En el albergue 2

Habían pasado algunas semanas después del incendio, y las cosas en el albergue se mantenían con una calma normal, pero yo no me sentía nada de normal. Era una sensación de que había hecho algo incorrecto, si bien es cierto que me gustan los hombres, jamás había estado con alguien menor que yo. Pero este flaite me traía a mil y notaba que se daba cuenta, porque era bastante morboso a la hora de mirarme, saludarme o pedirme algo. Yo en cambio me ponía muy nervioso, siempre trataba de escaparme ya que no quería volver a repetir la situación, aunque en el fondo era lo único que quería.

Desde que me culió el Jonathan en la sala de profesores, no hubo ningún día en que no me masturbará pensando en cómo lo hacía, en cómo me puso y de la forma en que me lo metía. Me asustaba lo que sucedía, porque siempre he sido un tipo reservado, y sentía que el sabia mi más preciado secreto.

Una tarde de un sábado yo estaba con los voluntarios de una Universidad, viendo algunos enseres que se necesitaba, hablaba con el coordinador cuando se me acerca el Jonathan y pide hablar conmigo, me lleva a un lado y me dice:
- Profe prestese 5 luquitas, es que voy a salir con una loquita del cerro Mariposa, y no tengo ni uno.
- Jonathan, tu sabes que no puedes salir, las puertas se cierran temprano.
- No se preocupe mi profe, si hoy paso la noche con la minita, rájese con las 5 luquitas y después se las pago.
Luego de decir eso sonrió, con una sonrisa algo maliciosa, dándome a entender que me pagaría no con los cinco mil pesos, sino que de otra forma. La situación me llevo de un dos por tres al techo. Saque mi billetera y le pase la plata, me miró se rió, y se fue.

No sabía porque yo reaccionaba con tanto temor frente a él, si siempre he tenido contacto con personas de nivel económico inferior, bueno eran mis alumnos, pero el 1.75 del Jonathan, sus brazos y el recordar su pene y su pecho con algo de pelos me hacían ponerme muy caliente.
Volví al otro día domingo, y en esta ocasión sólo con la idea de ver al Jonathan, pero no lo encontré, le pregunte a su hermano y sólo me respondió que andaba en un carrete y que aún no llegaba. Me sentí apenado, eran las 16.00 y no se sabía nada de él, le habrá pasado algo? me estaba comportando como una verdadera mina que extraña a su hombre. Traté de olvidar y me volví a mi departamento y me acosté a dormir una siesta.

Como a las 21.00 hrs suena el timbre de mi departamento, contesto el citófono y el conserje me dice que un joven que se llama Jonathan pregunta por mí y si es que lo autoriza a subir. Me tiritó todo, e inmediatamente le dije que sí. Me puse una polera y un short para cubrirme. Un par de preguntas rondaron mi cabeza, cómo sabía el Jonathan que yo vivía ahí?? Me asustaba la situación, que quería?? Me querría pagar las 5 lucas??
Los minutos que demoró el subir el ascensor pasaron muchas cosas por mi cabeza, hasta que tocan la puerta, abro y lo veo parado en el umbral. Nuevamente con sus pantalones de buzo azul apitillado, la misma polera del Barcelona, sólo que ahora llevaba un gorro de esos anchos que no sabían cómo se llamaban. Lo hago entrar y le pregunto:
-¿Qué haces aquí?
- Profe vine a pedirle un favor
Lo hago sentarse y le pregunto qué favor quería. Me cuenta que lo habían llamado de una tienda de abarrotes cercano al puerto para trabajar y que no tenía a quien recurrir y que necesitaba si yo le podía prestar unas camisas y un jeans porque el tenia puro buzos, ya que el resto se había perdido todo en el incendio.
- No tengo problemas, pero oye como supiste que vivo acá.
- Le pregunte al coordinador y el me dio su dirección.
- Ahh ya bueno.
- Quieres servirte un jugo una bebida algo.
- Buta una chelita profe que toavia ando con la caña mala.
Voy a la cocina y traigo una cerveza y lo veo que está parado frente a la ventana, mirando la Bahía que algo se alcanza a ver de mi departamento.
- Media vista que se ve de acá profe.
Solo atine a reírme, le pregunte que talla era, m responde que 44, le dije que a lo mejor con los jeans no podía ayudar, porque yo era 42.
Fui a mi pieza , traje un par de jeans y unas camisas y le dije que fuera a mi pieza a probarse. Mirándome me dice que prefiere probarse ahí pa no molestar. Se saca la polera y vuelvo a ver ese torso desnudo, que no era para nada marcado, pero era moreno con algo de pelos, que a mí me encantaba, se probó un par de camisas y me pidió prestada dos. Yo en mi pensaba solo que se probara los pantalones para verlo en bóxer se sacó el buzo y me llamo tanto la atención sus piernas, que no recordaba lo rica que eran y empezó a probarse los jeans que la verdad no le quedaban muy ben, él es un poco más alto que yo. Me acerque con la intención de ayudarle y empecé a tratar de arreglarle desde abajo, y con una mala intención que jamás pensé que podía salir de mí, subí mis manos a sus muslos con la mentira de ayudar a que le quedaran mejor, solo lo hice por tocar, cuando me dice:
- Cuidao profe, no le vaya a pasar lo mismo que la otra vez, y diciendo esto se aleja de mí. Se prueba otro pantalón que le costó menos ponérselo y me pregunta como se ve
- Te ves muy bien, pareces todo un galán
- De verdaa profe. Le miro y le sonrió diciendo que si
Se vuelve a poner su ropa y me dice que necesita si yo le puedo volver a prestar 5 lucas, y que me devolvería el total cuando le pagaran por primera vez, le respondo que ningún problema. Me dirijo a mi pieza, saco mi billetera y al volverme me di cuenta que me había seguido.
- Media cama, la cago. De un salto se tira y se queda boca arriba en mi cama de dos plazas.
- Me tiro al lado, y le paso las 5 lucas. Al sacar su billetera, me muestra un par de pitos de marihuana, y me pregunta si se los puede fumar hay tirado en la cama.
- Siii, dale ningún problema.
Tenía a medio mino en mi cama, al menos al que me gustaba a mí, prende el televisor, y el tirado con una mano el control y con la otra el pito, y me pregunta:
- Tiene el playboy
- Sí.
- Es que yo, cuando me pego mis porros me pongo caliente de una
Se pone a ver el canal playboy (que yo rara vez veo) y me tiro al lado, y noto como se empieza a tocar al lado mío, descaradamente, se manoseaba. Hasta que yo desinibidamente le agarro el paquete y comienzo a manosear. No me dice nada, empiezo a bajar y con mis dos manos le bajo el buzo y comienzo a chuparle su rico pico.
Le lamia cada cms de su hermoso pene, mientras mis manos tocaban su guatita, y el solo seguía mirando la tele como descontrolado. Pasaron unos cortos minutos cuando se endereza bruscamente, y se pone frente a mí, me pone boca abajo, se saca las zapatillas y un olor a pies salió de manera horrible, que más que molestarme, me calentó más. Solo sentía sus movimientos ninguna palabra, estaba a full, me bajo los bóxer y siento un dedo, siento que se lo mete a la boca, me abre mis nalgas y me tira un escupo y vuelve a meter el dedo, hasta que lo remplaza por su pene. Lo siento por su espalda, no es para nada suave, solo siento dolor, grito, trato de zafarme, y siento que sus brazos me rodean por mi cuello, y como un animal me clava su pene, no es gigante, pero es lo suficientemente para hacer sentir que me partía de dolor

Mi culo, se comienza acostumbrar a sus movimientos, hasta que recobro mis movimientos y empiezo yo a controlar la situación por primera vez, me muevo en forma circular, y comienza un disfrute en todo mi cuerpo, me puse en 4 bien abierto para sentir su pico entrar y salir, lo hace con fuerza, mientras sus cocos chocan con mis nalgas, está un bien rato, así, hasta que lo coloco boca abajo y me subo a cabalgar, me tomaba de mi cintura y me atrae a su cuerpo. Trate de besarlo tres veces, pero era imposible, ni siquiera podía acércame a su cuello. Sentía que sus movimientos eran más rápido y su jadeo igual, entendí lo que venía y también me prepare, hasta que sentí como su glande explotaba en mi interior, y sentí como su semen comenzaba a salir de mi hoyito. Recién me percate que no había ocupado condón, recién me di cuenta que todo había sido muy rápido e irresponsable. Me dirigí al baño, me limpie y volví a la pieza. Estaba con sus bóxer puesto, con sus típicos bóxer de feria que hasta anchos le quedaban y me dice.
- Buta que le gusta el pico profe
- Solo atine a reírme
Me acosté a su lado, seguí viendo porno y fumándose otro pito. Hasta que fui yo el que volví a su pene, a tocarlo y a metérmelo a mi boca. El mino estaba muy volado, no reaccionaba mucho, pero su pene funcionaba a la perfección. Me volví a subir y a disfrutar de él. Me comporte como toda una pasiva, y disfrute como nunca. Me ardía el hoyo, yo mismo me tocaba la cintura y de repente le tocaba su pecho, saltaba sobre su pico, era un ardor exquisito, y comencé a masturbarme y a disfrutar, luego de un par de minutos sentí que volvió acabar dentro de mí pero ahora decidí ir a ducharme, me sentía muy lleno de semen.
Luego de ducharme volví a la pieza, y me encuentro con la sorpresa que ya no estaba, tampoco las camias y el jeans que le preste. Solo atine a sonreír, pero se me ocurre ir a mi velador y me encuentro que de mi billetera había sacado los 50.000 pesos que tenía.
Me dio mucha rabia y hasta susto. El Jonathan en total me había sacado 10.000 a primera vez más 60.000 hoy con lo que le había prestado, sin contar mis camisas y mi jeans que estaba seguro que no volvería a ver. Solo pensaba que había estado con un verdadero delincuente. Pasaron varios meses, le perdí el contacto, ya que decidí no volver más el albergue hasta que me encontré con el cerca de la subida Ecuador en la madrugada, yo andaba con unas amigas y se me acerca raja de curado y volado, me abraza y yo me asusté mucho y sin que mis amigas se dieran cuenta me dice que necesita 50 lucas y que va al departamento a hacerme la pega y que yo le tenga la plata o me deja la caga. Me asuste más que la cresta… y solo les puedo contar que vino al departamento para semana santa que pasó…

Primera parte: http://relatosflaitecitos.blogspot.com/2015/04/en-el-albergue.html
Segunda parte: http://relatosflaitecitos.blogspot.com/2015/05/en-el-albergue-2.html
Tercera parte: http://relatosflaitecitos.blogspot.com/2015/06/en-el-albergue-3.html