa era desde Baquedano hasta Republica, nos metimos y empezamos a caminar, estaba lleno de gente, el suelo se llenaba de papeles picados y el sonido de los tambores y las batucadas nos daban la bienvenida, cientos de carteles, pingüinos y universitarios, los pacos por los lados, ¡lo que el pueblo necesita es educación gratuita!, gritaban algunos, un viejo con megáfono hablaba del lucro, del poder de los ricos, Piñera conchetumare, ¡porque el pueblo está cansado de las leyes del estado!, el Chino estaba contento, no alcanzaba a escuchar mucho de lo que me decía por la bulla, avanzábamos aprendiéndonos los gritos, después de pasar por la Moneda los ojos nos empezaron a picar, me costaba abrirlos, a lo lejos subía el humo de una lacrimógena, prendían las sirenas, un grupo de gente empezó a correr pal otro lado de la calle, no sabíamos pa donde ir, vamo a donde está el bacile!! me dijo el Chino, corrimos más adelante, ya se habían formado las primeras barricadas, de repente escucho mi nombre, habían unas locas de tercero del colegio, nos saludamos, me preguntaron que andaba haciendo con ese weon del Chino, parece que a todos les sorprendía un poco que nos hubiésemos hecho amigos, tuvimos que correr, venia el guanaco, nos separamos de las locas y nos escondimos detrás de un kiosco, vamo a dar cara culiao! me decía el Chino, le había gustado la wea parece, saque el pañuelo y me tape la cara, nos fuimos a la barricada que estaba más cerca, el Chino empezó a sacar piedras de la calle, tenía unos camotes grandes, cuando pasaba el zorrillo por al frente le tirábamos los camotes, le dije al Chino que se tapara la cara pa que no lo grabaran las cámaras o alguna weá, se sacó la polera y se la puso de capucha, tenía un tatuaje en el pecho, Karina decía, un par de pelos que bajaban del ombligo y se perdían botón del pantalón plomo de colegio, su guata plana, una espalda ancha, la piel le brillaba con el pálido sol de ese Junio, morenito lindo, por eso no quería hacerme tan amigo de este weon, sabía que lo iba a empezar a mirar con otros ojos, ¡que se vayan los sopaipas! ¡Que se vayan los sopaipas!, ese canto me despabiló, los rusios universitarios, los barbones, los pingüinos con su chaquetita azul marino de liceo emblemático, cantaban a coro, ¡que se vayan los sopaipas!, justamente para quienes más se decía que necesitaban educación gratuita y de calidad estaban siendo marginados a gritos de la marcha, el Chino se dio vuelta y empezó a gritar ¡váyanse a la conchetumare cuicos culiaos! ¡Bastardos culiaos me los paso por el pico! ¡vengan a darle cara a los pacos jiles culiaos!, me sume a su frágil resistencia, aun que habían al lado de nosotros más de cien capuchas, se nos había ido a la mierda el poder popular, ya no le creíamos a ninguno, parece que el enemigo estaba más cerca de lo que pensábamos, parece que la marcha era solo para los estudiantes de primera categoría, no pa nosotros, los pungas del colegio de San Beka que se escondía entre blocks y calles entierradas, pasó un furgón cerca de nosotros, habían piquetes de paco en las esquina, de repente todos corrieron hacia el bandejon, quedamos entremedio, arriba del furgón los dos, nos agarraron de los brazos y nos tiraron, habían como 5 locos más adentro, subimos gritando y tirando patadas al aire, nos cagamos de la risa al mirarnos, nos llevaron detenidos a la 48 comisaria de menores, nos revisaron las pertenecías, el Chino seguía sin polera y yo no perdía oportunidad de mirarlo, la cadena de plata al cuello que reposaba sobre su pecho, varias veces nos pidieron los datos, los números de nuestros papás para que nos fueran a buscar, pero yo y el sabíamos que eso iba a ser un atao mayor, otro loco que estaba con nosotros en el carro nos dijo que diéramos cualquier número y que si no podían contactarse nos iban a soltar a las horas después, eso hicimos, nos quedamos sentados esperando a que nos soltaran, estaba lleno de escolares, algunos nos metieron conversa, eran como las 2 de la tarde, nos soltaron como a las 6, cagados de hambre, yo todavía medio mojado por el guanaco, después de esa tarde sabía que el Chino ya no era un simple compañero de curso, salimos de la comisaria bien callados, estábamos chatos de esperar tanto rato, estábamos conscientes de la complicidad que se había generado ese día en la Alameda, tomamos la micro de vuelta pa San Beka, la gente iba de pie, volviendo de la pega, la luz de la micro parpadeaba de vez en cuando, el Chino me dijo que la había pasado bien, que yo era bacan igual, él tenía otra imagen de mí, le confesé que también pensaba puras weas de el antes, me dijo que teníamos que empezar a bacilar más juntos, esa noche me costó dormir, tenía pegada en la cabeza la imagen del Chino con la polera amarrada en la cabeza, tapándole la cara, con el camote en la mano, gritando, y su pecho, la espalda, el tatuaje. 

Llegue en la mañana al colegio, el mismo asiento de siempre, el Chino webiando al fondo, escuchando regeton en el celular a todo chancho, le conté al Kako, mi compañero de puesto y amigo de hace años que había ido con el Chino a la marcha y nos habían llevado detenidos, quedo pa la caga, no entendía como había ido con ese weon si según él era un flaite culiao aweonao que no cachaba nada, ¿y que tiene si cacha o no cacha weon? ¿ qué importa, acaso hay que ser mateo o alguna wea pa poder luchar por tus derechos?, además aun que el weon no cache una igual dio más cara que todos los universitarios culiaos que se creen intelectuales, pasaos a mierda, me dio rabia el Kako culiao, que se creía, muy importante, el weon vive en la misma comuna, en la misma población, vamos en el mismo colegio y se cree mejor que el Chino porque en vez de regeton escucha rock y esas weás en inglés, admito que pensaba igual que el antes pero el Chino me había hecho cambiar de parecer, tome mis weas y me fui a sentar al fondo cerca del Chino, este weon cacho que algo me pasaba y me fue a conversar, no le conté nada, me dio vergüenza, además el Chino era capaz de sacarle la conchetumare al Kako ahí mismo por haberle dicho flaite culiao y haberlo tratado de aweonao, le dije que el Kako se ponía weon no más de repente, paso el día, los dos recreos, el almuerzo, las clases de historia, un profe dijo que el director tenia avisados a los pacos por si se tomaban el colegio pa que desalojaran altoque, intentando meternos miedo quizás, daba lo mismo en todo caso porque así como iban las cosas nadie iba a apañar si nos tomábamos el colegio, salimos de clases, camine al paradero como todos los días, el Chino venia atrás, me invito un pito, ya era rutinario, nos fuimos a sentar a la plaza y lo prendimos, le pregunte que significaba el nombre tatuado en su pecho, se quedó callado un rato, había tocado terreno pantanoso, campo minado, era por una hermana que había muerto hace unos años de cáncer, no quise tocar más el tema, el me pregunto si el Kako y yo teníamos algo, como siempre nos juntábamos y además peliabamos como ese mismo día, me cague de la risa, el Kako es weon súper homofóbico, no sé ni porque éramos amigos, cuando le conté que yo era gay quedo pa la caga, aunque ahora no toca el tema, evita ciertas cosas, el Chino me dijo que no me juntara con esos weones, él le tenía mala a todos esos culiaos porque sabía que lo miraban en menos, incluso pensaba que yo antes hacía lo mismo, le dije la verdad, la verdad es que si, un poco, pensaba que erai un flaite culiao no más, aweonao, que no cachaba nada, ahora no pienso eso sí, el Chino se sentó mas cerca mío y me puso un brazo en el hombro, me dijo que era pulento que ahora no pensara así y que él se sentía bacan teniendo confianza conmigo porque podía hablar hartas cosas que con sus otros amigos era imposible. 

Pasaron las semanas, hacia cada día más frio en las mañanas, los vidrios de las micros se empañaban cada vez más fácil, me levantaba a oscuras, un día miércoles llegue a clases y estaba el patio lleno de gente, se habían roto unas cañerías en los baños y estaba todo inundado, las minas le gritaban a los inspectores que arreglaran la wea o que nos mandaran pa la casa, el director brillaba por su ausencia, los profes no entendían nada, intentaban dar explicaciones entrecortadas, los locos de cuarto que llevaban el piojento centro de alumnos que teníamos se pararon al medio intentado hacer que les tomaran atención, no me acuerdo bien del discurso pero hablaron de que era necesario que nos movilizáramos, que todo el país estaba en la misma y que nosotros éramos un colegio bien penca, necesitábamos que las cosas cambiaran, mas encima con el atao del baño, no podíamos aguantar tener que estudiar entre la mierda, aun que hace rato lo veníamos haciendo, entonces fue la excusa perfecta, todos tenían algo que decir, las minas que se planchaban el pelo todo el día, con el chicle de lado a lado, los que pasaban peliando por cualquier lesera, todos estaban pendientes, pensándolo bien ahora eran las ganas acumuladas de dejar la cagá, de hinchar las pelotas un rato, las ganas adolescentes de arrancarse del colegio hediondo a cárcel, pero la causa necesitaba de esas ganas, por corporales que fueran nuestros motivos era la patada primera que nos mandaba a tomar el toro por los cuernos, esa mañana nos arrancamos todos del colegio, abrieron las puertas y nos fuimos, medio con permiso, medio a la mala, sabíamos que era el principio de algo mayor, hubieron varias reuniones esos días, en la plaza grande que estaba cerca del colegio, éramos en la mayoría los de media, aunque iban algunos de séptimo y octavo a pelusiar, la mayoría iba a fumarse un porro, mientras otros hablaban de lo importante que era tomarse luego el colegio, de que fuéramos a la marcha, iban locos de otros colegios tomados a motivarnos, al final quedaron en el acuerdo de que el viernes en la noche nos íbamos a tomar el colegio fuera como fuera, el Chino aparecía de repente, a veces no lo veía, a veces andaba con los amigos, con una que otra mina, el día que se decidió la toma del colegio hablamos por feisbuk y me dijo que el apañaba pal viernes, tenía un napoleón grande pa cortar la cadena de la entrada y sabía bien por donde pasarse, tantas veces escapándose del colegio le habían dado buena experiencia, la tarde del viernes nos preparamos, pintamos lienzos en la plaza, me compre unos porros, una cajetilla de cigarros y tenía la mochila llena de pan y jugos en polvo, sabía que nos íbamos a tener que quedar el fin de semana aguantando que no nos desalojaran.

Eran como las 8, la calle del colegio estaba vacía, ese día no habían echo clases por el problema del baño, me junte con todos los locos que estaban motivados pa la toma, esperaba ver al Chino, lo buscaba, mis ojitos se perdían en la esquina, hablaban de la lucha, de la movilización, y yo con los ojos buscando la cadenita de plata que brillara en la esquina y me alumbrara la tarde, no apareció, entramos saltando la reja, habían auxiliares adentro, le dijimos a los tíos que nos íbamos a tomar el colegio en forma pacífica, que se podían ir a la casa no más, ni la pensaron, sacamos todas las sillas de las salas y las fuimos poniendo una por una apiladas, metidas, tejidas en las rejas, colgamos lienzos, tiramos unas colchonetas en el suelo, en las salas de la entrada, pusimos el hervidor, salieron unos panes, un loco encima de una mesa nos hablaba de lo importante de nuestra decisión, miraba el suelo, miraba la luz de la sala, era un cementerio, éramos 20 weones, no estaban las minas que masticaban chicle y se alisaban el pelo todo el día, no estaban los weones que iban a puro jugar a la pelota, no estaba el Chino, algo estábamos haciendo mal, acaso no éramos todos alumnos del mismo colegio, acaso si ganábamos el triunfo no era para todos, me bajonie, se agacho la cabeza, habrá sido por que esperaba ver al Chino ese día y no había aparecido, paso un rato en que entre conversamos y compramos vino, entre fumamos y esperamos a que aparecieran los pacos con la luma y la zapatilla a buscarnos en cualquier momento, recorrimos el colegio entero, las bodegas, el casino, la inspectoría, vimos todos los libros, las anotaciones, descolgamos la foto de Piñera de la oficina del director, bajamos la bandera del mástil, hicimos un fogón grande en el patio con cartas de compromiso, condicionalidades y otro montón de papeles firmados, condenas de adolescente, se teñía por primera vez el patio de calor de niño, se sentía el alma de los de kínder, los de primero, los de octavo, corriendo, siendo felices, aunque no estuvieran ahí, aunque fuéramos 20 en ese patio, a las 3 de la mañana medio curao me fui a acostar, me sonó el celular, el Chino estaba afuera del colegio, estaba raro, hablaba mal, no entendí bien lo que me intento decir, salí de la sala corriendo, ahí estaba, parado afuera de la reja, los que estaban en la puerta me dijeron que no lo habían querido dejar entrar porque no sabían de qué curso era ni siquiera si era del colegio, les dije que era mi compañero, la reja se abrió y el Chino me abrazo, estaba volao, curao, no supe bien, hablaba rápido y mal modulado, me dijo que lo perdonara porque no había ido temprano pero se había puesto a bacilar con unos amigos y se sentía mal y no podía llegar a la casa, entonces se acordó que yo iba a estar durmiendo en el colegio, no estaba ni ahí con verme a mí, necesitaba un espacio pa dormir, se tiró en la colchoneta, al lado mío, tiramos más frazadas, se tomó un sorbo de jote, nos fumamos un cigarro, estaba volao en pastillas, ahí me cuadraba más la cosa, miraba pa todos lados, estaba medio ido, hablaba de cualquier lesera, que había peliado con un weon, se quedó raja de repente, lo mire, lo mire harto rato, las luces se habían apagado, habían como 10 personas más en esa sala, lo mire hasta quedarme dormido, no me atreví a rozarlo, podía despertar y dejarme los dos ojos morados, por pasao a tele, sentía el calor al lado, la respiración rápida, el olor a copete fresco y la cadena de plata que brillaba igual, aun con las luces apagadas.

13 comentarios:

  1. Al terminar de leer este relato, lo único que puedo decir es, wow! Me hizo pensar en varias cosas, la educación chilena, el movimiento estudiantil, nuestra sociedad. Soy un profe joven que participó como estudiante universitario en varias marchas y esta historia me aportó otra mirada del tema. Por otro lado, esta es la segunda vez en este blog que me encuentro con un trabajo literario de tan buen nivel. Lo compartiré con algunos amigos para comentarlo. Mientras tanto me voy a la segunda parte, y demás está saludar y agradecer al autor por su relato =) Saludos. Rho

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    1. Debo confesar que me provocó lo mismo que a ti. También soy un profe joven y también participé de las marchas. Incluso me sentí identificado y avergonzado al leer la línea en que solo 'los intelectuales universitarios' eran los interesados en las movilizaciones nacionales...
      Buenísimo!

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    2. como universitarios, nos es fácil criticar a los estudiantes que dejan la caga en las marchas y que por culpa de ellos se desprestigia el movimiento. lo peor es que en gran parte es culpa nuestra por no preocuparnos de los estudiantes como ellos que en verdad están interesados en los temas tan importantes como lo son la educación y otros. da para pensar en que pasaría si en verdad nos diéramos el tiempo de salir de nuestra burbuja revolucionaria y preocuparnos de integrar a estos muchachos que son los que mas necesitan de nuestro apoyo, quizá tienen las ganas y nosotros los despreciamos por que ciertamente aun no nos encargamos de la segregación que nosotros mismos estamos provocando. Lo mas probable es que gran parte de los actuales universitarios que hoy en día marchan por hacer cumplir los derechos vengan de comunas como san bernardo, la pintana, cerrillos, puente alto, etc. y tuvimos la suerte de poder darle una mirada distinta a la situacion actual, pero que si bien nosotros tuvimos esa suerte podriamos haberla compartido con aquellos que teniamos al lado y por limitarnos a mirar en menos, no logramos la unidad que hoy se necesita para ejercer nuestros derechos. si bien no soy un profesor joven, soy un estudiante de derecho y como tal noto la importancia de que se tenga una educacion gratuita y de calidad, se la importancia que tienen los jovenes en nuestro pais. si tan solo entendieramos que el poder lo tenemos nosotros, que tan solo con manifestarnos a traves de las urnas podriamos conseguir grandes cosas toda la situacion actual de nuestro pais seria distinta... esperemos que en un futuro cerecano notemos que en verdad el cambio esta en nuestras manos, no sera facil pero podemos lograrlo.
      y esta de mas decir que muy buen relato :')

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  2. Me recordó caleta al 2011, pero no tuve un chinito :( Saludos bro!

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  3. Notabilisimo, la repetida alusión a la cadena de plata uf genial, en este blog normalmente un relato sin sexo lo descarto y no sigo leyendo, pero este me atrapó completamente, sigue escribiendo por favor, hay otras instancias como Santiago en 100 palabras por ejemplo..felicitaciones

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  4. Soy profe de artes, leo esto mientras viajo en el mini de mi pueblo al colegio... Y loco ha sido un relato buenísimo, cuanto re viví con este relato. Gracias

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  5. Me acorde mucho de lo.que vivi en el año 2011..... Año crucial en las marchas...increible relato !

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  6. Excelente el relato...Compadre, ha sido muy grato leer tan buena pluma...Eres muy buen escritor

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  7. Q buena! La media Movie loco!

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  8. Felicitaciones por el relato, pero porfa, no uses tantas comas y pone mas puntos seguidos, era como que ninguna idea se me separaba y enreda al leer un poco, un consejo.

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  9. Me encanto. No soy chileno pero entendí el contexto del narrador. Excelente historia. Me sentí ahí. Muy pocos narradores lo logran. Voy a la segunda parte.

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  10. Hermoso hermano!!! me emocioné mucho mientras leía, la pasión reprimida por los pacos, por la homofobia. Gracias :)

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  11. Me encanto este relato esta muy bueno seco el narrador excelente trabajo

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