En un pequeño motel 2

Esta es la tercera vez que escribo.
Esto ocurrió anoche sábado 11 de junio, esta fresquito.
Como siempre sentado frente a mi PC, trabajando, suena mi celu. Era el joven que tiene relaciones conmigo solo por dinero, me dijo que estaba solo y que su polola e hija se fueron al campo y que necesitaba unos pesos. Por su voz me di cuenta que estaba volado o curado, nos quedamos de juntar a las diez de la noche, ya que tenía que meter una mentira para salir de mi casa. Él vive al otro extremo de Rancagua, su oriente, poblaciones medias flaites con mucha droga. salí a las diez de la noche cargado con mi mochila, pues me pidió que llevara copete, bebida, cigarros, condones y viagra, pues solo funciona con esa patilla azul con hombres. Después de salir lo llame y el weas tenía su celu apagado. Cansado por el peso de la mochila, con rabia y frío, empece a caminar por las calles de Rancagua, al final me decidí, para hacer la hora y volver a mi casa, a tomar un trago. salí de ahí y en pleno centro me para un hombre y me dice si quiero comprar un jeans o chaleco, pues necesitaba dinero para irse a Machalí, lo invité a tomar algo y acepto, conversa y conversa, le digo que ando con copete y bebida en la mochila y me dice estamos vamos a un motel que vale $10.000 la cuatro hora, mmmmm esto me sonó a algo. Antes de llegar al motel, me pidió unas monedas para comprar un pito y se las dí, me dejo su mochila muy pesada, para que viera que volvería. Entramos al motel e inmediatamente se ducho, salió, solo con toalla, yo estaba acostado con poca ropa. Se fumo un poco del pito y luego se acerco y me mostró su "monstruo". Un pene de largo, normal, pero grueso uffffff, ustedes no se imaginan, nunca en mi vida me encontré con una wea tan gruesa. Se lo mame unos minutos e inmediatamente me puso en posición 4, me dolió que entrara, pero estaba riquísimo, lo hacia como los dioses, ese tremendo pene gordo, moreno, uff, me hacia gritar cada vez que me envestía, solo me pedía que abriera más mis nalgas para que entrara todo, le daba con una violencia increíble. la verdad no sé cuanto tiempo estuvimos así, pero para mí fueron eternos, por el dolor y el placer. Nos tomamos un tragos y él se fumo otro pito (ustedes saben que no fumo eso, solo de cuero). Me puso en posición de costado y me di cuenta que ya su tremendo y grueso pene estaba erecto de nuevo, así estuvimos otros minutos más, pero él quería que entrara todo, así que acosté de guata y con mis manos abrí más mi ano y sentía de nuevo ese placer- dolor en mi recto. Él me dijo que tenía treinta y tantos, más bajo que yo, me parece de 170, pues yo mido 180 cms. Con pelo en pecho, que me encanta, un poco de barriga y una cara de ángel. No acabó, después que estaba acostado de guata yo, descansamos un poco, tomamos otro trago y de nuevo él fumo pito. Ya me dijo ahora vamos a la ducha, ahí lo hicimos de nuevo bajo el agua caliente, de nuevo volvía a embestirme como toro, cada metida el algo indescriptible, mi ano estaba más que dilatado, para que entrara todo ese tronco de pene, sentía como gemía y yo en la gloria, pero igual con dolor y placer. Para que decirle, lo hicimos en todas las posiciones, dos veces bajo la ducha, en 4, patitas al hombro, que fue mi primera experiencia, pues así si me dolió más que la chucha, pues entraba todo, pero me la cara de placer que tenía él. A todo esto, como la tres de la mañana me llama el otro joven, con él cual me iba a juntar, me pió perdón porque se había quedado dormido y su celu se descargó, por supuesto lo mandé a la cresta, y no le dije nada de donde estaba. Con Pancho seguimos en el rin de cuatro perillas, por último me pidió que me sentara sobre él, fue una experiencia maravillosa, yo tocándole todo su cuerpo y besando su cuello y pecho con esos pelos maravillosos, eso sí nunca dejo que lo besara en la boca, pero no me importó, pues el placer de cabalgar sobre su pene glorioso y ver su cara me dejaron satisfecho. Cada vez yo me sentaba más fuerte sobre él, lo tocaba con mis manos y besaba cada centímetro de su cuerpo, mientras que con mis manos abría mis nalgas, pues me dí cuenta que eso lo calentaba mucho, que entrara todo. De pronto, suena el citofono , diciendo que habían acabado las cuatro hora, es decir eran las cinco de la mañana. La calentura, el trago, el placer, nos paso raudamente la hora. Nos vestimos, le di algo para irse a Machalí, con el compromiso de volvernos a juntar, espero que así sea, pues, al contar esto aún me duele el poto para sentarme y estoy más que caliente al recordar la noche con un grueso pene de un hombre.