Primera vez 5

Los dìas siguieron pasando, las vacaciones se hacían cada día más intensas. Un dia que ibamos a ir a un carrete, empecé a buscar al Cristofer y no estaba por ningun lado. Le pregunté a su abuela que estaba en la cocina y me dijo -Quizás esté durmiendo en el dormitorio de abajo mijito, estaba un poco cansado despues del baño-. Eran cerca de las 10 de la noche y comenzaba a preocuparme, pero entré a la casa, mientras su abuela estaba afuera en la cocina, cerre la puerta (por si alguien entraba) pero como no tenía pestillo pensé que no habría problema ya que al intentar abrirla, como se había humedecido con la lluvia estaba un poco apretada. Caminé por el pasillo y abrí la puerta de uno de los dormitorios de abajo, ahí estaba, recostado sobre la cama, la casa estaba oscura por lo que tuve que alumbrar con el celular.

-Que está haciendo mi coso bello?- le dije susurrandole al oido.
Despertó y se dió vuelta y me besó.
-Estaba tratando de descansar un poco, pero contigo aquí no me dan ganas de descansar jejeej

Empecé a besarlo y le toqué su guatita plana, luego bajé por debajo de su pantalón y me di cuenta que tenía el pene erecto.
En ese momento no nos pudimos controlar, ya que no había nadie en la casa y la abuela estaba afuera comenzamos a besarnos calientemente, el se tiró encima mio y trató de sacarme la polera a lo que yo me negué, ya que mal que mal cualquiera podría entrar. Bajó por mi estómago y desabrochó mi pantalón y comenzó la conferencia con cuática, cuando estaba casi a punto de acabar se siente la puerta de afuera y sobre la misma se abre la puerta de la pieza!
-Qué están haciendo acá oscuros los dos? preguntó un poco enojada la mamá!
En ese momento mi corazón latía full y mi erección y la de él eran demasiado notorias, yo alcancé a bajarme la polera para taparme y por suerte la mamá no nos alumbró con la linterna por que sino hubiera quedado la mansa cagá!
-Nada tia, murmuré... Estábamos durmiendo y ahora no encuentro los fósforos para encender la vela, me ayuda con la linterna?
Cristofer estaba inmóvil en la cama y no decía nada.
La mamá me pasó la linterna y nos dijo, despues me la traen a la cocina, ya que me voy a hacer un café.

Saltamos de la cama más que rápido y nos alistamos para irnos al carrete. Nuevamente casi casi nos pillan en plena.

El carrete estuvo piola, sin sobresaltos, luego nos devolvimos a casa pero esta vez no pudimos dormir juntos, ya que un primo de cristofer se quedó en la casa y tuve que dormir con él en el segundo piso. En el camino nos perdíamos entre los matorrales del campo para besarnos en silencio.

Al otro día desperté y bajé. Cristofer no se escuchaba afuera, asi que abrí la puerta en donde estaba durmiendo y ahi estaba con la cabeza tapada con la almohada. Ese día yo volvía de vuelta a Santiago ya que tenía que trabajar y él se quedaba en Punta Arenas.
-Cristofer despierta
-Cristofer estás durmiendo?
No reaccionaba hasta que le quité la almohada que abrazaba. Estaba llorando.

-Qué paso?
-Nada, ándate a tomar desayuno.
-No Cristofer, no me muevo de aquí hasta que me digas que sucede, no es normal que estés llorando.
-Amor (me miró a los ojos con lágrimas aún), estas tres semanas han sido inolvidables, y no quiero que te vayas, quiero que esto no acabe nunca, quiero que te quedes aca conmigo y comenzó a llorar nuevamente.
-Puta Cristofer, tu sabes que no me voy por que quiera, me voy por que tengo que ir a trabajar, nada más por eso, yo me quedaría por siempre aquí contigo pero no es posible. Aparte que tu te quedas hasta la próxima semana, luego nos volveremos a ver en Santiago.
-Ya está bien, vamos a arreglar tu bolso, aunque no quiero que te vayas.

Ese día fue nublado en todo sentido para ambos, era la primera vez que nos separábamos desde que habíamos comenzado todo. Viajamos del campo a la ciudad para tomar el avión devuelta. Llegamos a la casa de la hermana, estabamos solos asi que aprovechamos de hacer el amor por última vez. Fue definitivamente una experiencia maravillosa. Sentir su cuerpo, su sudor, su piel erizarse mientras lo penetraba fue fantástico. Luego comenzó a penetrarme a mi mientras me sentaba encima de él. Tratabamos de hacerlo no tan fuerte sino con cariño. Esta vez era más que sexo quizas, fue amor del puro, yo estaba en cuclillas encima de él y el se levantó para abrazarme y nos besamos, humedamente como éran nuestros besos, me miró a los ojos y me preguntó:
-Quieres pololear conmigo?
Mi corazón se detuvo por un instante y luego volvió en si. -Si quiero, obvio, jamás nos separaremos. Seguimos haciendo el amor y ahora él acabó dentro de mi.
Nos bañamos juntos y nos vestimos, era la hora de partir.

Llegamos al aeropuerto, hice el chequeo previo y nos despedimos con un largo abrazo. En mi oido un "te amo" fue un signo de "hasta pronto". Lo miré a los ojos y besé su mejilla. Era hora del adios.

Una vez dentro del avión me puse a llorar en silencio. Lo bueno es que iba al lado de la ventana por lo cual mi llanto no era notorio. Dejaba en Punta Arenas las mejores tres semanas de mi vida y a mi amor...

Llegué cerca de las 8 de la noche a destino.

Primera parte:
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